¡Dios te salve María!
 

172     El Padre [95] que dirigía los ejercicios espirituales, era de América.  Vino a Polonia por poco       tiempo y coincidió que nos predicara los ejercicios a nosotras.  En ese hombre se reflejaba una profunda vida interior.  Su aspecto revelaba la grandeza del espíritu; la mortificación y el recogimiento caracterizaban a aquel sacerdote.  Sin embargo, a pesar de las grandes virtudes que aquel sacerdote poseía, experimenté enormes dificultades para revelarle mi alma en cuanto a las gracias, porque en cuanto a los pecados es siempre fácil, pero en lo que se refiere a las gracias, de verdad tengo que imponerme un gran esfuerzo y aun con esto no digo todo.

 

173            Tentaciones de Satanás durante las meditaciones.  Me invadió extrañamente el temor de que el sacerdote no me entendiera o no tuviera tiempo para que pudiera exponerle todo.  ¿Cómo le hablaré de todo esto?  Si fuese el Padre Bukowski, me resultaría más fácil, pero a este jesuita lo veo por primera vez.  En ese momento me vino a la mente el consejo del Padre Bukowski [96], quien me había dicho que cuando hiciera los ejercicios espirituales, debería tomar nota, aunque brevemente, de la luz que Dios me mandaría y por lo menos de eso darle cuenta, aunque brevemente.  Oh Dios mío, un día y medio me ha pasado tan fácilmente:  ahora esta empezando la lucha de vida o muerte.  Dentro de media hora debe haber la meditación y después tengo que ir a confesarme.  Satanás me hace creer que si las Superioras dijeron que mi vida es una ilusión, ¿para qué preguntar todavía (87) y molestar al confesor?  Después de todo, la M. X [97] te dijo que Jesús no tiene ese tipo de relaciones con almas tan miserables; lo mismo te dirá ese confesor.  ¿A qué hablar de esto?  Al fin y al cabo no son pecados, y la Madre X te dijo explícitamente que todos esos contactos con el Señor Jesús son un sueño, pura histeria, pues, ¿para qué hablar de eso a ese sacerdote?  Vas a hacer mejor si lo rechazas todo como una ilusión.  Mira, cuántas humillaciones sufriste y cuántas sufrirás todavía, además las hermanas saben que eres histérica.  ¡Oh Jesús!, grité con toda la fuerza de mi alma.  Justo en aquel momento el Padre salió para dar la conferencia.  Habló brevemente, como si tuviera prisa.  Terminada la conferencia se sentó en el confesionario.  Miré alrededor, ninguna hermana se acercaba.  Me levanté rápidamente de mi reclinatorio y en un momento estaba junto a la rejilla.  No hubo tiempo para ninguna reflexión.

 

 

 

170      En vez de hablar al Padre de mis dudas que me fueron infundidas respecto a Jesús, comencé a relatarle todas las tentaciones que he descrito arriba.  Sin embargo el confesor se dio cuenta en seguida de mi situación y dijo:  Hermana, usted no confía en Jesús, porque se comporta con usted con tanta benevolencia.  Pues, hermana, este completamente tranquila.  Jesús es su Maestro y su comunión con Jesús no es ni una histeria, ni un sueño, ni una ilusión.  Sepa hermana, que está en el buen camino.  Trate de ser fiel a estas gracias y no debe evitarlas.  No es nada necesario que usted hable de estas gracias interiores a las Superioras, si no fuera por una orden clara de Jesús, y antes consulte al confesor.  Pero si Jesús pide alguna cosa que está al exterior, entonces, tras consultar al confesor, usted debe cumplir lo que el Señor pide, aunque eso la cueste muchísimo.  Y por otra parte, usted, hermana tiene que hablar de todo con el confesor.  No hay absolutamente otro camino para usted.  Ore, hermana (88), para obtener un director espiritual, porque en el caso contrario, usted desperdiciará estos grandes dones de Dios.  Le repito otra vez esté tranquila, usted está en el buen camino.  Ignore todo y siempre sea fiel al Señor Jesús, sin reparar en lo que digan de usted, hermana.  Precisamente con tales almas miserables el Señor Jesús trata de esta manera y cuánto mas usted se humille, tanto mas Jesús se unirá a usted.

 

171Cuando me alejé de la rejilla, una alegría inconcebible inundó mi alma hasta tal punto que me retiré a un lugar apartado en el jardín, para esconderme de las hermanas y permitir al corazón desbordarse plenamente hacia Dios.  La presencia de Dios me penetró por completo y en un solo momento toda mi nada se sumergió en Dios y en aquel momento sentí, es decir distinguí las Tres Personas Divinas que habitaban en mí, y la paz que tenia en el alma era tan grande que me asombraba yo misma, de cómo había sido posible estar intranquila.

 

172+ Propósito:  Fidelidad a las inspiraciones interiores, aunque eso me costara no sé cuánto.  No hacer nada por mi misma sin consultar antes al confesor.

 

173+Renovación de los votos.  Desde la primera hora, cuando me desperté, en seguida mi alma se sumergió entera en Dios, en este océano de amor.  Sentía que estaba toda sumergida entera en Él.  Durante la Santa Misa mi amor hacia Él alcanzó una gran intensidad.  Después de renovar los votos y de la Santa Comunión, de repente vi. al Señor Jesús que me dijo con benevolencia:  Hija Mía, mira Mi Corazón misericordioso.  Cuando me fijé en este Corazón Santísimo, salieron los mismos rayos que están en la imagen, como Sangre y Agua, y entendí lo grande que es la misericordia del Señor.  Y Jesús volvió a decir muy amablemente:  Hija Mía, habla a los sacerdotes de esta inconcebible misericordia Mía.  Me queman las llamas de la misericordia, las quiero derramar sobre las almas, [y] las almas no quieren creer en Mi bondad.  De repente Jesús desapareció.  Sin embargo, todo el día mi espíritu estuvo (89) sumergido en la sensible presencia de Dios, a pesar del ruido y de la conversación que suele haber después de los ejercicios espirituales.  A mi eso no me molestó nada.  Mi espíritu estaba en Dios, a pesar de que exteriormente yo tomaba parte en las conversaciones y hasta fui con una visita a Derdy [98].

 

174Hoy empezamos la tercera probación [99].  Nos reunimos las tres junto a la M. Margarita, porque las demás hermanas tenían la tercera probación en el noviciado.  La Madre Margarita empezó con una plegaria y una explicación sobre lo que consiste la tercera probación, y recordó lo grande que es la gracia de los votos perpetuos.  De repente me vino un gran llanto.  En un solo momento, delante de los ojos de mi alma aparecieron todas las gracias de Dios y me vi. tan miserable e ingrata frente a Dios.  Las hermanas empezaron a reprenderme ¿por qué se puso a llorar tanto? Pero la Madre Maestra me defendió y dijo que eso no la asombraba.

 

Terminada la hora fui delante del Santísimo sacramento y como la miseria y la nada más

grandes, le suplique por su misericordia y que se dignara sanar y purificar mi pobre alma.  De repente oí estas palabras:  Hija Mía, todas tus miserias han sido quemadas en el fuego de Mi amor, como una pajita arrojada en unas llamas enormes.  Y con esta humillación atraes a ti y a otras almas todo el mar de Mi misericordia.  Y contesté: Jesús, forma mi pobre corazón según Tu divina complacencia. 

 

175Durante todo el periodo de la probación mi tarea fue la de ayudar a la hermana en el vestuario [100].  Esta tarea me dio muchas ocasiones para ejercitarme en las virtudes.  Más de una vez, iba tres veces [seguidas] a llevar ropa interior a ciertas hermanas y no era suficiente para satisfacerlas.  Pero conocí también grandes virtudes de algunas hermanas, que pedían siempre traerles (90) lo peor de todo el vestuario.  Admiraba ese espíritu de humildad y de mortificación.

 

176+ Durante el Adviento se despertó en mi alma un vivo deseo de Dios.  Mi espíritu anhelaba a Dios con toda la fuerza de su ser.  En aquel tiempo el Señor me dio mucha luz para que conociera sus atributos.

 

El primer atributo que el Señor me dio a conocer, fue su Santidad.  Esta Santidad es tan grande que delante de Él tiemblan todas las Potencias y todas las Fuerzas.  Los espíritus puros encubren sus rostros y se sumergen en adoración permanente, y la única expresión de su adoración sin límites es Santo… La Santidad de Dios es derramada sobre la Iglesia de Dios y sobre cada alma que vive en ella pero no en grado igual.  Hay almas completamente divinizadas, pero hay también almas apenas vivas.

 

El segundo atributo que el Señor me dio a conocer, fue su Justicia.  Su Justicia es tan grande y penetrante que llega hasta el fondo de la esencia de las cosas y delante de Él todo se presenta en desnuda verdad, y nada podría continuar subsistiendo.

 

El tercer atributo fue el Amor y la Misericordia.  Y entendí que el mayor atributo es el Amor y la Misericordia.  El une la criatura al Creador.  El amor más grande y el abismo de la misericordia los reconozco en la Encarnación del Verbo, en su redención, y de esto entendí que éste es el más grande atributo de Dios.

 

177Hoy limpiaba la habitación de una de las hermanas.  A pesar de que trataba de limpiarla con máximo esmero, ella me seguía diciendo durante todo el tiempo: Aquí hay polvo, allí una manchita en el suelo.  A cada señal suya yo pasaba y repasaba lo mismo, hasta diez veces (91), para tenerla contenta.  No es el trabajo que cansa sino la habladuría y las exigencias desmedidas.  No la satisfizo mi martirio de un día entero, sino que fue a la Maestra para quejarse.  Le digo, Madre, ¡qué hermana tan desatenta!, no sabe apresurase.  Al día siguiente fui a hacer el mismo trabajo sin una palabra de explicación.  Cuando volvió a molestarme, pensé: Jesús, es posible ser un mártir silencioso; las fuerzas disminuyen no por el trabajo, sino por este martirio.

 

178Comprendí que algunas personas tienen un don especial de atormentar a los demás.  Los  ejercitan a más no poder.  Pobre aquella alma que cae bajo su mano.  No cuenta nada, las mejores cosas son juzgadas al revés.

 

+ Vigila de la Noche Buena

 

         Hoy me uní estrechamente a la Santísima Virgen, viví sus momentos íntimos.  Por la noche, antes de partir “oplatek”*, entré en la capilla, para intercambiarlo espiritualmente con las personas queridas y pedí a la Virgen las gracias para ellas.  Mi espíritu estaba sumergido completamente en Dios.  Durante la Santa Misa de Medianoche vi. al Niño Jesús en la Hostia; mi

         Espíritu se sumergió en Él.  Aunque era un Niñito, su Majestad penetró mi alma.  Me impresionó profundamente este misterio, este gran humillarse de Dios, este inconcebible anonadamiento Suyo.  Durante toda la fiesta de la Navidad lo tuve vivo en el alma.  Oh, nosotros nunca comprenderemos este gran humillarse de Dios; cuanto mas lo medito [aquí la frase ha quedado interrumpida].

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            * En Polonia antes de empezar la cena de la Nochebuena, todos los miembros de la familia y otras personas reunidas en torno a la mesa navideña, parten “oplatek” (leer – opuatek, que es un trozo de la hostia no consagrada) y se dan augurios para todo el año.  Es una tradición muy antigua y muy difundida.

 

183     Una mañana, después de la Santa Comunión, oí esta voz:  Deseo que Me acompañes cuando voy a los enfermos.   Contesté que estaba de acuerdo, pero un momento después reflexioné:  ¿Cómo voy a hacerlo? Dado que las hermanas del segundo coro [101] no acompañan al Santísimo Sacramento, siempre van las Hermanas Directoras.  (92)  Pensé que Jesús lo solucionaría.  Pocos minutos después, la Madre Rafaela mandó llamarme y me dijo:  Hermana, usted va a acompañar al Señor Jesús, cuando el sacerdote visite a los enfermos.  Y durante todo el tiempo de la probación, siempre iba con luz, acompañando a Jesús y como un oficial de Jesús procuraba siempre ceñirme con un pequeño cinturón de hierro [102], porque no estaría bien acompañar al Rey vestida como de costumbre.  Esa mortificación la ofrecía por los enfermos.

 

184    +  La Hora Santa.  Durante esta hora procuraba meditar la Pasión del Señor.  No obstante mi alma fue inundada de gozo y de repente ví. al pequeño Niño Jesús.  Y su Majestad me penetró y dije:  Jesús, Tú eres tan pequeño, pero yo sé que Tú eres mi Creador y Señor.  Y Jesús me contestó:  Lo soy y trato contigo como un niño para enseñarte la humildad y la sencillez.

 

Todos los sufrimientos y las dificultades las ofrecía a Jesús como una ofrenda floral para el día de nuestros desposorios perpetuos.  Nada me resultaba difícil al recordar que lo hacia por mi Esposo, como una prueba de mi amor hacia Él.

 

 

185    Mi silencio para Jesús.  Procuraba mantener un gran silencio por Jesús.  En medio del mayor

         ruido, Jesús siempre encontraba silencio en mi corazón, aunque a veces eso me costó mucho.  Pero por Jesús, ¿qué puede resultar grande por Aquel a quien amo con toda la fuerza de mi alma?

 

186   +  Hoy, Jesús me dijo:  Deseo que conozcas mas profundamente el amor que arde en Mi Corazón por las almas y tu comprenderás esto cuando medites Mi Pasión.  Apela a Mi misericordia para los pecadores, deseo su (93) salvación.  Cuando reces esta oración con corazón contrito y con fe por algún pecador, le concederé la gracia de la conversión.  Esta oración es la siguiente:

 

187    Oh Sangre y Agua que brotaste del Corazón de Jesús como una Fuente de Misericordia para nosotros, en Ti confío.

 

188En los últimos días de carnaval, mientras celebraba la Hora Santa, vi. Al Señor Jesús sufriendo la flagelación.  ¡Oh, que suplicio inimaginable!  Cuán terriblemente sufrió Jesús durante la flagelación!  Oh pobres pecadores, ¿cómo se encontrarán el día del juicio, con este Jesús a quien ahora están torturando tanto?  Su Sangre fluyó sobre el suelo y en algunos puntos la carne empezó a separarse.  Y vi. en la espalda algunos de sus huesos descarnados… Jesús emitía un gemido silencioso y un suspiro.

 

189      En cierta ocasión Jesús me dió a conocer lo mucho que le agrada el alma que observa fielmente la regla.  El alma obtiene mayor recompensa por ser fiel a la regla que por las penitencias y por grandes mortificaciones.  Pero si éstas son emprendidas fuera de la regla, aunque también reciben la recompensa, pero no superior a la de la regla.

 

 

190     Durante una adoración el Señor me pidió que me ofreciera a Él como victima por un sufrimiento que serviría de reparación en la causa de Dios y no solamente en general por los pecados del mundo, sino en particular por las faltas cometidas en esta casa.  Dije en seguida que sí, que estaba dispuesta.  No obstante, Jesús me dio a conocer lo que debía sufrir y en un solo momento se presentó y pasó delante de los ojos de mi alma todo el martirio.  Primero, mis intenciones no serian reconocidas, varias sospechas y desconfianzas, toda clase de humillaciones y contrariedades, no las enumero todas.  (94)  Delante de los ojos de mi alma todo se presentó como una tempestad sombría, de la que un momento después iban a soltarse rayos, que estaban esperando solamente mi consentimiento.  Mi alma quedó espantada durante un momento.  De repente sonó la campanilla para el almuerzo.  Salí de la capilla temblorosa e indecisa.  Sin embargo aquel sacrificio estaba continuamente delante de mi, porque ni había decidido aceptarlo ni tampoco había dicho no al Señor.  Quería someterme a su voluntad.  Si Jesús Mismo me la asignaba, estaba preparada.  Pero Jesús me dio a conocer que era yo quien debía aceptar voluntariamente y con pleno conocimiento, porque si no, no tendría ningún significado.  Todo su valor consistía en mi acto voluntario frente a Él, pero al mismo tiempo el Señor me dio a conocer que eso estaba en mi poder.  Lo podía hacer, pero [podía] también no hacerlo.  En aquel momento contesté: Jesús, acepto todo, cualquier cosa que quieras mandarme; confío en Tu bondad.  En un instante sentí que con este acto rendí un gran honor a Dios.  Pero me armé de paciencia.  Al salir de la capilla, me enfrenté en seguida con la realidad.  No quiero describirlo con detalles, pero hubo tanto cuanto pude soportar, no hubiera podido soportar ni una gota más.

 

191     + Una mañana, oí en el alma estas palabras:  Ve a la Madre General [103] y dile que tal cosa, en tal casa no Me agrada.  No puedo decir qué cosa ni en que casa, pero a la Madre General se lo dije, aunque me costó muchísimo.

 

192     Una vez me cargué con una espantosa tentación que atormentaba a una de nuestras alumnas en la casa de Varsovia.  Era la tentación del suicidio.  Sufrí durante siete días y después de siete días Jesús le concedió la gracia y entonces terminó mi sufrimiento.  Es un gran sufrimiento.  A menudo me cargo con tormentos de nuestras alumnas.  Jesús me lo permite, y los confesores [también] [104].

 

193     (95) Mi corazón es la morada estable de Jesús.  Además de Jesús nadie tiene acceso a él.  De Jesús recojo fuerzas para luchar contra todas las dificultades y contrariedades.  Deseo transformarme en Jesús para poder dedicarme perfectamente a las almas.  Sin Jesús no me acercaría a las almas, porque sé lo que soy yo por mi misma.  Absorbo a Dios en mí, para entregarlo a las almas.

 

194     + 27 III.  Deseo cansarme, trabajar, anonadarme por nuestra obra de salvacion de las almas inmortales.  No importa si estos esfuerzos acortan mi vida, dado que ella ya no me pertenece, porque es la propiedad de la Congregación.  Por la fidelidad a la Congregación deseo ser util a toda la Iglesia.

 

195     Oh Jesús, hoy mi alma está como ensombrecida por el sufrimiento.  Ni un solo rayo de luz.  La tormenta arrecia y Jesús está dormido.  Oh mi Maestro, no voy a despertarte, no voy a interrumpir Tu dulce sueño.  Yo creo que Tú me estás fortificando, sin que yo lo sepa.

 

Hay horas enteras en las cuales Te adoro, oh Pan Vivo, entre una gran aridez del alma.  Oh Jesús, Amor Puro, no necesito consolaciones, me alimento de Tu voluntad, oh Soberano.  Tu voluntad es el fin de mi existencia.  Me parece que el mundo entero está a mi servicio y depende de mi.  Tu, oh Señor comprendes mi alma en todas sus aspiraciones.

 

            Jesús, cuando yo misma no puedo cantarte el himno del amor, admiro el canto de los serafines, tan amados por Ti.  Deseo, como hacen ellos, ahogarme en Ti.  A tal amor nada puede detenerlo, porque ninguna fuerza tiene poder sobre él.  El se parece a un relámpago que ilumina la oscuridad, (96) pero no se queda en ella.  Oh Maestro mío, Tú Mismo modela mi alma según Tu voluntad y Tus proyectos eternos.

 

196Cierta persona se propuso como tarea ejercitarme de distintos modos en la virtud.  Un día me detuvo en el pasillo y empezó por decirme que no tenia por que llamarme la atención, no obstante me mandó estar de pie durante media hora enfrente de la pequeña capilla [105] y esperar a la Madre Superiora, y cuando aquella regresara después del recreo [106], inculparme de diversas cosas, que ella me dijo para que me acusara de ellas.  Aunque en el alma no tenia la menor idea de eso, no obstante obedecí y esperé media hora a la Superiora.  Cada hermana que pasaba a mi lado, miraba sonriendo.  Al haberme acusado frente a la Madre Superiora [107], me mandó al confesor, cuando me acerqué a la confesión, el sacerdote se dio cuenta en seguida de que eso era algo que no procedía de mi alma, y que yo no tenia la menor idea de aquellas cosas y se extrañó de que aquella persona hubiera podido decidirse a dar tales órdenes.

 

197      Oh  Iglesia de Dios, tú eres la mejor madre, sólo tu sabes educar y hacer crecer al alma.  Oh,   cuanto amor y cuanta veneración tengo para la Iglesia, la mejor de las madres.

 

198Una vez el Señor me dijo:  Hija Mía, tu confianza y tu amor impiden Mi justicia y no puedo castigar porque Me lo impides.  Oh. Cuanta fuerza tiene el alma llena de confianza.

 

199            Cuando pienso en los votos perpetuos y en quien es Aquel que desea unirse a mí, este pensamiento me induce a meditar sobre Él durante horas enteras.  ¿Cómo va a suceder esto?  Tú eres Dios y yo una criatura Tuya, Tú eres el Rey Inmortal y yo una mendiga y la miseria misma.  Pero ahora ya lo tengo todo claro en realidad, (97) este abismo, Señor, lo llenarán Tu gracia y amor.  Este amor llenará el abismo que hay entre Tú, Jesús, y yo.

 

200            Oh Jesús, que profundamente herida queda un alma cuando trata siempre de ser sincera y la acusan de hipocresía, y la tratan con desconfianza.  Oh Jesús, Tu has sufrido esto también para dar una reparación a Tu Padre.

 

 

201Deseo esconderme de manera que ninguna criatura conozca mi corazón, Oh Jesús, solo Tú conoces mi corazón y lo posees totalmente.   Nadie conoce nuestro secreto; con una mirada nos entendemos mutuamente.  Desde el momento en que nos hemos conocido, soy feliz.  Tu grandeza me llena plenamente.  Oh Jesús, cuando estoy en el último lugar y el más bajo de las postulantes, incluso las más jóvenes, entonces me siento en el lugar apropiado para mí.  No sabía que en aquellos rinconcitos oscuros el Señor había colocado tanta felicidad.  Ahora entiendo que incluso en la cárcel, de un corazón puro puede prorrumpir una abundancia de amor por Ti. Señor.  Las cosas exteriores no tienen importancia para un amor puro, él penetra todo.  Ni las puertas de una cárcel, ni las puertas del cielo presentan alguna fuerza para él.  Él llega a Dios Mismo y nada es capaz de apagarlo.  Para él no existen barreras, es libre como un rey y tiene la entrada libre en todas partes.  La muerte misma tiene que bajar la cabeza frente a él…

 

202      Hoy ha venido a visitarme una hermana mía de sangre [108].  Cuando me ha contado sus intenciones, he temblado de miedo, ¿es posible esto?  Esta querida alma bella frente a Dios, no obstante unas grandes tinieblas habían bajado sobre ella y no sabia defenderse.  Todo lo veía en negro.  El buen Dios me la ha confiado, durante dos semanas puede trabajar sobre ella.  Sin embargo, cuantos sacrificios me ha costado, solamente Dios lo sabe.  Por ninguna otra alma he llevado al trono de Dios tantos sacrificios, sufrimientos y oraciones como por ella.  (98)  Sentía que había forzado a Dios a concederle la gracia.  Cuando pienso en todo esto, veo un verdadero milagro.  Ahora veo cuanto poder tiene la plegaria de intercesión ante Dios.

 

203            Ahora, en esta Cuaresma, a menudo siento la Pasión del Señor en mi cuerpo; todo lo que sufrió Jesús, lo vivo profundamente en mi corazón, aunque por fuera mis sufrimientos no se delatan por nada, solamente el confesor sabe de ellos.

 

204Una breve conversación con la Madre Maestra [109].  Cuando le pregunte por algunos detalles para progresar en la vida interior, esta santa Madre me contesto a todo con gran claridad de argumentos.  Me dijo:  Si usted, hermana, continua cooperando así con la gracia de Dios, estará a un paso de una estrecha unión con Dios.  Usted, comprende en que sentido lo digo.  Que la fidelidad a la gracia del Señor sea su característica.  No a todas las almas Dios las conduce por este camino. 

 

205+Pascua de resurrección.  Hoy durante la ceremonia pascual, vi. al Señor Jesús [en] un gran esplendor se acercó a mi y me dijo:  Paz a ustedes, hijos Míos, y levantó la mano y nos bendijo.  Las llagas de las manos y de los pies, y del costado no estaban borradas sino resplandecientes.  Luego me miró con tanta benevolencia y amor, que mi alma se sumergió totalmente en Él, y me dijo:  Has tomado gran parte en Mi Pasión, por eso te doy esta gran participación en Mi gloria y en Mi alegría.  Toda la ceremonia pascual me pareció un minuto.  Un extraño recogimiento envolvió mi alma y se mantuvo durante toda la fiesta.  La amabilidad de Jesús es tan grande que es imposible expresarla.

 

206 (99)  Al día siguiente, después de la Santa Comunión oí la voz:  Hija Mía, mira hacia el abismo de Mi misericordia y rinde honor y gloria a esta misericordia Mía, y hazlo de este modo: Reúne a todos los pecadores del mundo entero y sumérgelos en el abismo de Mi misericordia.  Deseo darme a las almas, deseo las almas, hija Mía.  El día de Mi Fiesta, la Fiesta de la Misericordia – recorrerás el mundo entero y traerás a las almas desfallecidas a la fuente de Mi misericordia.  Yo las sanaré y las fortificaré.

 

207 Hoy recé por un alma agonizante que estaba muriendo sin los santos sacramentos, aunque los deseaba ardientemente.  Pero ya era demasiado tarde.  Se trata de una pariente mía, la esposa de un tío paterno.  Era un alma querida de Dios.  En aquel momento no hubo distancia para nosotras.

 

208 Oh vosotros, pequeños, insignificantes sacrificios cotidianos, sois para mi como las flores del campo con las cuales cubro los pies del amado Jesús.  A veces, yo comparo estas pequeñeces con las virtudes heroicas, porque para su incesante continuidad exigen heroísmo.

 

209 Durante los sufrimientos no busco ayuda de las criaturas, sino que Dios es todo para mí, aunque a veces me parece que el Señor tampoco me escucha.  Me armo de paciencia y de silencio, como la paloma que no se queja ni muestra dolor cuando le quitan sus pequeños.  Deseo volar hacia el ardor mismo del sol y no quiero detenerme entre el humo y la neblina.  No me cansaré, porque me he apoyado en Ti ¡mi fuerza!

 

210 Ruego ardientemente al Señor que se digne reforzar mi fe para que en mi gris vida cotidiana no me guíe según las consideraciones humanas, sino según el espíritu.  Oh, como todo atrae al hombre hacia la tierra, pero una fe viva mantiene el alma en una espera mas alta y al amor propio le asigna el lugar que le corresponde, es decir, el último.

 

211 (100) + Una oscuridad terrible cae nuevamente sobre mi alma.  Me parece que estoy bajo la influencia de ilusiones.  Cuando fui a confesarme para obtener luz y serenidad, no las encontré.  El confesor [110] me creó todavía mas dudas de las que tenía antes.  Me dijo:  No puedo entender qué poder obra en usted, hermana, tal vez Dios o tal vez el espíritu maligno.  Al alejarme del confesionario, empecé a considerar sus palabras.  Cuanto más las contemplaba, tanto mas mi alma se hundía en la oscuridad.  ¿Qué hacer, Jesús?  Cuando Jesús se acercaba a mí bondadosamente, yo tenía miedo.  ¿Eres verdaderamente Tú, Jesús?  Por un lado me atrae el amor, por el otro el miedo.  Que tormento, no sé describirlo.

 

212 Cuando fui a confesarme de nuevo, recibi la respuesta:  Yo no la entiendo a usted, hermana, es mejor que usted no se confiese conmigo.  Dios mio, yo tengo que hacerme tanta violencia antes de decir cualquier cosa sobre mi vida interior y he aquí la respuesta que obtengo ¡yo no la entiendo!

 

213 Cuando me alejé del confesionario fui asaltada por innumerables tormentos.  Fui delante del Santisimo sacramento y dije:  Jesús, sálvame.  Tu ves que soy debil.  Entonces escuche estas palabras:  Durante los ejercicios espirituales, antes de los votos perpetuos, te daré una ayuda.  Fortalecida por estas palabras, comencé a avanzar sin pedir consejo a nadie; sin embargo sentia tanta desconfianza hacia mi misma, que decidí acabar con esas dudas una vez por todas.  Asi pues, esperaba ansiosamente esos ejercicios espirituales que debian preceder los votos perpetuos; ya unos dias antes pedia incesamente al Señor la luz para el sacerdote que iba a confesarme, para que él decidiera de una vez, categóricamente, sí o no, y yo pensaba:  Estaré tranquila una vez por toda.s  Pero estaba preocupada si alguien quisiera escuchar todas esas cosas.  Sin embargo, decidi no pensar nada en eso, y tener toda la confianza en el Señor.  Me resonaban esas palabras:  “Durante los ejercicios espirituales.”

 

214 (101) Todo ya está preparado.  Mañana por la mañana hemos de salir a Cracovia para los ejercicios espirituales.  Hoy entré en la capilla para agradecer a Dios las innumerables gracias que me había concedido durante esos cinco meses.  Mi corazon estaba profundamente conmovido frente a trantas gracias y la tutela de las Superioras.

 

215 Hija Mia, quedate tranquila, Me encargo de todos los asuntos.  Yo Mismo los resolveré con las Superioras y con el confesor.  Habla con el Padre Andrasz con la misma sencilles y confianza con la que hablas Conmigo.

 

216 Hoy [18 IV 1933] llegamos a Cracovia.  Qué alegria encontrarme nuevamente aquí, donde aprendi a dar los primeros pasos en la vida espiritual.  La querida Madre Maestra, [111] siempre la misma, alegre y llena de amor al projimo.  Entré un momento en la capilla; la alegria inundó mi alma.  En un momento me acordé de todo un mar de gracias que había recibido aquí siendo novicia.

 

217 Y hoy empezamos a reunirnos todas para ir por una hora al noviciado.  La Madre Maestra M. Josefa nos dirigió algunas palabras y preparó el plan de los ejercicios espirituales.  Cuando nos decia esas pocas palabras, me vino delante de los ojos todo lo bueno que esa querida Madre había hecho por nosotras.  Senti en el alma un gran agradecimiento hacia ella.  La pena de estar en el noviciado por ultima vez, estrechó mi corazon.  Ya debo luchar con Jesús, trabajar con Jesús, sufrir con Jesús; en una palabra, vivir y morir con Jesús.  La Maestra ya no seguira mis pasos para instruirme, advertirme, amonestarme, alentarme o reprenderme.  Sola, siento un extraáo miedo.  Oh Jesús, da algun remedio.  Sí, tendré la Superiora, es verdad, pero desde ahora estaré mas sola.

 

(102)                                                                                                                                                                                                          Cracovia 21 IV 1933

 

+ A la mayor gloria de Dios.

 

Ejercicios espirituales de ocho dias antes de los votos perpetuos.

 

218Hoy empiezo los ejercicios espirituales.  Jesús, Maestro mio, guiame, dispon de mi según Tu voluntad, purifica mi amor para que sea digna de Ti, haz de mi lo que desea Tu misericordiosisimo Corazon.  Jesús, en estos dias estaremos a solas, hasta el momento de nuestra union; mantenme, Jesús, en el recogimiento del espiritu.

 

219Por la noche el Señor me dijo:  Hija Mia, que nada te asuste ni te perturbe, mantén una profunda tranquilidad, todo está en Mis manos, te haré entender todo por la boca del Padre Andrasz.  Sé como una niña frente a él.

 

Un momento delante del Santisimo Sacramento.

 

220 Oh Señor y mi eterno Creador, ¿cómo podré agradecerte por esta gran gracia de que Te dignaste elegirme a mi, miserable, como Tu esposa y me unes a Ti con un vinculo eterno?  Amabilisimo tesoro de mi corazon, Te ofrezco todos los actos de adoración y de de agradecimiento de las almas santas, de los coros angelicos y me uno especialmente a Tu Madre, Oh Maria, Madre mia, Te ruego humildemente, cubre mi alma con Tu manto virginal en este momento tan importante de mi vida, para que asi, me haga mas agradable a Tu Hijo y pueda glorificar dignamente la misericordia de Tu Hijo delante del mundo entero y durante toda la eternidad.

 

221      (103)  Hoy no pude entender la meditacion,.  Mi espiritu estaba admirablemente sumergido en Dios.  No pude forzarme a pensar en lo que el Padre decia durante los ejercicios espirituales.  A menudo no está en mi poder pensar según determinados esquemas, mi espiritu esta con el Señor y tal es mi meditacion.

 

222            Algunas palabras de mi conferencia con la Madre Maestra Maria Josefa.  Me aclaró muchas cosas y me tranquilizó respecto a la vida interior, [diciendo] que estoy en el buen camino.  Le agradeci al Señor Jesús por esta gran gracia, ya que ella era la primera entre las Superioras que no me engendraba dudas en este aspecto.  Oh, cuán infinitamente bueno es Dios.

 

223            Oh Hostia Viva, mi unica Fortaleza, Fuente de Amor y de Misericordia, abrazo al mundo entero, fortifica a las almas debiles.  Oh, bendito sea el instante y el momento en que Jesús [nos] dejó su misericordiosisimo Corazon.

 

224            Sufrir sin quejarse, consolar a los demas y ahorar sus propios sufrimientos en el Sacratisimo Corazon de Jesús.  Todos los momentos libres de los deberes los pasaré a los pies del Santisimo Sacramento.  A los pies del Señor buscaré luz, consuelo y fuerza.  Incesantemente mostraré el agradecimiento a Dios por la gran misericordia hacia mi, sin olvidarme jamas de los beneficios [que] me ofrecio y especialmente la gracia de la vocacion.

 

Me esconderé entre las hermanas como una violeta pequeña entre las azucenas.  Deseo florecer para mi Creador y Señor, olvidarme de mi misma, anonadarme completamente a favor de las almas inmortales es un deleita para mi.

 

225      (104) + Algunos de mis propositos.

 

            En lo que concierne a la confesion, elegiré lo que mas me humilla y cuesta.  A veces una pequeñez cuesta mas que algo mas grande.  Antes de cada confesion recordare la Pasion del Señor Jesús y con esto despertaré la contrición del corazon.  Si es posible, con la gracia de Dios, ejercitarse siempre en el dolor perfecto.  A esta contrición le dedicaré mas tiempo.  Antes de acercarme a la rejilla, entraré en el Corazon abierto y misericordiosisimo del Salvador.  Cuando me aleje de la rejilla, despertaré en mi alma una gran gratitud hacia la Santisima Trinidad por este extraordinario e inconcebible milagro de la misericordia que se produce en el alma; y cuanto mas miserable es mi alma, tanto mejor siento que el mar de la misericordia de Dios me absorbe y me da una enorme fuerza y fortaleza.

 

226      Las reglas que desobedezco con mas frecuencia:  a veces interrumpo el silencio, no obedezco el llamado de la campanilla, a veces me meto en los deberes de los demas; haré los maximos esfuerzos para corregirme.

 

            Evitar a las hermanas que murmuran y si no es posible evitarlas, por lo menos callar en presencia de ellas, dando a entender lo penoso que es para nosotras escuchar cosas similares.

 

No hacer caso a las consideraciones humanas, sino que tener en cuenta mi propia conciencia, el  testimonio que me da.  Tener a Dios como testigo de todas las obras.  Comportarme ahora y resolver cada asunto mio de tal modo como quisiera solucionarly y comportarme en el momento de la muerto.  Por eso en cada asunto siempre tener presente a Dios.

 

            Evitar los supuestos permisos [112].  Relatar a las Superioras aun las cosas pequeñas, si es posible detalladamente.  Fidelidad en las practicas de piedad; no pedir con facilidad excepciones de las practicas de piedad; callar, excepto durante el recreo; evitar bromas y palabras chistosas que hacen reir a los demas y rompen el silencio; valorar enormemente (105) las mas pequeñas prescripciones; no dejarse llevar por el frenesi del trabajp; interrumpir un momento para mirar hacia el cielo; hablar poco con la gente, pero mucho con Dios; evitar la familiaridad; fijarse poco en quien está conmigo y quien está en contra; no compartir con otros lo que he tenido que soportar; evitar de comunicarse en voz alta durante el trabajo; en los sufrimientos conservar la serenidad y el equilibrio; en los momentos difíciles recurrir a las llagas de Jesús, en las llegas de Jesús buscar consuelo, alivio, luz y fuerza.

 

227            + El las pruebas trataré de ver la amorosa mano de Dios.  No hay nada tan constante como el sufrimiento; él siempre hace fielmente compañía al alma.  Oh Jesús, en el amor hacia Ti no me dejaré superar por nadie.

 

228      +  Oh Jesús, escondido en el Santísimo sacramento, ves que hoy salgo del noviciado [113], haciendo los votos perpetuos.  Jesús, Tu conoces mi debilidad y mi pequeñez, por lo tanto desde hoy de modo mas particular paso a tu noviciado.  Sigo siendo novicia, pero novicia Tuya, Jesús, y Tu serás mi Maestro hasta el último día.  Todos los días vendré a Tus pies a tomar lecciones.  No emprenderé sola la mas pequeña cosa sin consultarte antes, como a mi Maestro, Oh Jesús, estoy tan contenta de que Tu Mismo me hayas atraído y recibido en tu noviciado, es decir en el Tabernáculo.  Pronunciando los votos perpetuos no me vuelvo en absoluto una religiosa perfecta no, no.  Sigo siendo una pequeña y débil novicia de Jesús y trataré de alcanzar la perfección como en los primeros días del noviciado, procurando tener la disposición del alma que tenia en el primer día, en que se abrió para mi la puerta del convento. 

 

Con la confianza y la sencillez de un niño pequeño, me entrego a Ti, Señor Jesús, mi Maestro; Te dejo una libertad absoluta de guiar mi alma.  Guíame por los caminos que Tu quieras; no voy a averiguarlos.  Te seguiré confiada.  Tu Corazón misericordioso lo puede todo.

 

La pequeña novicia de Jesús – Sor Faustina

 

229                 6) + Al comienzo de los ejercicios espirituales Jesús me dijo:  En estos ejercicios espirituales, seré Yo Mismo quien dirija tu alma; quiero confirmarte en la tranquilidad y en el amor.  Y así me transcurrieron los primeros días.  Al cuarto día comenzaron a atormentarme grandes dudas de que ¿no me encontraba, acaso, en una falsa tranquilidad?  De pronto oí estas palabras:  Hija Mía, figúrate que eres la reina de toda la tierra y que tienes la posibilidad de disponer de todo según te parezca; tienes toda posibilidad de hacer el bien que te agrade y de repente, a tu puerta llama un niño muy pequeño, todo tembloroso, con lagrimas en los ojos, pero con gran confianza en tu bondad y te pide un pedazo de pan para no morir de  hambre, ¿Cómo te comportarías con este niño?  Contéstame, hija Mía.  Y dije: Jesús, le daría todo lo que me pida, pero también mil veces más.  Y el Señor me dijo:  Así Me comporto Yo con tu alma.  Durante estos ejercicios espirituales no solamente te daré la tranquilidad, sino también tal disposición de ánimo, que aunque quieras inquietarte, no podrás.  Mi amor ha tomado posesión de tu alma y quiero que te fortifiques en él.  Acerca tu oído a Mi Corazón y olvídate de todo, y considera Mi inconcebible misericordia.  Mi amor te dará la fuerza y el ánimo que te es necesario en esta obra.

 

230                 Oh Jesús, Hostia Viva, Tú eres mi madre, Tú eres todo para mi.  Vendré a Ti, oh Jesús, con sencillez y con amor, con fe y con confianza.  Compartiré todo Contigo, como un niño con la madre amada, los gozos y los sufrimientos, en una palabra todo.

 

231                 Cuando pienso en que Dios se une a mí por medio de los votos o más bien yo a Él, nadie puede comprender lo que experimenta mi corazón.  Ya ahora Dios me da a conocer toda la inmensidad de su amor con el que me ha amado ya antes de los siglos, mientras yo he comenzado a amarlo solamente en el tiempo.  Su amor es grandísimo, puro y desinteresado y mi amor hacia Él es para conocerlo.  Cuanto más lo conozco, tanto (107) mas ardiente y fuertemente lo amo y mis acciones son más perfectas.  Sin embargo cuando pienso que dentro de pocos días voy a hacerme una sola cosa con el Señor por medio del voto perpetuo, un gozo tan inconcebible inunda mi alma que no logro describirlo en absoluto.  Desde la primera vez que conocí al Señor, la mirada de mi alma se ha hundido en Él por la eternidad.  Cada vez que el Señor se acerca a mí, y se produce en mí un conocimiento mas profundo, crece en mi alma un amor más perfecto.

 

232                 +  Antes de la confesión oí en el alma estas palabras:  Hija Mía, dile todo y descubre tu alma delante de él como lo haces delante de Mi.  No tengas miedo de nada; para tu tranquilidad pongo a ese sacerdote entre Yo y tu alma, y las palabras que te contestará son Mías.  Descubre delante de él las cosas más secretas que tienes en el alma.  Yo le daré luz para que conozca tu alma.

 

233                 Al acercarme a la rejilla sentí en el alma una facilidad tan grande para hablar de todo, que mas tarde yo misma me extrañaba.  Sus respuestas dieron a mi alma una tranquilidad muy profunda.  Sus palabras fueron, son y quedaran para siempre unas columnas de fuego que iluminaron y seguirán iluminando mi alma en su aspiración a la máxima santidad.

 

Las indicaciones que recibí del Padre Andrasz, las tengo apuntadas en otra pagina de este cuaderno [114].

 

234         Terminada la confesión, mi espíritu se sumergió en Dios y permanecí orando durante tres horas, y me parecieron unos pocos minutos.  Desde entonces no pongo obstáculos a la gracia que obra en mi alma.  Jesús sabia por que yo tenia miedo de tratar con Él [115], y no se ofendía en absoluto.  Desde el momento en que el Padre me aseguró que no se trataba de ningunas ilusiones, sino de la gracia de Dios, trato de ser fiel a Dios en todo.  Ahora veo que son pocos los sacerdotes que comprenden toda la profundidad de la acción de Dios en el alma.  Desde aquel momento tengo las alas desatadas para el vuelo (108) y deseo volar hacia el ardor mismo del sol.  Mi vuelo no se detendrá hasta que no descanse en Él por la eternidad.  Si volamos muy alto, toda la oscuridad, la niebla y las nubes las tenemos debajo de los pies y toda la parte sensitiva de nuestro ser tiene que someterse al espíritu.

 

235                  Jesús, deseo la salvación de las almas, almas inmortales.  En el sacrificio desahogaré mi corazón, en el sacrificio que ni siquiera alguien sospecha; me anonadaré y quemaré inadvertidamente en el sagrado fuego del amor de Dios.  La presencia de Dios es la ayuda para que mi sacrificio sea perfecto y puro.

236               Oh, qué equivocas son las apariencias y los juicios injustos.  Oh, cuantas veces la virtud sufre la opresión solo porque es silenciosa.  Convivir sinceramente con quienes molestan continuamente, eso requiere un gran espíritu de sacrificio.  Uno siente que sangra, pero las heridas no se ven.  Oh Jesús, cuantas cosas nos revelará solamente el ultimo día.  ¡Que alegría! De nuestros esfuerzos no se pierde nada.

 

237              La Hora Santa.  En esta hora de adoración conocí todo el abismo de mi miseria.  Todo lo que hay de bueno en mi, es Tuyo, Señor, pero como soy tan miserable y pequeña, tengo el derecho de contar con Tu infinita misericordia.

 

238              El anochecer, Jesús, mañana por la mañana he de pronunciar los votos perpetuos [116].  Pedí a todo el cielo y la tierra, y todo lo que existe llamé a agradecer a Dios por esta gran e inconcebible gracia.  De repente oí estas palabras:  Hija Mía, tu corazón es el cielo para Mí.   Todavía un momento de oración y después hay que salir corriendo ya que nos echan de todas partes, porque arreglan todo para mañana; la capilla, el refectorio, la sala, y la cocina, y nosotras debemos acostarnos (109).  Pero de dormir ni hablar.  La alegría quitó el sueño.  Pensaba ¿qué habrá en el cielo si ya aquí, en este destierro, Dios colma mi alma de tal modo?

 

239              La oración durante la Santa Misa en el día de los votos perpetuos.  Hoy dejo mi corazón en la patena donde esta colocado Tu Corazón, Jesús, y hoy me ofrezco junto a Ti, a Dios, Padre Tuyo y mío, como victima de amor y de adoración.  Padre de misericordia, mira la ofrenda de mi corazón, pero a través de la herida del Corazón de Jesús.

 

1933 año V. 1 día.

 

La unión con Jesús en el día de los votos perpetuos.  Oh Jesús, Tu Corazón desde hoy es mi propiedad y mi corazón es Tu propiedad exclusiva.  El simple recuerdo de Tu Nombre, Jesús, es una delicia para mi corazón.  De verdad, no podría vivir ni un instante sin Ti, oh Jesús.  Hoy mi alma esta anegada en Ti, como en su único tesoro, Mi amor no conoce impedimentos en dar pruebas a su Dilecto.

 

Las palabras del Señor Jesús durante los votos perpetuos:  Esposa Mía, nuestros corazones están unidos por la eternidad.  Recuerda a quien [te] has consagrado… no es posible referir todo.

 

Mi petición [hecha] en el momento cuando me postré en cruz bajo el paño fúnebre [117].  Rogué al Señor que me concediera la gracia de no ofenderle nunca, con ningún pecado, ni el más pequeño, ni tampoco con una imperfección, voluntaria y conscientemente.

 

Jesús, en Ti confío, Jesús, Te amo con todo el corazón.

 

En los momentos más difíciles Tú eres mi Madre.

 

Por amor hacia Ti, oh Jesús, yo muero hoy completamente para mi misma y empiezo a vivir para la mayor gloria de Tu santo Nombre.

 

(110)          +  El amor.  Por amor, oh Santísima Trinidad, me ofrezco a Ti como victima de adoración, como holocausto de mi total anonadamiento y con este anonadamiento de mi misma, deseo la exaltación de tu Nombre, oh Señor.  Como un pequeñito pimpollo de rosa me arrojo a Tus pies, oh Señor; que el perfume de esta flor sea conocido solamente por Ti.

 

240            Tres peticiones en el día de los votos perpetuos, Jesús, yo sé que en el día de hoy no me negaras nada.

 

Primera petición.  Oh Jesús, mi amadísimo Esposo, Te ruego por el triunfo de la Iglesia, sobre todo en Rusia y en España, por la bendición para el Santo Padre Pío XI y todo el clero, por la gracia de conversión para los pecadores empedernidos; Te pido, oh Jesús, una bendición especial y luz para los sacerdotes ante los cuales me confesaré durante toda mi vida.

 

Segunda petición.  Por una bendición para nuestra Congregación, por gran fervor en la Congregación.  Bendice, oh Jesús, a la Madre General y a la Madre Maestra, y a todo el noviciado, y a todas las Superioras, a mis queridísimos padres; concede, oh Jesús, Tu gracia a nuestras alumnas, fortalécelas firmemente con Tu gracia para que las que dejan nuestras casas, no Te ofendan mas con ningún pecado.  Oh Jesús, Te ruego por la patria, defiéndela de los ataque de los enemigos.

 

Tercera petición.  Oh Jesús, Te ruego por las almas que mas necesitan la oración.  Te ruego por los agonizantes, sé misericordioso con ellos.  Te ruego también, oh Jesús, por la liberación de todas las almas del purgatorio.

 

Oh, Jesús, Te recomiendo las personas siguientes:  mis confesores, las personas recomendadas a mis plegarias, ciertas persona…., el Padre Andrasz, el Padre Czaputa y aquel sacerdote que conocí en Vilna [118], que ha de ser mi confesor, cierta alma…(111) y cierto sacerdote, cierto religioso a quien – Tu lo sabes, Jesús – debo muchísimo, y todas las personas que son recomendadas a mi plegaria.  Oh Jesús, en este día Tú puedes hacer todo para aquellos por los cuales Te ruego.  Para mi Te ruego, Señor, transfórmame completamente en Ti, mantenme siempre en el santo fervor para Tu gloria, dame la gracia y la fuerza del espíritu para cumplir en todo Tu santa voluntad.  Te agradezco, oh mi amadísimo Esposo, por la dignidad que me has ofrecido y especialmente por las insignias reales que desde hoy me adornan, y que ni siquiera los Ángeles tienen, que son; la cruz, la espada y la corona de espinas.  Pero sobre todo, oh Jesús mío, Te agradezco por Tu Corazón.  Él me basta por todo.

 

Oh Madre de Dios, Santísima Maria, Madre mía, Tu ahora eres mi Madre de modo más particular y esto porque Tu amado Hijo es mi Esposo, pues los dos somos Tus hijos.  Por consideración a Tu Hijo, debes amarme, Oh Maria, Madre mía amadísima, dirige mi vida interior de modo que sea agradable a Tu Hijo.

 

+ Oh Santo, Omnipotente Dios en este momento de la enorme gracia con la cual me unes a Ti para siempre, yo, pequeña nulidad, me arrojo a Tus pies con el mayor agradecimiento, como una pequeña, desconocida florecita y la fragancia de esta flor de amor subirá todos los días a Tu trono.

 

En los momentos de la lucha y los sufrimientos, de las tinieblas y las tempestades, de la añoranza y la tristeza, en los momentos de las pruebas difíciles, en los momentos en los cuales no seré comprendida por ninguna criatura y mas bien seré condenada y despreciada por todos, recordaré el día de los votos perpetuos, el día de una inconcebible gracia de Dios.

 

(112)                                                                                                                          1 V 1933

 

      241         JMJ.  Propósitos especiales de los ejercicios espirituales.  El amor al prójimo primero:  ser servicial con las hermanas; segundo:  no hablar de los ausentes y defender el buen nombre del prójimo; tercero:  alegrarse de los éxitos del prójimo.

 

242   + Oh Dios, cuanto deseo ser una niña pequeña.  Tú eres mi Padre, Tú sabes lo pequeñita y débil que soy, pues Te ruego, tenme cerca de Ti en todos los momentos de mi vida y especialmente en la hora de la muerte.  Oh Jesús, yo sé que Tu bondad supera la bondad de la mas tierna de las madres.

 

243    Agradeceré al Señor Jesús por cada humillación, rogaré especialmente por la persona que me ha dado la oportunidad de humillarme.  Me anonadaré a favor de las almas.  No reparar en ningún sacrificio, tirándose bajo los pies de las hermanas como una pequeña alfombra, sobre la cual pueden no solo caminar, sino que pueden también limpiarse los pies.  Mi lugar esta bajo los pies de las hermanas.  Lo procuraré en la práctica de manera inadvertida para los ojos humanos,  Basta que Dios lo vea.

244   Han empezado ya los días grises, cotidianos.  Han pasado los momentos solemnes de los votos perpetuos, pero en el alma ha quedado mucha gracia de Dios.  Siento que soy toda de Dios, siento que soy su hija, siento que soy totalmente la propiedad de Dios.  Lo noto incluso física y sensiblemente.  Estoy completamente tranquila por todo, porque sé que el deber del Esposo es pensar en mí.  Me he olvidado completamente de mi misma.  Mi confianza está puesta sin límites en su misericordiosísimo Corazón.  Estoy continuamente unida a Él.  Veo como si Jesús no pudiera ser feliz sin mi y yo sin Él.  Aunque entiendo bien que siendo Dios es feliz en Si mismo, y para ser feliz no necesita absolutamente ninguna criatura, no obstante su bondad lo fuerza a darse a las criaturas, y esto con una generosidad inconcebible.

245   (113)  Oh Jesús mío, ahora procuraré el honor y la gloria de Tu Nombre,  luchando hasta el día     en que Tu Mismo me digas:  Basta.  A cada alma que me ha confiado, oh Jesús, procuraré ayudarla con la oración y el sacrificio, para que Tu gracia pueda obrar en ella.  Oh gran Amante de las almas, oh Jesús mío, Te agradezco por esta gran confianza, ya que Te has dignado confiar estas almas a nuestro cuidado.  Oh días grises de trabajo, para mi no son tan grises en absoluto, porque cada momento me trae nuevas gracias y la oportunidad de hacer el bien.

246                                                                                                                                         + 25 IV 1933

 

Permisos mensuales [119]

 

            Pasando, entrar en la capilla.

            En los momentos libres de los deberes, rezar.

            Tomar, dar, prestar alguna cosa pequeña.

            Almorzar y merendar.

            A veces no podré participar en el recreo.

            A veces tampoco podré participar en los ejercicios comunes.

            A veces no podré participar en las plegarias de la noche ni de la mañana.

            A veces continuar con mis ocupaciones un momento después de las nueve y otras veces hacer las practicas de piedad después de las nueve.

            Si tengo un momento libre, escribir o anotar algo.

            Hablar por teléfono.

            Salir de casa.

            Cuando estoy en la ciudad, entrar en una iglesia.

            Visitar a las hermanas enfermas.

            Entrar en las celdas de otras hermanas en caso de necesidad.

            A veces beber agua fuera del horario.

 

Pequeñas mortificaciones

 

            La coronilla a la Divina Misericordia con los brazos en cruz.

            Los sábados una parte del rosario con los brazos en cruz.

            A veces alguna plegaria postrándome en cruz.

            Los jueves la Hora Santa.

            Los viernes una mortificación mayor por los pecadores moribundos.

 

247            (114) Oh Jesús, Amigo del Corazón solitario, Tu eres mi puerto, Tu eres mi paz, Tu eres mi

Única        salvación.  Tú eres la serenidad en los momentos de lucha y en el mar de dudas.  Tú eres   el rayo brillante que ilumina el sendero de mi vida.  Tú eres todo para el alma solitaria.  Tú comprendes al alma, aunque ella permanezca callada.  Tú conoces nuestras debilidades y como un buen medico consuelas y curas, ahorrándonos sufrimientos, como un buen experto.

 

248            Las palabras del obispo [120] que figuran en la ceremonia de los votos perpetuos de las hermanas:      “Toma este cirio en tu mano, en señal de iluminación celestial y de amor ardiente.”

 

Al entregar el anillo:  “Te desposo a Jesucristo, Hijo del Padre Altisimo, el Cual te guarde sin mancilla.  Recibe este anillo cono signo de eterna alianza que contraes con Cristo, Esposo de las vírgenes.  Que éste sea para ti el anillo de la fidelidad, el signo del Espiritu Santo para que te llames esposa de Cristo y si le sirves fielmente, seas coronada por la eternidad.

 

249      + Jesús, en Ti confio, confio en el mar de Tu misericordia, Tu eres la madre para mi.

 

250            +  Este año 1933 es para mi particularmente solemne, porque en este año del Jubileo de la Pasion              del Señor hice los votos perpetuos.  Mi sacrificio lo he unido de modo singular al sacrificio de Jesús Crucificado para asi hacerme mas agradable a Dios.  Todas mis tareas las hago con Jesús, por Jesús y en Jesús.

 

251            Despues de los votos perpetuos, todavía me quedé en Cracovia todo mayo, porque mi destinacion oscilaba entre Rabka y Vilna.  Cuando una vez la Madre General [121] me preguntó:  ¿Por qué usted, hermana, se queda tan silenciosa y no se prepara para ir a alguna parte?  Contesté:  Yo quiero sólo la voluntad de Dios.  Donde usted, querida Madre, me mande, sin mi intervención, yo sabré que sera para mi la pura voluntad de Dios.

 

(115)  La Madre General me respondió:  Muy bien.  Al dia siguiente la Madre General me llamó y dijo:  Como deseaba tener la pura voluntad de Dios, pues usted hermana, va a Vilna.  Le agradeci y esperaba el dia en el que me dijeran de salir.  Sin embargo una alegria y un temor a la vez llenaron mi alma.  Sentia que alli Dios me preparaba grandes gracias, pero tambien grandes sufrimientos.  De todas maneras, hasta el 27 de mayo me quedé en Cracovia.  Como no tenia una tarea fija e iba solamente a ayudar en la huerta y como coincidió que trabajaba sola, durante todo el mes tuve la posibilidad de hacer los ejercicios espirituales según el sistema de los jesuitas.  En ellos recibí mucha luz de Dios.

 

252            + Pasaron cuatro dias después de los votos perpetuos.  Traté de hacer la Hora Santa.  Era el primer jueves del mes.  En cuanto entré en la capilla, la presencia de Dios me inundó.  Sentia claramente que el Señor estaba a mi lado.  Un momento después vi al Señor todo cubierto de llagas, y me dijo:  Mira, con quien te has desposado.  Yo comprendi el significado de esas palabras y contesté al Señor:  Jesús, Te amo mas viendote tan herido y anonadado que como Te viera en Tu Majestad.  Jesús preguntó:  ¿Por qué?  Contesté:  Una gran Majestad me da miedo a mi, a esta pequeñita nulidad que soy, mientras que Tus llagas me atraen a Tu Corazon y me hablan de Tu gran amor hacia mi.  Después de esta conversación se hizo el silencio.  Miraba atentamente sus santas llagas y me sentia feliz sufriendo con Él.  Sufriendo no sufria, porque me sentia feliz conociendo la profundidad de su amor y una hora me pasó como si fuera un minuto.

 

253            + No juzgar nunca a nadie, para los demas tener el ojo indulgente y para mi severo.  Relacionar todo a Dios y en mis propios ojos sentirme lo que soy, es decir la mas grande miseria y la nulidad.  En los sufrimientos estar paciente y tranquila, sabiendo que con el tiempo todo pasará.

 

254            (116) + De los momentos que vivi durante los votos perpetuos, mejor no debo hablar de ellos.

 

            Estoy en Él y Él está en mi.  En el momento en que el obispo me puso el anillo, Dios penetró todo mi ser y como no sé expresarlo, dejo este momento en silencio.  Desde los votos perpetuos mis relaciones con dios se hicieron tan estrechas como nunca antes.  Siento que amo a Dios y siento tambien que Él me ama.  Mi alma, habiendo conocido a Dios, no sabria vivir sin Él.  Me es mas agradable una hora a los pies del altar, pasada en la mas grande aridez del espiritu, que cien años de deleites en el mundo.  Prefiero ser una muchacha de los mandados en el convento que una reina en el mundo.

 

255            + Esconderé a los ojos de la gente cualquier cosa buena que haga, para que sólo Dios sea mi recompensa; y como una pequeña violeta escondida entre la hierba no hiere el pie de la persona que la pisa, sino que emana perfume, [y] olvidandose completamente de si misma, trata de ser gentil con la persona por la que fue pisada.  Aunque para la naturaleza esto es muy difícil, la gracia de Dios viene en ayuda.

 

256            +   Te agradezco, oh Jesús, esta gran gracia de permitirme conocer todo el abismo de mi miseria; yo sé que soy un abismo de nulidad y si Tu santa gracia no me sostuviera, en un solo momento me volveria a la nada.  Pues, con cada latido del corazon, Te agradezco, oh Dios, Tu gran misericordia conmigo.

 

257            Mañana he de salir para Vilna.  Hoy fui a confesarme con el Padre Andrasz, este sacerdote que tiene un profundo espiritu de Dios, el que me ha desatado las alas para el vuelo, hacia las mayores alturas.  Me ha tranquilizado en todo y me hace creer en la Divina Providencia.  Tú confia y avanza con valor.  Después de esa confesion he sentido una misteriosa fuerza (117) divina.  El Padre ha insistido en que sea fiel a la gracia de Dios y dijo:  Si continuas conservando la sencillez y la obediencia, no te sucederá nada malo.  Confia en Dios, estás en el buen camino y en buenas manos estás, en las manos de Dios.

 

258            + Por la noche me quedé mas tiempo en la capilla.  Hablaba con el Señor de cierta alma.  Animada por su bondad, dije:  Jesús, me has dado a este Padre que ha comprendido mis inspiraciones y vuelves a quitármelo.  ¿          Qué voy a hacer en Vilna?  No conozca a nadie, hasta el dialecto, de aquella gente es ajeno para mi.  Y me dijo el Señor:  No tengas miedo, no te dejaré sola.  Mi alma se sumergio en la oracion de agradecimiento por todas las gracias que el Señor me concedió por medio del Padre Andrasz.

 

De súbito recordé aquella vision en la que había visto a un sacerdote entre el confesionario y el altar, confiando en conocerlo algun dia y volvieron bien claras las palabras que había escuchado:  Él te ayudará a cumplir Mi voluntad en la tierra.

 

259            Hoy, 27 de [mayo de 1933] voy a Vilna.  Al salir delante de la case, eché una mirada a toda la huerta y a la casa; al dirigir la mirada al noviciado, de repente por mis mejillas rodaron las lagrimas.  Recordé todos los beneficios y las gracias que el Señor me había concedido.  De reprente e inesperadamente vi al Señor junto al florero, que me dijo:  No llores, Yo estoy siempre contigo.  La apresencia de Dios que me penetró mientras el Señor Jesús estaba hablando, duró todo el tiempo del viaje.

 

260            Tenía el permiso de detenerme en Czestochowa.  Por primera vez vi. a la Santísima Virgen cuando a las cinco de la madrugada fui para asistir al descubrimiento de la imagen.  Estuve orando sin interrupción hasta las once y me parecía que acababa de llegar.  La Madre Superiora del lugar [122] mandó una hermana para llamarme a desayunar y porque estaba preocupada (118) de que yo no perdiera el tren.  La Virgen me dijo muchas cosas.  Le ofrecí mis votos perpetuos, sentía que yo era su niña y Ella mi Madre.  No me rehusó nada de lo que yo le había pedido.

 

261            + Hoy ya estoy en Vilna.  Pequeñas casitas, dispersas, forman el convento.  Me parecen algo extrañas después de los grandes edificios de Józefów.  Hay solamente dieciocho hermanas.  La casita es pequeña, pero la armonía en esta Comunidad es grande.  Todas las hermanas me recibieron muy cordialmente, lo que me dio mucho animo antes de afrontar las fatigas que me esperaban.  La Hermana Justina [123] hasta había lavado el piso con motivo de mi llegada.

 

262            + Cuando fui a la Bendición, Jesús me iluminó sobre como comportarme con ciertas personas.  Con todas mis fuerzas me abracé al Dulcísimo Corazón de Jesús al ver que exteriormente seria expuesta a distracciones debido a la tarea que iba a tener en la huerta y por la que tenia que mantener contactos con laicos.

 

263            + Llegó la semana de la confesión y con alegría vi. a aquel sacerdote al que había conocido antes de venir a Vilna.  Lo había conocido en una visión.  En ese momento, oí en el alma estas palabras:  He aquí Mi fiel siervo, él te ayudará a cumplir Mi voluntad aquí en la tierra.  Sin embargo yo no me hice conocer de él, tal y como lo deseaba el Señor.  Y durante algún tiempo luché con la gracia.  En cada confesión la gracia de Dios me penetraba misteriosamente, pero yo no le revelé mi alma y pensaba no confesarme con este sacerdote.  Tras este propósito una inquietud terrible se adueñó de mi alma.  Dios me reprochó enérgicamente.  Cuando revelé toda mi alma a este sacerdote, Jesús derramó sobre mi alma todo un mar de gracias.  Ahora comprendo lo que es la fidelidad a una simple gracia y cómo ella atrae toda una serie de otras gracias.

 

264            (119) + Oh Jesús, mantenme a tu lado, mira lo débil que soy, por mi misma no avanzaré ni un paso, por eso Tu, oh Jesús, tienes que estar continuamente conmigo, como la madre cerca de su niño débil, y aun mas.

 

265            Empezaron los días de trabajo, de lucha y de sufrimientos.  Todo va con su ritmo de convento.  Uno queda siempre novicio, tiene que aprender y conocer muchas cosas, porque si bien la regla es igual, cada casa tiene sus propias costumbres, por eso cada cambio es un pequeño noviciado.

 

266            5 VIII 1933 fiesta de Nuestra Señora de la Misericordia [124].

 

Hoy recibí una gracia grande e inconcebible, puramente interior, por la cual agradeceré a Dios en esta vida y por la eternidad…..

 

267            Jesús me dijo que yo le agradaría mas meditando su dolorosa Pasión, y a través de esta meditación mucha luz fluye sobre mi alma.  Quien quiera aprender la verdadera humildad, medite la Pasión de Jesús.  Cuando medito la Pasión de Jesús, se me aclaran muchas cosas que antes no llegaba a comprender.  Yo quiero parecerme a Ti, oh Jesús, a Ti crucificado, maltratado, humillado.  Oh Jesús, imprime en mi alma y en mi corazón Tu humildad.  Te amo, Jesús, con locura.  Te [amo] anonadado, como Te describe el profeta [125], que por los grandes sufrimientos no lograba ver en Ti el aspecto humano.  En este estado Te amo, Jesús, con locura.  Dios Eterno e Inmenso, ¿qué ha hecho de Ti el amor….?

 

268      11 X 1933 – jueves.  Procuré hacer la Hora Santa, pero la empecé con gran dificultad.  Algún anhelo comenzó a desgarrar mi corazón.  Mi mente quedó ofuscada de manera que no lograba entender las formas simples de las plegarias.  Y así pasó una hora de oración o más bien de lucha.  Decidí orar otra hora, pero los sufrimientos interiores aumentaron.  Una gran (120) aridez y un gran disgusto.  Decidí orar durante la tercera hora.  En esa tercera hora de plegaria que decidí hacer arrodillada sin ningún apoyo, mi cuerpo empezó a reclamar un descanso.  Sin embargo yo no cedí nada.  Extendí las manos en forma de cruz y sin pronunciar una palabra, seguí así con un acto de voluntad.  Un momento después me quité el anillo del dedo y pedí a Jesús que mirara ese anillo que es el símbolo de nuestra unión eterna y ofrecí al Señor Jesús los sentimientos del día de los votos perpetuos.  Un momento después sentí  que una ola de amor empezaba a inundar mi corazón.  Un repentino recogimiento del espíritu, el silencio de los sentidos, la presencia de Dios penetra al alma.  Sé únicamente que estamos Jesús y yo.  Lo vi., bajo la misma apariencia que [tenia] cuando lo vi en el primer momento después de los votos perpetuos, cuando también hacia la Hora Santa.  Jesús se presentó delante de mí inesperadamente, despojado de las vestiduras, cubierto de llagas en todo el cuerpo, con los ojos llenos de sangre y de lágrimas, la cara desfigurada, cubierta de salivazos.  De repente el Señor me dijo:  La esposa debe asemejarse a su Esposo.  Entendí estas palabras en profundidad.  Aquí no hay lugar para ninguna duda.  Mi semejanza a Jesús debe realizarse a través del sufrimiento y la humildad.  Mira lo que ha hecho Conmigo el amor por las almas humanas, hija Mía; en tu corazón encuentro todo lo que Me niega el numero tan grande de almas.  Tu corazón es un descanso para Mí, muchas veces guardo las gracias grandes para el fin de la plegaria.

 

269      Una vez, mientras hacia una novena al Espíritu Santo por mi confesor, el Señor me contestó:  Te lo di a conocer [126] antes de que las Superioras te enviaran aquí; como tú te comportarás con el confesor, así Yo Me comportaré contigo.  Si te escondes de él, aunque se trata de la más pequeña de Mis gracias, Yo también Me esconderé de ti y te quedarás sola.  Y yo hice según el deseo de Dios y una profunda paz reinó en mi alma.  Ahora entiendo cuánto Dios defiende a los confesores y cuánto se pone de parte de ellos.

 

270      (121) Un consejo del Rev. Sopocko.

 

            Sin humildad no podemos agradar a Dios.  Ejercítate en el tercer grado de la humildad, es decir no solamente no recurras a explicaciones y justificaciones cuando te reprochen algo, sino que alégrate de la humillación.

 

            Si las cosas de las que me hablas, proceden verdaderamente de Dios, entonces prepara tu alma a grandes sufrimientos.  Encontrarás desaprobaciones y persecuciones.  Te van a mirar como a una histérica, una extravagante, pero Dios no escatimará su gracia.  Las verdaderas obras de Dios siempre enfrentan dificultades y se caracterizan por el sufrimiento.  Si Dios quiere realizar algo, tarde o temprano, lo realizará, lo realizará a pesar de las dificultades y tú, mientras tanto, ármate de gran paciencia.

 

271      Cuando el Rev. Sopocko fue a la Tierra Santa, confesaba a la Comunidad el Padre jesuita, Dabrowski [127].  Durante una confesión me preguntó si estaba consciente de la vida superior que había en mi alma y que era de un grado sumamente alto.  Contesté que estaba consciente de ello y de lo que sucedía en mi interior.  A esto el Padre me contestó:  No le está permitido, hermana, destruirlo en su alma ni [puede] modificar nada por sí misma.  No en todas las almas es evidente esta gran felicidad de la vida superior, en usted, hermana, es visible, porque es de un grado altísimo.  Tenga cuidado, hermana, de no malgastar estas grandísimas gracias de Dios, grande por su [la frase interrumpida].

 

272      Antes, sin embargo, este Padre me había expuesto a muchas pruebas.  Y cuando le dije que el Señor quería de mí aquellas cosas [128], se burló de mí y me hizo venir a confesarme a las ocho de la noche.  Y cuando fui a las ocho, el hermano estaba cerrando ya la iglesia.  Y cuando le dije que informara al Padre que yo había venido (122) y que había sido el Padre que me había dicho venir a esa hora, el buen frailecito fue y advirtió al Padre.  El Padre le ordenó decirme que a esa hora los Padres no confesaban.  Y volví a casa con nada y no me confesé más con él, pero hice por él una hora de adoración y ciertas mortificaciones, para impetrarle la luz de Dios para que pudiera entender las almas.  Pues, cuando el Rev. Sopocko salía y él lo sustituía, me vi. obligada a confesarme con él.  Sin embargo, si bien antes no quería reconocerlas, ahora me obliga a una gran fidelidad a estas inspiraciones interiores.  A veces Dios permite que sucedan esas cosas, pero sea adorado en todo.  Pero es necesaria, sin embargo, una gran gracia para no vacilar.

 

273      Ejercicios espirituales anuales 10 I 1934.

 

            Oh Jesús mío, se acerca nuevamente el momento en que me quedaré Contigo a solas.  Oh Jesús, Te ruego con todo mi corazón, permíteme conocer lo que no Te agrada en mí y al mismo tiempo dame a conocer lo que tengo que hacer para agradarte más.  No me niegues esta gracia y quédate conmigo.  Yo sé que sin Ti, oh Señor, mis esfuerzos valen poco.  Oh, cuánto me alegro de Tu grandeza, oh Señor.  Cuanto más Te conozco, tanto mas ardientemente Te deseo y anhelo.

 

274      Jesús me concedió el conocimiento de mi misma.  En esta luz de Dios veo mi defecto principal, es la soberbia, su característica el cerrarme en mi misma, la falta de sencillez en las relaciones con la Madre Superiora [129].

 

            La segunda iluminación, respecto al hablar.  A veces hablo demasiado.  Para un asunto que podría ser solucionado con dos o tres palabras, yo empleo demasiado tiempo.  Mientras tanto Jesús desea que ese tiempo yo lo emplee para pequeñas plegarias con indulgencias por las almas del Purgatorio.  Y me dice el Señor que cada palabra será pesada el Día del Juicio.

 

            (123) La tercera iluminación, respecto a nuestra regla.  Evito poco las ocasiones que llevan a infringir la regla y especialmente en lo que concierne al silencio.  Me comportaré como si la regla hubiera sido escrita solamente para mí y no es asunto mío ver cómo se comportan los demás, con tal que yo me comporte como Dios desea.

            Propósito.  Cualquier cosa que Jesús desee de mi y que se refiera a cosas exteriores, ir en seguida a decirlo a las Superioras; en el trato con la Superiora procuraré ser abierta y sincera como un niño.

 

275      Jesús ama a las almas escondidas.  Una flor escondida es la que mas perfume tiene dentro de sí.  Buscar un retiro para el Corazón de Jesús en mi propio interior.  En los momentos difíciles y dolorosos Te entono, oh Creador, un himno de la confianza, porque el abismo de mi confianza hacia Ti, hacia Tu misericordia, es inconmensurable.

 

276      Desde el momento en que empecé a amar el sufrimiento, este mismo dejó de ser sufrimiento para mí.  El sufrimiento es el alimento continuo de mi alma.

 

277            No hablaré con cierta persona, porque sé que a Jesús esto no le agrada y ella no saca de eso ningún provecho.

 

278            A los pies del Señor, Oh Jesús escondido, Amor eterno, Vida nuestra, Divino Insensato que Te has olvidado de Ti Mismo y nos ves solamente a nosotros.  Aún antes de crear el cielo y la tierra, nos llevabas en Tu Corazón.  Oh Amor, oh abismo de Tu humillación, oh misterio de felicidad, ¿por qué es tan pequeño el numero de los que Te conocen?  ¿Por qué no encuentras reciprocidad?  Oh Amor Divino, ¿por qué ocultas Tu belleza?  Oh Inconcebible e Infinito, cuanto más Te conozco Te comprendo menos; pero como no alcanzo a comprenderte, comprendo más Tu grandeza.  No envidio el fuego a los serafines, porque en mi corazón tengo depositado un don mayor.  (124) Ellos Te admiran en éxtasis, pero Tu Sangre se une a la mía.  El amor, es el cielo que nos está dado ya aquí en la tierra.  Oh, ¿por qué Te escondes detrás de la fe?  El amor rasga el velo.  No hay velo delante de los ojos de mi alma, porque Tu Mismo me has atraído desde la eternidad al seno de un amor misterioso.  Oh indivisible Trinidad, único Dios, a Ti honor y gloria por todos los siglos.

 

279      Dios me dio a conocer en qué consiste el verdadero amor y me concedió la luz cómo demostrárselo en la práctica.  El verdadero amor a Dios consiste en cumplir la voluntad de Dios.  Para demostrar a Dios el amor en la práctica, es necesario que todas nuestras acciones, aun las más pequeñas, deriven del amor hacia Dios.  Y me dijo el Señor:  Niña Mía, mas que nada Me agradas a través del sufrimiento.  En tus sufrimientos físicos, y también morales, hija Mía, no busques compasión de las criaturas.  Deseo que la fragancia de tus sufrimientos sea pura, sin ninguna mezcla.  Exijo que te distancies no solamente de las criaturas, sino también de ti misma.  Hija Mía, quiero deleitarme con el amor de tu corazón:  amor puro, virginal, intacto, sin ninguna sombra.  Hija Mía, cuanto más amaras el sufrimiento, tanto mas puro será tu amor hacia Mí.

 

280      Jesús me ordena celebrar la Fiesta de la Divina Misericordia el primer domingo después de la Pascua de Resurrección por el recogimiento interior y por mortificación exterior.  Durante tres horas llevé un cinturón [de hierro], orando incesantemente por los pecadores y para obtener misericordia para el mundo entero; y Jesús me dijo:  Hoy Mi mirada se posa con complacencia sobre esta casa.

 

281      Siento muy bien que mi misión no terminara con mi muerte, sino que empezará.  Oh almas que dudan, les descorreré las cortinas del cielo para convencerlas de la bondad de Dios, para que ya no hirieran más el Dulcísimo Corazón de Jesús con desconfianza.  Dios es Amor y Misericordia.

 

282      (125) Una vez el Señor me dijo:  Mi Corazón ha sido conmovido por una gran compasión hacia ti, hija Mía queridísima, cuando te he visto hecha pedazos por el gran dolor que sufrías mientras deplorabas tus pecados.  Yo veo tu amor tan puro y sincero que te doy la prioridad entre las vírgenes, tú eres el honor y la gloria de Mi Pasión.  Veo cada humillación de tu alma y nada se escapa a Mi atención; elevo a los humildes hasta Mi trono, porque así es Mi voluntad.

 

283            Oh Dios único en la Santísima Trinidad, deseo amarte como hasta ahora ninguna alma humana Te ha amado; y aunque soy particularmente mísera y pequeñita, no obstante arrojé muy profundamente el ancla de mi confianza en el abismo de Tu misericordia, oh Dios y Creador mío.  A pesar de mi gran miseria no tengo miedo de nada, sino que espero cantar eternamente el himno de la gloria.  Que no dude alma ninguna mientras viva, aunque sea la mas miserable, cada una puede ser una gran santa, porque es grande el poder de la gracia de Dios.  De nosotros depende solamente no oponernos a la actuación de Dios.

 

284            Oh Jesús, ojala pudiera transformarme en una neblina delante de Ti para cubrir la tierra con el fin de que Tu santa mirada no vea los terribles crímenes.  Oh Jesús, cuando miro el mundo y su indiferencia frente a Ti, siempre me vienen lágrimas a los ojos, pero cuando miro un alma consagrada que es tibia, entonces mi corazón sangra.

 

285            1934.  Una vez vine a mi celda y estaba tan cansada que antes de comenzar a desvestirme tuve que descansar un momento, y cuando estaba desvestida, una de las hermanas me pidió que le trajera un vaso de agua caliente.  A pesar del cansancio, me vestí rápidamente y le traje el agua que (126) deseaba, aunque de la cocina a la celda había un buen trecho de camino y el barro llegaba a los tobillos.  Al entrar en mi celda vi. un copón con el Santísimo Sacramento y oí esta voz:  Toma este copón y llévalo al tabernáculo.   En un primer momento vacilé, pero me acerqué y cuando toqué el copón, oí estas palabras:  Con el mismo amor con que te acercas a Mi, acércate a cada una de las hermanas y todo lo que haces a ellas Me lo haces a Mi.  Después de un momento me di cuenta de que estaba sola.

 

286            +  Una vez, cuando se hacia la adoración por nuestra patria, un dolor estrechó mi alma y empecé a orar de modo siguiente:  Jesús Misericordiosísimo, Te pido por la intercesión de Tus Santos y, especialmente, por la intercesión de Tu Amadísima Madre, que Te crió desde la niñez, Te ruego bendigas a mi patria.  Jesús, no mires nuestros pecados, sino las lagrimas de los niños pequeños, el hambre y el frío que sufren.  Jesús, en nombre de estos inocentes, concédeme la gracia que Te pido para mi patria.  En aquel instante vi. al Señor Jesús con los ojos llenos de lagrimas y me dijo:  Ves, hija Mía, cuánta compasión les tengo; debes saber que son ellos los que sostienen el mundo.

 

287            + Oh Jesús mío, cuando observo la vida de las almas, veo que muchas Te sirven con cierta desconfianza.  Y en ciertos momentos, especialmente cuando hay ocasión para demostrar el amor hacia Dios, justo entonces veo cómo estas almas huyen del campo de batalla.  Entonces me dijo Jesús:  ¿Tu también, hija Mía, quieres comportarte así?  Le contesté al Señor:  Oh no, Jesús mío, no me retiraré del campo de batalla, aunque el sudor de la muerte bañe mi frente, no dejaré caer de la mano la espada, hasta que no descanse a los pies de la Santísima Trinidad.  Para cualquier cosa que hago, no cuento con mis propias fuerzas, sino con la gracia de Dios.  Con la gracia de Dios el alma puede superar victoriosamente las más grandes dificultades.

 

288            (127)  + Una vez, hablé con Jesús mucho tiempo de nuestras alumnas y animada por su bondad le pregunté si también entre nuestras alumnas tenia almas que eran un consuelo para su Corazón.  Y el Señor me contestó que las tenia, pero su amor es débil, por eso las confío a tu cuidado especial; ruega por ellas.

 

Oh Dios Inmenso, admiro Tu bondad.  Tú eres el Señor de las huestes celestiales  y Te humillas de ese modo hacia una miserable criatura.  Oh, con que ardor deseo amarte con cada latido de mi corazón.  No me basta toda la superficie de la tierra, el cielo es demasiado pequeño y el espacio celeste es nada.  Únicamente Tu solo me bastas, Dios Eterno.  Sólo Tú puedes llenar la profundidad de mi alma.

 

289            Los momentos más felices para mi son aquellos cuando me quedo a solas con mi Señor.  En aquellos momentos conozco la grandeza de Dios y mi propia miseria.

 

Una vez Jesús me dijo:  No te extrañes si a veces sospechan de ti injustamente.  Yo por amor a ti, fui el primero en beber este cáliz de sufrimientos injustos.

 

290            Un día, cuando estaba muy conmovida por la eternidad y sus misterios, mi alma empezó a tener miedo y después de reflexionar un momento mas, empezaron a atormentarme varias dudas.  Entonces Jesús me dijo:  Niña Mía, no tengas miedo de la casa de tu Padre.  Deja a los sabios de este mundo las investigaciones inútiles.  Yo quiero verte siempre como una niña pequeña.  Pregúntale todo con sencillez a tu confesor y Yo te contestaré por su boca.

 

291            En cierta ocasión conocí a una persona que pensaba cometer un pecado grave.  Pedí al Señor que me enviara los peores tormentos, para que aquella alma fuera preservada.  (128)  De repente sentí en la cabeza el atroz dolor de la corona de espinas.  Eso duró bastante tiempo, pero aquella persona permaneció en la gracia de Dios.  Oh Jesús, que fácil es santificarse; es necesario solamente un poco de buena voluntad.  Si Jesús descubre en el alma ese poquito de buena voluntad, entonces se apresura a entregarse al alma y nada puede detenerlo, ni los errores, ni las caídas, nada en lo absoluto.  Jesús tiene prisa por ayudar a esa alma, y si el alma es fiel a esta gracia de Dios, entonces en muy poco tiempo puede llegar a la máxima santidad a la que una criatura puede llegar aquí en la tierra.  Dios es muy generoso y no rehúsa a nadie su gracia, da más de lo que nosotros le pedimos.  La fidelidad en el cumplimiento de las inspiraciones del Espíritu Santo es el camino mas corto.

 

292            + Cuando un alma ama sinceramente a Dios, no debe tener nada en su vida espiritual.  Que se someta a la influencia de la gracia y que no ponga límites a la unión con el Señor.

 

293             + Cuando Jesús me fascinó con su belleza y me atrajo a si, entonces vi. lo que no le agradaba en mi alma y decidí eliminarlo a toda costa y con la ayuda de la gracia lo eliminé en seguida.  Esta generosidad le agrado al Señor y desde aquel momento Dios empezó a concederme gracias superiores.  No hago ningunos razonamientos en la vida interior, no analizo nada por cuales caminos me lleva el Espíritu Divino; me basta saber que soy amada y que yo amo.  El amor puro me permite conocer a Dios y comprender muchos misterios.  El confesor es para mí un oráculo, su palabra es sacrosanta para mí, estoy hablando del director espiritual [130].

 

294            + Una vez el Señor me dijo:  Compórtate como un mendigo que cuando recibe una limosna grande no la rehúsa, sino que mas bien agradece con mas cordialidad; y tu también, si te concedo unas gracias mas grandes, no las rehúses diciendo que eres indigna.  Yo lo sé; pero tu mas bien alégrate y goza, y toma tantos (129) tesoros de Mi Corazón cuantos puedes llevar, ya que haciendo así Me agradas mas.  Te diré algo más: no tomes estas gracias solamente para ti, sino también para el prójimo, es decir invita a las almas con las cuales estás en contacto a confiar en Mi misericordia infinita.  Oh cuanto amo a las almas que se Me han confiado totalmente, haré todo por ellas.

 

295            + En ese momento Jesús me preguntó:  Niña Mía, ¿cómo van tus ejercicios espirituales?  Contesté:  Jesús, Tu bien sabes como me van.  Si, lo sé, pero quiero oírlo [de] tu boca y [de] tu corazón.  Oh mi Maestro, cuando Tu me guías todo me va con facilidad y Te ruego, Señor, no Te alejes nunca de mi.  Y me dijo Jesús: Sí, estaré siempre junto a ti si eres siempre una niña pequeña y no tengas miedo de nada; como he sido aquí tu principio, así seré también tu fin.  No cuentes con ninguna criatura, ni siquiera en la cosa más pequeña, ya que esto no Me agrada.  Yo quiero estar en tu alma solo.  Fortificaré tu alma y te daré luz, y conocerás por la boca de Mi sustituto que Yo estoy en ti, y la inquietud se desvanecerá como una niebla ante los rayos del sol.

 

296            + Oh Bien Supremo, deseo amarte como hasta ahora nadie Te ha amado en la tierra.  Deseo adorarte con cada momento de mi vida y unir estrechamente mi voluntad a Tu santa voluntad.  Mi vida no es monótona ni gris, sino variada como un jardín de flores perfumadas, donde no sé que flor recoger primero; el lirio del sufrimiento o la rosa del amor del prójimo o la violeta de la humildad.  No voy a enumerar estos tesoros que cada día tengo en abundancia.  Es una gran cosa saber aprovechar el momento presente.

 

297            + Oh Jesús, Luz Suprema, haz que yo me conozca y penetra con Tu luz mi alma oscura, y llena de Ti el abismo de mi alma, ya que solamente Tu […..].

 

298            Oh Jesús mío, Vida, Camino y Verdad, Te ruego, tenme cerca de Ti, como la madre estrecha al seno a su niño pequeño, ya que yo no soy solamente una niña incapaz, sino un cúmulo de miseria y de nulidad.

 

299            (130) + Un secreto del alma.                                                                                               Vilna 1934

 

Una vez, cuando el confesor me mandó preguntar al Señor Jesús por el significado de los dos rayos que están en esta imagen [113]; contesté que sí, que se lo preguntaría al Señor.

 

Durante la oración oí interiormente estas palabras:  Los dos rayos significan la Sangre y el Agua.  El rayo pálido simboliza el Agua que justifica a las almas.  El rayo rojo simboliza la Sangre que es la vida de las almas ……………………………….

 

Ambos rayos brotaron de las entrañas mas profundas de Mi misericordia cuando Mi Corazón agonizante fue abierto en la cruz por la lanza.

 

Estos rayos protegen a las almas de la indignación de Mi Padre.  Bienaventurado quien viva a la sombra de ellos, porque no le alcanzara la justa mano de Dios.  Deseo que el primer domingo después de la Pascua de Resurrección sea la Fiesta de la Misericordia.

 

300            + Pide a Mi siervo fiel [132] que en aquel día hable al mundo entero de esta gran misericordia Mía; que quien se acerque ese día a la Fuente de Vida, recibirá el perdón total de las culpas y de las penas.

 

+ La humanidad no conseguirá la paz hasta que no se dirija con confianza a Mi misericordia.

 

+ Oh, cuánto Me hiere la desconfianza del alma.  Esta alma reconoce que soy santo y justo, y no cree que Yo soy la Misericordia, no confía en Mi bondad.  También los demonios admiran Mi justicia, pero no creen en Mi bondad.

 

Mi Corazón se alegra de este titulo de misericordia.

 

301            Proclama que la misericordia es el atributo más grande de Dios.  Todas las obras de Mis manos están coronadas por la misericordia.

 

302            (131) + Oh Amor Eterno, deseo que Te conozcan todas las almas que has creado.  Desearía hacerme sacerdote, para hablar incesantemente de Tu misericordia a las almas pecadoras, hundidas en la desesperación.  Desearía ser misionero y llevar la luz de la fe a los países salvajes para darte a conocer a las almas y morir en el martirio, sacrificada por ellas como Tu has muerto por mi y por ellas.  Oh Jesús, sé perfectamente que puedo ser sacerdote, misionero y predicador, puedo morir en el martirio anonadándome totalmente y negándome a mi misma por el amor hacia Ti, Jesús, y hacia las almas inmortales.  Un gran amor sabe transformar las cosas pequeñas en cosas grandes y solamente el amor da valor a nuestras acciones; y cuánto mas puro se hace nuestro amor, tanto menos tendrá por destruir en nosotros el fuego del sufrimiento, y el sufrimiento dejará de serlo para nosotros.  Se convertirá en un gozo.  Con la gracia de Dios he recibido ahora esta disposición del corazón, de que nunca estoy tan feliz como cuando sufro por Jesús, al que amo con cada latido del corazón.

 

303            Una vez, cuando tenia un gran sufrimiento, dejé mi trabajo para correr a Jesús y pedirle que me ayudara.  Después de una corta plegaria volvi  al trabajo llena de entusiasmo y alegria.  En ese momento una hermana me dijo:  Sin duda, hermana, usted tiene hoy muchas consolaciones, dado que está tan radiante.  Dios seguramente no le da ningun sufrimiento, sino exclusivamente consolaciones.  Contesté:  Usted, hermana, está equivocada, ya que justamente cuando sufro mucho, mi gozo es mayor, mientras que cuando sufro poco, tambien mi gozo es mas pequeño.  Pero aquella alma me daba a entender que no me comprendia.  Traté de explicarselo:  Cuando sufrimos mucho, tenemos una gran oportunidad de demostrarle a Dios que lo amamos, mientras cuando sufrimos poco, tenemos poca posibilidad de demostrar a Dios nuestro amor y cuando no sufrimos nada, entonces nuestro amor no es grande ni puro.  Con la gracia de Dios podemos llegal [al punto] en que el sufrimiento se transformará para nosotros en gozo, puesto que el amor sabe hacer tales cosas en las almas puras.

 

304            (132) + Oh Jesús mío, mi única esperanza, Te agradezco este gran libro que has abierto delante de los ojos de mi alma.  Este gran libro es Tu Pasión afrontada por amor hacia mí.  De este libro he aprendido cómo amar a Dios y a las almas.  En él están encerrados inagotables tesoros para nosotros.  Oh Jesús, que pocas son las almas que Te entienden en Tu martirio de amor.  Oh, que grande es el fuego del amor purísimo que arde en Tu Sacratísimo Corazón.  Feliz el alma que ha entendido el amor del Corazón de Jesús.

 

305            Mi mayor deseo es que las almas Te conozcan, que sepan que eres su eterna felicidad, que crean en Tu bondad y que alaben Tu infinita misericordia.

 

306            He rogado a Dios que me conceda la gracia de que mi naturaleza sea fuerte y resistente a las influencias que a veces quieren distraerme del espíritu de la regla y de las pequeñas normas, ya que éstas son como pequeñas polillas que quieren destruir en nosotros la vida interior y sin duda la destruirán, si el alma es consciente de estas pequeñas transgresiones y a pesar de eso, las toma a la ligera como cosas de poco importancia.  En una orden religiosa yo no veo nada de poca importancia.  No me importa que a veces me expongo a disgustos e ironías, lo importante es que mi espíritu esté en buena armonía con el espíritu de las reglas, de los votos y de las normas religiosas.

 

Oh Jesús mío, deleite de mi corazón, Tu conoces mis deseos.  Quisiera esconderme a los ojos humanos, viviendo de modo como si no viviera.  Quiero vivir pura como una flor de campo; quiero que mi amor esté dirigido siempre hacia Ti, como la flor que gira siempre hacia el sol.  Deseo que el perfume y la frescura de la flor de mi corazón estén siempre guardados exclusivamente para Ti.  Quiero vivir bajo Tu mirada divina, ya que Tu solo me bastas.  Cuando estoy Contigo, oh Jesús, no tengo miedo de nada, porque nada puede dañarme.

 

307            (133) + 1934.  Una vez, durante la Cuaresma, encima de nuestra capilla y de nuestra casa, vi. una gran claridad y una gran oscuridad.  Vi la lucha de estas dos potencias…..

 

308      1934.  Jueves Santo.  Jesús me dijo:  Deseo que te ofrezcas como victima por los pecadores y, especialmente, por las almas que han perdido la esperanza en la Divina Misericordia.

 

Dios y las almas. – Acto de ofrecimiento.

 

309      Ante el cielo y la tierra, ante todos los coros de los angeles, ante la Santísima Virgen Maria, ante todas las Potencias Celestes declaro a Dios, Uno y Trino, que hoy en unión con Jesucristo, Redentor de las almas, me ofrezco voluntariamente como victima por la conversión de los pecadores y especialmente por las almas que han perdido la esperanza en la Divina Misericordia.  Este ofrecimiento consiste en que tomo [con] la total sumisión a la voluntad de dios, todos los sufrimientos, y los temores, y los miedos que llenan a los pecadores y en cambio les cedo todas las consolaciones que tengo en el alma, que provienen de mi comunión con Dios.  En una palabra, les ofrezco todo:  las Santas Misas, las Santas Comuniones, las penitencias, las mortificaciones, las plegarias.  No temo los golpes, los golpes de la Justicia de Dios, porque estoy unida a Jesús.  Oh Dios mío, con esto deseo compensarte por las almas que no confían en Tu bondad.  Contra toda [la esperanza] confío en el mar de Tu misericordia.  Oh Señor y Dios mío, mi destino… mi destino para la eternidad, no pronuncio este acto de ofrecimiento basándome en mis propias fuerzas, sino en el poder que deriva de los meritos de Jesucristo.  Este acto de ofrecimiento lo repetiré todos los días con la siguiente plegaria que Tu Mismo me enseñaste, oh Jesús:  Oh Sangre y Agua que brotaste del Corazón de Jesús, como Fuente de Misericordia para nosotros, en Ti confío..

 

 

Sor M. Faustina del Santísimo Sacramento

 

Jueves Santo, durante la Santa Misa,

 

29 d., 3 m., 1934 año {29 de marzo de 1934].

 

310            (134) Te doy una pequeña parte en la Redención del genero humano.  Tú eres el alivio en el momento de Mi Agonía.

 

311            Al haber recibido el permiso de mi confesor [133] para hacer este acto de ofrecimiento, en poco tiempo conocí que este acto fue agradable a Dios, ya que empecé a sentir sus consecuencias.  En un momento mi alma se hizo como una roca:  árida, llena de tormentos y de inquietud.  Varias blasfemias e imprecaciones retumbaban en mis oídos.  La desconfianza y la desesperación se albergaron en mi corazón.  He aquí la condición de los miserables que yo había tomado sobre mí.  En un primer momento me asusté mucho de estos horrores, pero con la primera confesión fui tranquilizada.

 

312            + Una vez, cuando fui a confesarme fuera del convento, sucedió que mi confesor [134] estaba celebrando la Santa Misa.  Un momento después vi. sobre el altar al Niño Jesús que cariñosamente y con alegría extendía sus manitas hacia el, pero aquel sacerdote, un momento después, tomo este bello Niño en las manos y lo partió y lo comió vivo.  En un primer momento sentí aversión a ese sacerdote por comportarse así con Jesús, pero en seguida fui iluminada al respecto y conocí que el sacerdote era muy agradable a Dios.

 

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