¡Dios te salve María!
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594 Una noche vino a mi una de las hermanas difuntas que ya antes había venido a verme algunas veces; la primera vez la vi en un estado de gran sufrimiento, después los sufrimientos eran cada vez menores y aquella noche, la vi resplandeciente de felicidad y me dijo que ya estaba en el paraíso; y me dijo que Dios (58) probó esta casa con aquella tribulación porque la Madre General había dudado, no prestando fe a lo que yo había dicho de esta alma. Pero ahora, como signo de que sólo ahora está en el cielo, Dios bendecirá esta casa. Luego se acercó a mí y me abrazó cordialmente y dijo: Tengo que irme ya. Comprendí lo estrecha que es la unión entre estas tres etapas de la vida de las almas, es decir, la tierra, el purgatorio, el cielo. 595 Noté muchas veces que Dios somete a pruebas a algunas personas porque, según me dice, no le agrada la incredulidad. Una vez, al ver que Dios sometio a prueba a un arzobispo que estaba mal dispuesto y no creia en esta causa [213]… me dio lastima y pedi a Dios por él y el Señor le dio alivio. A Dios le desagrada mucho la desconfianza y por eso algunas almas pierden muchas gracias. La desconfianza (59) de un alma hiere su dulcisimo Corazón que está lleno de bondad y de amor inconcebible hacia nosotros; porque es grande la diferencia entre el deber del sacerdote que a veces no debe creer, pero para convencerse mas profundamente de la veracidad de los dones o de las gracias en cierta alma, y cuando lo hace para guiar mejor a un alma y empujarla hacia una mas profunda unión con dios; será grande e incalculable su recompensa por ello. Pero menospreciar y desconfiar de las gracias de Dios en un alma por no poder penetrarlas ni entenderlas, esto no agrada al Señor. Siento mucho por las almas que se encuentran con sacerdotes inexpertos. 596 Una vez un sacerdote [214] me pidio que rogara según su intencion; prometi rogar y pedi una mortificacion. Cuando recibi el permiso para (60) cierta mortificacion, sentí en el alma el deseo de ceder en aquel dia a aquel sacerdote todas las gracias que la bondad de Dios me había destinado y pedi a Jesús que se dignara destinarme todos los sufrimientos y todas las tribulaciones exteriores e interiores que aquel sacerdote iba a soportar aquel dia. Dios aceptó en parte este deseo mio y en seguida, sin saber de dónde, empezaron a surgir distintas dificultades y contrariedades hasta tal punto que una de las hermanas dijo en voz alta estas palabras: El Señor Jesús debe tener algun plan en que todos ejerciten a Sor Faustina. Los hechos referidos eran tan sin fundamento que algunas hermanas los afirmaban y otras los negaban, mientras yo, en silencio, me ofrecia por aquel sacerdote. Pero eso no fue todo; tuve sufrimientos interiores. Primero me dominó y una aversión hacia las hermanas, luego comenzó a atormentarme una extrana inseguridad (61), no logré concentrarme para rezar, varias cuestiones pasaban por mi cabeza causandome preocupaciones. Cuando cansada entré en la capilla, un extrano dolor estrechó mi alma y empecé a llorar silenciosamente; entonces oí en el alma esta voz: Hija Mia, ¿Por qué lloras? Si tu misma te has ofrecido a este sufrimiento; debes saber que lo que tú has recibido por aquella alma es una parte muy pequena. El sufre todavía mas. Y le pregunté al Señor: ¿Por qué Te comportas con él de este modo? El senor me contestó que por la triple corona que le era destinada: la de la virginidad, del sacerdocio y del martirio. En aquel momento una gran alegria dominó mi alma al ver una gran gloria que él recibiria en el cielo. Entonces recé el Te Deum [215] por esta singular gracia de Dios, es decir, por haber conocido que Dios se comporta asi con aquellos a los cuales desea tener cerca de Él. Pues, nada son todos los sufrimientos en comparación con lo que nos espera en el cielo. 597 (62) Un dia, después de nuestra Santa Misa,a vi de repente a mi confesor [216] celebrando la Santa Misa en la iglesia de San Miguel delante de la imagen de Nuestra Senora. Estaba en el ofertorio de la Santa Misa y vi al pequeño Nino Jesús que se estrechaba a él como si estuviera huyendo de algo, en él buscando refugio. Pero al llegar el momento de la Santa Comunión, desapareció como siempre. De repente vi a la Santisima Virgen que lo cubrió con su manto y dijo: Ánimo, Hijo mio; valor, Hijo mio. Y dijo algo mas que yo no alcancé oir. 598 Oh, qué ardiente es mi deseo de que cada alma glorifique Tu misericordia. Feliz el alma que invoca la misericordia del Señor; experimentará lo que ha dicho el Señor, es decir, que la defenderá como su gloria, ¿y quién se atrava a luchar contra Dios? Que toda alma exalta la misericordia del Señor (63) con la confianza en su misericordia, durante toda su vida y especialmente en la hora de la muerte. Alma querida, no tengas miedo de nada, quienquiera que seas; y cuanto mas grande es el pecador, tanto mayor derecho tiene a Tu misericordia, Señor. Oh bondad inconcebible, Dios es el primero en humillarse hacia el pecador. Oh Jesús, deseo glorificar Tu misericordia para miles de almas. Yo sé bien, oh Jesús, que debo hablar a las almas de Tu bondad, de Tu inconcebible misericordia. 599 En cierta ocasión una persona me pidio rogar por ella; cuando me encontre con el Señor, le dije estas palabras: Jesús, yo amo particularmente las almas a las que amas Tú. Y Jesús me contestó con estas palabras: Y Yo concedo gracias particulares a las almas por las cuales tú intercedes delante de Mi. 600 Jesus me defiende de manera misteriorsa, de verdad, es una gran gracia de Dios que experimento desde hace mucho tiempo. 601 (64) Una vez, cuando una de las hermanas [217] se enfermó y estaba a punto de morir, se reunió toda la Comunidad [218] y estaba tambien presente un sacerdote que le dio a la enferma la absolución; subitamente vi una multitud de espiritus de las tinieblas. En aquel momento, olvidandome que estaba en compania de las hermans, tomé el aspersorio y los rocié con agua bendita y desaparecieron en seguida. Pero cuando las hermanas vinieron al refectorio, la Madre Superiora [219] me llamó la atención a que no habria debido rociar a la enferma en presencia del sacerdote al que correspondia tal funcion. Acepté la admonición con espiritu de penitencia, pero el agua bendita da un gran alivio a los moribundos. 602 Oh Jesús mio, Tu ves lo debil aque soy por mi misma, por eso dirige Tu Mismo todas mis cosas. Sabes, oh Jesús, que sin Ti no me acerco a ningun problema, pero Contigo afrontaré las cosas mas difíciles. 603 (65) 29 I 1936. Por la noche, estando yo en mi celda, vi repentinamente una gran claridad y en lo alto de esta claridad una enorme cruz gris oscura y de inmediato fui atraida cerca de esta cruz; pero mirandola fijamente no comprendia nada y rezaba {para conocer} lo que significaba. De pronto vi a Jesús y la cruz desaparecio. El Señor Jesús estaba sentado entre una gran luz, los pies y las piernas hasta las rodillas se hundian en esta luz de modo que no los veia. Jesús se inclinó a mi y me miró amablemente y me habló sobre la voluntad del Padre Celestial. Me dijo que el alma mas perfecta y santa es aquella que cumple la voluntad de su Padre, pero son pocas estas almas. Con un amor singular mira al alma que vive según su voluntad; y Jesús me dijo que yo complo la voluntad de Dios de modo perfecto, es decir, perfectamente y por eso Me uno a ti y Me relaciono contigo de una manera tan particular y tan estrecha. Dios envuelve con un amor inconcebible al alma que (66) vive según su voluntad. Comprendi cuanto Dios nos ama, cuán sencillo es aunque incomprensible, que facil es tratar con Él aunque su Majestad es tan grande. Con nadie me relaciono tan fácilmente y con tanta soltura como con Él; ni siquiera la madre natural con su hijo que la ama sinceramente se entienden tanto como mi alma con Dios. Mientras estaba en esta unión con el Señor, vi dos personas y no estaba escondido delante de mi su interior; triste el estado de estas almas, pero confio en que tambien ellas glorificarán la misericordia del Señor. 604 En el mismo momento vi tambien a cierta persona [220] y en parte el estado de su alma y grandes pruebas que Dios enviaba a esta alma; esos sufrimientos tenian relacion con su mente y en una forma tan aguda que me dio lastima y dije al Señor: ¿Por qué la tratas asi? Y el Señor me contestó: Por su triple corona. Y el Señor me dio a conocer qué gloria mas inefable le espera al alma que es (67) semejante a Jesús doliente aquí en la tierra; tal alma sera semejante a Jesús en su gloria. El Padre Celestial honrará y estimará nuestras almas en cuanto vea en nosotros la semejanza a Su Hijo. Comprendi que esta semejanza con Jesús nos es dada aquí en la tierra. Veo almas puras e inocentes a las cuales Dios administra su justicia y estas almas son las victimas que sostienen el mundo y completan lo que ha faltado a la Pasion de Jesús; son pocas estas almas. Me alegro enormemente de que Dios me haya permitido conocer a tales almas. 605 Oh Santa Trinidad, Dios eterno, Te agradezco por haberme permitido conocer la grandeza y la diferencia entre los grados de la gloria que dividen a las almas. Oh, qué grande es la diferencia entre un solo grado de mas profundo conocimiento de Dios. Oh, si las almas pudiesen saberlo. Oh Dios mio, si pudiera conquistar uno mas, soportaria con gusto todos los tormentos que habian padecido {todos] los martires juntos. (68) De verdad, todos estos tormentos me parecen nada en comparación con la gloria que nos espera por toda la eternidad. Oh Señor, sumerge mi alma en el océano de Tu divinidad y concedeme la gracia de conocerte, porque cuanto mejor Te conozco, tanto mas ardientemente Te deseo, y mi amor hacia Ti se fortalece. Siento en mi alma un abismo insondable que solamente Dios llena; me deshago en Él como una gota en el océano; el Señor bajó hacia mi miseria como un rayo de sol hacia la tierra infértil y rocosa y, sin embargo, bajo el poder de sus rayos, mi alma se cubrio de verde, de flores y de frutas y se convirtió en un bello jardin para su descanso. 606 Oh Jesús mio, a pesar de Tus gracias, siento y veo toda mi miseria. Comienzo el dia luchando y lo termino luchando; en cuanto aparto una dificultad, en su lugar surgen (69) diez por superar, pero no me aflijo por ello, porque sé muy bien que éste es el tiempo de la lucha y no de la paz. Cuando la lucha se hace tan dura que supera mis fuerzas, me arrojo como una nina en los brazos del Padre Celestial y tengo confianza que no pereceré. Oh Jesús mio, soy tan propensa al mal y eso me obliga a vigilarme continuamente, pero nada me desalienta, confio en la gracia de Dios, que abunda donde la miseria es la mas grande. 607 Entre las mas grandes dificultades y contrariedades no pierdo la paz interior ni el equilibrio en lo exterior y esto desanima a los adversarios. Entre las contrariedades la paciencia refuerza al alma. 608 2 de febrero [1936]. Por la manana, al despertarme al sonido de la campanilla, me entró un sueno tan grande que no logrando despertarme del todo, di un salto al agua fria y dos minutos después el sueno se me quitó. Al venir a la meditación (70) se agolpó en mi cabeza toda una confusion de pensamientos necios y luché durante toda la meditación. Lo mismo ocurrio durante las plegarias, pero cuando comenzó la Santa Misa, en mi alma reinó una extrana calma y alegria. En ese momento vi a la Santisima Virgen con el Nino Jesús y al Santo Anciano [221] que estaba detrás de Nuestra Senora. La Santisima Virgen me dijo: Aqui tienes el tesoro mas precioso. Y me dio al Nino Jesús. Cuando tomé al Nino Jesús en brazos, la Virgen y San José desaparecieron; me quedé sola con el Ninito Jesús: Le dije: 609 Sé que eres mi Señor y Creador, a pesar de ser tan pequeño. Jesús tendio sus bracitos y me miraba sonriendo, mi espiritu estaba lleno de un gozo incomparable. De reente Jesús desaparecio y la Santa Misa llegó al momento de acercarse a la Santa Comunión. Fui en seguida con otras hermanas a tomar la Santa Comunión con el alma llena [de su presencia]. Después de la Santa comunión (71) oí en el alma estas palabras: Yo soy en tu corazón el mismo al que tuviste en tus brazos. Entonces rogué al senor por cierta alma [222] para que le concediera la gracia en la lucha y le quitara esa prueba. Se hará según pides, pero su merito no disminuirá. Una alegria reinó en mi alma por ser Dios tan bueno y tan misericordioso; Dios concede todo lo que pedimos con confianza. 610 Despues de cada conversación con el Señor mi alma es singularmente fortalecida, una profunda calma reina en mi alma y me hace tan valiente que no temo nada en el mundo; tengo un solo temor, el de entristecer a Jesús. 611 Oh Jesús mio, Te ruego por la bondad de Tu dulcisimo Corazón, que se calme Tu ira y muestranos Tu misericordia. Que Tus heridas sean nuestro escudo ante la justicia (72) de Tu Padre. Te conoci, oh Dios, como una Fuente de Misericordia con que se anima y alimenta cada alma. Oh, qué grande es la misericordia del Señor, por encima de todos sus atributos; la misericordia es el mayor atributo de Dios, todo lo que me rodea, me habla de ello. La misericordia es la vida de las almas, su compasión es inagotable. Oh Señor, miranos y tratanos según Tu piedad infinita, según Tu gran misericordia. 612 Una vez tenia dudas de si lo que me había sucedido, no hubiese ofendido gravemente a Jesús. Como no lograba darme cuenta de ello, decidi no acercarme a la Santa Comunión antes de confesarme, aunque en seguida hice un acto de contrición, porque tengo la costumbre de que después de la menor falta, me ejercito en la contrición. En los dias en que no me acercaba a la Santa Comunión (73) no sentia la presencia de Dios, sufria indeciblemente a cause de esto, pero lo soportaba como el castigo por el pecado. Sin embargo durante la confesion recibi una amonestación, que podia acercarme a la Santa Comunión, ya que lo que me había sucedido no era un impedimento para recibir la Santa Comunión. Después de la confesion recibi la Santa Comunión, y vi a Jesús que me dijo estas palabras: Has de saber, hija Mia, que no uniendote a Mi en la Santa Comunión Me ha desagradado mas que [cometiendo] aquella pequena falta. 613 Un dia vi una pequena capilla y dentro de ella seis hermanas que estaban recibiendo la Santa Comunión, administrada por nuestro confesor vestido con un sobrepelliz y una estola [223]. En aquella capilla no había ni adornos ni reclinatorios; después de la Santa Comunión vi al Señor Jesús como aparece en la imagen. Jesús estaba caminando y yo llamé: ¿Señor, cómo puedes pasar y no decirme nada? Yo (74) no haré nada sin Ti, tienes que quedarte conmigo y bendecirme a mi y a esta Comunidad y a mi patria. Jesús hizo la senal de la cruz y dijo: No tengas miedo de nada. Yo estoy siempre contigo. 614 Los dos ultimos dias angtes de la Cuaresma, junto con las alumnas [224], tuvimos una hora de adoración reparadora. Durante ambas horas vi al Señor Jesús con el aspecto que tuvo después de la flagelación; el dolor que estrechó mi alma era tan grande que tenia la sensación de experimentar todos estos tormentos en mi propio cuerpo y en mi propia alma. 615 1 III 1936. Ese dia durante la Santa Misa me envolvio una extrana fuerza y un impulso para que me pusiera a realizar los deseos de Dios [225]. Me vino una comprensión tan clara de las cosas que el senor exigia de mi que, verdaderamente, si dijera, o sea, me justificara (75) diciendo que no comprendia algo de lo que el Señor exigia de mi, mentiria. Porque el Señor me da a conocer su voluntad explicita y claramente y en estas cosas no tengo ni una sombre de duda. Y comprendi que seria la ingratid mas grande diferir mas esta cuestion que el Señor quiere realizar para su gloria y para el provecho de un gran numero de almas y se sirve de mi como de un miserable instrumento por el cual ha de realizar sus eternos planes de misericordia. De verdad, seria muy ingrata mi alma si se opusiera mas tiempo a la voluntad de Dios. Ya nada me detiene en esto: ni la persecución, ni el sufrimiento, ni el escarnio, ni las amenazas, ni las suplicas, ni el hambre, ni el frio, ni las lisonjas, ni las amistades, ni las contrariedades, ni los amigos, ni los enemigos, ni las cosas que estoy viviendo ahora, ni las cosas que vendran, ni el odio del infierno nada me impedira cumplir la voluntad de Dios. Ya nada me detiene en esto; ni la persecución, ni el sufrimiento, ni el escarnio, ni las amenazas, ni las suplicas, ni el hambre, ni el frio, ni las lisonjas ni las amistades, ni las contrariedades, ni los amigos, ni los enemigos, ni las cosas que estoy viviendo ahora, ni las cosas que vendran, ni el odio del infierno nada me impedira cumplir la voluntad de Dios. (76) No me apoyo en mis propias fuerzas, sino en su omnipotencia, porque si me ha dado la gracia de conocer su santa voluntad, asimismo me concedera la gracia de poder cumplirla. No puedo dejar de decir cuánto se opone a esta aspiracion mi propia naturaleza despreciable que se presente con sus ambiciones, y a veces en mi alma se arma una lucha tan grande que, como Jesús en el Huerto de los Olivos, tambien yo grito al Padre eterno: Si es posible aleja de mi este caliz, pero no como yo quiero sino como Tu quieres, oh Señor, que se haga Tu voluntad. No es un secreto para mi todo lo que tendré que pasar, pero con pleno conocimiento acepto todo lo que me enviarás, Señor. Confio en Ti, Dios misericordioso y deseo ser la primera en mostrar la confianza que exiges de las almas. Oh Verdad eterna, ayúdame e ilumina en el camino de la vida y haz que se cumpla en mi Tu voluntad. (77) No deseo nada sin cumplir Tu voluntad, Dios mio; no importa si me será facil o difícil. Siento que una fuerza misteriosa me empuja a obrar, me detiene una sola cosa, la santa obediencia. Oh Jesús mio, me apremias y por otra parte me retienes y frenas. Oh Jesús mio, pero en esto tambien se haga Tu voluntad. En tal estado permaneci durante algunos dias, sin interrupción; las fuerzas fisicas disminuyeron y aunque no decía nada a nadie, la Madre Superiora [226] notó mi sufrimiento y dijo: He notado que usted, hermana, está cambiada y muy palida. Me recomendó acostarme mas temprano y dormir mas tiempo y mandó traerme un vaso de leche caliente por las noches. Su corazón carinoso y verdaderamente materno deseaba ayudarme, pero las cosas (78) exteriores no influyen en los sufrimientos del espiritu y no alivian mucho. En el confesionario sacaba fuerzas y consuelo de que ya no esperaria mucho para ponerme a la obra. 616 El jueves, cuando iba a la celda, encima de mi vi la Sagrada Hostia en un gran resplandor. De repente oí la voz que me parecia salir desde arriba de la Hostia: En ella está tu fuerza, ella te defenderá. Después de estas palabras la vision desaparecio, pero en mi alma entró una fuerza y alguna luz misteriosa sobre en qué consiste nuestro amor hacia Dios; precisamente en cumplir la voluntad de Dios. 617 Oh Santa Trinidad, Dios eterno, deseo resplandecer en la corona de Tu misericordia como una piedra pequenita cuya belleza depende de la luz (79) de Tu rayo y de Tu misericordia inconcebible. Todo lo que hay de bello en mi alma, es Tuyo, oh Dios; yo de por mi siempre soy nade. 618 Al comienzo de la Cuaresma pedi a mi confesor una mortificacion para aquel periodo cuaresmal y recibi la de no reducirme los alimentos, sino de meditar durante las comidas sobre cómo Jesús en la cruz aceptó el vinagre con hiel: seria una mortificacion. No sabia que de ella sacaria un provecho tan grande para mi alma. El provecho consistia en que meditaba continuamente su dolorosa Pasion y cuando esstaba comiendo, no distinguia lo que comia sino que estaba ocupada por la muerte de mi Señor. 619 Al comienzo de la Cuaresma pedi tambien el cambio del examen particular de conciencia y recibi esto: que todo lo que iba a hacer, lo haria con pura intencion de reparacion por los pecadores. (80) Esto me mantiene en una continua unión con Dios y esta intencion hace mas perfectas mis obras, ya que todo lo que hago, lo hago por las almas inmortales. Todas las penas y todas las fatigas son nada cuando pienso que sirven para reconciliar las almas pecadoras con Dios. 620 Maria [es] mi instructora que me ensena siempre cómo vivir para Dios. Mi espiritu resplande en Tu dulzura y humildad, oh Maria. 621 Una vez, cuando entré en la capilla por cinco minutos de adoración y recé por cierta alma, comprendi que no siempre Dios acepta nuestras plegarias por aquellas almas por las cuales rogamos, sino que las destina a otras almas, y no les llevamos alivio en las penas que sufren en el fuego del purgatorio; sin embargo nuestra plegaria no se pierde. 622 (81) La relacion confidencial del alma con Dios. Dios se acerca al alma de manera particular, conocida solamente por Dios y el alma. Nadie se da cuenta de esta unión misteriosa, es el amor que preside en esta unión y solamente el amor realiza todo. Jesús se da al alma de manera suave, dulce y en su profundidad está la serenidad. Jesús le concede muchas gracias y la hace capaz de compartir sus pensamientos eternos, y a veces le revela al alma sus designios divinos. 623 Cuando el Padre Andrasz me dijo que seria bien que en la Iglesia de Dios existiera un grupo de almas que impetraran la Divina Misericordia, porque, en realidad, todos necesitamos la misericordia, [227] después de estas palabras suyas una luz singular penetró en mi alma. Oh, que bueno es el Señor. 624 (82) 18 III 1936. Una vez pedi a Jesús que Él Mismo diera el primer paso con algun cambio o con algun acto exterior, o que me expulsaran porque yo sola no era capaz de abandonar esta Congregación, y en este estado de ánimo estuve agonizando mas de tres horas. No lograba rezar, pero someti mi voluntad a la voluntad de Dios. A la manana siguiente, la Madre Superiora [228] me dijo que la Madre General [229] me trasladaba a Varsovia. Contesté a la Madre que seria mejor, quiza, que ya no fuera sino que saliera [de la Congregación] alli mismo, en seguida. Consideraba que aquella era la senal exterior que había pedido a Dios. La Madre Superiora no me contestó a esto, pero un momento después volvio a llamarme y dijo: Sabe usted, hermana, vaya a pesar de todo; no piense que el viaje será un tiempo perdido aunque tuviera que volver en seguida. Contesté: De acuerdo, ire; a pesar de que el dolor me traspasó el alma, porque (83) sabia que por este viaje, la causa se aplazaria; no obstante, a pesar de todo, trato siempre de ser obediente. 625 Por la noche, mientras rezaba, la Virgen me dijo: Su vida debe ser similar a la mia, silenciosa y escondida; deben unirse continuamente a Dios, rogar por la humanidad y preparar al mundo para la segunda venida de Dios. 626 Por la noche, durante la Bendicion [230], por un momento ni alma estuvo en contacto directo con Dios Padre; sentí que estaba en sus brazos como una nina y oí en el alma estas palabras: No tengas miedo, hija Mia, de nada, todos los adversarios quedarán destruidos a Mis pies. Con estas palabras entraron en mi alma una profunda serenidad y un extrano silencio interior. 627 (84) Cuando me quejaba al Señor de que me quitaba esta ayuda y de que estaria sola otra vez, sin saber como actuar, oí estas palabras: Yo tengas miedo, Yo estoy siempre contigo. Después de estas palabras una profunda paz entró otra vez en mi alma. Su presencia me penetró totalmente de manera sensible. Mi espiritu fue inundado de luz y tambien el cuerpo participó en esto. 628 La noche del ultimo día en que iba a salir de Vilna, una hermana [231], de edad ya avanzada, me reveló el estado de su alma; me dijo que desde hacia ya un par de años sufría interiormente, que le parecía que todas las confesiones habían sido mal hechas y que tenia dudas de si Jesús le había perdonado. Le pregunté si había hablado de eso alguna vez al confesor. Me contestó que ya muchas veces (85) había hablado de eso al confesor y siempre los confesores me dicen que esté tranquila; sin embargo sufro mucho y nada me da alivio, y siempre me parece que Dios no me ha perdonado. Le contesté: Obedezca, hermana, al confesor y esté completamente tranquila, porque seguramente es una tentación. No obstante, ella con lagrimas en los ojos, suplicó que preguntara a Jesús si la había perdonado y si sus confesiones habían sido buenas o no. Le contesté enérgicamente: Pregunte usted misma, hermana, si no cree a los confesores. Pero ella me apretó de la mano y no quería dejarme hasta que le dijera que rogaría por ella y le relataría lo que Jesús me contestaría. Llorando amargamente no quería dejarme y me dijo: Yo sé, hermana, que Jesús le habla, Y sin poder liberarme de ella. Por la noche, durante la Bendición, oí en el alma estas palabras: Dile que su desconfianza hiere más Mi Corazón que los pecados que cometió. Cuando se lo dije se puso a llorar como una niña y una gran alegría entro en su alma. Comprendí que Dios deseaba consolar esa alma por mi medio, por lo tanto, a pesar de que esto me costó mucho, cumplí el deseo de Dios. 629 Cuando entré un momento en la capilla aquella misma noche, para agradecer a Dios por todas las gracias que me había concedido en aquella casa, de repente me envolvió la presencia de Dios. Me sentí como una niña en las manos del mejor Padre y oí estas palabras: No tengas miedo de nada. Yo estoy siempre contigo. Su amor me penetró por completo; sentí que entraba con Él en una intimidad tan estrecha que (870 no tengo palabras para expresarla. 630 De pronto vi junto a mi a uno de los siete espíritus, radiante como antes, con aspecto luminoso; lo veía [232] continuamente junto a mi cuando iba en tren. Veía que sobre cada iglesia que pasábamos había un ángel, pero en una luz mas pálida que la del espíritu que me acompañaba en el viaje. Y cada uno de los espíritus que custodiaban los templos, se inclinaba ante el espíritu que estaba a mi lado. En Varsovia, cuando entré por la puerta [del convento], el espíritu desapareció; agradecí a Dios por su bondad, por darnos a los ángeles como compañeros. Oh, qué poco piensa la gente en que tiene siempre a su lado a tal huésped y, a la vez, un testigo de todo. ¡Pecadores!, recuerden que tienen un testigo de sus acciones. 631 Oh Jesús mío, Tu bondad supera toda inteligencia y nadie agotará Tu misericordia. Perdición para (88) el alma que quiere perderse, porque para quien desea salvarse, para él es el mar inagotable de misericordia del Señor; ¿cómo puede un recipiente pequeño contener en si un mar insondable?.... 632 Cuando me despedía de las hermanas y estaba ya por partir, una de las hermanas, me pidió mucho que la perdonara por haberme ayudado tan poco en mis deberes, y no solamente por no haberme ayudado en mis deberes, sino que por haber tratado siempre de hacérmelos difíciles. Sin embargo yo dentro de mí la consideraba mi gran bienhechora porque me había ejercitado en la paciencia. Me ejercitaba hasta tal punto que una de las hermanas de mayor edad se expresó así: Sor Faustina es estúpida o santa, porque, a decir verdad, una personal normal no soportaría que alguien le llevara siempre la contraria. Yo sin embargo (89) me acercaba siempre a ella con amabilidad. Aquella hermana se empeñaba tanto en hacerme difícil el cumplimento de mis deberes que, a pesar de mis esfuerzos, mas de una vez consiguió estropear algo de lo que estaba bien hecho, como ella misma confesó en la despedida, pidiéndome mil disculpas. Sin querer analizar sus intenciones, tomé la cosa como una prueba de Dios… 633 Me extraña muchísimo como es posible tener una envidia tan grande. Yo, viendo el bien de alguien, me alegro como si yo misma lo tuviera, la alegría de los demás es mi alegría y el sufrimiento de los demás es mi sufrimiento, porque si no fuera así no me atrevería relacionarme con Jesús. El espíritu de Jesús es siempre simple, apacible, sincero; cada malicia, envidia, falta de bondad ocultada bajo una sonrisa de afabilidad es un diablito inteligente; una palabra dura pero que proviene del amor sincero, no hiere al corazón. 634 (90) 22 III 1936. Al llegar a Varsovia, entré un momento en la pequeña capilla para agradecer a Jesús por el viaje feliz y pedí al Señor la ayuda y la gracia en todo lo que me esperaba, sometiéndome en todo a su santa voluntad. Oí estas palabras: No tengas miedo de nada, todas las dificultades servirán para que se realice Mi voluntad. 635 El día 25 de marzo. Durante la meditación matutina me envolvió la presencia de Dios de modo singular, mientras reflexionaba sobre la grandeza infinita de Dios y, al mismo tiempo, sobre su condescendencia hacia la criatura. Entonces vi a la Santísima Virgen que me dijo: Oh, cuán agradable es para Dios el alma que sigue fielmente la inspiración de su gracia. Yo di al mundo el Salvador y tu debes hablar al mundo de su gran misericordia y preparar al mundo para su segunda (91) venida. Él vendrá, no como un Salvador Misericordioso, sino como un Juez Justo. Oh, qué terrible es ese día. Establecido está ya es el día de la justicia, el día de la ira divina. Los ángeles tiemblan ante ese día. Habla a las almas de esa gran misericordia, mientras sea un el tiempo para conceder la misericordia. Si ahora tu callas, en aquel día tremendo responderás por un gran numero de almas. No tengas miedo de nada, permanece fiel hasta el fin, yo te acompaño con mis sentimientos. 636 Cuando llegué a Walendów, una de las hermanas [233] al saludarme dijo: Como usted, hermana, ha venido aquí, entonces todo irá bien ahora. Le pregunté: ¿Por qué lo dice usted, hermana? Y ella me contestó que lo sentía dentro de si. Aquella alma estaba llena de sencillez y era muy agradable al Corazón de Jesús. Efectivamente aquella casa estaba en una extrema situación económica [234]… No voy a mencionar todo aquí. 637 (92) La confesión. Mientras me preparaba a la confesión, dije a Jesús escondido en el Santísimo Sacramento: Jesús Te pido, háblame por la boca de este sacerdote [235] y para mí la señal será ésta: él, naturalmente, no sabe nada de que Tú, Jesús, exiges de mí esta fundación de la misericordia; pues, que me diga algo sobre esta misericordia. Cuando me acerqué al confesionario y empecé la confesión, el sacerdote me interrumpió la confesión y empezó a hablarme de la gran misericordia de Dios con tanta fuerza que nunca antes escuché hablar así, y me preguntó: ¿Sabes que la misericordia del Señor está por encima de todas sus obras, que es la corona de sus obras? Escucha atentamente aquellas palabras que el Señor me decía por la boca de aquel sacerdote. Aunque creo que siempre en el confesionario Dios habla por la boca del sacerdote, no obstante en aquel momento lo constaté de modo singular. (93) A pesar de que no revelé nada de la vida de Dios que había en mi alma y me acusé solamente de las faltas, no obstante aquel sacerdote me habló mucho de lo que había en mi alma y me comprometió a la fidelidad a las inspiraciones de Dios. Me dijo: Estás caminando por la vida con la Santísima Virgen que contestó con fidelidad a cada inspiración de Dios. Oh Jesús mío, ¿quién logra comprender Tu bondad? 638 Oh Jesús, aleja de mí los pensamientos que no concuerdan con tu voluntad. Veo que nada mas me retiene a esta tierra sino esta obra de la misericordia. 639 Jueves. Durante la adoración de la tarde, vi. a Jesús flagelado y martirizado que me dijo: Hija Mía, deseo que dependas del confesor en las cosas más pequeñas. Tus más grandes sacrificios no Me agradan si los hacen sin el permiso (94) del confesor y al contrario, el más pequeño sacrificio tiene una gran importancia a Mis ojos si tiene el permiso del confesor. Las mas grandes obras no tienen importancia a Mis ojos si son fruto del propio arbitrio y muchas veces no concuerdan con Mi voluntad, mereciendo mas bien un castigo y no un premio; mientras la mas pequeña acción tuya con el permiso del confesor es agradable a Mis ojos y Me es intensamente querida. Convéncete de esto para siempre, vigila sin cesar porque todo el infierno se empeña en contra de ti a causa de esta obra, ya que muchas almas se alejarán de la boca del infierno y glorificarán Mi misericordia. Pero no tengas miedo de nada, porque Yo estoy contigo; debes saber que por ti misma no puedes nada. 640 El primer viernes del mes, antes de la Comunión, vi un gran copón (95) lleno de Hostias consagradas. Una mano me lo puso enfrente este copón y lo tomé en la mano, había en él mil Hostias vivas. Luego oí una voz: Estas Hostias han sido recibidas por las almas a las cuales has impetrado la gracia de una sincera conversión durante esta Cuaresma. Eso fue una semana antes del Viernes Santo. Pasé aquel día en un profundo recogimiento interior, anonadándome para el provecho de las almas. 641 Oh, qué alegría es anonadarse por el bien de las almas inmortales. Sé que un granito de trigo para transformarse en alimento debe ser destruido y triturado entre las piedras de molienda, así yo, para que sea útil a la Iglesia y a las almas, tengo que ser aniquilada, aunque por fuera nadie se dé cuenta de mi sacrificio. Oh Jesús, deseo estar escondida por fuera, como esta hostia en la cual el ojo no distingue nada, y yo soy una hostia consagrada a Ti. 642 (96) El Domingo de Ramos. Este domingo experimenté de manera singular los sentimientos del dulcísimo Corazón de Jesús; mi espíritu estaba allí donde estaba Jesús. Vi a Jesús montado en un burrito, y a los discípulos, y a una gran muchedumbre que iba alegre junto a Jesús con ramos en las manos; y algunos los tiraban bajo los pies donde pasaba Jesús y otros mantenían los ramos en alto, brincando y saltando delante del Señor sin saber qué hacer de alegría. Y vi otra muchedumbre que salió al encuentro de Jesús, con rostros igualmente alegres y con ramos en las manos, gritando sin cesar de alegría; había también niños pequeños, pero Jesús estaba muy serio; el señor me dio a conocer lo mucho que sufría en aquellos momentos. Yo no veía nada fuera de Jesús, que tenia el Corazón saturado por la ingratitud {de los hombres]. 643 (97) La confesión trimestral. El Padre Bukowski. Cuando una fuerza interior me apremió nuevamente a que no aplazara mas esta causa, no encontrando paz dije al confesor, Padre Bukowski, que ya no podía esperar más tiempo. El padre me contestó: Hermana, es una ilusión, el Señor Jesús no puede exigir esto, usted tiene los votos perpetuos, todo esto es una ilusión; usted, hermana, esta inventando alguna herejía, y me gritaba en alta voz. Pregunté si todo era ilusión; me contestó que todo. Y entonces ¿cómo debo comportarme?; dígame, por favor. Pues usted, hermana, no debe seguir ninguna inspiración, debe distraerse y no hacer caso a lo que oiga en el alma, tratar de cumplir bien sus deberes exteriores y no pensar nada en estas cosas, vivir en una continua distracción. Contesté: Esta bien, (98) porque hasta ahora me he guiado por mi propia conciencia, pero ahora si usted, Padre, me ordena no hacer caso a mi propio interior, no lo haré. Y dijo: Si el Señor Jesús vuelve a decirle algo, dígamelo, pero usted, hermana, no debe hacerlo. Contesté: Está bien, trataré de ser obediente. No sé de dónde le vino al Padre tanta severidad. 644 Cuando me alejé del confesionario, todo un enredo de pensamientos oprimió mi alma: ¿Para qué ser sincera?; al fin de cuentas lo que había dicho no eran pecados, pues no estaba obligada a hablar de eso al confesor; y también, oh, qué bueno es no necesitar mas de hacer caso a mi interior, con tal que vayan bien las cosas por fuera. Ahora no tengo mas necesidad de hacer caso a nada ni seguir estas voces interiores que a veces me cuestan muchas humillaciones; ahora seré ya libre. Pero a su vez, un extraño (99) dolor estrechó mi alma. Entonces ¿no puedo relacionarme con aquel a quien anhelo tan ardientemente? ¿Con aquel que es toda la fuerza de mi alma? Comencé a gritar: ¿A quién iré, oh Jesús? Pero desde el momento de la prohibición del confesor, una inmensa oscuridad cayó en mi alma; tengo miedo de escuchar alguna voz dentro de mí para no infringir así la prohibición del confesor, pero por otra parte me muero de la nostalgia de Dios. Mi interior desgarrado; no teniendo mi propia voluntad, me he confiado totalmente en Dios. Esto sucedió el Miércoles Santo, el sufrimiento aumentó todavía más el Jueves Santo. Cuando vine a la meditación, entré en una especie de agonía, no sentía la presencia de Dios, sino que toda la justicia de Dios pesó sobre mí. Me vi. casi destruida por los pecados del mundo. Satanás comenzó a burlarse de mi: Ves, ahora ya no te ocuparás de las almas; mira, qué recompensa tienes; nadie te (100) va a creer que esto lo quiere Jesús; mira, cómo sufres ahora, y lo que vas a sufrir todavía. Después de todo el confesor te he liberado de todo esto. Ahora puedo ya vivir según mi parecer, con tal que [todo] vaya bien por fuera. Estos pensamientos terribles me atormentaron durante una hora entera. Cuando se acercaba la Santa Misa, un dolor estrujó mi corazón. ¿Debo salir de la Congregación? Y dado que el Padre me dijo que era una herejía, ¿debo separarme de la Iglesia? Grite al Señor con voz interior y dolorida: Jesús, sálvame. Sin embargo ni un rayo de luz entró en mi alma y sentí que las fuerzas me abandonaban, como si sucediera la separación del cuerpo con respecto al alma. Me someto a la voluntad de Dios y repito: Se haga de mí, oh Dios, lo que has decidido, ahora en mí ya no hay nada mío. De súbito me inundó la presencia de Dios y me compenetró totalmente, hasta la medula de los huesos. (101) Era el momento de la Santa Comunión. Un instante después de la Santa Comunión perdí el conocimiento de todo lo que me rodeaba y de dónde estaba. 645 Entonces vi a Jesús así como está pintado en la imagen y me dijo: Dile al confesor, que esta obra es Mía y Me sirvo de ti como de un miserable instrumento. Y dije: Jesús, yo no puedo hacer nada de lo que me ordenas ya que el confesor me dijo que todo esto es una ilusión y que no puedo seguir Tus ordenes; yo no haré nada de lo que ahora me recomendarás. Perdóname, Señor, a mi no me está permitido nada, yo tengo que ser obediente al confesor. Jesús, Te pido muchísimo perdón, Tu sabes cuánto sufro por esta razón, pero ¿qué hacer?, Jesús, el confesor me ha prohibido seguir Tus ordenes. Jesús escuchaba amablemente y con satisfacción mi argumentación y mis lamentos. Yo pensé (102) que esto ofendería mucho a Jesús y, al contrario, Jesús estaba contento y me dijo amablemente: Relata siempre al confesor todo lo que Yo te recomiendo y lo que te digo y haz solamente aquello para lo cual recibirás el permiso; no te perturbes ni tengas miedo de nada. Yo estoy contigo. Mi alma se llenó de gozo, y desaparecieron todos los pensamientos que la atormentaban, mientras entraron en el alma la certeza y la valentía. 646 Sin embargo, un momento después me sumergí en la Pasión que Jesús sufrió en el Huerto de los Olivos. Esto duró hasta la mañana del viernes. El viernes experimenté la Pasión de Jesús, pero ya de modo diferente. Aquel día, vino a nosotras de Derdy el Padre Bukowski. Una fuerza misteriosa me empujó a ir a confesarme y decir todo lo que me había pasado y lo que Jesús me había dicho. Cuando lo dije al Padre, y él estaba completamente cambiado, me contestó (103): No tenga miedo de nada, hermana, no le va pasar nada malo, ya que Jesús no lo permitirá. Como usted es obediente y en esta disposición, no se preocupe de nada. Dios encontrará el modo de realizar esta obra, tenga siempre esta sencillez y sinceridad y hable de todo a la Madre General. Lo que yo le había dicho, era para prevenirla, porque las ilusiones se dan también en personas santas; a esto puede mezclarse, a veces alguna sugerencia del diablo y también alguna originada por nosotros mismos, por eso debe ser prudente. Siga como hasta ahora; usted ve que Jesús no se ha enojado por esto. Puede repetir estas cosas que han sucedido a su confesor permanente. 647 Comprendí que tengo que rezar mucho por cada confesor para que el Espíritu (104) Santo los ilumine, porque cuando me acerco al confesionario sin rezar antes ardientemente, el confesor me comprende poco. Ese Padre me animó a rogar fervientemente por la intención de que Dios me permitiera conocer y comprender mejor las cosas que exige de mí: Hermana, haga una novena tras otra y Dios no rehusará sus gracias. 648 Viernes Santo. A las tres de la tarde vi a Jesús crucificado que me moró y dijo: Tengo sed. De repente vi que de su costado salieron los dos mismos rayos que están en la imagen. En el mismo momento sentí en el alma el deseo de salvar las almas y de anonadarme por los pobres pecadores. Junto a Jesús agonizante me ofrecí al Padre eterno por el mundo. Con Jesús y por Jesús (105) y en Jesús estoy unida a Ti, oh Padre eterno. El Viernes Santo, Jesús sufrió ya de manera distinta en el alma que el Jueves Santo. 649 La Santa Misa de la Resurrección [12 IV 1936]. Cuando entré en la capilla, mi espíritu se sumergió en Dios, en su único tesoro; su presencia [me] inundó. 650 Oh Jesús mío, Maestro y Director espiritual, fortifícame, ilumíname en estos momentos difíciles de mi vida, no espero ayuda de parte de los hombres, en Ti toda mi esperanza. Siento que estoy sola frente a tus deseos, Señor. A pesar de los temores y la aversión de la naturaleza, cumplo Tu santa voluntad y deseo cumplirla con máxima fidelidad en toda mi vida y en la hora de la muerte. Oh Jesús, Contigo puedo todo, haz de mi lo que Te agrade, dame solamente Tu Corazón misericordioso y será suficiente para mi. (106) Oh Jesús y Señor mío, ayuda para que se haga de mi lo que has establecido antes de los siglos, estoy lista para cada señal de Tu santa voluntad. Concede luz a mi mente para que pueda conocer cuál es Tu santa voluntad. Concede luz a mi mente para que pueda conocer cuál es Tu santa voluntad. Oh Dios, que penetras mi alma, Tú sabes que no deseo nada mas sino Tu gloria. Oh, voluntad divina, deleite de mi corazón, alimento de mi alma, luz de mi intelecto, fuerza todopoderosa de mi voluntad, ya que cuando me uno a Tu voluntad, Señor, entonces Tu potencia obra a través de mí, ocupando el lugar de mi débil voluntad. Todos los días trato de cumplir los deseos de Dios. 651 Oh Dios inconcebible. La grandeza de Tu misericordia sobrepasa cualquier entendimiento humano y angélico puestos juntos. Todos los ángeles (107) y todos los hombres salieron de las entrañas de Tu misericordia. La misericordia es la flor del amor: Dios es amor y la misericordia es su acción, en el amor se engendra, en la misericordia se manifiesta. Por donde miro, todo me habla de su misericordia, hasta la justicia misma de Dios me habla de su insondable misericordia, porque la justicia proviene del amor. 652 A una palabra presto atención y de esta palabra siempre dependo, y esta palabra es todo para mi, por ella vivo y por ella muero y ésta es la santa voluntad de Dios. Ella es mi alimento cotidiano, toda mi alma está atenta para escuchar los deseos de Dios. Cumplo siempre lo que Dios quiere de mí a pesar de que alguna vez mi naturaleza tiemble y siente que su grandeza supera mis fuerzas. Sé bien lo que soy por mi misma, pero sé también lo que es la gracia de Dios que me sostiene. 653 (108) 25 IV 1936. Walendów. Aquel día el sufrimiento de mi alma fue tan duro como pocas veces antes. Desde la mañana sentía en el alma como la separación del cuerpo con respecto al alma; sentía que Dios me penetraba totalmente, sentía en mí toda la justicia de Dios, sentía que estaba sola frente a Dios. Pensé que una sola palabra del director espiritual me calmaría completamente, pero ¿qué hacer?, él no estaba allí. Sin embargo decidí buscar luz en la confesión. Cuando descubrí mi alma, al sacerdote le entró miedo de seguir escuchando mi confesión, lo que me provocó un sufrimiento aún más grande. Cuando veo el temor de un sacerdote, entonces no obtengo ninguna tranquilidad interior, por eso decidí tratar de revelar mi alma en todo, desde la cosa más grande hasta la más pequeña, solamente ante el director espiritual y seguir estrictamente sus indicaciones. 654 Ahora comprendo que la confesión es solamente (109) la declaración de los pecados y la dirección espiritual es [algo] completamente diferente, pero no quiero hablar de esto. Deseo relatar una cosa extraña que me sucedió por primera vez; cuando el confesor comenzó a hablarme, no comprendía ni una palabra suya. De pronto vi. a Jesús crucificado que me dijo: Busca la fuerza y la luz en Mi Pasión. Terminada la confesión medite la tremenda Pasión de Jesús y comprendí que lo que yo sufría era nada en comparación con la Pasión del Creador y que cada imperfección, hasta la mas pequeña, había sido la causa de aquella tremenda Pasión. Luego mi alma fue compenetrada por un gran arrepentimiento y solo entonces sentí que estaba en el mar insondable de la misericordia de Dios. Oh, qué pocas palabras tengo para expresar lo que siento. Siento que soy como una gota de rocío absorta por el profundo océano sin límites de la misericordia de Dios. 655 (110) + 11 de mayo de 1º936. Llegué a Cracovia y me puse contenta esperando que pudiera cumplir, por fin, todo lo que exigía Jesús. Una vez, al ver al Padre A. [236] y después de decirle todo, recibí esta respuesta: Rece, hermana, hasta la fiesta del Sagrado Corazón y agregue alguna mortificación, y el día de la fiesta del Sagrado Corazón le daré la respuesta. Pero un día oí en el alma esta voz: No tengas miedo de nada, Yo estoy contigo. Después de estas palabras sentí en el alma un apremio tan grande que sin esperar la fiesta del Sagrado Corazón, declaré en la confesión que abandonaba la Congregación ya. [237] El Padre me contestó: Si usted misma, hermana, ha tomado esta decisión, tomará también la responsabilidad por si misma. Pues vaya. Me alegré de que ya saliera. A la mañana siguiente, de pronto me abandonó (111) la presencia de Dios, una gran oscuridad envolvió mi alma, no lograba rezar. Debido a este inesperado abandono de parte de Dios, decidí aplazar esta cuestión un poco, hasta consultar con el Padre. El Padre Andrasz me contestó que los cambios de este tipo suceden frecuentemente y no es un impedimento para obrar. 656 La Madre General [238]. Cuando hablaba con la Madre sobre todo lo que había sucedido, me dijo estas palabras: Hermana, yo la guardo en el tabernáculo con Jesús, a dondequiera vaya de allí, será la voluntad de Dios. 657 19 de junio. Cuando fuimos a los jesuitas para la procesión del Sagrado Corazón, durante las vísperas, vi. los mismos rayos que están pintados en la imagen, saliendo de la Santísima Hostia. Mi alma fue invadida por un gran anhelo de Dios. 658 (112) Junio de 1936. El coloquio con el Padre Andrasz. Ha de saber que estas cosas son difíciles y duras; su director principal lo es el Espíritu Santo, nosotros podemos solamente encaminar estas inspiraciones, pero su verdadero director lo es el Espíritu Santo. Si usted hermana, ha decidido salir por su iniciativa, yo ni le prohibo ni le ordeno, en esto usted toma la responsabilidad por si misma. Esto lo digo para usted, hermana, que puede comenzar a obrar; está en condiciones, entonces puede. Estas son las cosas creíbles, todo lo que me ha dicho ahora y anteriormente [239], es a favor, pero en todo esto debe ser muy prudente y rezar mucho y pedir luz para mí. 659 Durante la Misa celebrada por el Padre Andrasz, vi al pequeño Niño Jesús que me dijo que debía depender de él en todo: Ninguna acción hecha de propio arbitrio, aunque (113) te cueste mucho esfuerzo, no Me agrada. Comprendí esta dependencia. 660 Oh Jesús mío, el día del juicio final Tú pedirás cuenta de esta obra de la misericordia; oh Juez justo, pero también Esposo mío, ayúdame a cumplir Tu santa voluntad. Oh misericordia, virtud divina. 661 16 de julio. Hoy he pasado toda la noche en oración; contemplaba la Pasión del Señor, y mi alma estaba aplastada por la justicia de Dios. La mano de Dios me ha tocado. 662 17 de julio. Oh Jesús mío, Tú sabes qué grandes son las contrariedades con las cuales tropiezo en esta causa, cuántas objeciones debo soportar, cuántas sonrisas irónicas debo aceptar con serenidad. Oh, por mi misma no lo (114) soportaría, pero contigo puedo todo, oh Maestro mío. Oh, qué dolorosamente hiere una sonrisa irónica, cuando uno habla con gran sinceridad. 663 22 de julio. Oh Jesús mío, sé que de la grandeza del hombre da testimonio la obra y no la palabra ni el sentimiento. Las obras que han brotado de nosotros, éstas hablarán de nosotros. Oh Jesús mío, no me dejes sonar, sino que dame el valor y la fuerza para cumplir Tu santa voluntad. Oh Jesús, si quieres dejarme en la incertidumbre, aun hasta el fin de mi vida, sea bendito por ello Tu nombre. Junio 664 + Oh Jesús mío, cuánto me alegro de que me hayas asegurado que esta Congregación surgirá. Ya no tengo mas dudas en esto, ni una sombra, y veo la gran gloria que dará a Dios; será un reflejo del mayor atributo que tiene Dios, es decir, la Divina Misericordia. Impetrarán incesantemente (115) la Divina Misericordia para sí y para el mundo entero, y cada acto de misericordia brotará del amor de Dios del que estarán colmadas. Este gran atributo de Dios, tratarán de asimilarlo y vivir de él, y procurarán que los demás lo conozcan y tengan confianza en la bondad de Dios. Esta Congregación de la Divina Misericordia será en la Iglesia de Dios como una colmena en un magnifico jardín, escondida, silenciosa. Las hermanas como abejas trabajarán para alimentar con miel las almas de los prójimos y la cera fluirá en honor de Dios. + 29 de junio de 1936 665 El Padre Andrasz me recomendó hacer una novena según la intención de conocer mejor la voluntad de Dios. Recé con fervor agregando una mortificación del cuerpo. Al final de la novena recibí una luz interior y la seguridad de que la Congregación surgiría y que era agradable a Dios. A pesar de las dificultades (116) y las contrariedades, en mi alma entró una tranquilidad absoluta y una fuerza desde lo alto. Conocí que a la voluntad de Dios nada se opondría, nada la anularía; comprendí que debía cumplir esta voluntad de Dios a pesar de las contrariedades, las persecuciones, los sufrimientos de todo tipo, a pesar de la aversión y el temor de la naturaleza. 666 Comprendí que toda aspiración a la perfección y toda la santidad consisten en cumplir la voluntad de Dios. El perfecto cumplimiento de la voluntad de Dios es la madurez en la santidad, aquí no hay lugar a dudas. Recibir la luz de Dios, conocer lo que Dios exige de nosotros y no hacerlo es un gran ultraje a la Majestad de Dios. Tal alma merece que Dios la abandone completamente; se parece a Lucifer que tenia una gran luz y no cumplía la voluntad de Dios. Una misteriosa calma entró en mi alma mientras contemplaba que a pesar de las grandes dificultades, siempre seguí fielmente (117) la voluntad de Dios conocida [por mi]. Oh Jesús, concédeme la gracia de realizar Tu voluntad conocida [por mi], oh Dios. 667 14 de julio. A las tres recibí una carta [240]. Oh Jesús, Tu solamente sabes lo que sufro, pero callaré, no lo diré a ninguna criatura, porque sé que ninguna me consolará. Tú eres todo para mi, oh Dios, y Tu santa voluntad es mi alimento; ahora vivo de lo que viviré en la eternidad. Tengo una gran veneración por San Miguel arcángel, él no tuvo ejemplos en el cumplimiento de la voluntad de Dios y, sin embargo, cumplió fielmente los deseos de Dios. 668 + 15 de julio. Durante la Santa Misa me ofrecí al Padre Celestial por medio del dulcísimo Corazón de Jesús, como dispuesta a todo; que haga de mi lo que le agrade; yo por mi misma soy una nulidad y en mi miseria no tengo nada que sea digno, por lo tanto me arrojo en el mar de Tu misericordia, oh Señor. 669 (118) 16 de julio. De Jesús aprendo a ser buena, de Aquel que es la bondad misma, para poder ser llamada hija del Padre Celestial. Hoy, antes de mediodía, tuve un gran disgusto; en ese sufrimiento traté de unir mi voluntad a la voluntad de Dios y alabé a Dios con el silencio. Por la tarde fui por cinco minutos a la adoración, de repente, vi que la pequeña cruz que llevo en el pecho, estaba viva; Jesús me dijo: Hija Mía, el sufrimiento será para ti la señal de que Yo estoy contigo. Después de estas palabras una gran conmoción entró en mi alma. 670 Oh Jesús, mi Maestro y mi Director Espiritual, yo sé conversar solamente Contigo; con nadie es tan fácil el coloquio como Contigo, oh Dios. 671 En la vida espiritual siempre me tendré de la mano del sacerdote. De la vida del alma y de sus necesidades hablaré solamente con el sacerdote. 672 (119) + 4 de agosto de 1936. Un tormento interior de más de dos horas. Una agonía… De repente me penetra la presencia de Dios, siento que paso bajo el poder del Dios justo, esta justicia me penetra hasta la medula de los huesos, exteriormente pierdo las fuerzas y el conocimiento. Súbitamente conozco la gran santidad de Dios y mi gran miseria, en el alma nace un tormento tremendo, el alma ve todas sus obras que no son sin mancha. Después en el alma se despierta la fuerza de la confianza…. Y el alma con todas sus fuerzas anhela a Dios, pero ve lo miserable que es y lo mísero que es todo lo que la rodea. Y así, frente a aquella santidad, oh, pobre alma…. 673 13 de agosto. Durante el día entero estuve atormentada por terribles tentaciones, me venían a la boca blasfemias, una aversión a todo lo santo y divino; no obstante luché todo el día; por la noche comenzó a aplastarme la idea: ¿Por qué hablar de ello al confesor?, (120) él se reirá de esto. Alguna aversión y un desaliento envolvieron mi alma y me parecía que en tal estado no podía acercarme de ningún modo a la Santa Comunión. Al pensar que no iba a acercarme a la Santa Comunión, un dolor tan tremendo estrechó mi alma que faltó poco para que gritara en voz alta en la capilla. No obstante me di cuenta de que estaban otras hermanas y decidí ir al jardín y esconderme para poder al menor llorar fuerte. De repente Jesús 674 se presentó junto a mí y dijo: ¿A dónde piensas ir? No contesté nada a Jesús, pero desahogué ante Él todo mi dolor y cesaron todas las insidias de Satanás. Jesús me dijo que: La paz interior que tienes es una gracia, y desapareció súbitamente. Yo me sentía feliz y extrañamente tranquilizada. De verdad, solo Jesús, Él, el Señor Altísimo, puede hacer que en un momento vuelva una tranquilidad tan completa. 675 (121) + 7 de agosto de 1936 Cuando recibí este artículo [241] sobre la Divina Misericordia junto con la imagen [242], la presencia de Dios me envolvió de modo singular. Cuando me sumergí en la oración de agradecimiento, de repente vi al Señor Jesús en una gran claridad tal y como está pintado y a los pies de Jesús vi al Padre Andrasz y al Padre Sopocko, los dos tenían plumas en la mano y de las puntas de ambas plumas salían resplandores y fuego semejantes a un relámpago que tocaba a una gran multitud de gente que corría no sé a dónde. Apenas [alguien] era alcanzado por aquel rayo, daba la espalda a la muchedumbre y tendía los brazos a Jesús; algunos volvían con gran alegría y otros con gran dolor y pena. Jesús miraba con gran amabilidad a los dos. Un momento después me quedé a solas con Jesús y le dije: Jesús, llévame ahora, porque Tu voluntad ya está cumplida, y Jesús me contestó: (122) Todavía no toda Mi voluntad se ha cumplido en ti, sufrirás todavía mucho, pero Yo estoy contigo, no tengas miedo. 676 Hablo mucho con el Señor del Padre Andrasz y también del Padre Sopocko; sé que lo que pido al Señor, no me lo niega y les concede lo que le pido. He sentido, y sé, cuánto Jesús los ama; no lo describo con detalles, pero lo sé y me alegro enormemente. + 15 de agosto de 1936 677 Durante la Santa Misa celebrada por el Padre Andrasz, un momento antes de la elevación, la presencia de Dios penetró mi alma y que fue atraída hacia el altar. Luego vi a la Santísima Virgen con el Niñito Jesús. El Niño Jesús se tenia de la mano de la Virgen; en un momento el Niño Jesús corrió alegremente al centro del altar, y la Santísima Virgen me dijo: Mira, con qué tranquilidad confío a Jesús en sus manos, así también tú debes (123) confiar tu alma y ser como una niña frente a Él. Después de estas palabras mi alma fue llenada de una misteriosa confianza. La Santísima Virgen vestía una túnica blanca, singularmente blanca, transparente, sobre la espalda tenia un manto transparente de color del cielo, es decir como el azul, la cabeza descubierta, el cabello suelto; esplendida e indeciblemente bella. La Santísima Virgen miraba al sacerdote con gran benevolencia, pero un momento después el Padre partió este esplendido Niño y salio sangre verdaderamente viva; el sacerdote se inclinó y tomó en si a Jesús vivo y verdadero. Lo comió, no sé cómo esto sucede. Oh Jesús, Jesús, no alcanzo a seguirte, porque Tú en un momento Te haces inconcebible para mí. 678 La esencia de las virtudes es la voluntad de Dios; quien cumple fielmente la voluntad de Dios, se ejercita en todas las virtudes. En todos los casos y todas las circunstancias de la vida adoro y bendigo la santa voluntad de Dios. La santa voluntad de Dios es el objeto de mi amor. (124) En los mas secretos rincones de mi alma vivo de su voluntad y por fuera obro en la medida en que conozco interiormente que tal es la voluntad de Dios. Los tormentos, los sufrimientos, las persecuciones y todo tipo de contrariedades que vienen de la voluntad de Dios, me son más agradables que los éxitos, los elogios y las alabanzas que vienen de mi voluntad. 679 Oh Jesús mío, buenas noches, la campanilla me llama a dormir. Oh Jesús mío, ves que estoy agonizando por el deseo de la salvación de las almas; buenas noches, Esposo mío, me alegro de estar un día mas cerca de la eternidad, y si mañana me permites despertarme, oh Jesús, iniciaré un nuevo himno a Tu gloria. 680 + 13 de julio. Hoy, durante la meditación entendí que no debo hablar nunca de mis propias vivencias interiores; pero no ocultar nada al director espiritual. Pediré a Dios especialmente la luz para el director (125) de mi alma. Doy más importancia a la palabra del confesor que a todas las iluminaciones interiores que recibo. 681 + Durante los tormentos mas duros fijo mi mirada en Jesús crucificado; no espero ayuda de parte de los hombres, sino que tengo mi confianza en Dios; en su insondable misericordia está toda mi esperanza. 682 + Cuanto más siento que Dios me transforma, tanto mas deseo sumergirme en el silencio. El amor de Dios realiza su obra en lo profundo de mi alma, veo que empieza mi misión, la que me ha encomendado el Señor. 683 + Una vez, cuando rogaba mucho a los santos jesuitas, de repente vi al Ángel custodio que me llevó delante del trono de Dios; pasé (126) entre grandes huestes de santos, reconocí a muchos por sus imágenes; vi a muchos jesuitas que me preguntaron: ¿De qué Congregación es esta alma? Cuando les contesté, preguntaron: ¿Quién es tu director? Contesté que el Padre Andrasz. Cuando quisieron seguir hablando, mi Ángel Custodio hizo la señal de callar y pasé delante del trono mismo de Dios. Vi una claridad grande e inaccesible, vi el lugar destinado para mí en la cercanía de Dios, pero cómo es, no sé, porque lo cubría una nube, pero mi Ángel Custodio me dijo: Aquí está tu trono, por la fidelidad en el cumplimiento de la voluntad de Dios. 684 + La Hora Santa. Jueves. En aquella hora de plegaria Jesús me permitió entrar en el Cenáculo y estuve presente durante lo que sucedió allí. Sin embargo, lo que me conmovió mas profundamente fue el momento [243] antes de la consagración en que Jesús levantó (127) los ojos al cielo y entró en un misterioso coloquio con su Padre. Aquel momento lo conocemos debidamente sólo en la eternidad. Sus ojos eran como dos llamas, el rostro resplandeciente, blanco como la nieve, todo su aspecto majestuoso, su alma llena de nostalgia. En el momento de la consagración descansó el amor saciado, el sacrificio completamente cumplido. Ahora se cumplirá solamente la ceremonia exterior de la muerte, la destrucción exterior, la esencia está en el Cenáculo. En toda mi vida no tuve un conocimiento tan profundo de este misterio como en aquella hora de adoración. Oh, con qué ardor deseo que el mundo entero conozca este misterio insondable. 685 Terminada la Hora Santa, cuando fui a mi celda, conocí repentinamente cuánto Dios era ofendido por una persona cercana a mi corazón. Al verlo, el dolor traspasó mi alma, me arrojé en el polvo delante del Señor e imploré misericordia. Durante dos horas, llorando, rogando y flagelándome me opuse (128) al pecado, y conocí que la Divina Misericordia envolvió a aquella pobre alma. Oh, cuánto cuesta un solo, único pecado. 686 + Septiembre. El primer viernes. Por la noche vi a la Santísima Virgen con el pecho descubierto, traspasado por una espada. Lloraba lágrimas ardientes y nos protegía de un tremendo castigo de Dios. Dios quiere infligirnos un terrible castigo, pero no puede porque la Santísima virgen nos protege. Un miedo tremendo atravesó mi alma, ruego sin cesar por Polonia, por mi querida Polonia que es tan poco agradecida a la Santísima Virgen. Si no hubiera estado la Santísima Virgen, para muy poco habrían servido nuestros esfuerzos. Multipliqué mi empeño en las plegarias y sacrificios por mi querida patria, pero veía que era una gota frente a una oleada del mal. ¿Cómo una gota puede detener una oleada? Oh, si, una gota por si sola es nada, pero Contigo, Jesús, con valor haré frente a toda la oleada del mal e incluso (129) al infierno entero. Tu omnipotencia puede todo. 687 En una ocasión, mientras iba por el pasillo a la cocina, oí en el alma estas palabras: Reza incesantemente esta coronilla que te he ensenado. Quienquiera que la rece recibirá gran misericordia a la hora de la muerte. Los sacerdotes se la recomendarán a los pecadores como la ultima tabla de salvación. Hasta el pecador mas empedernido, si reza esta coronilla una sola vez, recibirá la gracia de Mi misericordia infinita. Deseo que el mundo entero conozca Mi misericordia; deseo conceder gracias inimaginables a las almas que confían en Mi misericordia. 688 Oh Jesús, Vida y Verdad, Maestro mío, guía cada paso de mi vida para que proceda según Tu santa voluntad. 689 (130) + Una vez, vi la sede del Cordero de Dios y delante del trono a tres santos: Estanislao Kostka, Andrés Bobola y el príncipe Casimiro que intercedían por Polonia. De pronto vi un gran libro que estaba delante del trono y me dieron el libro para que leyera. Aquel libro estaba escrito con sangre; sin embargo, no pude leer nada más que el nombre de Jesús. De repente oí una voz que me dijo: No ha llegado todavía tu hora. Me quitó el libro y oí estas palabras: Tú darás el testimonio de Mi misericordia infinita. En este libro están inscritas las almas que han venerado Mi misericordia. Me penetró una gran alegría viendo la gran bondad de Dios. 690 + Una vez conocí el estado de dos hermanas religiosas que tras una orden de la Superiora murmuraban interiormente y en consecuencia de esto dios las privó de muchas gracias particulares. (131) El dolor me estrujó el corazón al verlo. Oh Jesús, qué triste es cuando nosotros mismos somos la causa de la perdida de las gracias. Quien lo comprende permanece siempre fiel. 691 + Jueves. Hoy, a pesar de estar muy cansada, decidí hacer la Hora Santa. No pude rezar, tampoco pude estar arrodillada, pero me quedé en oración una hora entera uniéndome en espíritu a aquellas almas que adoran a Dios de manera ya perfecta. Pero al final de la hora, de repente vi a Jesús que me miró profundamente y con una dulzura indecible me dijo: Tu plegaria Me es inmensamente agradable. Después de estas palabras entró en mi alma una fuerza misteriosa y un gozo espiritual. La presencia de Dios impregnó mi alma. Oh, lo que pasa en el alma cuando se encuentra a solas con el Señor, ninguna pluma ha logrado expresar, ni jamás lo expresara…. 692 (132) + Oh Jesús, comprendo que Tu misericordia va mas allá de la imaginación y por tanto Te suplico que hagas mi corazón tan grande que pueda contener las necesidades de todas las almas que viven sobre toda la faz de la tierra. Oh Jesús, mi amor se extiende mas allá, hasta las almas que sufren en el purgatorio y quiero expresar mi misericordia hacia ellas mediante las plegarias que tienen las indulgencias. La Divina Misericordia es insondable e inagotable como Dios Mismo es insondable. Aunque usara palabras enérgicas para expresar la Divina Misericordia, todo esto seria nada en comparación con lo que es en realidad. Oh Jesús, haz mi corazón sensible a todos los sufrimientos de mi prójimo, sean de cuerpo de del alma. Oh Jesús mío, sé que Te comportas con nosotros como nosotros nos comportamos con el prójimo. Oh Jesús mío, haz mi corazón semejante a Tu corazón misericordioso. Jesús, ayúdame a pasar por la vida haciendo el bien a todo el mundo. 693 (133) 14 de septiembre de [1936]. Vino a visitarnos el arzobispo de Vilna. Aunque estuvo con nostras muy poco tiempo, tuve la posibilidad de hablar de la obra de la misericordia con este venerable sacerdote. Me manifestó mucha simpatía para la causa de la misericordia: Esté completamente tranquila, hermana, si está en los designios de la Divina Providencia, surgirá. Mientras tanto pida una señal exterior más evidente; que el Señor Jesús le dé a conocer esto con más claridad. Espere todavía un poco. Jesús dispondrá las circunstancias de modo que todo sea bien. 694 19 de septiembre [1936]. Cuando salimos del medico [244] y entramos un momento en la pequeña capilla que está en el sanatorio, oí en el alma estas palabras: Niña Mía, todavía unas cuantas gotas en el cáliz, no falta mucho. La alegría (134) inundó mi alma, he aquí la primera llamada de mi Esposo y Maestro. Se enterneció mi corazón y hubo un momento en que mi alma se sumergió en todo el mar de la Divina Misericordia; sentí que mi misión empezaba en toda la plenitud. La muerte no destruye nada de lo que es bueno; ruego muchísimo por las almas que padecen sufrimientos interiores. 695 En cierta ocasión, recibí dentro de mí la luz respecto a dos hermanas; comprendí que no con todos podemos comportarnos de la misma manera. Hay personas que, de un modo extraño, saben trabar amistad y como amigas, sacar palabra tras palabra, como para aliviar, pero en un momento oportuno usan las mismas palabras para causar disgustos. Oh Jesús mío, qué extraña es la debilidad humana. Tu amor, Jesús, da al alma esta gran sensatez en las relaciones con los demás. 696 (135) + 24 de septiembre de 1936 La Madre Superiora [245] me ordenó rezar un misterio del rosario en lugar de los demás ejercicios y acostarme de inmediato. Una vez acostada me dormí en seguida porque estaba muy cansada. Sin embargo, un momento después me despertó un sufrimiento. Era un sufrimiento tan grande que no me permitía hacer el mas pequeño movimiento, ni siquiera pude pasar la saliva. Duró unas tres horas. Pensé despertar a la hermana novicia con la que compartía el cuarto, pero pensé: ella no me ayudará nada, pues que duerma, me da pena despertarla. Me sometí completamente a la voluntad de Dios y pensaba que estaba llegando para mi el día de la muerte, día por mi deseado. Tenia la posibilidad de unirme a Jesús doliente en la cruz, no podía rezar de otro modo. Cuando el sufrimiento cedió, comencé (136) a sudar, pero no podía hacer ningún movimiento, porque volvía el dolor anterior. En la mañana me sentía muy cansada, pero físicamente no sufría más; no obstante no pude levantarme para la Santa Misa. Pensé: Si después de tales sufrimientos no hay muerte, entonces ¿qué grandes deben ser los sufrimientos mortales? 697 Oh Jesús, Tu sabes que amo el sufrimiento y deseo vaciar el cáliz de los sufrimientos hasta la ultima gota y, sin embargo, mi naturaleza notó un ligero escalofrió y cierto temor, pero en seguida mi confianza en la infinita misericordia de Dios se despertó con toda su potencia y todo tuvo que ceder delante de ella como la sombra delante de un rayo de sol. Oh Jesús, qué grande es Tu bondad; la infinita bondad Tuya que conozco bien me permite mirar con entereza a los ojos de la muerte misma. Sé que nada puede sucederme sin su permiso. Deseo glorificar Tu misericordia infinita en la vida, en la hora de la muerte y en la resurrección y en la eternidad. (137) + Oh Jesús mío, mi fuerza, mi paz y mi descanso, en los rayos de Tu misericordia se sumerge mi alma todos los días, no conozco ni un momento de mi vida en que no haya experimentado Tu misericordia, oh Dios. En toda mi vida no cuento con nada, sino con Tu misericordia infinita, oh Señor que es la guía de mi vida. Mi alma está llena de la misericordia de Dios. 698+ Oh, cuánto hiere a Jesús la ingratitud de un alma elegida. Su amor inefable padece un martirio. Dios nos ama con todo su Ser infinito, cual Él es, y un polvo miserable desprecia este amor. Mi corazón estalla de dolor cuando veo tal ingratitud. 699 Una vez, oí estas palabras: Hija Mía, habla al mundo entero de la inconcebible (138) misericordia Mía. Deseo que la Fiesta de la Misericordia sea refugio y amparo para todas las almas y, especialmente, para los pobres pecadores. Ese día están abiertas las entrañas de Mi misericordia. Derramo todo un mar de gracias sobre las almas que se acercan al manantial de Mi misericordia. El alma que se confiese y reciba la Santa Comunión obtendrá el perdón total de las culpas y de las penas. En ese día están abiertas todas las compuertas divinas a través de las cuales fluyen las gracias. Que ningún alma tema acercarse a Mí, aunque sus pecados sean como escarlata. Mi misericordia es tan grande que en toda la eternidad no la penetrará ningún intelecto humano ni angélico. Todo lo que existe ha salido de las entrañas de Mi misericordia. Cada alma respecto a mi, por toda la eternidad meditará Mi amor y Mi misericordia. La Fiesta de la Misericordia ha salido de Mis entrañas (139, deseo que se celebre solemnemente el primer domingo después de Pascua. La humanidad no conocerá paz hasta que no se dirija a la Fuente de Mi misericordia. 700 + En una ocasión, cuando estaba muy cansada y doliente y lo dije a la Madre Superiora, recibí la respuesta de que debía familiarizarme con el sufrimiento. Escuché todo lo que la Madre me dijo y un momento después Salí. Nuestra Madre Superiora tiene tanto amor al prójimo y, especialmente, a las hermanas enfermas, que todos la conocen por ello, pero en cuanto a mi, Jesús permitía que ella no me comprendiera y me ejercitara mucho en este aspecto. 701 Un día me sentía muy mal y fui al trabajo, pero en cada instante me parecía que iba a desmayarme; y el calor era tan grande que incluso sin trabajo uno no soportaba (14) aquel calor, sin hablar ya de si trabajaba y estaba doliente. Así, antes del mediodía, interrumpí el trabajo y miré hacia el cielo con gran confianza y le dije al Señor: Jesús, cubre el sol porque ya no soporto más este calor y una cosa rara, en aquel mismo instante, una nubecita blanca cubrió el sol y a partir de aquel momento ya no hacía tanto calor. Cuando, un momento después, empecé a reprocharme por no haber soportado el calor y por haber pedido el alivio, Jesús Mismo me tranquilizó. 702 13 de agosto de 1936. Esta noche me penetra la presencia de Dios, en un solo instante conozca la gran santidad de Dios. Oh, cómo me oprime esta grandeza de Dios, ya que al mismo tiempo conozco todo mi abismo y mi nulidad. Es un gran tormento, porque al conocimiento sigue el amor. El alma se lanza con ímpetu hacia Dios y se encuentran de frente dos amores: el Creador y la criatura; (141) una gotita quiere medirse con el océano. En un primer momento la gota quisiera encerrar en sí este océano ilimitado, pero en el mismo instante conoce que es una gotita y entonces queda vencida, pasa toda a Dios como una gota al océano…. Al iniciarse aquel momento es un tormento, pero tan dulce que el alma, experimentándolo, es feliz. 703 Actualmente hago un examen de conciencia particular: unirme con Cristo Misericordioso. Este ejercicio me da una fuerza misteriosa, el corazón está siempre unido a Aquel que desea, y las acciones reguladas por la misericordia que brota del amor. 704 Paso cada momento libre a los pies de Dios escondido. Él es mi Maestro, le pregunto todo, con Él hablo de todo, de allí saco fuerza y luz, allí aprendo todo, de allí me llegan las luces sobre el modo de comportarme con el prójimo. Desde el momento en que (142) Salí del noviciado, me encerré en el tabernáculo con Jesús, mi Maestro. Él Mismo me atrajo a este fuego de amor vivo, alrededor del cual se concentra todo. 705 25 IX. Padezco sufrimientos en las manos, los pies y el costado, en los lugares que Jesús tenia traspasados. Experimento particularmente estos sufrimientos cuando me encuentro con un alma que no está en el estado de gracia; entonces rezo ardientemente que la Divina Misericordia envuelva a aquella alma. 706 29 IX. En el día de San Miguel Arcángel vi a este gran guía junto a mí que me dijo estas palabras: El Señor me recomendó tener un cuidado especial de ti. Has de saber que eres odiada por el mal, pero no temas. ¡Quién como Dios! Y desapareció. Sin embargo siento su presencia y su ayuda. 707 (143) 2 X 1936. El primer viernes del mes. Después de la Santa Comunión, de repente vi a Jesús que me dijo estas palabras: Ahora sé que no Me amas por las gracias ni por los dones, sino porque Mi voluntad te es mas querida que la vida. Por eso Me uno a ti tan estrechamente como a ninguna otra criatura. 708 En aquel momento Jesús desapareció. La presencia de Dios inundó mi alma; sé que estoy bajo la mirada de este Soberano. Me sumergí totalmente en el gozo que mana de Dios. El día entero viví sumergida en Dios, sin ningún intervalo. Por la noche, entré en una especie de desmayo, y en una extraña forma de agonía; mi amor deseaba ser igual al amor de aquel Soberano; estaba atraída hacia Él tan violentamente que, sin una gracia especial de Dios, era imposible soportar en esta vida tanta inmensidad de la gracia. Pero veo claramente que Jesús Mismo me sostiene y me fortifica y me hace capaz de relacionarme con Él. En esto el alma es activa de modo singular. 709 (144) 3 X 1936. Hoy, mientras rezaba el rosario, vi de repente el copón con el Santísimo Sacramento. El copón estaba descubierto y con bastantes Hostias. Desde el copón salió una voz: Estas Hostias fueron recibidas por las almas convertidas con tus plegarias y tu sufrimiento. En aquel momento sentí la presencia de Dios como una niña, me sentía extrañamente una niña. 710 Un día sentí que no aguantaría estar de pie hasta la nueve y pedí a la Hermana N. darme algo de comer porque iba a acostarme antes, ya que me sentía mal. La Hermana N. me contestó: Usted, hermana, no está enferma; han querido darle simplemente un descanso y por eso han fingido la enfermedad. Oh Jesús mío, pensar que la enfermedad ha avanzado hasta tal punto que el medico me ha separado de las demás hermanas [246] para que no se contagien, y he aquí cómo uno es juzgado. Pero está bien así, todo es para Ti, Jesús mío. No quiero escribir mucho de las cosas exteriores porque no son ellas el motivo para (145) escribir; yo deseo particularmente tomar nota de las gracias que el Señor me concede, porque ellas no son solamente para mí, sino para muchas almas. 711 5 X 1936. Hoy recibí una carta del Padre Sopocko por la cual me enteré de que piensa hacer imprimir una estampita del Cristo Misericordioso, y me pidió enviarle cierta plegaria que quiere poner detrás, si obtiene la autorización del arzobispo. Oh, con que gozo tan grande se llena mi corazón por el hecho de que Dios me ha permitido ver esta obra de su misericordia. Oh, qué grande es esta obra del Altísimo; yo soy solamente su instrumento. Oh, cuán ardiente es mi deseo de ver esta Fiesta de la Divina Misericordia que Dios exige a través de mi, pero si tal es la voluntad de Dios y si ella se celebra solemnemente sólo después de mi muerte, yo me alegro de ella ya ahora y la celebro dentro de mi con el permiso del confesor. 712 (146) + Hoy he visto al Padre Andrasz de rodillas, sumergido en la plegaria y de súbito Jesús se presentó a su lado, e impuso las dos manos sobre su cabeza, y me dijo: Él te guiará, no tengas miedo. 713 11 de octubre. Esta noche, mientras escribía sobre esta gran misericordia de Dios y sobre el gran provecho para las almas, Satanás irrumpió en la celda con gran rabia y furia, tomó el biombo y se puso a despedazarlo y quebrarlo. En un primer momento me asusté un poco, pero en seguida con un pequeño crucifijo hice la señal de la santa cruz; la bestia se calmó en seguida y desapareció. Hoy no vi esta figura monstruosa, pero solamente su rabia; la rabia de Satanás es terrible. El biombo, sin embargo, no estaba despedazado ni quebrado; con toda tranquilidad seguí escribiendo. Sé bien que sin la voluntad de Dios, aquel miserable no me tocará, pero ¿por qué se porta así? Comienza a asaltarme abiertamente (147) y con tanta rabia y tanto odio, pero no perturba mi paz ni por un momento, y esta serenidad mía provoca su rabia. 714 + Hoy el Señor me dijo: Ve a la Superiora y dile que deseo que todas las hermanas y las alumnas recen la coronilla que te he enseñado. La deben rezar durante nueve días y en la capilla, con el fin de propiciar a Mi Padre e implorar la Divina Misericordia para Polonia. Contesté al Señor que se lo diría a la Superiora, pero antes debía consultar al Padre Andrasz y decidí que en cuanto el Padre viniera, en seguida lo consultaría. Cuando el Padre vino, las circunstancias fueron tales que no pude verlo. No obstante, yo no habría debido reparar en ningunas circunstancias sino ir al Padre y arreglar el asunto. Pensé que [lo haría] cuando viniera otra vez. 715 Oh, cuánto (148) eso desagradó a Dios. En un instante la presencia de Dios me abandonó, esta gran presencia de Dios que está en mí incesantemente incluso de modo sensible. Pero en aquel momento me abandonó completamente; unas tinieblas dominaron mi alma hasta tal punto que no sabia si estaba en el estado de gracia o no. Debido a esto no me acerqué a la Santa Comunión durante cuatro días. Después de cuatro días vi al Padre Andrasz y le conté todo. El Padre me consoló diciendo: No ha perdido la gracia de Dios, pero de todos modos, dijo, sea fiel a Dios. En el momento en que me alejé del confesionario, la presencia de Dios me envolvió nuevamente como antes. Comprendí que la gracia de Dios hay que aceptarla tal y como Dios la envía, del modo como Él quiere, y se debe aceptar en la forma bajo la cual Dios nos la envía. 716 Oh Jesús mío, en este momento estoy haciendo un propósito decidido y perpetuo, basándome en Tu gracia y misericordia: la fidelidad a la más pequeña de Tus gracias. 717 (149) Durante toda la noche me preparaba para recibir la Santa Comunión, ya que no pude dormir a causa de los sufrimientos físicos. Mi alma se hundía en el amor y la contrición. 718 Después de la Santa Comunión oí estas palabras: Ves lo que eres por ti misma, pero no te asustes de eso. Si te revelara toda la miseria que eres, morirías del horror. Has de saber, sin embargo, lo que eres. Por ser tú una miseria tan grande, te he revelado todo el mar de Mi misericordia. Busco y deseo tales almas como la tuya, pero son pocas; tu gran confianza en Mi Me obliga a concederte gracias continuamente. Tienes grandes e inexpresables derechos sobre Mi Corazón, porque eres una hija de plena confianza. No soportarías la inmensidad de Mi amor que tengo por ti, si te lo revelara aquí en la tierra en toda su plenitud. A menudo levanto un poco el velo para ti, pero debes saber que es solamente Mi gracia excepcional. Mi amor y Mi misericordia no conocen límites. 719 (150) Hoy escuché estas palabras: Has de saber, niña Mía, que por ti concedo gracias a toda la comarca, pero debes agradecerme por ellos, porque ellos no Me agradecen por los beneficios que les concedo. A base de tu agradecimiento seguiré bendiciéndolos. 720 Oh Jesús mío, Tú sabes lo difícil que es la vida comunitaria, cuántas incomprensiones y cuántos malentendidos, muchas veces a pesar de la mas sincera voluntad de ambas partes; pero éste es Tu misterio, oh Señor, nosotros lo conoceremos en la eternidad. Sin embargo, nuestros juicios deben ser siempre benignos. 721 El tener al director espiritual es una gracia grande, es una grandísima gracia de Dios. Siento que ahora no sabría avanzar sola en mi vida espiritual; es grande el poder del sacerdote; no dejo de agradecer a Dios por darme al director espiritual. 722 (151) + Hoy escuché estas palabras: Ves lo débil que eres y ¿cuándo podré contar contigo? Contesté: Jesús, quédate siempre conmigo, porque soy Tu niña pequeñísima; Jesús, Tu sabes lo que hacen los niños pequeños. 723 + Hoy escuché estas palabras: Las gracias que te concedo no son solamente para ti, sino también para un gran número de almas…. Y en tu corazón está continuamente Mi morada. A pesar de la miseria que eres Me uno a ti y te quito tu miseria y te doy Mi misericordia. En cada alma cumplo la obra de la misericordia, y cuanto mas grande es el pecador, tanto mas grande es el derecho que tiene a Mi misericordia. Quien confía en Mi misericordia no perecerá porque todos sus asuntos son Míos y los enemigos se estrellarán a los pies de Mi escabel. 724 (152) En vispero de los ejercicios espirituales empecé a rogar que Jesús me diera al menos un poco de saslud para que pudiera participar en los ejercicios, porque me sentia tan mal que posiblemente fuesen los ultimos para mi. Pero en cuanto empecé a rezar, sentí en seguida un extrano descontento; interrumpi la plegaria de suplica y me puse a agradecer al Señor por todo lo que me enviaba, sometiendome completamente a su santa voluntad, de inmediato sentí en el alma una profunda calma. + La fiel sumisión a la voluntad de dios siempre y en todas partes, en todos los casos y todas las circunstancias de la vida, da a Dios una gran gloria; tal sumisión a la voluntad de Dios, a sus ojos tiene un valor mayor que largos ayunos, mortificaciones, y las mas severas penitencias. Oh, qué grande es la recompensa por un solo acto de amorosa sumisión a la voluntad de Dios. Mientras lo escribo mi alma cae en éxtasis, ¡cuánto Dios la ama y de cuánta paz goza el alma ya aquí en la tierra!
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(153) JMJ Cracovia – 1936 Oh voluntad de Dios, sé mi amor. 725 + Ejercicios espirituales de ocho dias, 20 X 1936 Oh Jesús mio, hoy me retiro al desierto para hablar solamente Contigo, mi Maestro y Señor. Que la tierra calle, hablame Tu solo, Jesús; Tu sabes que no comprendo otra voz que la Tuya, oh buen Pastor. En la morada de mi corazón se encuentra el desierto al que ninguna criatura tiene acceso. En él sólo Tú eres el Rey. 726 + Cuando entré en la capilla por cinco minutos de adoración, pregunté al Señor Jesús como debia hacer estos ejercicios espirituales. Entonces oí en el alma esta voz: Deseo que te transformes entera en amor y que ardas con el fuego como una victima pura de amor…. 727 (154) Oh Verdad eterna, concedeme un rayo de Tu luz para que Te conozca, oh Señor, y glorifique dignamente Tu misericordia infinita y dame a conocer, al mismo tiempo, a mi misma, atodo el abismo de miseria que soy. 728 + He elegido como patronos de estos ejercicios espirituales a San Claudio de la Colombiére y a Santa Gertrudis para que intercedan por mi ante la Santisima Virgen y el Salvador Misericordioso. 729 En esta meditación sobre la creación…. en un instante mi alma se ha unido a mi Creador y Señor; durante esta unión he conocido mi fin y mi destino. Mi objetivo es unirme estrechamente a Dios a traves del amor y mi destino es adorar y glorificar la Divina Misericordia. El Señor me lo dio a conocer claramente y experimentar incluso fisicamente. No termino de asombrarme cuando conozco y experimento el amor sin limites de Dios, con el que Dios me ama. ¿Quién es Dios y quién soy yo? No puedo continuar (155) reflexionando. Solamente el amor entiende el encuentro y la unión entre estos dos espiritus, es decir Dios Espiritu y el alma de la criatura. Cuanto mas lo conozco, tanto mas me sumerjo en Él con todo el poder de mi ser. 730 + Durante estos ejercicios espirituales te tendré incesantemente junto a Mi Corazón para que conozcas mejor Mi misericordia que tengo para los hombres y, especialmente, para los pobres pecadores. 731 El dia del comienzo de los ejercicios espirituales, vino a verme una de las hermanas que había llegado para pronunciar los votos perpetuos y me confió que no tenia ninguna confianza en Dios, y que le desanimaba cualquier cosa. Le contesté: Ha hecho bien, hermana, al decirmelo; voy a rogar por usted. Y le dije algunas palabras sobre cuánto duele a Jesús la falta de confianza y especialmente si es por parte de un alma elegida. Me dijo que a partir de los votos perpetuos se ejercitaria en la confianza. Ahora sé que incluso a las almas elegidas y adelantadas (156) en la vida religiosa o espiritual, les falta el ánimo para confiar totalmente en Dios. Y eso sucede porque pocas almas conocen la insondable misericordia de Dios, su gran bondad. 732 + La gran Majestad de Dios que me ha penetrado hoy y sigue penetrando, ha despertado en mi un gran temor, pero un temor reverencial y no un temor servil que es muy distinto del temor reverencial. El temor reverencial ha surgido hoy en mi corazón del amor y del conocimiento de la grandeza de Dios y esto es un gran gozo para el alma. El alma tiembla frente a la mas pequena ofensa de Dios, pero esto no le perturba ni le empana la felicidad. Donde impera el amor, alli todo va bien. 733 Me sucede, mientras escucho la meditación [247], que una palabra me introduce en una mas estrecha unión con el Señor y no sé lo que está diciendo el Padre. Sé que estoy junto al misericordiosisimo Corazón de Jesús, todo mi espiritu se hunde en Él, y en un solo momento conozco (157) mas que durante largas horas de busquedas intelectuales o de meditación. Son relámpagos repentinos de luz que me permiten conocer una cosa tal y como Dios la ve, tanto en los asuntos del mundo interior como tambien en los del mundo exterior. |
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