¡Dios te salve María!
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1743 + La infinita bondad de Dios en la creación de los hombres Oh Dios que por Tu misericordia Te has dignado llamar de la nada a la existencia al género humano colmándolo generosamente de la naturaleza y de la gracia. Pero para Tu bondad eso no [ha sido] suficiente. Tu, oh Señor, en Tu misericordia nos das (102) la vida eterna. Nos admites a Tu felicidad eterna y nos haces participes de Tu vida intima y lo haces únicamente por Tu misericordia. Nos concedes Tu gracia únicamente porque eres bueno y lleno de amor. No éramos nada necesarios para Tu felicidad, pero Tú, Señor, quieres compartir con nosotros Tu propia felicidad. Pero el hombre no resistió la prueba; habrías podido castigarlo como a los ángeles rechazándolo eternamente, pero aquí se manifestó Tu misericordia y Tus entrañas fueron sacudidas por una gran piedad y Tu Mismo prometiste reparar nuestra salvación. No nos castigaste como lo habíamos merecido debido al inconcebible abismo de Tu compasión. Que sea adorada Tu misericordia, oh Señor; la glorificaremos por los siglos. Y los ángeles se asombraron de la grandeza de misericordia que manifestaste a los hombres….. 1744 Adorado seas, nuestro Dios misericordioso, Nuestro omnipotente Creador y Señor, Te rendimos honor en la humildad más profunda, Sumergiéndonos en el océano de Tu Divinidad. (103) Pero el hombre no resistió en la hora de la prueba, Por la instigación del maligno, Te fue infiel, Perdió la gracia y los dones y le quedó sólo la miseria, Lágrimas, sufrimientos, dolor, amargura, hasta descansar en la tumba. Pero Tú, oh Dios misericordioso, no permitiste perecer a la humanidad Y le prometiste el Redentor. No nos dejaste desesperar, a pesar de nuestras grandes maldades, Y enviaste a Tus profetas a Israel. Pero la humanidad Te grita día y noche, Desde el abismo de la miseria, de los pecados y de cada dolor. Escucha los gemidos y las lágrimas. Tú que reinas en el cielo, Dios de gran misericordia, Dios de piedad. El hombre pecó, pero no está en condiciones de pedir perdón, Porque un abismo infinito se abrió entre Dios y el hombre, Y llama con la voz de su miseria: envíanos Tu piedad, Pero Jahvé calla…. Y pasa un siglo tras otro. Aumenta la añoranza de toda la humanidad De Aquel que le había sido prometido. (104) Ven, Cordero de Dios y quita nuestras culpas, Ven, alumbra nuestras tinieblas como un rayo luminoso. Y la humanidad sin cesar clama a Ti, Señor de los señores, A tu insondable misericordia, a Tu piedad. Oh gran Yahvé déjate aplacar, Recuerda Tu bondad y perdona nuestras maldades. 1745 + La infinita bondad de Dios al enviarnos Su Hijo Unigénito Oh Dios, que no has exterminado al hombre después de la caída, sino que en Tu misericordia lo has perdonado como Dios, es decir, no sólo le has perdonado la culpa, sino que le has colmado de toda gracia. La misericordia Te ha empujado a dignarte descender hacia nosotros y levantarnos de nuestra miseria. Dios descenderá a la tierra, el Señor de los señores, el Inmortal se humillará. Pero ¿dónde descenderás, Señor? ¿Al templo de Salomón o haces construir un santuario nuevo al que piensas descender? Oh Señor, qué templo Te prepararemos, (105) visto que toda la tierra es Tu escabel? Tú Mismo Te has preparado un templo, la Santísima Virgen. Sus entrañas inmaculadas son Tu morada y se hace el milagro de Tu misericordia, oh Señor. El Verbo se hace Carne, Dios habita entre nosotros, el Verbo de Dios, la Misericordia Encarnada. Nos has elevado a tu divinidad a través de tu humillación; es el exceso de Tu amor, es el abismo de Tu misericordia. Los cielos se asombran de este exceso de Tu amor, ahora nadie tiene miedo de acercarse a Ti. Tu eres Dios de la misericordia, tienes piedad de la miseria, eres nuestro Dios y nosotros Tu pueblo. Tú eres nuestro Padre y nosotros por Tu gracia somos Tus hijos. Sea glorificada Tu misericordia por haberte dignado descender a nosotros. 1746 Adorado seas, oh Dios misericordioso, Por haberte dignado descender de los cielos a esta tierra. Te adoramos en gran humildad, Por haberte dignado elevar todo el género humano. (106) Insondable en Tu misericordia, inconcebible, Por amor a nosotros has tomado el cuerpo De la Virgen Inmaculada, jamás rozada por el pecado, Porque así lo has establecido desde la eternidad. La Santísima Virgen, esta azucena blanca como la nieve, Es la primera en adorar la omnipotencia de Tu misericordia. Su corazón puro se abre con amor a la venida del verbo, Cree en las palabras del mensajero divino y se fortalece en la confianza. El cielo se asombró de que Dios se hubiera hecho hombre, Que hubiera en la tierra un corazón digno de Dios Mismo. ¿Por qué no Te unes a un Serafín, Señor, sino a un pecador? Oh, éste es un misterio de Tu misericordia, A pesar del puro regazo de la Virgen. Oh misterio de la Divina Misericordia, oh Dios de la piedad, Que te has dignado abandonar el trono celestial, Y has bajado a nuestra miseria, a la debilidad humana, Porque no son los ángeles sino los hombres los Que necesitan Tu misericordia. Para expresar dignamente la misericordia del Señor, Nos unimos a Tu Madre Inmaculada, (107) Porque así nuestro himno Te será mas agradable Ya que Ella ha sido elegida entre los ángeles y los hombres A través de Ella, como a través del cristal puro, Ha llegado a nosotros Tu misericordia, Por su merito el hombre se hizo agradable a Dios, Por su merito todos los torrentes de gracias fluyen sobre nosotros. 1747 + La infinita bondad de Dios en la redención del hombre Oh Dios que con una sola palabra habrías podido salvar miles de mundos, un suspiro de Jesús habría satisfecho Tu justicia. Pero Tu, oh Jesús. Te entregaste por nosotros a tan asombrosa pasión únicamente por amor. La justicia de Tu Padre habría sido expiada con un solo suspiro Tuyo y todos Tus anonadamientos son exclusivamente actos de Tu misericordia y Tu amor inconcebible. Tú, oh Señor, partiendo de esta tierra deseaste quedarte con nosotros y Tú dejaste a Ti Mismo en el Sacramento del Altar y nos abriste de par en par Tu misericordia. No hay miseria que (108). Te pueda agotar; llamaste a todos a esta fuente de amor, a este manantial de piedad divina. Aquí está el trono de Tu misericordia, aquí el remedio para nuestras enfermedades. Hacia Ti, oh Fuente viva de Misericordia corren todas las almas: unas como ciervos, sedientos de Tu amor, otras para lavar la herida de sus pecados; otras todavía, cansadas de la vida, para tomar fuerzas. Cuando estabas muriendo en la cruz, en aquel momento nos donaste la vida eterna; al haber permitido abrir Tu sacratísimo costado nos abriste una inagotable Fuente de Tu Misericordia; nos ofreciste lo mas valioso que tenias, es decir, la Sangre y el agua de Tu Corazón. He aquí la omnipotencia de Tu misericordia, de ella toda gracia fluye hacia nosotros. 1748 Adorado seas, oh Dios, en la obra De Tu misericordia, Bendecido seas por todos los corazones fieles Sobre los cuales se posa Tu mirada, En los cuales está Tu vida inmortal. (109) Oh mi Jesús de la misericordia, Tu santa vida sobre la tierra ha sido dolorosa. Y terminarás Tu obra entre terribles tormentos, Suspendido y extendido en el árbol de la cruz, Y todo esto por amor a nuestras almas. Por un amor inconcebible has permitido abrir Tu sacratísimo costado, Y de Tu Corazón brotaron torrentes de Sangre y Agua Aquí está la Fuente viva de Tu Misericordia, Aquí las almas encuentran consuelo y alivio. En el Santísimo Sacramento nos has dejado Tu misericordia. Tu amor ha proveído Que caminando por la vida, los sufrimientos y las fatigas, No dude yo nunca de Tu bondad y Tu misericordia. Aunque sobre mi alma pesen las miserias del mundo entero, No puedo dudar ni un solo instante, Sino que confiar en la fuerza de la Divina Misericordia, Porque Dios acoge siempre con bondad un alma arrepentida. Oh inefable misericordia de nuestro Señor, Fuente de piedad y de toda dulzura. (110) Confía, confía oh alma, a pesar de estar manchada por el pecado, Porque cuando te acerques a Dios no probarás amargura. Porque Él es la llama viva de un gran amor, Cuando nos acercamos a Él Desaparecen nuestras miserias, pecados y maldades, Él salda nuestras deudas cuando nos entregamos a Él. 1749 + La infinita bondad de Dios por haber adornado el mundo entero para hacer agradable La estancia del hombre en la tierra. Oh Dios, con qué generosidad derramas Tu misericordia y todo esto lo haces por el hombre. Oh cuánto amas al hombre si Tu amor hacia él es tan activo. Oh Creador mío y Señor, en todas partes veo las huellas de Tu mano y el sello de Tu misericordia que abraza todo lo que está creado. Oh Creador mío piadosísimo, deseo rendirte homenaje en nombre de todas las criaturas con alma y (111) sin alma y llamo al mundo entero a adorar Tu misericordia. Oh, qué grande es Tu bondad, oh Dios. 1750 Adorado seas, Creador y Señor nuestro. Oh universo entero, adora al Señor en humildad. Agradece a tu Creador con todas tus fuerzas Y exalta su inconcebible misericordia. Ven, tierra entera con tu verde, Ven, también tú, mar insondable, Que tu agradecimiento se transforme en un himno delicioso Y cante lo grande que es la Divina Misericordia. Ven, sol bello y fulgurante, Id, antes de Él, auroras luminosas, Uníos en un solo himno, que vuestras limpias voces Canten al unísono la gran Misericordia de Dios. Venid, montes y colinas, bosques rumorosos y matorrales espesos, Venid, bellas flores en la madrugada, Que vuestra fragancia exclusiva Exalte, adore la misericordia de Dios. (111) Venid, todas las maravillas de la tierra, De las cuales el hombre no deja de asombrarse jamás, Venid en armonía a adorar a Dios, Exaltando la inconcebible misericordia de Dios. Ven, oh belleza indeleble de toda la tierra, Y adora a tu Creador [con] gran humildad, Porque todo está encerrado en su misericordia, Todo grita con una voz potente lo grande que es la Divina Misericordia. Pero, por encima de todas estas bellezas La adoración más agradable a Dios Es el alma inocente y llena de confianza del niño Que se une estrechamente a Él a través de la gracia. 1751 + Oh Jesús oculto en el Santísimo Sacramento del Altar, mi único amor y misericordia. Te recomiendo todas las necesidades de mi alma y de mi cuerpo. Tu puedes ayudarme, porque eres la Misericordia misma, en Ti toda mi esperanza. (112) [En el manuscrito aquí viene una página entera en blanco]. + (114) JMJ Cracovia – Pradnik, 2 VI 1938 Ejercicios espirituales de tres días 1752 Bajo la dirección del Maestro, Jesús. Él Mismo me ordenó hacer estos ejercicios espirituales y Él Mismo estableció los días para hacerlos, es decir tres días antes de la venida del Espíritu Santo y Él Mismo los dirigió. Sin embargo, pedí al confesor el permiso para poder hacer estos ejercicios y lo obtuve. Lo pedí también a la Madre Superiora y también de ella lo obtuve. Había decidido que sin el permiso de las Superioras no los haría. Empecé la novena al Espíritu Santo y esperaba la respuesta de la Madre Superiora. (115) Hoy deberían comenzar los ejercicios espirituales y yo no tengo ninguna noticia sobre cuál es la opinión de la Madre Superiora. Por la noche, cuando fui al oficio, durante las letanías vi al Señor Jesús: Hija Mía, empezamos los ejercicios espirituales. Contesté: Jesús, mi amadísimo Maestro, discúlpame, pero no voy a hacerlos, porque no sé si la Madre Superiora me da su permiso o no. Quédate tranquila, hija Mía, la Superiora te ha dado su permiso, lo sabrás mañana por la mañana, pero comenzamos los ejercicios esta noche…. Y efectivamente, por la noche la Madre Superiora telefoneó a la hermana [419] que me asiste en esta enfermedad para que me dijera que me permitía hacer los ejercicios espirituales; sin embargo la hermana se olvidó decírmelo y me lo dijo sólo a la mañana del día siguiente (116) disculpándose mucho conmigo por no habérmelo dicho el día. Anterior. Le contesté: Esté tranquila, yo ya he empezado los ejercicios espirituales según el deseo de la Superiora. 1753 + Primer día Por la noche Jesús me dio el tema de la meditación. En el primer momento el temor y .la alegría penetraron mi corazón. Entonces me estreché a su Corazón y el temor desapareció y se quedó la alegría. Me sentí por completo como hija de Dios, y el Señor me dijo: No tengas miedo de nada, lo que está vedado a los demás, te está concedido a ti; las gracias que a otras almas no les está concedido ver ni siquiera desde lejos, te nutren a ti cada día como el pan cotidiano. 1754 Considera, hija Mía, quién es Aquél al cual tu corazón está estrechamente unido por los votos…. Antes de crear el mundo, te amaba con el amor que ahora experimenta tu corazón y por todos los siglos (117) Mi amor no cambiará jamás. 1755 Aplicación: Al solo recuerdo de Aquél con quien mi corazón estaba esposado, mi alma entró en un recogimiento mas profundo y una hora me pasó como un minuto. En este recogimiento conocí los atributos de Dios. Inflamada así interiormente de amor, Salí al jardín para refrescarme; al mirar al cielo, una nueva llama de amor me inundó el corazón. Luego oí estas palabras: 1756 Hija Mía, si has agotado el tema que te ha sido propuesto, te daré otro. Contesté: Oh Majestad infinita, no me bastará la eternidad para conocerte…. Sin embargo, mi amor hacia Ti ha crecido muchísimo. Como un acto de agradecimiento deposito mi corazón a Tus pies, como un capullo de rosa: que su perfume encante Tu Divino Corazón ahora y en la eternidad. Qué paraíso [hay] en el alma cuando el corazón siente ser tan amado por Dios…. 1757 (118) Hoy vas a leer el capitulo quince [del] Evangelio de San Juan. Deseo que leas muy despacio. Meditación segunda 1758 Hija mía, medita sobre la vida divina que se encuentra en la Iglesia para la salvación y la santificación de tu alma. Considera cómo aprovechas estos tesoros de gracias, estos esfuerzos de Mi amor. 1759 Aplicación: Oh Jesús tan compasivo, no siempre he sabido aprovechar estos dones inestimables, porque no reparaba en el don mismo sino que me fijaba demasiado en el recipiente, en el que me entregabas tus dones. Oh mi dulcísimo Maestro, a partir de ahora ya será de otro modo: aprovecharé Tu gracia según pueda mi alma. Me sostendrá la fe viva; la gracia que me enviarás bajo cualquier aspecto, la aceptaré directamente de Ti sin pensar en el recipiente en (119) el cual me la enviarás. Si no siempre está en mi poder de recibirla con alegría, lo haré siempre sometiéndome a Tu santa voluntad. 1760 + Conferencia sobre la lucha espiritual Hija Mía, quiero instruirte sobre la lucha espiritual. Nunca confíes en ti misma, sino que abandónate totalmente a Mi voluntad. En el abandono, en las tinieblas y en diferentes dudas recurre a Mí y a tu director espiritual, él te responderá siempre en Mi nombre. No te pongas a discutir con ninguna tentación, enciérrate inmediatamente en Mi Corazón y a la primera oportunidad, revélala al confesor. Pon el amor propio en el último lugar para que no contamine tus acciones. Sopórtate a ti misma con gran paciencia. No descuides las mortificaciones interiores. Justifica siempre dentro de ti la opinión de las Superioras y del confesor. Aléjate de los murmuradores como de una peste. (120) Que todos se comporten como quieran, tu compórtate como Yo exijo de ti. Observa la regla con máxima fidelidad. Después de sufrir un disgusto, piensa qué cosa buena podrías hacer para la persona que te ha hecho sufrir. Evita la disipación. Calla cuando te amonestan; no preguntes la opinión de todos sino de tu director espiritual; con él sé sincera y sencilla como una niña. No te desanimes por la ingratitud; no examines con curiosidad los caminos por los cuales te conduzco. Cuando el aburrimiento y el desanimo llamen a tu corazón, huye de ti misma y escóndete en Mi Corazón. No tengas miedo de la lucha a menudo el solo valor atemoriza las tentaciones, y no se atreven a atacarnos. Lucha siempre con esta profunda convicción de que Yo estoy a tu lado. No te dejes guiar por el sentimiento, porque él no siempre está en tu poder, todo el merito está en la voluntad. Depende siempre de las Superioras en las cosas más pequeñas. No te hago ilusiones con la paz (121) y los consuelos, sino que prepárate a grandes batallas. Has de saber que ahora estas sobre un escenario donde te observan la tierra y todo el cielo, lucha como un guerrero para que pueda concederte el premio; no tengas mucho miedo, porque no estás sola. Segundo día 1761 Hija Mía, hoy considera Mi dolorosa Pasión, toda su inmensidad; medítala como si hubiera sido emprendida exclusivamente por ti. 1762 Aplicación: Cuando empecé a sumergirme en la divina Pasión, descubrí el gran valor del alma humana y toda la maldad del pecado y conocí cómo yo no sabia sufrir. Para adquirir meritos por los sufrimientos, uniré mis sufrimientos a la Pasión del Señor Jesús pidiendo gracia para las almas agonizantes a fin de que la misericordia de Dios las envuelva en ese importante momento……. (122) Segunda meditación 1763 Hija Mía, medita sobre la regla y los votos que Me has hecho a Mi. Tú sabes cuánto los aprecio y todas las gracias que tengo para las almas de los religiosos se relacionan con la regla y los votos. 1764 Aplicación: Oh Jesús mío, advierto aquí muchas faltas, pero por merito de Tu gracia no recuerdo una infracción consciente y voluntaria de la regla o de los votos religiosos; sigue guardándome, oh mi buen Jesús, porque por mi misma soy débil. 1765 Hoy, hija Mía, tomarás por lectura el capitulo diecinueve del Evangelio de San Juan y lee no sólo con los labios sino con el corazón…. 1766 Durante esta lectura mi alma estaba colmada de una profunda tristeza. Conocí toda la ingratitud de las criaturas para con su Creador y Señor. Pedí que Dios me perseverara de la ceguera del intelecto. 1767 Conferencia sobre el sacrificio y la oración. (123) Hija Mía, quiero enseñarte a salvar las almas con el sacrificio y la oración. Con la oración y el sacrificio salvarás mas almas que un misionero sólo a través de predicas y sermones. Quiero ver en ti una ofrenda de amor vivo, ya que sólo entonces tiene el poder frente a Mí. Tienes que ser aniquilada, destruida, vivir como si estuvieras muerta en tu esencia más secreta. Tienes que ser destruida en este rinconcito secreto donde el ojo humano no llega nunca y entonces serás para Mi una ofrenda agradable, un holocausto, lleno de dulzura y perfume y tu fuerza será potente cuando intercedas por alguien. Por fuera tu sacrificio debe ser: escondido, silencioso, impregnado de amor, saturado de oración. Exijo de ti, hija Mía, que tu sacrificio sea puro y lleno de humildad para que pueda complacerme en él. No te escatimaré Mi gracia para que puedas cumplir lo que exijo de ti. Ahora te instruiré (124) en qué consistirá este holocausto en la vida cotidiana para preservarte de las ilusiones. Aceptarás con amor todos los sufrimientos; no te aflijas si muchas veces tu corazón siente repugnancia y aversión por este sacrificio. Todo su poder está encerrado en la voluntad, por lo tanto los sentimientos contrarios no sólo no disminuyen este sacrificio a Mis ojos, sino que lo hacen más grande. Has de saber que tu cuerpo y tu alma estarán a menudo en el fuego. Aunque en algunas horas no Me sientas, pero Yo estaré junto a ti. No tengas miedo, Mi gracia estará contigo…. Tercer día 1768 Hija Mía, en esta meditación considera el amor al prójimo: ¿es Mi amor lo que te guía en el amor al prójimo?, ¿rezas por los enemigos?, ¿deseas el bien a quienes te han entristecido o te han ofendido de cualquier modo? Has de saber que cualquier (125) cosa buena que hagas a cualquier alma, la acojo como si la hubieras hecho a Mi Mismo. 1769 Aplicación: Oh Jesús, Amor mío. Tu sabes que en las relaciones con el prójimo, sólo desde hace poco me guío exclusivamente por Tu amor. Solamente Tú conoces mis esfuerzos encaminados a alcanzar este fin. Ahora me resulta más fácil, pero si Tú Mismo no hubieras encendido este amor en mi alma, no habría logrado perseverar en él. Es gracias a Tu amor Eucarístico que me inflama cada día. Segunda meditación 1770 Ahora vas a meditar sobre Mi amor en el Santísimo Sacramento. Aquí estoy entero para ti, con el cuerpo, el alma y la divinidad, como tu Esposo. Tú sabes lo que exige el amor, una sola cosa, es decir, la reciprocidad…. 1771 Aplicación: Oh Jesús mío, Tu sabes que deseo amarte con el amor con el cual (126) hasta ahora ningún alma Te ha amado. Desearía que el mundo entero se transformara en el amor hacia ti, Esposo mío. Tú me alimentas con la leche y la miel de Tu Corazón. Desde los años más tempranos me has criado Tu Mismo para Ti, con el fin de que ahora sepa amarte. Tú sabes que Te amo, porque sólo Tú conoces la profundidad del sacrificio que Te ofrezco cada día. 1772 Jesús me dijo: Hija Mía, ¿tienes alguna dificultad en estos ejercicios espirituales? Contesté que no tenía. Durante estos ejercicios espirituales mi mente es como un relámpago. Con gran facilidad penetro todos los misterios de la fe, Maestro mío y Guía. Bajo el rayo de tu luz toda la oscuridad desaparece de mi mente. 1773 Hoy, como lectura tomarás el santo Evangelio escrito por San Juan, capitulo 21. Vívelo más con el corazón que con la mente. 1774 (127) + Durante el oficio que se celebra en el mes de junio, el Señor me dijo: Hija Mía, en tu corazón he depositado Mi complacencia. Cuando Me quedé en el Santísimo Sacramento el Jueves Santo, has contado mucho en Mi mente. 1775 Después de estas palabras mi amor se esforzó para expresarle lo que Él era para mí y no logré encontrar palabras y rompí a llorar por mi impotencia. Y Jesús dijo: Soy para ti la Misericordia Misma, por lo tanto te pido que Me ofrezcas tu miseria y esta impotencia tuya, y con esto alegrarás Mi Corazón. 1776 Hoy, en mi alma ha entrado una llama de amor divino tan viva que si hubiera durado mas tiempo, me habría quemado en este fuego, liberándome de las ataduras del momento actual. Me parecía que bastaba un momentito más para que me hundiera en el océano de amor. No sé describir estas flechas de amor que traspasan mi alma. 1777 (128) + Conferencia sobre la misericordia Has de saber, hija Mía, que Mi Corazón es la Misericordia Misma. De este mar de misericordia las gracias se derraman sobre el mundo entero. Ningún alma que se haya acercado a Mi, se ha retirado sin consuelo. Toda miseria se hunde [en] Mi misericordia y de este manantial brota toda gracia, salvadora y santificante. Hija Mía, deseo que tu corazón sea la sede de Mi misericordia. Deseo que esta misericordia se derrame sobre el mundo entero a través de tu corazón. Cualquiera que se acerque a ti, no puede retirarse sin confiar en esta misericordia mía que tanto deseo para las almas. Reza, cuanto puedas, por los agonizantes, impetra para ellos la confianza en Mi misericordia, porque son ellos los que mas necesitan la confianza quienes la tienen muy poca. Has de saber que la gracia de la salvación eterna de algunas almas en el último momento dependió de tu oración. Tu conoces todo el abismo de Mi misericordia, (129) entonces recoge de ella para ti y especialmente para los pobres pecadores. Antes el cielo y la tierra se vuelven a la nada, que Mi misericordia deje de abrazar a un alma confiada. 1778 Mi propósito sigue siendo el mismo: la unión con Cristo Misericordia. 1779 Fin de los ejercicios espirituales; última conversación con el Señor. Te agradezco, Amor eterno, por Tu inconcebible benevolencia para mí, por ocuparte Tu Mismo directamente de Mi santificación. Hija Mía, que te adornen especialmente tres virtudes; humildad, pureza de intención [y] amor. No hagas nada mas, sino lo que exijo de ti y acepta todo lo que te dé Mi mano. Procura vivir en el recogimiento para oír Mi voz que es tan bajita que solo la pueden oír las almas recogidas….. 1780 (130) Hoy, hasta la medianoche no he conseguido dormirme por estar tan preocupada de la renovación de los votos al día siguiente. La grandeza de Dios envolvía todo mi ser. 1781 Pentecostés [420]. Renovación de los votos. Me levanté mucho [421] antes que de costumbre y fui a la capilla sumergiéndome en el amor de Dios. Antes de recibir la Santa Comunión renové mis votos religiosos en voz baja. Después de la Santa Comunión me ha abrazado el inconcebible amor de Dios. Mi alma estaba en comunión con el Espíritu Santo que es el Mismo Señor que el Padre y el Hijo. Su soplo llena mi alma de tanto deleite que me esforzaría en vano si quisiera dar aunque en parte la idea de lo que vivía mi corazón. A lo largo de todo el día, en todas partes donde estaba y durante cada conversación, me ha acompañado la viva presencia de Dios; mi alma se ha sumergido en agradecimiento por estas grandísimas gracias. 1782 (131) + Hoy, cuando Salí al jardín, el Señor me dijo: Vuelve a tu habitación aislada, porque te esperaré allí. Al volver, vi inmediatamente al Señor Jesús que estaba sentado a la mesa y me esperaba. Mirándome bondadosamente me dijo: Hija Mía, deseo que ahora escribas, porque ese paseo no habría sido conforme a Mi voluntad. Me he quedado sola y en seguida me he puesto a escribir. 1783 + Al sumergirme en la oración y unirme a todas las Misas que en ese momento se estaban celebrando en el mundo entero, rogué a Dios, a través de todas esas Santas Misas, la misericordia para el mundo y especialmente para los pobres pecadores que en ese momento estaban en agonía. Y en aquel momento dentro de mi recibí la respuesta de Dios, de que mil almas (132) habían recibido la gracia a través de la oración que yo había elevado a Dios. No sabemos qué numero de almas que podemos salvar con nuestras oraciones y nuestro sacrificio, por eso oremos siempre por los pecadores. 1784 Hoy, durante una conversación más larga, el Señor me dijo: Cuánto deseo la salvación de las almas. Mi queridísima secretaria, escribe que deseo derramar Mi vida divina en las almas humanas y santificarlas, con tal de que quieran acoger Mi gracia. Los más grandes pecadores llegarían a una gran santidad si confiaran en Mi misericordia. Mis entrañas están colmadas de misericordia que está derramada sobre todo lo que he creado. Mi deleite es obrar en el alma humana, llenarla de Mi misericordia (133) y justificarla. Mi reino en la tierra es Mi vida en las almas de los hombres. Escribe, secretaria mía, que el director de las almas lo soy Yo Mismo directamente, mientras indirectamente las guío por medio de los sacerdotes y conduzco a cada una a la santidad por el camino que conozco solamente Yo. 1785 Hoy me visitó la Madre Superiora pero por muy breve momento. Al mirar a su alrededor me ha dicho que lo que me rodeaba era demasiado bonito. Y realmente, las hermanas tratan de hacerme amena la estancia en el sanatorio. Pero toda la belleza no disminuye mi sacrificio que solamente Dios ve y que terminará en el momento en que mi corazón dejará de latir. Ninguna belleza de toda la tierra ni del cielo mismo borrará el tormento de mi alma que es vivo a cada momento (134) aunque muy intimo. Terminará cuando Tu Mismo, Autor de mi tormento, me digas: “Basta”. Nada tiene el poder de reducir mi sacrificio. 1786 Primer viernes después de Corpus Cristo [422] [17 VI 1938]. Ya el viernes después de Corpus Cristo me sentí tan mal que pensé que se acercaba el momento deseado. Apareció una fiebre alta y por la noche escupí mucha sangre. Sin embargo, en la mañana fui a recibir al Señor Jesús, pero yo no pude quedarme a la Santa Misa. Por la tarde, la fiebre bajó repentinamente a 35,8. Me sentía tan débil que tuve la sensación como si todo en mi estuviera muriendo. Pero cuando me sumergí en una oración más profunda, conocí que no era todavía el momento de la liberación, sino una llamada más cercana del Esposo. 1787 Al encontrarme con el Señor, (135) le dije: Me engañas, Jesús, me enseñas la puerta abierta del cielo y me dejas nuevamente en la tierra. Y el Señor me dijo: Cuando veas en el cielo tus días actuales, te alegrarás y querrás ver tantos como sea posible. No Me extraña, hija Mía, que ahora no logres comprender esto, ya que tu corazón esta desbordado de dolor y de anhelo por Mi. Me gusta tu vigilancia; te baste Mi palabra que ya no queda mucho. Y otra vez mi alma se encontró en el destierro. Me uní cariñosamente a la voluntad de Dios, sometiéndome a sus amorosos designios. 1788 + Las conversaciones sobre las cosas del mundo que escucho aquí me cansan tanto que estoy a punto de desmayarme. Lo han notado las hermanas que me asisten, ya que esto se refleja por fuera. 1789 (136) + Hoy [423] he visto la gloria de Dios que fluye de esta imagen. Muchas almas reciben gracias aunque no lo digan abiertamente. Aunque su suerte varia, Dios recibe gloria a través de ella y los esfuerzos de Satanás y de la gente mala se estrellan y vuelven a la nada. A pesar de la maldad de Satanás, la Divina Misericordia triunfará en el mundo entero y recibirá el culto de todas las almas. 1790 He aprendido que para que Dios pueda obrar en un alma, ésta tiene que renunciar a actuar por su propia cuenta, ya que en el caso contrario Dios no realizará en ella su voluntad. 1791 Cuando se acercaba una gran tormenta, me puse a rezar la coronilla. De repente oí la voz de un ángel: No puedo acercarme con (137) la tempestad, porque el resplandor que sale de su boca me rechaza a mí y a la tormenta. Se quejaba el ángel con Dios. De súbito conocí lo mucho que había de devastar con esa tempestad, pero conocí también que esa oración era agradable a Dios y lo potente que es la coronilla. 1792 Conocí que cierta alma que es muy agradable a Dios, a pesar de distintas persecuciones, es revestida por Dios de una dignidad más elevada, por lo cual mi corazón experimentó un gozo muy grande. 1793 Mis momentos más gratos son aquellos cuando estoy conversando con el Señor dentro de mí. Procuro, según está en mi poder, que no esté solo; a Él le gusta estar siempre con nosotros….. 1794 (138) + Oh Jesús, Dios eterno, Te agradezco por tus innumerables gracias y bendiciones. Que cada latido de mi corazón sea un himno nuevo de agradecimiento a Ti, oh Dios. Que cada gota de mi sangre circule para Ti, Señor. Mi alma es todo un himno de adoración a Tu misericordia. Te amo, Dios, por ser Tu Mismo. 1795 Oh Dios mío, aunque los sufrimientos son grandes y se prolongan, los acepto de tu mano como un magnifico regalo. Los acepto todos, también aquellos que otras almas no han querido aceptar. Puedes venir a mi, oh Jesús, con todo, no Te negaré nada; Te pido una sola cosa, dame la fuerza para soportarlos y haz que sean meritorios. Aquí tienes todo mi ser, haz conmigo lo que quieras. 1796 (139) Hoy he visto el Sagrado Corazón de Jesús en el cielo [en] una gran claridad; de la herida salían los rayos y se difundían por el mundo entero. 1797 Hoy el Señor entro en mi [habitación] y me dijo: Hija Mía, ayúdame a salvar las almas. Irás a casa de un pecador agonizante y rezarás esta coronilla con lo cual obtendrás para él la confianza en Mi misericordia, porque ya está en la desesperación. 1798 De repente me encontré en una cabaña desconocida donde, entre terribles tormentos, agonizaba un hombre ya avanzado en años. Alrededor de la cama había una multitud de demonios y la familia estaba llorando. Cuando empecé a rezar, los espíritus de las tinieblas se dispersaron con silbidos y amenazas dirigidas a mí. Esa alma se tranquilizó y llena de confianza descansó en el Señor. En el mismo instante me encontré en mi habitación. Cómo esto sucede, no lo sé. + 1799 (140) JMJ. Siento que alguna fuerza me defiende y protege de las flechas del enemigo. Me custodia y defiende, lo siento muy bien, estoy protegida como si estuviera a la sombra de sus alas. 1800 Oh Jesús mío, sólo Tú eres bueno. Aunque mi corazón se esforzara para describir al menos una pequeña parte de Tu bondad, no seria capaz; eso supera cualquier imaginación nuestra. 1801 Un día, durante la Santa Misa, el Señor me hizo conocer mas profundamente su santidad y su Majestad y al mismo tiempo conocí mi miseria. Me regocijé de ese conocimiento y toda mi alma se sumergió en su misericordia; me siento sumamente (141) feliz. 1802 Al día siguiente sentí evidentemente las palabras: Ves, Dios es tan santo y tú eres pecadora. No te acerques a Él y confiésate cada día. Y efectivamente, cada cosa en que pensé me pareció pecado. Sin embargo, no abandoné la Santa Comunión y decidí ir a confesarme a su debido tiempo, no teniendo un impedimento evidente. No obstante, cuando se acercó el día de la confesión, preparé una gran cantidad de pecados para acusarme de ellos. Pero al acercarme a la rejilla, Dios me permitió acusarme de dos imperfecciones, a pesar de que me esforzaba por confesarme según me había preparado. Cuando me alejé del confesionario, el Señor me dijo: Hija Mía, todos los pecados que quisiste confesar no son pecados a [142] Mis ojos, por lo tanto te he quitado la posibilidad de decirlos. Conocí que Satanás, queriendo turbar mi paz, me sugiere pensamientos exagerados. Oh Salvador, qué grande es Tu bondad. 1803 Un día, mientras me preparaba para la Santa Comunión y me di cuenta de que no tenia nada por ofrecerle, me caí a sus pies invocando toda su misericordia para mi pobre alma. Tu gracia que fluye sobre mi de tu Corazón compasivo me fortifique para la lucha y los sufrimientos para que te permanezca fiel, y aunque soy una gran miseria, no Te tengo miedo, porque conozco bien Tu misericordia. Nada me alejará de Ti, oh Dios, porque todo es mas pequeño (143) del conocimiento que tengo [de ti] lo veo claramente. [Aquí termina el sexto y ultimo cuaderno de los apuntes de Sor Faustina Kowalska religiosa profesa con votos perpetuos de la Congregación de las Hermanas de la Madre de Dios de la Misericordia]. MI PREPARACION PARA LA SANTA COMUNION + (1) JMJ Cracovia, 10 I 1938 Mi preparación para la Santa Comunión Sor Maria Faustina Del Santísimo Sacramento Congregación de las Hermanas de la Madre de Dios de la Misericordia 1804 (2) El momento mas solemne de mi vida es cuando recibo la Santa Comunión. Anhelo cada Santa Comunión y agradezco a la Santísima Trinidad por cada Santa Comunión. Si los ángeles pudieran envidiar, nos envidiarían dos cosas: primero, La Santa Comunión y segundo, el sufrimiento. 1805 1.+ Hoy me preparo para Tu llegada como la esposa para la llegada de su Esposo. Este Esposo mío es un gran Señor. Los cielos no logran contenerlo. Los serafines que está más cerca de Él cubren sus rostros y repiten sin cesar: Santo, Santo, Santo. Este gran Señor es mi Esposo. A Él le cantan los Coros, ante Él se postran los Tronos, frente a su resplandor se apaga el sol. Y sin embargo este gran Señor es mi Esposo. Corazón mío, sal de este profundo asombro sobre cómo lo adoran los demás, porque no tienes tiempo, visto que se acerca y ya está a tu puerta. 1806 Salgo a su encuentro y lo invito a la morada de mi corazón humillándome profundamente ante su Majestad. Pero el Señor me levanta del polvo y, como a su esposa, me invita a sentarme junto a Él y a confiarle todo (3) lo que tengo en mi corazón. Y yo, animada por su bondad, inclino mi sien sobre su pecho y le cuento todo. En primer lugar le digo lo que no diría jamás a ninguna criatura. Y luego hablo de las necesidades de la Iglesia, de las almas de los pobres pecadores, de cuánto necesitan su misericordia. Pero el tiempo pasa rápidamente. Jesús, tengo que salir de aquí a los deberes que me esperan. Jesús me dice que queda todavía un momento para despedirse. Una profunda mirada recíproca y por un rato nos separamos aparentemente, pero nunca realmente. Nuestros corazones están unidos continuamente; aunque por fuera estoy ocupada por distintos deberes, pero la presencia de Jesús me sumerge constantemente en un profundo recogimiento. 1807 2. + Hoy mi preparación para la venida de Jesús es breve, pero marcada por un amor intenso. La presencia de Dios me penetra e inflama mi amor hacia Él. No hay ninguna palabra, sólo hay un entendimiento interior. Me sumerjo toda en dios a través del amor. El Señor se acerca a la morada de mi corazón. Después de recibir la Comunión apenas estoy consciente para volver a mi reclinatorio. En ese mismo momento mi alma (4) se sumerge totalmente en Dios y no sé lo que pasa alrededor. Dios me da el conocimiento interior de su Ser Divino. Estos momentos son breves, pero penetrantes. El alma sale de la capilla profundamente recogida y no es fácil distraerla. Entonces me parece que toco la tierra con un solo pie. Ningún sacrifico durante el día resulta difícil ni pesado. Cada circunstancia despierta un nuevo acto de amor. 1808 3. + Hoy invité a Jesús a mi corazón como al amor. Tú eres el amor mismo. Todo el cielo se enciende y llena de Tu amor. Por lo tanto mi alma Te desea como una flor anhela el sol. Jesús, ven rápidamente a mi corazón, porque ves que como la flor requiere el sol, así mi corazón se [lanza] hacia Ti. Abro el cáliz de mi corazón para acoger Tu amor. 1809 Cuando Jesús vino a mi corazón, todo vibró de vida y de calor en mi alma. Jesús, retira mi amor del corazón y llénalo con el Tuyo. Un amor ardiente y luminoso que sabe llevar el sacrificio, que sabe olvidarse completamente de si mismo. Hoy mi día está marcado por el sacrificio…… 1810 (5) 4. + Hoy me preparo para la venida del Rey. Qué soy yo y qué eres Tú, Señor, Rey de la gloria, gloria inmortal. Oh corazón mío, ¿te das cuenta de quién viene a visitarte hoy? Sí, lo sé, pero es curioso que no puedo comprenderlo. Oh, si fuera solamente un rey, pero éste es el Rey de reyes, Señor de los señores. Antes Él tiembla todo poder y autoridad. Hoy Él viene a mi corazón. Lo oigo acercarse, salgo a su encuentro y lo invito. Cuando entró en la morada de mi corazón, mi alma se llenó de un respeto tan grande que se desmayó atemorizada, cayendo a sus pies. Jesús le dio su mano y le permitió bondadosamente sentarse a su lado. La tranquilizó: Ves, he dejado el trono de los cielos para unirme a ti. Lo que estás viendo es apenas una pequeña muestra y tu alma se desmaya de amor. ¡Cuánto se asombrará tu corazón cuando Me veas en toda la plenitud de la gloria! Quiero decirte, sin embargo, que la vida eterna debe iniciarse ya aquí en la tierra a través de la Santa Comunión. Cada Santa Comunión te hace más capaz para la comunión con Dios por toda la eternidad. 1811 Así que, Rey mío, no Te pido nada aunque sé que (6) me puedes dar todo. Te pido sólo una cosa: sé el Rey de mi corazón por los siglos, eso me basta. 1812 Hoy renuevo la sumisión a mi Rey a través de la fidelidad de las inspiraciones interiores. 1813 5. + Hoy no me esfuerzo en ninguna preparación especial. No sé pensar nada aunque siento mucho. Añoro el momento en que Dios venga a mi corazón. Me arrojo en sus brazos y hablo de mi incapacidad y de mi miseria. Derramo todo el dolor de mi corazón: que no soy capaz de amarle tal como deseo. Despierto los actos de fe, esperanza y amor, y de ellos vivo durante todo el día. 1814 6. Hoy mi preparación es breve. Una fe viva y fuerte casi desgarra el velo de amor. La presencia de Dios atraviesa mi corazón como un rayo de sol el cristal. En el momento de recibir a Dios, todo mi ser está sumergido en Él. Me envuelve el asombro y la admiración viendo la gran Majestad de Dios que se rebaja hacia mí que soy la miseria misma. De mi alma brota el agradecimiento (7) por todas las gracias que me concede y especialmente por la gracia de haberme llamado a su exclusivo servicio sagrado. 1815 7. + Hoy, en la Santa Comunión, deseo unirme a Jesús lo mas estrechamente posible a través del amor. Deseo a Dios tan ardientemente que me parece que no llegaré al momento en que el sacerdote me dé la Santa Comunión. Mi alma cae como en un desmayo por anhelar a Dios. 1816 Después de recibirlo en mi corazón, se desgarró el velo de la fe. Vi a Jesús que me dijo: Hija Mía, tu amor Me compensa por la frialdad de muchas almas. Después de estas palabras me quedé sola, pero durante todo el día viví del acto de reparación. 1817 8. + Hoy siento en mi alma el abismo de miseria. Deseo acercarme a la Santa Comunión como a la Fuente de Misericordia y sumergirme toda en este océano de amor. Al recibir al Señor Jesús, me arroje en Él como en el abismo de misericordia insondable y cuanto mas sentía que era la miseria misma tanto mas aumentaba mi confianza en Él. En esta humillación pasé el día entero. 1818 (8) 9. + Hoy mi alma tiene la naturaleza de un niño. Me uno a Dios como el niño al Padre. Me siento plenamente la hija de Dios. 1819 Al recibir la Santa Comunión, tuve un conocimiento mas profundo del Padre celestial y de su paternidad para con las almas. Hoy vivo de la adoración de la Santísima Trinidad. Agradezco a Dios por haberse dignado adoptarnos, por medio de la gracia, como a sus hijos. 1820 10. + Hoy deseo transformarme toda en el amor de Jesús y ofrecerme junto con Él al Padre celestial. Durante la Santa Misa vi a Jesús pequeñito, en un cáliz y me dijo: Vivo en tu corazón tal y como Me ves en este cáliz. 1821 Después de la Santa Comunión sentí en mi propio corazón los latidos del Corazón de Jesús. Aunque desde hace mucho estoy consciente de que la Santa Comunión dura en mí hasta la siguiente Comunión, hoy todo el día adoro a Jesús en mi corazón y le pido que con su gracia proteja a los niños pequeños del mal que les amenaza. La viva presencia de Dios que se deja sentir incluso físicamente dura el día entero, no me impide absolutamente cumplir con mis deberes. 1822 (9) 11. + Hoy mi alma desea mostrar a Jesús su amor de modo particular. Cuando el Señor entró en mi corazón, me arrojé a sus pies como un capullo de rosa. Deseo que la fragancia de mi amor ascienda continuamente a los pies de Tu trono. Ves, oh Jesús, en este capullo de rosa todo mi amor a Ti; pero no solamente en este momento cuando mi corazón arde amor, sino que durante el día te daré pruebas de mi amor a través de la fidelidad a la gracia de Dios. Hoy todas las dificultades y sufrimientos que enfrento, los captaré apresuradamente como un capullo de rosa para arrojarlos a los pies de Jesús. No importa que la mano, o más bien el corazón se cubra de sangre….. 1823 12. + Hoy mi alma se prepara para la venida del Salvador que es la bondad y la misericordia misma. Las tentaciones y distracciones me sacuden y no me dejan prepararme para la venida del Señor. Deseo fervientemente recibirte, oh Señor, porque sé que cuando vengas, me liberarás de estos tormentos. Y si Tu voluntad es que sufra, entonces fortaléceme para la lucha.
Jesús, Salvador que Te dignaste (10) venir a mi corazón, aleja estas distracciones que me impiden hablar Contigo. Jesús me contestó: Quiero que seas como un oficial entrenado en la lucha que, entre el estruendo de las balas, sabe dar órdenes a los demás. Igualmente tu, hija Mía, entre las mas grandes dificultades, has de saber dominarte y que nada te aleje de Mi, ni siquiera tus caídas. Hoy he luchado todo el día contra cierta dificultad que Tu, Jesús, conoces….. 1824 13. + Hoy mi corazón tiembla de alegría. Deseo mucho que Jesús venga a mi corazón. Estoy llena de un deseo ardiente, mi corazón ansioso de verlo se enciende con un amor cada vez mas fuerte. Cuando Jesús vino, me arrojé en sus brazos como una niña pequeña. Le conté mi alegría. Jesús escuchaba estas manifestaciones de mi amor. Cuando le pedí perdón por no haberme preparado a la Santa Comunión, ya que pensaba continuamente en compartir [con él] esta alegría, Jesús me contestó: La mas agradable para Mi es la preparación con la cual Me has acogido hoy en tu corazón. Hoy bendigo esta alegría tuya de modo especial. Nada te turbará esta alegría en el día de hoy….. 1825 (11) 14. + Hoy mi alma se prepara para la venida del Señor que lo puede todo, que me puede hacer perfecta y santa. Me preparo mucho para acogerle, pero de súbito tuve una dificultad: ¿cómo presentársela? La rechacé en seguida. La presentaré tal como me lo dictará el corazón. 1826 Cuando recibí a Jesús en la Santa Comunión, mi corazón exclamó con toda la fuerza: Jesús, transfórmame en una segunda hostia. Quiero ser una hostia viva para Ti. Tu eres el gran Señor, omnipotente, Tu puedes hacerme esta gracia. Y el Señor me contestó: Tú eres una hostia viva, agradable al Padre celestial, pero medita ¿qué es una hostia? Una ofrenda. ¿Entonces…..? Oh Jesús mío, comprendo el significado de la hostia, comprendo el significado de la ofrenda. Deseo ser una hostia viva delante de Tu Majestad, es decir, una ofrenda viva que arde para Tu gloria cada día. Cuando mis fuerzas empiecen a disminuir, entonces la Santa Comunión me sostendrá y fortalecerá. De verdad, temo el día en que no reciba la Santa Comunión. Mi alma recibe una fuerza admirable de la Santa Comunión. ¡Oh Hostia viva, luz de mi alma! 1827 (12) 15. + Hoy mi alma se prepara para la Santa Comunión como para un banquete de bodas en que todos los participantes lucen una belleza inexpresable. Y yo también estoy invitada a este banquete, pero no veo en mi esta belleza, sino un abismo de miseria. Y aunque no me siento digna de sentarme a la mesa, sin embargo me deslizaré por debajo de la mesa, y a los pies de Jesús mendigaré al menos las migas que caigan debajo de la mesa. Conociendo Tu misericordia me acerco a Ti, Jesús, porque antes faltará mi miseria que se agote la piedad de Tu Corazón. Por eso, en el día de hoy alentaré mi confianza en la Divina Misericordia. 1828 16. + Hoy me envuelve la Majestad de Dios. No logro ayudarme de ningún modo para prepararme mejor. Estoy envuelta totalmente por Dios. Mi alma se inflama de su amor. Sé solamente que amo y que soy amada. Eso me basta. Procuro ser fiel al Espíritu Santo durante el día y satisfacer sus exigencias. Procuro el silencio interior para poder oír su voz… |
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