¡Dios te salve María!
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734 Veo que Jesús Mismo actua en mi alma durante estos ejercicios espirituales, yo trato solamente de ser fiel a su gracia. He confiado totalmente mi alma a la influencia de Dios, este Soberano celestial ha tomado mi alma en la posesion absoluta; siento que estoy elevada mas alla de la tierra y del cielo, hacia la vida interior de Dios, donde conozco al Padre, al Hijo y al Espiritu Santo, pero siempre en la unidad de su Majestad. 735 + Me encerré en el caliz de Jesús para consolarlo continuamente. Hacer todo lo que está en mi poder para salvar a las almas, hacerlo a traves de la oracion y el sufrimiento. (158) + Trato de ser siempre para Jesús como una aBetania [248], para que pueda descansar después de muchas fatigas. En la Santa Comunión, mi unión con Jesús es tan estrecha e indecible que aunque quisiera describirla, no sabria porque no encontraria expresiones apropiadas. 736 Esta noche vi a Jesús con el aspecto que tenia en su Pasion: tenia los ojos levantados hacia su Padre y rezaba por nosotros. 737 A pesar de estar enferma decidi hacer hoy, como de costumbre, la Hora Santa. En esta hora vi a Jesús flagelado junto a la columna. Durante este terrible tormento Jesús rezaba y un momento después me dijo: Son pocas las almas que contemplan Mi Pasion con verdadero sentimiento; a las almas que meditan devotamente Mi Pasion, les concedo el mayor numero de gracias. 738 + No eres capaz de recibir ni siquiera Mis gracias sin Mi ayuda particular – tu sabes lo que eres. 739 (159) Hoy, después de la Santa Comunión, he hablado muchisimo a Jesús de las personas que me son particularmente queridas. Entonces oí estas palabras: Hija Mia, no te esfuerces con tal locuacidad. A quienes amas de modo particular, tambien Yo los amo de manera especial y por consideración a ti los colmo de Mis gracias. Me agrada cuando Me hablas de ellos, pero no lo hagas con esfuerzos excesivos. 740 + Oh Salvador del mundo, me uno a Tu misericordia. Oh Jesús mio, uno todos mis sufrimientos a los Tuyos y los deposito en el tesoro de la Iglesia para el provecho de las almas. 741 Hoy he estado en los abismos del infierno, conducida por un ángel. Es un lugar de grandes tormentos, ¡qué espantosamente grande es su extensión! Los tipos de tormentos que he visto: el primer tormento que constituye el infierno, es la perdida de Dios; el segundo, el continuo remordimiento de conciencia; el tercero, aquel destino no cambiará jamas; (160) el cuarto tormento, es el fuego que penetrará al alma, pero no la aniquilará, es un tormento terrible, es un fuego puramente espiritual, incendiado por la ira divina; el quinto tormento, es la oscuridad permanente, un horrible, sofocante olor; y a pesar de la oscuridad los demonios y las almas condenadas se ven mutuamente y ven todos el mal de los demas y el suyo; el sexto tormento, es la compania continua de Satanas; el septimo tormento, es una desesperación tremenda, el odio a Dios, las imprecaciones, las maldiciones, las blasfemias. Estos son los tormentos que todos los concondenados padecen juntos, pero no es el fin de los tormentos. Hay tormentos particulares para distintas almas, que son los tormentos de los sentidos: cada alma es atormentada de modo tremendo e indescriptible con lo que ha pecado. Hay horribles calabozos, abismos de tormentos donde un tormento se diferencia del otro. Habria muerto a la vista de aquellas terribles torturas, si no me hubiera sostenido la omnipotencia de Dios. Que el pecador sepa: con el sentido que peca, con ese será atormentado por (161) toda la eternidad. Lo escribo por orden de Dios para que ningun alma se excuse [diciendo] que el infierno no existe o que nadie estuvo alli ni sabe cómo es. Yo, Sor Faustina, por orden de Dios, estuve en los abismos del infierno para hablar a las almas y dar testimonio de que el infierno existe. Ahora no puedo hablar de ello, tengo, la orden de dejarlo por escrito. Los demonios me tenian un gran odio, pero por orden de Dios tuvieron que obedecerme. Lo que he escrito es una debil sombra de las cosas que he visto. He observado una cosa: la mayor parte de las almas que alli estan son las que no creian que el infierno existe. Cuando volvi en mi no pude reponerme del espanto, qué terriblemente sufren alli las almas. Por eso ruego con mas ardor todavía por la conversión de los pecadores, invoco incesantemente la misericordia de Dios para ellos. Oh Jesús mio, prefiero agonizar en los mas grandes tormentos hasta el fin del mundo, que ofenderte con el menor pecado. + 742 (162) JMJ Hija Mia, si por medio de ti exijo de los hombres el culto a Mi misericordia, tú debes ser la primera en distinguirte por la confianza en Mi misericordia. Exijo de ti obras de misericordia que deben surgir del amor hacia Mi. Debes mostrar misericordia al projimo siempre y en todas partes. No puedes dejar de hacerlo ni excusarte ni justificarte. Te doy tres formas de ejercer misericordia al projimo: la primera – la accion, la segunda – la palabra, la tercera – la oracion. En estas tres formas está contenida la plenitud de la misericordia y es el testimonio irrefutable del amor hacia Mi. De este modo el alma alaba y adora Mi misericordia. Sí, el primer domingo después de Pascua es la Fiesta de la Misericordia, pero tambien debe estar presente la accion y pido se rinda culto a Mi misericordia con la solemne celebración de esta Fiesta y con el culto a la imagen que ha sido pintada. A traves de esta imagen concederé muchas gracias a las almas; ella ha de recordar a los hombres las exigencias de Mi misericordia, porque la fe sin obras, por fuerte (163) que sea, es inútil. Oh Jesús mio, ayudame en todo, porque ves lo pequena que soy, por eso cuento unicamente con Tu bondad, oh Dios. + Examen de conciencia particular 743 Unión con Cristo misericordioso. Con el corazón abarco el mundoentero y, especialmente, los paises salvajes y perseguidos, para ellos pido misericordia. Dos propositos generales: Primero: buscar el recogimiento interior y observar rigurosamente la regla del silencio. Segundo: fidelidad a las inspiraciones interiores; llevarlas a la practica y a la accion, según la recomendación del director espiritual. En esta enfermedad deseo adorar la voluntad de Dios; si está en mi poder, trataré de participar (164) en todos los ejercicios comunes; agradeceré ardientemente al Señor por cada disgusto y sufrimiento. 744 + Siento a menudo que no recibo ayuda de nadie menos de Jesús, aunque mas de una vez necesito mucho las aclaraciones de lo que el Señor pide. Esta noche recibi de repente la luz de Dios respecto a un asunto. Durante doce años reflexioné sobre cierta cuestion y no logré comprenderla; hoy Jesús me dio a conocer lo mucho que esto le agradó. Festividad de Cristo Rey {25 X 1936] 745 Durante la Santa Misa me envolvio un ardor interior de amor a Dios y el deseo por la salvacion de las almas tan grande que no sé expresarlo. Siento que soy toda un fuego; lucharé contra todo el mal con el arma de la misericordia. Ardo del deseo de salvar a las almas; recorro el mundo entero a lo largo y a lo ancho y penetro (165) hasta sus confines, hasta los lugares mas salvajes para salvar a las almas. Lo hago a traves de la oracion y el sacrificio. Deseo que cada alma glorifique la misericordia de Dios, porque cada uno experimenta en si mismo los efectos de esta misericordia. Los santos en el cielo adoran la misericordia del Señor, yo deseo adorarla ya aquí en la tierra y propagar su culto tal como Dios lo quiere de mi. 746 Comprendi que en algunos, los mas duros momentos, esptaré sola, abandonada de todos y tengo que hacer frente a todas las tempestades y luchar con toda la fuerza del alma incluso contra aquellos de los cuales esperaba ayuda. Pero no estoy sola, porque Jesús está conmigo, con Él no tengo miedo de nada. Bien me doy cuenta de todo y sé que es lo que Dios exige de mi. El sufrimiento, el desprecio, el escarnio, la persecución, la humillación todo esto lo compartiré siempre, no conozco otro camino, por un amor sincero, la ingratitud. Este es mi sendero trazado por Jesús. (166) Oh Jesús mio, mi fuerza y mi unica esperanza, solamente en Ti toda mi esperanza. Mi confianza no se verá defraudada. 747 El dia de renovación de los votos [249]. La presencia de Dios penetra mi alma de modo no solamente espiritual, sino que la siento aun fisicamente. 748 2 de noviembre [1936]. Por la tarde, después de las visperas fui al cementerio [250]. Después de rezar un momento, vi a una de nuestras hermanas que me dijo: Estamos en la capilla. Comprendi que debia ir a la capilla y rezar alli para adquirir indulgencias. Al dia siguiente, durante la Santa Misa vi tres palomas blancas que se alzaron del altar hacia el cielo. Comprendi que no solamente estas tres almas queridas que habian visto fueron al cielo, sino tambien muchas otras que habian muerto fuera de nuestro instituto. Oh, qué bueno y misericordiosos es el Senor. 749 (167) Coloquio con el Padre Andrasz al final de los ejercicios espirituales. Me sorprendió muchisimo una cosa que noté durante todas las conversaciones en las cuales pedi consejos e indicaciones del Padre, a saber: observé que el Padre Andrasz a todas mis preguntas que le hacia sobre las cosas que el Señor exigia de mi, me contestaba con tanta claridad y determinación como si él mismo las hubiera vivido. Oh Jesús mio, si hubiera mas guias espirituales como él, las almas bajo su direccion llegarian a las cumbres de la santidad en poco tiempo y no malgastarian tantas grandes gracias. Yo agradezco continuamente a Dios por esta gran gracia de haberse dignado en su bondad de poner en el camino de mi vida espiritual estas columnas luminosas que iluminan mi camino, para que no me desvie, ni me retrase en tender a unirme estrechamente al Señor. Tengo un gran amor por la Iglesia que educa y conduce las almas a Dios. (168) 31 X 1936. Coloquio con la Madre General [251]. 750 Cuando hablé con la Madre General de la cuestion de salir, de la Congregación recibi esta respuesta: Si el senor Jesús exige que usted, hermana, abandone esta Congregación, que me dé alguna senal de que Él lo quiere. Usted, hermana, ruegue por este signo, porque yo tengo miedo de que usted no sea victima de alguna ilusion, aunque, por otra parte, no quisiera poner obstáculos a la voluntad de Dios ni oponerme a ella, ya que yo tambien quiero cumplir la voluntad de Dios. Asi, pues, acordamos que yo me quedara donde estaba, hasta el momento en el que el Señor diera a conocer a la Madre General que era Él quien exigia que yo saliera de la Congregación. 751 Asi, pues, todo el asunto se aplazó un poco. Ves, Jesús, que ahora depende solamente de Ti. A pesar de estos grandes apremios estoy completamente tranquila; yo por mi parte he hecho todo y ahora Te toca a Ti, oh Jesús mio, y asi (169) resultará evidente que la causa es Tuya. Yo por mi parte estoy totalmente de acuerdo con Tu voluntad, haz de mi lo que quieras, oh Señor, dame solamente la gracia de que Te ame cada vez con mas ardor; esto es lo que me es mas querido, no deseo nada mas fuera de Ti, Amor eterno. No importa por cuales caminos me lleves, dolorosos o gozosos. Yo deseo amarte con cada momento de mi vida. Me hacer ir, oh Jesús, a cumplir Tu voluntad, iré; me haces quedarme, me quedaré; no importa lo que sufra, en uno u otro caso. Oh Jesús mio, si voy, sé lo que debo sobrellevar y soportar. Lo acepto plenamente consciente, y con un acto de voluntad ya he aceptado todo. No importa lo que está encerrado en este cáliz para mi, me basta saber que lo ha dado la mano amorosa de Dios. Si me haces volver de este camino y me ordenas quedarme, me quedaré a pesar de todas las urgencias interiores. Si las mantienes todavía (170) en mi alma y me dejas en esta agonia interior, aunque sea hasta el fin de la vida, lo acepto con plena conciencia de la voluntad y con amorosa sumisión a Ti, oh Dios mio. Si me quedo, me esconderé en Tu misericordia. Dios Mio, tan profundamente que ningun ojo podrá verme. Deseo ser en mi vida un incensario lleno de fuego oculto y que el humo que se levanta hacia Ti, Hostia viva, Te sea agradable. Siento en mi propio corazón que cada pequeño sacrificio despierta un fuego de mi amor hacia Ti, aunque de modo tan silencioso y escondido que nadie alcanza verlo. 752 Cuando dije a la Madre General que el Señor exigia que la Congregación rezara esta coronilla para propiciar la ira divina, la Madre me contestó que de momento no podia introducir estas nuevas plegarias, no aprobadas, pero deme, hermana, esta coronilla, tal vez durante alguna adoración se pueda rezar, (171) vamos a ver. Seria bueno que el Padre Sopocko editara algun folletito con la coronilla. Seria mejor y mas facil rezarla entonces en la Congregación, porque sin esto, es un poco difícil. 753 La misericordia del Señor la glorifican en el cielo las almas de los santos que han experimentado sobre sí esta misericordia infinita. Lo que aquellas almas hacen en el cielo, yo lo empezaré ya aquí en la tierra. Glorificaré a Dios por su bondad infinita y trataré de que otras almas conozcan y adoren esta inexpresable e inconcebible misericordia de Dios. 754 + Promesa del Señor: A las almas que recen esta coronilla, Mi misericordia las envolverá en la vida y especialmente a la hora de la muerte. 755 Oh Jesús mio, ensename a abrir las entranas de la misericordia y del amor a todos los que me lo pidan. Oh Jesús, mi Guia, ensename que todas las plegarias y obras mias tengan impreso el sello de Tu misericordia. 756 (172) 18 XI 1936. Hoy traté de hacer todas mis practicas de piedad antes de la bendicion, porque me sentia mas enferma que de costumbre. Por eso, una vez terminada la bendicion me acosté. Pero, al entrar en el dormitorio, de repente conoci dentro de mi que debia ir a la acelda de Sor N., porque ella necesitaba ayuda. Entré en seguida en aquella celda y Sor N. me dijo: Oh, qué suerte que Dios la ha traido aquí, hermana. Y hablaba con una voz tan baja que apenas la oia. Me dijo: Hermana, traigame, por favor, un poco de té con limon porque tengo muchisima sed y no puedo moverme por sufrir mucho; y efectivamente sufria mucho y tenia mucha fiebre. La atendi y con ese poquito de té apagó sus labios sedientos. Cuando entré en mi celda, un gran amor de Dios envolvió mi alma y comprendi cuánto había que hacer caso a las inspiraciones interiores y seguirlas fielmente y la fidelidad a una gracia atrae otras. 757 (173) 19 XI [1936]. Hoy durante la Santa Misa vi a Jesús que me dijo: Quédate tranquila, hija Mia, veo tus esfuerzos que Me agradan mucho. Y el Señor desapareció y era el momento de acercarse a la Santa Comunión. Después de recibir la Santa Comunión, de repente vi el Cenaculo y en él a Jesús y a los apostoles; vi la institución del Santisimo Sacramento. Jesús me permitió penetrar en su interior y conoci su gran Majestad y al mismo tiempo su gran humildad. Esta luz misteriosa que me permitió conocer su Majestad me reveló a la vez lo que hay dentro de mi alma. 758 Jesús me dio a conocer el abismo de su dulzura y humildad, y me hizo saber que lo exigía de mí decididamente. Sentí la mirada de Dios en mi alma que me llenó de un amor inefable, pero comprendí que el Señor miraba con amor mis virtudes y mis esfuerzos heroicos y supe que ellos atraían a Dios hacia mi corazón. Por eso comprendí que no era suficiente preocuparme solamente por las virtudes ordinarias, sino que debía ejercitarme (174) en las virtudes heroicas, aunque por fuera parecieran cosas totalmente normales, sin embargo el modo seria distinto, distinguido solamente por el ojo del Señor. Oh Jesús mío, lo que escribí es solamente una pálida sombra de lo que entiendo en el alma, éstas son las cosas puramente espirituales, pero para describir algo de lo que el Señor me da a conocer, tengo que utilizar las palabras que me dejan insatisfecha porque no reflejan la realidad. 759 La primera vez que recibí estos sufrimientos [252], fue así: después de los votos anuales [253], un día, mientras rezaba vi una gran claridad y de esa claridad salieron dos rayos que me envolvieron y de repente sentí un tremendo dolor en las manos, los pies y el costado y el sufrimiento de la corona de espinas. Experimentaba este sufrimiento los viernes, durante la Santa Misa, pero era un momento muy breve. Eso se repitió unos cuantos viernes y después no sentí ningunos sufrimientos hasta el momento actual, es decir, hasta finales de septiembre (175) de este año. En esta enfermedad, el viernes, durante la Santa Misa sentí que me penetraron los mismos sufrimientos; y eso se repita cada viernes y a veces cuando encuentro a alguna alma que no está en el estado de gracia. Aunque eso sucede raramente y el sufrimiento dura muy poco tiempo, no obstante es terrible, y sin una gracia especial de Dios no podría soportarlo. Y por fuera no tengo ningunas señales de estos sufrimientos. ¿Qué va a venir después? No sé. Todo sea por las almas…. 760 21 XI [1936]. Jesús, ves que no estoy gravemente enferma ni tampoco sana. Infundes en mi alma el entusiasmo para actuar y no tengo fuerzas, arde en mí el fuego de Tu amor y lo que no logro hacer con la fuerza física, lo compensa el amor. 761 Oh Jesús, mi espíritu Te añora mucho y deseo mucho unirme a Ti, pero me retienen Tus obras. No está todavía completo el número de almas que debo llevarte. Deseo las fatigas, los sufrimientos, que se cumpla en mi todo que has planeado (176) antes de todos los siglos, oh Creador mío y Señor. Comprendo solamente Tu palabra, solamente ella me da fuerzas. Tu Espíritu, oh Señor, es el espíritu de la paz y nada perturba mi interior, porque allí moras Tú, oh Señor. Sé que estoy bajo Tu mirada especial, oh Señor. No analizo con temor Tus designios respecto a mí; mi tarea es aceptar todo de Tus manos, no tengo miedo de nada aunque la tempestad está enfurecida y tremendo rayos caen alrededor de mí y entonces me siento verdaderamente sola, no obstante mi corazón Te siente y mi confianza aumenta considerablemente y veo todo Tu omnipotencia que me sostiene. Contigo, Jesús, camino por la vida entre arco iris y tormentas, con un grito de gozo, entonando un himno de Tu misericordia. No interrumpiré este canto de amor hasta que lo entone el coro angélico. No existe ninguna fuerza que pueda detenerme en mi carrera hacia Dios. Veo que no siempre, ni siquiera las Superioras entienden el camino por el Cual Dios me lleva, y eso no me extraña. 762 (177) En una ocasión vi al Padre Sopocko rezando, reflexionando sobre este caso [254]. Vi como, de repente, se apareció un círculo de luz encima de su cabeza. Aunque nos separa alguna distancia, lo veo a menudo, especialmente, cuando trabaja junto al escritorio, a pesar del cansancio. 763 22 XI [1936]. Hoy, durante la confesión, Jesús me habló por la boca de cierto sacerdote. Aquel sacerdote no conocía mi alma y me acusé solamente de los pecados; sin embargo él me dijo estas palabras: cumple fielmente todo lo que Jesús exige de ti, a pesar de las dificultades. Has de saber que aunque los hombres se molestan contigo, Jesús no se cansa y nunca se enfadará contra ti. No hagas caso de ninguna consideración humana. En el primer momento esta enseñanza me extrañó; comprendí que el Señor habló a través de él, mientras él se dio poca cuenta de eso. Oh sagrado Misterio, qué grandes tesoros contienes. Oh fe santa, indicadora de mi camino. 764 (178) 24 XI. Hoy, recibí una carta del Padre Sopocko [255]. Por la carta supe que Dios Mismo dirige esta causa y como el Señor la ha iniciado, del mismo modo el Señor la guiará, y cuanto mayores son las dificultades que veo, tanto mas tranquila estoy. Oh, si en esta causa no hubiera una gran gloria de Dios ni el provecho para muchas almas, Satanás no se opondría de este modo, pero él intuye lo que va a perder. Ahora he comprendido que lo que Satanás odia más es la misericordia; ella es su mayor tormento. Pero la Palabra del Señor no pasará, la Palabra de Dios es viva, las dificultades no aniquilan las obras de Dios, sino que demuestran que son de Dios….. 765 Una vez vi el convento de esta nueva Congregación. Mientras lo recorría y visitaba todo, de repente vi un grupito de niños cuya edad oscilaba entre cinco y once años. Al verme, me rodearon y se pusieron a gritar en voz alta: Defiéndenos del mal, y (179) me llevaron a la capilla que estaba en aquel convento. Cuando entré en la capilla, vi en ella a Jesús martirizado: Jesús me miró bondadosamente y me dijo que era ofendido gravemente por los niños. Defiéndelos tú del mal. A partir de aquel momento ruego por los niños, pero siento que la plegaria sola no es suficiente. 766 Oh Jesús mío, Tú sabes qué esfuerzos son necesarios para tratar sinceramente y con sencillez con aquellos de los cuales nuestra naturaleza huye, o con los que hicieron sufrir consciente o inconscientemente, esto es imposible humanamente. En tales momentos más que en otras ocasiones, trato de descubrir a Jesús en aquellas personas y por este Mismo Jesús hago todo para ellas. En tales acciones el amor es puro. Este ejercitarse en la caridad templa el alma y la refuerza. No espero nada de las criaturas, por lo tanto no experimento ninguna desilusión; sé que la criatura es pobre en si (180). Así, pues ¿qué puedo esperar de ella? Dios es todo para mi, deseo valorar todo a la luz de Dios. 767 + Actualmente mi relación con el Señor es plenamente espiritual; mi alma está tocada por Dios y se sumerge entera en Él, hasta olvidarse de si misma. Embebida de Dios, totalmente, se hunde en su belleza, se hunde toda en Él. No sé describirlo, porque escribiendo uso los sentidos y allí, en aquella unión, los sentidos no funcionan; hay una fusión de Dios y del alma, hay una vida tan grande en Dios a la que el alma es admitida que es imposible expresarla con palabras. Cuando el alma vuelve a la vida normal, entonces ve que esta vida es una oscuridad, una niebla, una soñolienta confusión, unas fajas que envuelven a un niño pequeño. En tales momentos el alma recibe únicamente de Dios, porque ella por si misma no hace nada, no hace el menor esfuerzo, Dios hace todo en ella. Pero cuando el alma vuelve al estado normal, ve que no está en su (181) poder permanecer más en esta unión. Aquellos momentos son breves, duraderos [en su efecto], el alma no puede permanecer mucho tiempo en tal estado, porque por fuerza se liberaría para siempre de los vínculos del cuerpo, a pesar de ser sostenida milagrosamente por Dios. Dios da a conocer claramente al alma cuánto la ama como si sólo ella fuera el objeto de su complacencia. El alma lo conoce de modo claro y casi sin velos, se lanza a todo correr hacia Dios, pero se siente como una niña pequeña. Sabe que esto no está en su poder, por lo tanto, Dios se humilla hacia ella y la une consigo de manera….. aquí debo callarme porque lo que alma experimente, no sé describirlo. 768 Es una cosa extraña que aunque el alma viviendo esta unión con Dios no sabe darle una forma exacta ni definirla, no obstante, al encontrar otra alma semejante, las dos se entienden mutuamente en estas cosas a pesar de no hablar mucho consigo. El alma unida a Dios de este modo reconoce con facilidad a otra alma semejante, aunque (182) aquella no le revele su interior y sólo hable normalmente con ella. Es una especie del parentesco espiritual. No hay muchas almas unidas a Dios de este modo, menos de lo que pensamos. 769 He notado que Dios concede esta gracia a las almas por dos razones: la primera es cuando el alma ha de cumplir una gran obra que absolutamente supera sus fuerzas, humanamente hablando. En el segundo caso, he notado que Dios la concede para guiar y tranquilizar a las almas semejantes, aunque el Señor puede conceder esta gracia cómo le agrade y a quién le agrade. He observado esta gracia en tres sacerdotes. Uno de ellos es sacerdote seglar y dos son religiosos, y dos religiosas [recibieron esta gracia], sin embargo no en el mismo grado. 770 En cuanto a mi, he recibido esta gracia por primera vez y por un brevísimo momento a la edad de dieciocho [256] años, en la octava de Corpus Cristo, durante las vísperas, cuando hice a Jesús el voto perpetuo (183) de castidad. Vivía aun en el mundo, pero poco después entré en el convento. Esta gracia duró un brevísimo momento, pero la potencia de esta gracia es grandísima. Después de aquella gracia hubo un largo intervalo. En verdad, durante ese intervalo recibí del Señor muchas gracias, pero de otra índole. Fue un periodo de pruebas y de purificación. Las pruebas fueron tan dolorosas que mi alma experimentó un abandono total de parte de Dios, fue sumergida en grandes tinieblas. Noté y comprendí que nadie lograría liberarme de aquellos tormentos y que no podían comprenderme. Hubo dos momentos en que mi alma fue sumergida en la desesperación, una vez por media hora, otra vez, por tres cuartos de hora. En cuanto a las gracias, no puedo describir exactamente su grandeza, lo mismo se refiere a las pruebas de Dios. Aunque usara no sé qué palabras, todo eso seria una pálida sombra. Sin embargo el Señor me sumergió en estos tormentos y el Señor me liberó. Eso duró un par de años y recibí nuevamente esta gracia excepcional de la unión, (184) que dura hasta hoy. Sin embargo también en esta segunda unión hubo breves pausas. No obstante, desde hace algún tiempo, no experimento intervalos, sino que me sumerge [la gracia] cada vez mas profundamente en Dios. La gran luz con la que es iluminado el intelecto, da a conocer la grandeza de Dios, no para que conociera en Él los distintos atributos, como antes, no ahora es de otro modo: en un solo momento conozco toda la esencia de Dios. 771 En el mismo instante el alma se hunde entera en Él y siente una felicidad [257] tan grande como los elegidos en el cielo. Aunque los elegidos en el cielo ven a Dios cara a cara y son totalmente felices, de modo absoluto, sin embargo su conocimiento de Dios no es igual; Dios me lo ha dado a conocer. El conocimiento mas profundo empieza aquí en la tierra, según la gracia, pero en gran parte depende de nuestra fidelidad a la gracia. Sin embargo, el alma que experimenta esta inefable gracia de la unión, no puede decir que ve a Dios cara a cara, ya que aquí hay un delgadísimo velo de la fe; pero tan (185) delgado que el alma puede decir que ve a Dios y habla con Él. Ella es “divinizada”, Dios da a conocer al alma cuánto la ama y el alma ve que las almas mejores y mas santas que ella no han recibido esta gracia. Por eso la envuelve el sagrado estupor, y la mantiene en una profunda humildad, y se hunde en su nada y en ese sagrado estupor. Cuanto más se humilla, tanto mas estrechamente Dios se une a ella y se humilla hacia ella. En aquel momento el alma está como escondida, sus sentidos inactivos, en un momento conoce a Dios y se sumerge en Él. Conoce toda la profundidad del Insondable y cuanto mas profundo es el conocimiento, tanto mas ardientemente el alma lo anhela. 772 Es grande la reciprocidad entre el alma y Dios. Cuando el alma sale de su escondite, los sentidos gustan de lo que ella se deleitó. Esto también es una grandísima gracia de Dios, pero no es puramente espiritual; en la primera fase los sentidos no toman parte. Cada gracia da al alma fortaleza y fuerza para la acción, valentía para [afrontar] los sufrimientos. El alma sabe bien qué es lo que Dios quiere de ella y cumple (186) su santa voluntad, a pesar de las contrariedades. Sin embargo, en estas cosas el alma no puede ------------------------------------------------------------------ 773 Avanzar sola, tiene que seguir el consejo de un confesor iluminado, porque, de lo contrario, puede desviarse o no obtiene ningún beneficio. 774 + Comprendo bien, oh Jesús mío, que como una enfermedad se mide con el termómetro y la fiebre alta nos indica la gravedad de la enfermedad, así en la vida espiritual el sufrimiento es el termómetro que mide el amor de Dios en el alma. 775 + Mi fin es Dios…. Mi felicidad es el cumplimiento de la voluntad de Dios y nada en el mundo podrá turbarme esta felicidad, ninguna potencia, ninguna fuerza. 776 Hoy, el Señor estuvo en mi celda y me dijo: Hija Mía, te dejaré en esta Congregación ya poco tiempo. Te lo digo para que aproveches con más diligencia las gracias que te concedo. 777 (187) 27 XI [1936]. Hoy, en espíritu, estuve en el cielo y vi estas inconcebibles bellezas y la felicidad que nos esperan después de la muerte. Vi cómo todas las criaturas dan incesantemente honor y gloria a Dios; vi lo grande que es la felicidad en Dios que se derrama sobre todas las criaturas, haciéndolas felices; y todo honor y gloria que las hizo felices vuelve a la Fuente y ellas entran en la profundidad de Dios, contemplan la vida interior de Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo, que nunca entenderán ni penetrarán. Esta fuente de felicidad es invariable en su esencia, pero siempre nueva, brotando para hacer felices a todas las criaturas. Ahora comprendo a San Pablo que dijo: Ni el ojo vio, ni oído oyó, ni entró al corazón del hombre, lo que Dios preparó para los que le aman. 778 Y Dios me dio a conocer una sola y única cosa que a sus ojos tiene el valor infinito, y éste es el amor de Dios, amor, amor y una vez mas amor, y con un acto de amor puro (188) de Dios nada puede compararse. Oh, qué inefables favores Dios concede al alma que lo ama sinceramente. Oh, felices las almas que ya aquí en la tierra gozan de sus particulares favores, y éstas son las almas pequeñas y humildes. 779 Esta gran Majestad de Dios que conocí mas profundamente, que los espíritus celestes adoran según el grado de la gracia y la jerarquía en que se dividen; al ver esta potencia y esta grandeza de Dios, mi alma no fue conmovida por espanto ni por temor, no, no absolutamente no. Mi alma fue llenada de paz y amor, y cuanto mas conozco a Dios tanto mas me alegro de que Él sea así. Y gozo inmensamente de su grandeza y me alegro de ser tan pequeña, porque por ser yo tan pequeña, me lleva en sus brazos y me tiene junto a su Corazón. 780 Oh Dios mío, que lastima me dan los hombres que no creen en la vida eterna; cuánto ruego por ellos para que los envuelva el rayo de la misericordia y para que Dios los abrace a su seno paterno. Oh amor, oh rey. 781 El amor no conoce temor (189), pasa por todos los coros angélicos que hacen guardia delante de su trono. No tiene miedo de nadie; alcanza a dios y se sumerge en Él como en su único tesoro. El querubín con la espada de fuego que vigila el paraíso, no tiene poder sobre él. Oh, puro amor de Dios, qué inmenso e incomparable eres. Oh, si las almas conocieran Tu fuerza. 782 + Hoy estoy muy débil, ni siquiera puedo hacer la meditación en la capilla, sino debo ir a acostarme. Oh Jesús mío, Te quiero y deseo glorificarte con mi debilidad, sometiéndome totalmente a Tu santa voluntad. 783 + Tengo que vigilarme mucho, sobre todo hoy, porque empieza a envolverme una excesiva sensibilidad por todo. Las cosas que, estando yo de buena salud, no llamarían mi atención, hoy me irritan. Oh Jesús mío, mi escudo y mi fuerza, concédeme la gracia de salir victoriosa de tales circunstancias. Oh Jesús mío, transfórmame en Ti con el poder de Tu amor, para que sea un digno instrumento para proclamar Tu misericordia. 784 (190) + Agradezco al Señor por esta enfermedad y las dolencias físicas, porque tengo tiempo para hablar con Jesús. Es mi deleita pasar largos momentos a los pies de Dios oculto; y las horas me pasan como minutos, sin saber cuándo. Siento que dentro de mí arde un fuego, y no comprendo otra vida sino la del sacrificio que fluye del amor puro. 785 29 XI [1936]. La Santísima Virgen me ha ensenado como debo prepararme para la fiesta de la Natividad del Señor. La he visto hoy sin el Niño Jesús; me ha dicho: Hija mía, procura ser mansa y humilde para que Jesús que vive continuamente en tu corazón pueda descansar. Adóralo en tu corazón, no salgas de tu interior. Te obtendré, hija mía, la gracia de este tipo de la vida interior, que, sin abandonar tu interior, cumplas por fuera todos tus deberes con mayor aplicación. Permanece continuamente con Él en tu corazón. Él será tu fuerza. Mantén el contacto con las criaturas si la necesidad (191) y los deberes lo exigen. Eres una morada agradable a Dios viviente, en la que Él permanece continuamente con amor y complacencia, y la presencia viva de Dios que sientes de modo mas vivo y evidente, te confirmará, hija mía, en lo que he dicho. Trata de comportarte así hasta el día de la Navidad, y después Él Mismo te dará a conocer cómo deberás tratar con Él y unirte a Él. 786 30 XI [1936]. Hoy, durante las vísperas un dolor ha traspasado mi alma, veo que esta obra supera mis fuerzas en cada aspecto. Soy una niña pequeña frente a la inmensidad de esta obra y solo por una orden clara de Dios procedo a cumplirla; y por otra parte también estas grandes gracias se han hecho una carga para mi y apenas la puedo llevar. Veo la incredulidad de las Superioras y las dudas de todo tipo y en consecuencia el comportamiento desconfiado hacia mí. Oh Jesús mío, veo que también las gracias tan grandes pueden ser un sufrimiento, y verdaderamente es así; (192 no sólo puede haber sufrimientos por este motivo, sino que tienen que existir como una característica de la actuación de Dios. Entiendo bien que si Dios Mismo no reforzara al alma en estas distintas pruebas, el alma por si misma no lograría nada, pues Dios Mismo es su escudo. Durante las vísperas, mientras continuaba contemplando esta especie de mezcla del sufrimiento y de la gracia, oí la voz de la Santísima Virgen: Has de saber, hija mía, que a pesar de ser elevada a la dignidad de la Madre de Dios, siete espadas dolorosas me han traspasado el corazón. No hagas nada en tu defensa, soporta todo con humildad, Dios Mismo te defenderá. 787 1 XII [1936]. Ejercicios espirituales de un día. Hoy, durante la meditación matutina, el Señor me ha dado a conocer y comprender claramente el carácter invariable de sus deseos. Y veo claramente que nadie puede liberarme de este deber de cumplir la voluntad de Dios, conocida por mí. Una gran falta de salud y de las fuerzas físicas no es una razón suficiente, y no me dispense (193) de esta obra que el Señor Mismo está realizando; debo ser solamente un instrumento en sus manos. Pues, Señor, heme aquí para cumplir tu voluntad, mándame según Tus eternos designios y predilecciones, dame solamente la gracia de serte siempre fiel. 788 Cuando hablaba con el Dios oculto, me ha dado a conocer y comprender que no debo reflexionar mucho ni tener miedo de las dificultades que puedo encontrar. Has de saber que Yo estoy contigo, establezco las dificultades, las supero, y en un solo instante puedo cambiar las posturas contrarias en actitudes favorables a esta causa. Durante el coloquio de hoy el Señor me ha aclarado mucho, aunque no escribo todo. 789 Dar siempre la prioridad a los demás en todas las circunstancias, especialmente durante el recreo, escuchar tranquilamente sin interrumpir aunque me contaran diez veces lo mismo. Nunca preguntaré por la cosa que me interese mucho. 790 (194) Propósito: continuar lo mismo, es decir unirme al cristo misericordioso. Propósito general: recogimiento interior, silencio. 791 Escóndeme, Jesús, en la profundidad de Tu misericordia, y el prójimo me juzgue, entonces, según le agrade. 792 Nunca hablar de mis propias vivencias. En el sufrimiento buscar alivio en la oración, en las dudas mas pequeñas buscar solamente el consejo del confesor. Tener el corazón siempre abierto para recibir los sufrimientos de los demás y mis sufrimientos hundirlos en el Corazón de Dios para que no se noten por fuera, si es posible. Tratar de mantener siempre el equilibrio aunque las circunstancias sean extremadamente tormentosas. No permitir turbar mi paz y mi silencio interior. Ninguna cosa puede compararse con la paz del corazón. Si me reprochan algo injustamente, no justificarme; si la Superiora quiere conocer (195) la verdad sobre si tengo o no tengo razón, lo sabrá no necesariamente de mi. Yo debo aceptar todo con una actitud interior de humildad. Viviré este Adviento según las indicaciones de la Santísima Virgen: mansa y humildemente. 793 Vivo estos momentos con la Santísima Virgen. Con inmensa añoranza espero la venida del Señor. Mis deseos son grandes. Deseo que todos los pueblos conozcan al Señor, deseo preparar a todas las naciones para recibir al Verbo Encarnado. Oh Jesús, haz que la fuente de Tu misericordia brote con mayor abundancia, porque la humanidad está muy enferma y por eso más que nunca necesita Tu compasión. Tu eres un mar ilimitado de misericordia para nosotros, pecadores y cuanto mayor es nuestra miseria, tanto mas grande es el derecho que tenemos a Tu misericordia. Tú eres la fuente que hace feliz a cada criatura por medio de Tu misericordia infinita. 794 (196) Hoy [9 XII 1936] salgo a Pradnik, a las cercanías de Cracovia, para la curación; he de estar allí tres meses. Me envía allí el gran cariño de las Superioras y, especialmente, de nuestra querida Madre General que tiene gran cuidado de las hermanas enfermas. He aceptado esta gracia del tratamiento, pero me someto totalmente a la voluntad de Díos, que Dios haga de mi lo que le agrade. 795 No deseo otra cosa que cumplir su santa voluntad. Me uno a la Santísima Virgen y abandono Nazaret para ir a Belén donde pasaré las fiestas de Navidad, entre extraños, pero con Jesús, Maria y José, porque ésta es la voluntad de Dios. Trato de cumplir en todo la voluntad de Dios, no deseo sanarme más que morir. Me abandono completamente a su misericordia infinita, y como una niña pequeña vivo en absoluta tranquilidad; procuro solamente que mi amor hacia Él sea cada vez mas profundo y mas puro, para ser un deleita de su mirada divina…. 796 (197) El Señor me dijo rezar esta coronilla durante nueve días antes de la Fiesta de la Misericordia. Debe iniciarse el Viernes Santo. Durante este novenario concederé a las almas toda clase de gracias. 797 Cuando me dio un poco de miedo de tener que estar sola durante largo tiempo fuera de la Congregación, Jesús me dijo: No estarás sola, porque Yo estoy contigo siempre y en todas partes; junto a Mi Corazón no tengas miedo de nada. Yo Mismo soy el artífice de tu salida. Has de saber que Mi ojo sigue con atención cada movimiento de tu corazón. Te traslado a aquel lugar aislado para conformar tu corazón según Mis designios futuros. ¿De que tienes miedo? Si estás Conmigo ¿quién se atreverá a tocarte? Me alegro grandemente de que Me digas tus temores, Hija Mía, háblame de todo simplemente y así como hablan los hombres, Me complacerás muchísimo con esto; Yo te entiendo, porque soy Dios – Hombre. (198) Este lenguaje simple de tu corazón Me es mas agradable que los himnos compuestos en Mi honor. Has de saber, hija Mía, que cuanto mas sencillo es tu lenguaje, tanto mas Me atraes hacia ti. Y ahora, quédate tranquila junto a Mi Corazón, deja la pluma y prepárate para salir. 798 9 XII 1936. Esta mañana he salido a Pradnik. Me ha acompañado Sor Crisóstoma. Tengo una habitación aislada sólo para mí; me parezco totalmente a una carmelita. Cuando Sor Crisóstomo se ha ido y me he quedado sola, me he sumergido en la plegaria, confiándome a la protección especial de la Santísima Virgen. Sólo ella está siempre conmigo. Ella, como una buena Madre, mira todas mis vivencias y mis esfuerzos. 799 Súbitamente vi a Jesús que me dijo: Quédate tranquila, niña Mía, ves que no estás sola. Mi Corazón vela por ti. Jesús me ha llenado de fuerza respecto a cierta persona, siento la fortaleza en el alma. 800 (199) Un principio moral Cuando no se sabe qué es mejor, hay que reflexionar y examinar y pedir consejo porque no se puede actuar en la duda de la conciencia. En la incertidumbre, decirse a sí mismo: cualquier cosa que haga estaría bien hecha, tengo la intención de hacerla bien. Dios acepta lo que nosotros consideramos bueno, y Dios lo acepta y considera bueno. No preocuparme si después de algún tiempo, aquellas cosas no resulten ser buenas. Dios mira la intención con la cual empezamos y según ella dará la recompensa. Es un principio al que debemos atenernos. 801 También hoy he ido a hacer una breve visita [258] al Señor, antes de acostarme. Mi alma se ha sumergido en Él como en mi único tesoro, mi corazón ha descansado un momento junto al Corazón de mi Esposo. He sido iluminada sobre como comportarme con las personas que están alrededor de mí y he vuelto a mi soledad. El medico [259] me ha dedicado su mayor cuidado, alrededor de mi veo corazones muy bondadosos. 802 (200) 10 XII [1936]. Hoy me levanté temprano y todavía antes de la Santa Misa tuve la meditación. Aquí la Santa Misa es a las seis. Después de la Santa Comunión mi espíritu se ha sumergido en el Señor como en el único objeto de mi amor. Me sentía absorbida por su omnipotencia. Al regresar a mi soledad me he sentido mal y he tenido que acostarme en seguida. La hermana [260] me trajo gotas, pero me sentí mal durante todo el día. Por la noche traté de hacer la Hora Santa, sin embargo no pude hacerla, me uní solamente a Jesús en sus sufrimientos. 803 Mi habitación aislada está junto a la sala de los hombres; no sabia que los hombres son tan charlatanes; desde la mañana hasta altas horas de la noche conversan sobre distintos temas; en la sala de las mujeres hay mucho mas silencio. Siempre se acusa de esto a las mujeres, pero he tenido la posibilidad de convencerme [de lo contrario]. Me es difícil concentrarme para rezar entre las carcajadas y los chistes. No me molestan sólo cuando la gracia de Dios me toma en su absoluta (201) posesión, ya que entonces no me doy cuenta de lo que pasa alrededor de mí. Oh Jesús mío, qué poco habla de Ti esta gente. 804 De todo menos de Ti, Jesús. Y si hablan poco, seguramente no pensarán nada; se ocupan del mundo entero, pero acerca de Ti, oh Creador, el silencio. Me pongo triste, oh Jesús, al ver esta inmensa indiferencia e ingratitud de las criaturas. Oh Jesús mío, deseo amarte por ellos y compensarte con mi amor. 805 La Inmaculada Concepción Desde la mañana temprana sentía la cercanía de la Virgen Santísima. Durante la Santa Misa la vi tan resplandeciente y bella que no encuentro palabras para expresar ni siquiera la mínima parte de su belleza. Era toda blanca, ceñida con una faja azul, el manto también azul, la corona en su cabeza, de toda la imagen irradiaba un resplandor inconcebible. Soy la Reina del cielo y de la tierra, pero especialmente la madre [de su Congregación]. Me estrechó a su corazón y dijo: Yo siempre me compadezco de ti. Sentí (202) la fortaleza de su Inmaculado Corazón que se transmitió a mi alma. Ahora comprendo porque desde hace dos semanas iba preparándome a esta fiesta y la anhelaba tanto. Desde hoy procuraré la máxima pureza del alma, para que los rayos de la gracia de Dios se reflejen con toda su claridad. Deseo ser el cristal para encontrar complacencia ante sus ojos. 806 + Aquel día vi a cierto sacerdote rodeado del resplandor que fluía de él; evidentemente aquella alma ama a la Inmaculada. 807 Una misteriosa añoranza envuelve mi alma, me sorprendo de que ella no separe el alma del cuerpo. Deseo a Dios, deseo sumergirme en Él. Entiendo que estoy en un terrible destierro, toda la fortaleza de mi alma muere por el anhelo de estar con Dios. Oh, habitantes de mi patria, recuerdan a esta desterrada. ¿Cuándo caerán los velos también para mí? Aunque veo y (203) casi siento lo finito que es el velo que me separa del Señor, yo deseo verlo cara a cara, pero que todo se haga según Tu voluntad. 808 11 XII. Hoy no pude asistir a toda la Santa Misa, estuve presente solamente en las partes más importantes y después de comulgar, volví en seguida a mi soledad. De repente me envolvió la presencia de Dios y en aquel mismo momento experimenté la Pasión del Señor durante un brevísimo momento. En aquel instante conocí más profundamente la obra de la misericordia. 809 Por la noche fui despertada súbitamente y conocí que un alma me pedía la oración y que tenía una gran necesidad de plegarias. Brevemente, pero con toda mi alma pedí al Señor la gracia para ella. 810 Al día siguiente, pasado ya el mediodía, cuando entré en la sala vi a una persona agonizante y supe que la agonía había empezado en la noche. Después de haberlo verificado supe que había sido cuando (204) se me pidió rezar. De repente oí en el alma la voz: Reza la coronilla que te he enseñado. Corrí a buscar el rosario y me arrodillé junto a la agonizante y con todo el ardor de mi espíritu me puse a rezar esta coronilla. De súbito la agonizante abrió los ojos y me miró, y no alcancé a rezar toda la coronilla porque ella murió con una misteriosa serenidad. Pedí ardientemente al Señor que cumpliera la promesa que me había dado por rezar la coronilla. El Señor me hizo saber que aquella alma recibió la gracia que el Señor me había prometido. Aquella alma fue la primera en experimentar la promesa del Señor. Sentí cómo la fortaleza de la misericordia cubría aquella alma. 811 Al entrar en mi soledad, oí estas palabras: Defenderé como Mi gloria a cada alma que rece esta coronilla en la hora de la muerte, o cuando los demás la recen junto al agonizante, quienes obtendrán el mismo perdón. Cuando (205) cerca del agonizante es rezada esta coronilla, se aplaca la ira divina y la insondable misericordia envuelve al alma y se conmueven las entrañas de Mi misericordia por la dolorosa Pasión de Mi Hijo. Oh, si todos conocieran qué grande es la misericordia del Señor y cuánto todos nosotros necesitamos esta misericordia, especialmente en aquella hora decisiva. 812 + Hoy he librado una lucha por un alma con los espíritus de las tinieblas. Qué odio tremendo tiene Satanás por la Divina Misericordia; veo cómo se opone a toda esta obra. 813 + ¡OH Jesús misericordioso, tendido sobre la cruz, ten presente la hora de nuestra muerte! ¡Oh Corazón misericordiosísimo de Jesús, abierto con una lanza, protégeme a la hora de mi muerte! ¡Oh Sangre y Agua que brotaste del Corazón de Jesús como una fuente de insondable misericordia para mí en la hora de mi muerte! ¡Oh Jesús agonizante, Rehén de la misericordia [261], apacigua la ira divina en la hora de mi muerte! 814 (206) + 12 XII [1936]. Hoy he estado solamente en la Santa Comunión y un poco mas en la Santa Misa. Toda mi fuerza está en Ti, Pan vivo. Me seria difícil vivir un día sin recibir la Santa Comunión. Él es mi escudo; sin Ti, Jesús, no sé vivir. 815 Jesús, Amor mío, hoy me hizo comprender cuánto me ama, aunque hay un abismo tan grande entre nosotros: el Creador y la criatura, pero en cierto modo es como si hubiera igualdad, el amor nivela este abismo. Él Mismo se humilla hacia mí y me hace capaz de tratar con Él. Me he sumergido en Él anonadándome casi completamente y, sin embargo, bajo su mirada amorosa mi alma adquiere fortaleza y fuerza y la conciencia de que ama y es amada muy especialmente; sabe que el Todopoderoso la defiende. Tal oración, aunque breve, sin embargo da mucho al alma y las horas enteras de oración ordinaria no dan al alma tanta luz como un breve momento de oración superior. 816 (207) + Por la tarde tuve mi primer descanso al aire libre [262]. Hoy me visitó Sor Felicia [263] trayéndome algunas cositas que necesitaba, unas cuantas magnificas manzanas y los saludos de la querida Madre Superiora y de las queridas hermanas. 817 13 XII [1936]. La confesión delante de Jesús. Cuando reflexioné que hacia tres semanas que no me confesaba, irrumpí en llanto, viendo la fragilidad de mi alma y ciertas dificultades. No me había confesado porque así fueron las circunstancias: Cuando había confesión, yo estaba en la cama aquel día. A la semana siguiente la confesión fue por la tarde y por la mañana yo había salido al hospital. Esta tarde, en mi habitación aislada entró el Padre Andrasz y se sentó para que me confesara. Antes no dijo ni una palabra. Me alegré grandemente porque deseaba muchísimo confesarme. Como siempre revelé toda mi alma. El Padre me dio respuesta hasta a la cosa más pequeña. Me sentía extrañamente feliz de poder (208) decir todo. Como penitencia me dio: Letanías del Nombre de Jesús. Cuando quería presentarle la dificultad que tenia para rezar aquellas letanías, se levantó y me dio la absolución. De repente un gran resplandor comenzó a salir de su persona y vi que no era el Padre Andrasz sino Jesús. Sus vestiduras eran claras como la nieve, y desapareció en seguida. Al principio me quedé un poco inquieta, pero un rato después cierta tranquilidad entró en mi alma. Noté que Jesús confiesa como los confesores, sin embargo, durante esta confesión mi corazón intuía extrañamente algo; en un primer momento no logré comprender qué significaba eso. 818 16 XII [1936]. El día de hoy lo ofrecí por Rusia, todos mis sufrimientos y mis oraciones los ofrecí por este pobre país. Después de la Santa Comunión Jesús me dijo que: No puedo soportar este país más tiempo, no Me ates las manos, hija MIA. (209) Comprendí que si no hubiera sido por las plegarias de las almas queridas a Dios, habría vuelto a la nada toda esta nación. Oh, cuánto sufro por este país que expulsó a Dios de sus fronteras. 819 + Oh, fuente inagotable de la Divina Misericordia, derrámate sobre nosotros. Tu bondad no tiene límites. Consolida, oh Señor, la potencia de Tu misericordia sobre el abismo de mi miseria, porque Tu piedad es sin límites. Misteriosa e inalcanzable es Tu misericordia, que llena de asombro la mente humana y la angélica. 820 El Ángel Custodio me recomendó que rezara por cierta alma, y a la mañana siguiente supe que era un hombre que en aquel mismo instante había empezado a agonizar. De modo sorprendente Jesús me da a conocer que alguien necesita mi plegaria. De manera particular me entero cuando mi oración la necesita un alma agonizante. Ahora eso sucede más a menudo que antes. 821 (210) El Señor Jesús me dio a conocer cuánto le es agradable el alma que vive de la voluntad de Dios, con esto da a Dios la mayor gloria…. 822 Hoy comprendí que aunque no hiciera nada de lo que el Señor exige de mí, sé que recibiría la recompensa como si hubiera cumplido todo, porque Dios ve la intención con la que empiezo y aunque me llevara hoy mismo, la obra no sufriría nada, porque Él Mismo es el Dueño de la obra y del operario. Mi tarea es amarlo hasta la locura; todas las obras son una gotita frente a Él, el amor tiene la importancia y la fuerza y el mérito. Reveló en mi alma amplios horizontes. El amor nivela los abismos. 823 17 XII [1936]. Ofrecí el día de hoy por los sacerdotes; hoy he sufrido más que cualquier otro día, interior y exteriormente. No sabia que era posible sufrir (211) tanto en un solo día. Traté de hacer la Hora Santa en la que mi espíritu ha probado la amargura del Huerto de los Olivos. Lucho sola, sostenida por su brazo, contra toda clase de dificultades que se presentan delante de mi como muros inmóviles, sin embargo tengo confianza en la potencia de su nombre y no tengo miedo de nada. 824 En esta soledad Jesús Mismo es mi Maestro. Él Mismo me educa y me enseña; siento que me encuentro bajo su actuación particular. Por sus inexplicables proyectos y sus insondables designios me une a Él de un modo especial y me permite penetrar en los secretos inconcebibles. Hay un secreto que me une al Señor del que nadie puede saber, ni siquiera los ángeles; y aunque quisiera decirlo, no lo sabría expresar; sin embargo vivo de eso y viviré eternamente. Este secreto me distingue de entre otras almas aquí en la tierra y [en] la eternidad. 825 (212) + ¡Oh día luminoso y bello en que se cumplirán todos mis deseos! ¡Oh día deseado que serás el ultimo de mi vida! Me alegro de ese último toque que mi artista divino dé a mi alma, otorgando a mi alma una belleza particular que me distinguirá de la belleza de las demás almas. ¡Oh gran día en que se confirmara el amor de Dios en mi! Aquel día, por primera vez cantare delante del cielo y de la tierra el cántico de la misericordia insondable del Señor. Es mi obra y mi mensaje que el Señor me ha asignado desde el principio del mundo. Para que el canto de mi alma sea agradable a la Santísima Trinidad, guíe y modela Tu Mismo mi alma, oh Espíritu de Dios. Me armo de paciencia y espero Tu venida, oh Dios misericordioso, y [en cuanto] a los dolores tremendos y los temores de la agonía, en aquel momento mas que nunca confiare en el abismo de (213) Tu misericordia y Te recordare, oh Jesús misericordioso, dulce Salvador, todas las promesas que me has hecho. 826 Esta mañana he tenido una aventura, se me había parado el reloj y no sabia cuándo debía levantarme y pensé qué lastima seria dejar la Santa Comunión. Estaba siempre oscuro, pues no podía orientarme cuándo era la hora de levantarme. Me vestí, hice la meditación y fui a la capilla, pero estaba todavía cerrada y en todas partes había silencio; me sumergí en la oración, especialmente por los enfermos. Ahora veo cuánto necesitan la oración. Por fin la capilla fue abierta, me costo esfuerzo rezar porque me sentía muy agotada y después de la Santa Comunión volví en seguida a mi soledad. De repente vi al Señor que me dijo: Debes saber, hija Mía, que Me es agradable el ardor de tu corazón y como tu deseas ardientemente unirte a Mi en la Santa Comunión, así también Yo deseo donarme entero a ti y en (214) recompensa de tu celo, descansa junto a Mi Corazón. En aquel instante mi espíritu se ha sumergido en su Ser, como una gota en el océano sin fondo, me sumerjo en Él como en mi único tesoro; de esta manera he aprendido que el Señor permite ciertas dificultades para su mayor gloria. 827 18 XII [1936]. Hoy he sentido angustia porque hace ya una semana que no viene nadie a visitarme [264]; cuando me quejaba ante el Señor, me contestó: ¿No te es suficiente que Yo te visito todos los días? He pedido perdón al Señor y la angustia ha desaparecido. Oh Dios, fortaleza mía. Tú me bastas. 828 Esta noche conocí que cierta alma necesitaba mi oración. Rece con ardor, pero sentía que era poco todavía, pues permanecí en la oración mas tiempo. Al día siguiente conocí que precisamente en aquella hora había empezado la agonía de cierta alma y duró hasta la mañana. Conocí lo penosas que eran las luchas por las que pasó. (215) El Señor Jesús me hace saber extrañamente que el alma agonizante necesita mi plegaria. Siento a aquella alma que me pide ayuda, de modo vivo y claro. No sabia que existía tal unión con las almas, y el Ángel Custodio me lo dice con frecuencia. 829 El pequeño Niño Jesús, durante la Santa Misa, es el gozo de mi alma. A menudo el espacio no existe. Veo a cierto sacerdote que lo trae. Con un vivo deseo espero la Navidad, vivo la espera con la Santísima Virgen. 830 ¡Oh Luz eterna que viernes a esta tierra, ilumina mi mente y refuerza mi voluntad para que no me detenga en los momentos de las pruebas difíciles! Que Tu luz disipe toda sombra de duda, que Tu omnipotencia obre a través de mí. En Ti confío, oh Luz increada, Tu, oh Niño Jesús, eres mi ejemplo en el cumplimiento de la voluntad de Tu Padre, Tú que dijiste: Vengo a cumplir Tu voluntad, haz que yo también yo (216) cumpla fielmente en todo la voluntad de Dios, Oh Divino Niño, otórgame esta gracia. 831 Oh Jesús mío, mi alma anhelaba los días de las pruebas, pero cuando mi alma está ofuscada no me dejes sola, sino que sostenme fuertemente junto a Ti, pon un sello en mis labios para que el perfume de los sufrimientos sea conocido y agradable solamente a Ti. 832 Oh Jesús misericordioso, con qué ardiente deseo Te has apresurado hacia el Cenáculo para consagrar la Hostia que yo he de recibir durante mi vida. Has deseado, oh Jesús, vivir en mi corazón. Tu sangre viva se une a mi sangre. ¿Quién comprenderá esta intima unión? Mi corazón encierra al Todopoderoso, al Incomprensible. Oh Jesús, concédeme Tu vida divina, que Tu sangre pura y generosa lata con toda la fuerza en mi corazón. Te ofrezco todo mi ser (217), transfórmame en Ti y hazme capaz de cumplir en toda Tu santa voluntad, de compensarte con mi amor. Oh mi dulce Esposo, Tu sabes que mi corazón no conoce a nadie fuera de de Ti. Has abierto en mi corazón un abismo insaciable de amor por Ti; desde el primer instante de conocerte, mi corazón Te ha amado y se ha sumergido en Ti como en su único objeto. Que Tu amor puro y omnipotente sea un estimulo para obrar. ¿Quién comprenderá y concebirá este abismo de misericordia que ha brotado de Tu Corazón? 833 He conocido por experiencia cuánta envidia hay también en la vida de religiosos. Reconozco que son pocas las almas verdaderamente grandes que pisotean todo lo que no es Dios. Oh alma, fuera de Dios no encontraras la belleza. Oh qué base tan frágil tiene quien se eleva a costa de los demás. Qué pérdida. 834 (218) 19 XII [1936]. Esta noche sentí en el alma que alguna persona necesitaba mi oración. En seguida me puse a rezar; de repente conocí interiormente y sentí al espíritu que me lo pedía; recé hasta que me sentí tranquila. La coronilla es una gran ayuda para los agonizantes. A menudo rezo según la intención que anteriormente conozco dentro de mí; siempre rezo hasta el momento de sentir en mi alma que la plegaria ha obtenido su efecto. 835 Especialmente ahora, cuando estoy aquí, en este hospital, experimento esta intima unión con los agonizantes que al iniciarse la agonía me piden rezar. Dios me ha dado un contacto misterioso con los agonizantes. Como esto sucede con bastante frecuencia, he tenido la posibilidad de verificar incluso la hora. Hoy, a las once de la noche, fui despertada repentinamente, y sentí claramente que junto a mi estaba un espíritu que me pedía oraciones. Simplemente una fuerza misteriosa me obligaba a rezar. Mi visión es puramente espiritual, por medio de una luz repentina (219) que en aquel momento Dios me concede. Rezo hasta el momento de sentir la tranquilidad en el alma; no siempre dura el mismo tiempo, a veces ocurre que después de un Ave Maria ya estoy tranquila y entonces recito un De Profundis sin orar mas; a veces sucede que rezo toda la coronilla y sólo entonces llega la tranquilidad. Y puedo observar también que cuando me siento forzada a orar por un tiempo mas largo, es decir experimento aquella inquietud interior, aquella alma afronta luchas mas duras y una agonía más larga. La manera con que verifico la hora es la siguiente: tengo el reloj y miro la hora; al día siguiente cuando me hablan de la muerte de aquella persona, pregunto la hora, y corresponde exactamente; lo mismo sucede respecto a la agonía. Me dicen: Tal persona está llevando una lucha muy dura y otra vez me dicen: Hoy ha muerto tal persona, pero se ha dormido tan rápido y tranquilamente. Sucede que la persona moribunda está en el segundo o en el tercer pabellón, sin embargo para el espíritu el espacio no (220) existe. Ocurre que tengo el mismo conocimiento a unas centenas de kilómetros. Me sucedió algunas veces con mis parientes y familiares y también con las hermanas religiosas y las almas que de vida no conocía en absoluto. Oh Dios de la misericordia insondable que me permites llevar alivio y ayuda a los agonizantes con mis plegarias indignas, seas bendito tantas miles de veces cuantas estrellas hay en el cielo y gotas de agua en todos los océanos. Que Tu misericordia resuene en toda la extensión de la tierra y se eleve hasta los pies de Tu trono, glorificando Tu mayor atributo, es decir Tu misericordia inconcebible. Oh Dios, esta misericordia insondable lleva a un nuevo éxtasis a las almas santas y a todos los espíritus celestes. Aquellos espíritus puros se sumergen en un sagrado estupor glorificando esta inconcebible misericordia de Dios que los lleva a un nuevo éxtasis; su adoración se cumple de manera perfecta. Oh Dios eterno, cuanto deseo adorar este el más grande de Tus atributos (221), es decir, Tu insondable misericordia. Veo toda mi pequeñez y no puedo compararme con los habitantes del paraíso que en una santa admiración, glorifican la misericordia del señor. Pero yo también he encontrado un modo perfecto para adorar esta inconcebible misericordia de Dios. 836 Oh Jesús dulcísimo que Te has dignado permitirme a mi miserable conocer esta insondable misericordia Tuya; oh Jesús dulcísimo que quisiste benignamente que yo hablara al mundo entero de esta inconcebible misericordia Tuya, he aquí hoy tomo en las manos estos dos rayos que brotaron de Tu Corazón misericordioso, es decir, Sangre y Agua, y las derramo sobre toda la faz de la tierra para que toda alma experimente Tu misericordia y, al experimentarla, la adore por los siglos infinitos. Oh Jesús dulcísimo que en Tu inconcebible bondad. Te has dignado unir mi corazón miserable a Tu Corazón tan misericordioso, pues entonces es con Tu propio Corazón que adoro a nuestro Dios Padre, como ningún alma jamás lo ha adorado. 837 (222) 21 XII [1936]. Por las tardes ponen el radio; así que, me hace falta el silencio. Hasta mediodía no cesan las conversaciones y el ruido. Dios mío, esperaba el silencio para poder hablar solamente con el Señor y aquí es todo lo contrario. Sin embargo, ahora no me molesta nada, ni las conversaciones ni el radio. En una palabra, nada. La gracia de Dios ha hecho que cuando rezo ni siquiera me doy cuenta dónde estoy, sé solamente que mi alma está unida al Señor y así me pasan los días en este hospital. 838 + Quedo admirada por tantas humillaciones y sufrimientos que afronta aquel sacerdote en toda esta causa, lo veo en momentos particulares y le sostengo con mi oración indigna [265]. Solo Dios puede dar tanta valentía, porque de otra manera el alma cedería; pero veo con alegría que todas estas contrariedades contribuyen a una mayor gloria de Dios. El Señor tiene pocas almas como éstas. Oh eternidad infinita, tú revelaras los esfuerzos de las almas heroicas, porque la tierra recompensa estos esfuerzos con ingratitud y odio; estas almas no tienen amigos (223) son solitarias. Y en esta soledad se fortalecen, sacan fuerza solamente de Dios; aunque con humildad, pero también con arrojo afrontan todas las tempestades que las azotan. Ellas, como robles tan altos que llegan hasta el cielo, sin inmóviles, y solamente en esto está su único secreto: que de Dios sacan su fuerza y todo lo que necesitan lo tienen para si mismas y para los demás. Llevan su peso, pero saben y son capaces de cargar el peso de los demás. Son verdaderas columnas resplandecientes en los caminos de Dios que viven, ellas mismas, en la luz e iluminan a los demás. Ellas mismas viven en las alturas y a los otros, más pequeños, saben indicar y ayudar a [alcanzar] estas alturas. 839 + Oh Jesús mío, Tu ves que además de no saber escribir, no tengo una pluma buena que a veces escribe, de verdad, tan mal que tengo que componer frases letra por letra; y todavía no es todo: tengo esta dificultad de que tomo notas de estas cosas en secreto de las hermanas, pues, a veces tengo que cerrar el cuaderno a cada rato y escuchar pacientemente el relato (224) de una persona dada, y el tiempo que tengo dedicado a escribir pasa y cuando cierro repentinamente el cuaderno se mancha. Escribo con el permiso de las Superioras y por mandato del confesor. Es una cosa extraña que a veces escribo pasablemente y otras veces apenas puede descifrarme. 840 23 XII [1936]. Vivo este tiempo con la Santísima Virgen y me preparo a este solemne momento de la venida de Jesús. La Santísima Virgen me enseña sobre la vida interior del alma con Jesús, especialmente en la Santa Comunión. Solamente en la eternidad conoceremos qué gran misterio realiza en nosotros la Santa Comunión. ¡Oh los momentos más preciosos de mi vida! 841 Oh Creador mío, Te añoro. Tú me comprendes, oh Señor mío. Todo lo que [hay] en la tierra me parece una sombra pálida; yo Te anhelo y deseo. Aunque haces por mi muchísimas cosas inconcebibles porque Tu Mismo me visitas de modo singular, sin embargo estas visitas no cicatrizan la herida del corazón, sino que me incitan a una mayor 9225) nostalgia por Ti, Señor. Oh. Llévame a donde estas, Señor, si ésta es Tu voluntad. Tú sabes que estoy muriendo y estoy muriendo por añorarte, pero no puedo morir. Oh muerte, ¿dónde estás? Me atraes al abismo de Tu Divinidad y Te escondes detrás de las tinieblas. Todo mi ser está sumergido en Ti, sin embargo yo deseo contemplarte cara a cara. ¿Cuándo sucederá esto para mí? 842 Me alegré muchísimo. La Madre Superiora pidió al medico a través de Sor Crisóstomo que me permitiera volver a casa para las fiestas y el medico [267] lo concedió con gusto. Me puse contenta y lloré como una niña pequeña. Sor Crisóstomo se sorprendió al ver que tenia mal aspecto y que estaba muy cambiada. Y me dijo: Sabes, Faustinita, probablemente vas a morir; debes sufrir terriblemente. Contesté que aquel día sufría mas que otros días, pero era nada, para salvar a las almas no era demasiado. Oh Jesús misericordioso, dame las almas de los pecadores. 843 (226) 24 XII [1936]. Hoy, durante la Santa Misa estuve particularmente unida a Dios y a su Madre Inmaculada. La humildad y el amor de la Virgen Inmaculada penetró mi alma. Cuanto más imito a la Santísima Virgen, tanto mas profundamente conozco a Dios. Oh qué inconcebible anhelo envuelve mi alma. Oh Jesús, ¿cómo puedes dejarme todavía en este destierro? Me muero del deseo por Ti, cada vez que tocas mi alma, me hieres enormemente. El amor y el sufrimiento van juntos, sin embargo no cambiaría este dolor que Tú me produces por ningún tesoro, porque es el dolor de deleite inconcebible y es la mano amorosa que produce estas heridas a mi alma. 844 Sor C. [268] vino por la tarde y me llevó a casa para las fiestas. Estaba contenta de poder estar junto con la Comunidad. Mientras atravesaba la ciudad me imaginaba que era Belén. Al ver que toda la gente iba con prisa pensé: ¿Quién medita hoy este Misterio inconcebible en el recogimiento y en silencio? Oh Virgen Purísima, Tu estás hoy de viaje y yo también estoy de viaje. Siento que el viaje (227) de hoy tiene su significado, Oh Virgen radiante, pura como el cristal, toda sumergida en Dios, Te ofrezco mi vida interior, arregla todo de manera que sea agradable a Tu Hijo; oh Madre mía, yo deseo con muchísimo ardor que me des al pequeño Jesús durante la Misa de Medianoche. Y en el fondo de mi alma sentí la presencia de Dios tan viva que con la fuerza de la voluntad tuve que contener el gozo para no dejar ver por fuera lo que pasaba en mi alma. 845 Antes de cenar entré un momento en la capilla para compartir espiritualmente el “oplatek” con las personas queridas a mi corazón; las presenté todas por nombre a Jesús y pedí gracias para ellas. Pero no fue todo, recomendé al Señor a los perseguidos, a los que sufrían y a aquellos que no conocían su nombre y, especialmente, a los pobres pecadores. Oh pequeñito Jesús, Te ruego con ardor, encierra a todos en el mar de Tu misericordia inconcebible. Oh dulce, pequeñito Jesús, toma mi corazón para que sea Tu morada agradable y cómoda. Oh Majestad infinita con qué dulzura Te acercaste a nosotros. (228) Aquí no hay terror de los rayos de gran Yahvé, aquí está el dulce, pequeñito Jesús; aquí ningún alma tiene miedo, aunque Tu Majestad no ha disminuido sino que simplemente se ha ocultado. Después de la cena me sentía muy cansada y doliente, tuve que acostarme, no obstante velaba con la Santísima Virgen en espera de la venida del Niñito. 846 25 XII [1936]. Misa de Medianoche. Durante la Santa Misa la presencia de Dios me penetró por completo. Un momento antes de la elevación, vi a la Madre y al pequeño Niño Jesús, y al viejo Abuelo [269]. La Santísima Virgen me dijo estas palabras: Hija mía, Faustina, toma este tesoro preciosísimo, y me dio al pequeño Jesús. Cuando tomé a Jesús en brazos, mi alma experimentó un gozo tan inconcebible que no estoy en condiciones de describirlo. Pero una cosa extraña, un momento después Jesús se hizo terrible, horroroso, grande, doliente, y la visión desapareció. Poco después llegó el momento de acercarse a la Santa Comunión. Cuando recibí a Jesús en la Santa Comunión, toda mi alma temblaba bajo la influencia de la presencia de Dios. Al día siguiente vi (229) al divino Niñito un breve momento durante la elevación. 847 El segundo día de la fiesta vino a nuestra casa el Padre Andrasz a celebrar la Santa Misa, durante la cual vi al pequeño Jesús. Por la tarde fui a confesarme; el Padre no me dio respuestas a ciertas preguntas referentes a esta obra y dijo: Cuando estés sana, entonces hablaremos concretamente y ahora trata de aprovechar las gracias que Dios te concede y trata de restablecerte del todo, y lo demás. Tú sabes cómo debes comportarte y qué reglas seguir en estas cosas. Por penitencia el Padre me hizo rezar la coronilla 848 que me enseñó Jesús. Mientras rezaba la coronilla, de repente, oí una voz: Oh, qué gracias más grandes concederé a las almas que recen esta coronilla; las entrañas de Mi misericordia se enternecen por quienes rezan esta coronilla. Anota estas palabras, hija Mía, habla al mundo de Mi misericordia para que toda la humanidad conozca la infinita misericordia Mía. Es una señal de los últimos tiempos, después de ella vendrá (230) el día de la justicia. Todavía queda tiempo, que recurran, pues, a la Fuente de Mi Misericordia, se beneficien de la Sangre y del Agua que brotó para ellos. Oh almas humanas, ¿dónde encontrarán refugio el día de la ira de Dios? Refúgiense ahora en la Fuente de la Divina Misericordia. Oh, qué gran número de almas veo que han adorado la Divina Misericordia y cantarán el himno de gloria por la eternidad. 849 27 XII. Hoy volví a mi soledad [270]. Tuve un viaje agradable porque iba conmigo cierta persona [271] que llevaba un niño a bautizar. La acompañamos hasta la iglesia de Podgórze [272]. Para poder bajar, me puso el niño en las manos. Al tomar el niño en brazos, en una oración ardiente lo ofrecí a Dios para que un día pudiera llevar una gloria especial al Señor; sentí en el alma que el Señor miró esa pequeña alma de modo especial. Al llegar a Pradnik, Sor N. [273] me ayudó a llevar un paquete; cuando entramos en mi habitación aislada, vimos un bellísimo ángel hecho de papel con la inscripción: Gloria in…. Me dio la impresión de que era (231) de parte de la hermana enferma a la que había enviado el pequeño árbol de Navidad. Y así pasaron las fiestas. Nada es capaz de sosegar la añoranza de mi alma. El anhelo por Ti, oh Creador mío y Dios eterno, ni las solemnidades ni los bellos cantos alivian mi alma, sino que me provocan una mayor nostalgia. Al solo recuerdo de Tu nombre, mi espíritu se lanza hacia Ti, oh Señor. 850 Nota: En la edición de donde se copia este texto, el numero 850 esta omitido. 851 28 XII [1936]. Hoy he iniciado la novena a la Divina Misericordia. Es decir, en espíritu me traslado delante de la imagen y rezo la coronilla que me enseñó el Señor. El segundo día de la novena vi esta imagen como si estuviera viva, rodeada de innumerables agradecimientos y veía una gran multitud de personas que acudían y vi que muchas de ellas eran felices. Oh Jesús, con que alegría latió mi corazón. Hago esta novena según la intención de dos personas, a saber el arzobispo [274] y el Padre Sopocko. Ruego ardientemente al Señor que inspire al arzobispo para que apruebe esta coronilla tan agradable a Dios y esta imagen, que no aplace ni retrace esta obra… 852 (232) Hoy repentinamente la mirada de Dios me penetró como un relámpago; de súbito conocí los mas pequeños polvillos de mi alma y al haber conocido mi nada hasta el fondo, caí de rodillas y pedí perdón al Señor y con gran confianza me arrojé en su misericordia infinita. Tal conocimiento no me desalienta ni aleja del Señor, sino que más bien despierta en mi alma un mayor amor y una confianza ilimitada y el arrepentimiento de mi corazón está unido al amor. Estos relámpagos particulares conforman mi alma. Oh dulce rayo divino, ilumíname hasta los rincones mas secretos y mas profundos porque deseo alcanzar la máxima pureza del corazón y del alma. 853 Por la noche una grandísima añoranza se adueñó de mi alma. Tomé el folleto [275] con la imagen de Jesús misericordioso y lo estreché a mi corazón y se me escaparon del alma estas palabras: Jesús, Amor eterno, para Ti vivo, para Ti muero y deseo unirme a Ti. Repentinamente vi al Señor en su belleza inconcebible que me miró benignamente y dijo: (233) Hija Mía, también Yo por amor hacia ti he bajado del cielo, por ti he vivido, por ti he muerto y por ti he creado los cielos. Y me abrazó a su Corazón y me dijo: Dentro de poco; quédate tranquila, hija Mía. Al quedarme sola, mi alma fue inflamada del deseo de sufrir hasta el momento en que el Señor dijera: Basta. Y aunque tuviera que vivir miles de años, a la luz de Dios veo que es solamente un momento. + Las almas [la frase sin concluir]. 854 29 XII [1936]. Hoy, después de la Santa Comunión, oí en el alma una voz: Hija Mía, vigila, porque llegaré inadvertidamente. Jesús, no quieres decirme la hora que espero con tanto anhelo. Hija Mía, para tu bien la conocerás, pero no ahora, vigila. Oh Jesús, haz conmigo todo lo que Te agrade, sé que eres el Salvador misericordioso y sé que no cambiarás conmigo en la hora de la muerte. Si ahora me muestras un amor tan singular y Te dignas unirte a mi de una manera tan confidencial y cariñosa, entonces espero todavía (234) más en la hora de la muerte. Tú, mi Señor, Dios mío no puedes cambiarte, eres siempre el mismo; los cielos pueden cambiar y todo lo que ha sido creado, pero Tu, Señor, siempre el mismo, durarás por eternidad. Así que, ven cómo quieras y cuándo quieras. Padre de la Misericordia infinita, yo, Tu niña, espero con un vivo deseo Tu venida. Oh Jesús, Tú has dicho en el santo Evangelio: Te juzgo por tus labios, entonces Jesús, yo siempre hablo de Tu misericordia inconcebible, por lo tanto confío que me juzgarás según Tu misericordia insondable. 855 30 XII 1936. Termina el año. Hoy hice el retiro espiritual mensual. Mi espíritu penetró en los beneficios con los cuales Dios me colmó durante todo el año. Mi alma tembló a la vista de la inmensidad de las gracias del Señor. De mi alma brotó el himno de agradecimiento a Dios. Durante una hora entera me sumergí en la adoración y en el agradecimiento, considerando cada beneficio de Dios y también mis pequeñas imperfecciones. (235) Todo lo que este año encerró en sí, se fue al abismo de la eternidad. Nada se pierde, me alegro de que nada se pierda. + 30 XII [1936] Ejercicios espirituales de un día. 856 Durante la meditación matutina sentí aversión y repugnancia por todo lo que está creado. Todo es pálido a mis ojos, mi espíritu está apartado de todo, deseo solamente a Dios Mismo, sin embargo tengo que vivir. Es un martirio indescriptible. Dios se entrega al alma de manera amorosa y la atrae al abismo de su divinidad inconcebible, pero al mismo tiempo la deja aquí en la tierra solamente para que sufra y agonice de nostalgia por Él. Y este amor fuerte es tan puro que Dios Mismo tiene en él su complacencia y a sus acciones el amor propio no tiene acceso, porque aquí todo está lleno completamente de amargura y entonces también es completamente puro. La vida es una muerte continua, dolorosa y tremenda y al mismo tiempo es el núcleo de una vida verdadera y de una felicidad inconcebible y la fuerza del espíritu, a través de eso [el alma] es capaz de hacer grandes obras para Dios. 857 (236) + Por la noche recé un par de horas, primero por los padres y los parientes, por la Madre General y por toda la Congregación y por las alumnas, por tres sacerdotes [276] a quienes debo mucho; recorrí el mundo entero a lo largo y a lo ancho y agradecí a la insondable misericordia de Dios por todas las gracias concedidas a los hombres y pedí perdón por todo con que lo habían ofendido. 858 Durante las vísperas vi al Señor Jesús que miró mi alma dulce y profundamente. Hija Mía, ten paciencia, ya dentro de poco. Aquella mirada profunda y aquellas palabras infundieron en mi alma fuerza, valor, entereza y una misteriosa confianza en que yo cumpliría todo lo que Él quería de mí, a pesar de enormes dificultades y la misteriosa convicción de que el Señor estaba conmigo, y con Él podía todo. Nada son para mí todas las potencias del mundo y de todo el infierno, todo tiene que caer frente a la potencia de su nombre. Dejo todo en Tus manos, oh Señor y Dios mío. Único guía de mi alma, dirígeme según Tus eternos deseos. + 859 (237) JMJ Cracovia – Pradnik, I I 1937 Jesús, en tí confío + Hoy a medianoche despedí el Año Viejo 1936 y di la bienvenida al año 1937. En esta primera hora del año, con temblor y temor, me enfrenté a nuevo periodo. Oh Jesús misericordioso, Contigo enfrentaré con arrojo y audacia luchas y batallas. En Tu nombre cumpliré todo y superaré todo. Oh Dios mío, Bondad infinita Te ruego que Tu misericordia ilimitada me acompañe siempre y en todo. Entrando en este año, me envuelve el temor frente a la vida, pero Jesús me saca de este temor dándome a conocer la gran gloria que le traerá esta obra de la misericordia. 860 Hay momentos en la vida cuando el alma encuentra alivio solamente en una profunda plegaria. Ojalá las almas puedan perseverar en la oración en aquellos momentos. Esto es muy importante. + (238) JMJ Jesús, en Ti confío + Propósitos para el año 1937, día 1, mes I 861 Propósito particular: continuar con lo mismo, es decir, unirme a Cristo misericordioso, o sea ¿qué haría Cristo en ese o en aquel caso?, y con el espíritu abrazar el mundo entero, especialmente Rusia y España. Propósitos generales I. Rigurosa observancia del silencio, el recogimiento interior. II. En cada hermana ver la imagen de Dios y de este estimulo debe provenir todo el amor al prójimo. III. En cada momento de la vida cumplir fielmente la voluntad de Dios y vivir de ella. IV. Rendir cuentas fielmente de todo al director espiritual y no emprender nada de importante sin acordarlo con él. Trataré de revelar claramente los mas secretos rincones de mi alma delante de él, recordando (239) que trato con Dios Mismo, pero como sustituto está solamente un hombre, por lo tanto todos los días debo pedir la luz para él. V. En el examen de conciencia de la noche preguntarme: ¿Y si me llamara hoy mismo? VI. No buscar a Dios, lejos, sino que en mi propio interior tratar con Él cara a cara. VII. En los sufrimientos y en las tribulaciones acudir al tabernáculo y quedar en silencio. VIII. Unir todos los sufrimientos, las plegarias, los trabajos, las mortificaciones a los meritos de Jesús a fin de implorar misericordia por el mundo.
IX. Los momentos libres, aunque breves, aprovecharlos para rogar por los agonizantes. X. Que no haya ni un día en mi vida, en el que no recomiende fervorosamente la obra de nuestra Congregación. Nunca hacer caso a la consideración humana. XI. No tener familiaridad con nadie. Con las alumnas, firmeza benévola, paciencia sin limites, castigarlas severamente pero con un castigo de este tipo: plegaria y sacrificio de mi misma; la fuerza que hay en el anonadarme por ellas es para (240) ellas un continuo remordimiento de conciencia y se ablandan sus corazones obstinados. XII. La presencia de Dios es el fundamente de todas mis acciones y mis palabras y mis pensamientos. XIII. Aprovechar toda ayuda espiritual. Poner siempre el amor propio en su debido lugar, es decir, en el último. Hacer los ejercicios espirituales como si los hiciera por última vez en la vida; de la misma manera cumplir todos mis deberes. 862 2 I [1937]. El nombre de Jesús. Oh, qué grande es Tu nombre, oh Señor, es la fortaleza de mi alma. Cuando las fuerzas faltan y las tinieblas se agolpan en el alma, entonces Tu nombre es el sol cuyos rayos iluminan, pero también calientan y el alma bajo su influencia se vuelve bella e irradia el resplandor de Tu nombre. Cuando oigo el dulcísimo nombre de Jesús, mi corazón late con mas fuerza y hay momentos en que oyendo el nombre de Jesús, caigo desvanecida. Mi espíritu se lanza hacia Él. 863 (241) Este día es para mi especialmente importante, este día he ido por primera vez a hacer pintar la imagen [277]; este día por primera vez, la Divina Misericordia ha sido honrada exteriormente de manera particular; a pesar de ser conocida desde hace mucho, pero ahora en la forma deseado por el Señor. Este día del dulcísimo nombre de Jesús me recuerda muchas gracias particulares. 864 3 I. Hoy me visitó la Madre Superiora de la comunidad que atiende el hospital, con una de sus hermanas [278]. Un largo momento hemos hablado de cosas espirituales. Me di cuenta de que era una gran asceta, por eso nuestra conversación fue agradable a Dios. Hoy ha venido a verme una señorita; me he dado cuenta de que sufría, no tanto del cuerpo, como del alma. La he confortado como he podido, pero mis palabras de consuelo no han sido suficientes. Era una pobre huérfana que tenia el alma inmersa en la amargura y en el dolor. Ha desnudado su alma delante de mi y me ha revelado todo; he comprendido (242) que en ese caso las palabras de simple consuelo eran insuficientes. He rogado ardientemente al Señor por aquella alma y he ofrecido a Dios mi alegría, para que se la dé a ella y a mi me quite toda sensación de gozo. Y el Señor ha escuchado mi plegaria; a mi me ha quedado el alivio de que ella ha sido consolada. 865 Adoración. El primer domingo. Durante la adoración fui tan apremiada a obrar [279] que rompí a llorar y dije al Señor: Jesús, no me apresures, sino que inspira a aquellos de los cuales sabes que retrasan esta obra. Y oí estas palabras: Hija Mía, quédate tranquila, ya dentro de poco. 866 Durante las vísperas oí estas palabras: Hija Mía, deseo descansar en tu corazón, ya que muchas almas Me han arrojado hoy de su corazón, he experimentado una tristeza mortal. Traté de consolar al Señor ofreciéndole mil veces mi amor, sentí en el alma la repugnancia por el pecado. 867 (243) + Mi corazón bebe una continua amargura, porque anhelo ir a Ti, Señor, a la plenitud de la vida. Oh Jesús, qué horrible desierto me parece esta vida, en esta tierra no hay alimento para mi corazón y mi alma, sufro nostalgia por Ti, oh Señor. Me has dejado, oh Señor, la Santa Hostia, pero ella incendia aun más el anhelo de mi alma por Ti, Dios eterno y Creador mío. Oh Jesús, deseo unirme a Ti, escucha los suspiros de Tu esposa. Oh, cuánto sufro por no poder unirme todavía a Ti, pero que se haga según Tus deseos. 868 5 I 1937. Esta noche he visto a cierto sacerdote que estaba necesitado de oración por cierta causa. He rogado con fervor porque esta causa es también muy querida a mi corazón. Te agradezco, Jesús, por Tu bondad. 869 ¡Oh Jesús de la misericordia! Abraza al mundo entero y estréchame a Tu Corazón…. Permite a mi alma, oh Señor, descansar en el mar de Tu misericordia insondable. 870 (244) 6 I 1937. Hoy, durante la Santa Misa me he sumergido inconscientemente en la Majestad infinita de Dios. Toda la inmensidad del amor de Dios inundaba mi alma; en aquel momento particular he conocido cuánto Dios se ha humillado por mi, este Señor de los señores. ¿Y qué soy yo, miserable, que Te relaciones así conmigo? El asombro que me ha invadido después de aquella gracia particular, se ha mantenido en forma muy viva durante todo el día. Aprovechando la confianza a la que el señor me admite, le he rogado por el mundo entero. En tales momentos me parece que el mundo entero depende de mí. |
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