¡Dios te salve María!
 

871            + Oh Maestro mío, haz que mi corazón no espere la ayuda de nadie, sino que trate siempre de llevar a los demás la ayuda, el consuelo y todo alivio.  Tengo el corazón siempre abierto a los sufrimientos de los demás y no cerraré mi corazón a sus sufrimientos, a pesar de que por eso, con sorna fui llamada basurero, es decir que cada uno tira (245) su dolor a mi corazón; he contestado que todos tienen lugar en mi corazón, y a cambio yo lo tengo en el Corazón de Jesús.  Las bromas referentes a las leyes de la caridad no estrecharán mi corazón.  Mi alma es siempre sensible a este aspecto y sólo Jesús es mi estimulo para amar al prójimo.

 

872            7 I.  Durante la Hora Santa el Señor me concedió experimentar su Pasión.  Compartí la amargura de la Pasión de la que estaba colmada su alma.  Jesús me dio a conocer como el alma debe ser fiel a la oración, a pesar de las tribulaciones y la aridez y las tentaciones, porque de tal plegaria en gran medida depende a veces la realización de los grandes proyectos de Dios; y si no perseveramos en tal plegaria, ponemos impedimentos a lo que Dios quiere hacer a través de nosotros o en nosotros.  Que cada alma recuerde estas palabras:  Y encontrándose en una situación difícil, rogaba más tiempo.  Yo prolongo siempre tal oración por cuanto me es posible y compatible con mis deberes.

 

873            (246) 8 I.  En la mañana del viernes cuando iba a la capilla a la Santa Misa, de repente vi en la vereda una gran mata de enebro y en ella un gato horrible que mirándome con maldad me impedía pasar a la capilla.  Una sola invocación del nombre de Jesús y todo desapareció.  Ofrecí un día entero por los pecadores agonizantes.  Durante la Santa Misa sentí de manera particular la cercanía del Señor.  Después de la Santa Comunión miré con confianza al Señor y le dije:  Jesús, deseo mucho decirte una cosa, y el Señor me miró con amor y dijo:  ¿Y qué es lo que quieres decirme?  Jesús, Te pido por el inconcebible poder de Tu misericordia que todas las almas que mueran hoy eviten el fuego infernal, aunque fuesen los pecadores mas grandes; hoy es viernes, el memorial de Tu amarga agonía en la cruz; como Tu misericordia es inconcebible, los ángeles no se sorprenderán.  Y Jesús me abraza a su Corazón y dijo:  Hija (247) amada, has conocido bien el abismo de Mi misericordia.  Haré como lo pides, pero no dejes de unirte continuamente a Mi corazón agonizante y satisfaz Mi justicia.  Debes saber que Me has pedido una gran cosa, pero veo que te la ha dictado el amor puro hacia Mi, por eso satisfago tu petición.

 

874            Oh Maria, Virgen Inmaculada, tómame bajo Tu protección más especial y custodia la pureza de mi alma, de mi corazón y de mi cuerpo.  Tú eres el modelo y la estrella de mi vida.

 

875            Hoy he experimentado un gran tormento en el momento de la visita de nuestras hermanas.  Me he enterado de cierta cosa que ha herido mucho mi corazón, sin embargo me he dominado de manera que las hermanas no se han dado cuenta de nada.  Ese dolor me rasgaba el corazón durante largo momento, pero todo esto por los pobres pecadores…. Oh Jesús, por los pobres pecadores…. Oh Jesús, fuerza mía, quédate cerca de mí, ayúdame…..

 

876            (248) 10 I 1937.  Hoy he pedido al Señor que me dé fuerza desde por la mañana, para que pueda acercarme a la Santa Comunión.  Oh Maestro mío, Te pido con todo mi corazón sediento, si está conforme a Tu santa voluntad, dame todos los sufrimientos y debilidades que quieras, deseo sufrir día y noche, pero Te ruego ardientemente, dame la fuerza en el momento en que debo acercarme a la Santa Comunión.  Ves, oh Jesús, que no traen la Santa Comunión a los enfermos, por lo tanto si no me fortaleces en este momento para que pueda bajar a la capilla, ¿cómo Te recibiré en el Misterio de Amor? Y Tu sabes cuánto mi corazón Te desea.  Oh mi dulce Esposo, ¿para qué tantos razonamientos?  Tú sabes con qué ardor Te deseo y si quieres, puedes hacérmelo.  A la mañana siguiente sentí como si estuviera completamente sana, ya no venían ni desvanecimientos ni debilidades.  Sin embargo, al regresar de la capilla, todos los sufrimientos y achaques volvieron en seguida, como si me esperasen, pero no les tenía miedo (249) en absoluto, porque me alimenté del Pan de los fuertes.  Miro todo con entereza, incluso en los ojos de la muerte misma.

 

877            + Oh Jesús, escondido en la Hostia, mi dulce Maestro y fiel Amigo, oh qué feliz es mi alma por tener al amigo que siempre me hace compañía; no me siento sola, a pesar de estar en aislamiento.  Oh Jesús Hostia, nos conocemos; esto me basta.

 

878            12 I 1937.  Hoy, cuando entró a verme el medico, no le gustó mucho mi apariencia.  En realidad, sufría más y la temperatura había aumentado considerablemente.  Naturalmente decidió que yo no iría a comulgar hasta que la temperatura bajara completamente.  Contesté que sí, aunque el dolor estrechó mi corazón, pero contesté que iría en cuanto bajara la fiebre.  Consintió.  Cuando el medico se fue, le dije al Señor:  Oh Jesús, ahora depende de Ti si voy o no; y no lo pensé mas, aunque cada momento me venia el pensamiento:  ¿No voy a (250) tener a Jesús?  No, es imposible, y además no una vez, sino un par de días hasta que la temperatura baje.  Pero por la noche, le dije al Señor:  Jesús, si Te agradan mis Santas Comuniones, Te pido humildemente, haz que mañana no tenga ni una décima de fiebre.  A la mañana medí la temperatura y pensé:  Si hay una sola décima, no me levantaré, ya que eso seria en contra de la obediencia.  Pero saqué el termómetro ni una sola décima de fiebre.  Me levanté en seguida y fui a recibir la Santa Comunión.  Cuando vino el medico y le dije que no tenia ni una décima de fiebre y que fui a recibir la Santa Comunión quedó asombrado, y le pedí que no me dificultara ir a la Santa Comunión, porque eso influiría negativamente en el tratamiento.  El medico contesto que:  Para estar tranquilo en la conciencia y al mismo tiempo no llevarle la contraria, hermana, acordemos lo siguiente:  si hace buen tiempo, no llueve, y usted, hermana, se siente bien, entonces vaya, pero esté atenta en esto en la conciencia.  Me alegré de que hubiera un medico tan bien dispuesto (251) hacia mi.  Ves, Jesús, ya he hecho lo que correspondía a mí, ahora cuento Contigo y estoy completamente tranquila.

 

879            Hoy he visto que el Padre Andrasz celebraba la Santa Misa; antes de la elevación vi al pequeño Jesús que estaba muy contento, con las manitas tendidas y un momento después no veía nada más.  Estaba en mi habitación aislada y continuaba haciendo el agradecimiento.  Sin embargo, luego pensé:  ¿Por qué el Niño Jesús estuvo tan alegre? Porque no siempre había estado tan alegre en mis visiones.  De pronto oí dentro de mí estas palabras:  Porque estoy bien en su corazón.  Y eso no me sorprendió nada, porque sé que ama mucho a Jesús.

 

880            Mi unión con los agonizantes sigue siendo muy estrecha.  Oh, qué inconcebible es la Divina Misericordia, ya que el Señor me permite ser de ayuda a los agonizantes con mi indigna oración.  En la medida en que puedo, trato de estar cerca de cada agonizante.  Tengan confianza en dios, porque es bueno e inconcebible, su misericordia supera nuestra comprensión.

 

881            (252) 14 I 1937.  Hoy Jesús ha entrado en mi pequeña habitación aislada, con una túnica clara, ceñido de un cinturón de oro; una gran Majestad resplandecía de toda su silueta y dijo:  Hija Mía, ¿por qué te dejas llevar por pensamiento de miedo?  Contesté:  Oh Señor, Tu sabes por qué.  Y me dijo:  ¿Por qué?  Esta obra me asusta.  Tú sabes que soy incapaz de cumplirla.  Y me dijo:  ¿Por qué?  Ves que no tengo salud, no tengo instrucción, no tengo dinero, soy un abismo de miseria, tengo miedo de tratar con la gente.  Jesús, yo deseo solamente a Ti, Tú puedes liberarme de esto.  Y el Señor me dijo:  Hija Mía, lo que Me has dicho es verdad.  Eres muy miserable y a Mi Me ha agradado realizar la obra de la misericordia precisamente a través de ti que eres la miseria misma.  No tengas miedo, no te dejaré sola.  Haz por esta causa lo que puedas, yo completaré todo lo que te falta; tú sabes lo que está en tu poder, hazlo.  El Señor miró en lo profundo de mi ser con gran benevolencia; pensé que iba a morir de gozo bajo esta mirada.  El Señor desapareció, se quedó en mi alma (253) la alegría, la fuerza y el ánimo para obrar, pero me sorprendí de que el Señor no quisiera liberarme, y no cambiara nada de lo que dijo una vez; y a pesar de toda esta alegría, hay siempre una sombra de sufrimiento.  Veo que el amor y el sufrimiento van juntos.

 

882            Visiones como ésta no las tengo muchas, pero más a menudo trato con el Señor de manera mas profunda.  Los sentidos quedan dormidos, pero, aunque inadvertidamente, cada cosa llega a ser para mi más real y más clara que como si la viera con los ojos.  El intelecto conoce más en un momento que durante largos años de profundas reflexiones y meditaciones, tanto en lo referente a la esencia de Dios, como respecto a las verdades reveladas y también al conocimiento de su propia miseria.

 

883            Nada me perturba en esta unión con el Señor, ni la conversación con el prójimo, ni ninguna tarea, aunque tuviera que solucionar no sé qué importante asunto, eso no me molesta nada; mi espíritu está con Dios, mis entrañas están llenas de Dios, por eso no lo busco fuera (254) de mi.  Él, el Señor, penetra mi alma como un rayo de luz el cristal puro.  A mi madre natural, estando encerrada en su seno, no estaba tan unida a ella como a mi Dios; allá estaba la inconsciencia mientras aquí está la plenitud de la realidad y la conciencia de la unión.  Mis visiones son puramente interiores, pero las comprendo mejor y en cambio me resulta más difícil expresarlas con palabras.

 

884            ¡Oh, qué bello es el mundo del espíritu!  ¡Y qué real es!  En comparación a él, esta vida exterior es una ilusión vana, una impotencia.

 

885            Oh Jesús, dame fortaleza y sabiduría para atravesar esta pavorosa selva, para que mi corazón sepa soportar pacientemente el deseo ardiente de Ti, oh Señor mío.  Permanezco siempre en sagrado asombro cuando siento que Te estás acercando a mí.  Tu, el soberano del trono terrible, bajas al miserable destierro y vienes a una pobre mendiga que no tiene nada mas que la miseria; no sé hospedarte, oh mi Príncipe, pero Tu sabes que Te quiero con cada latido de mi corazón.  Veo Tu humillación, sin embargo Tu Majestad no disminuye (255) a mis ojos.  Sé que me amas con el amor del esposo y eso me basta, a pesar de que nos separa un gran abismo, porque Tu eres el Creador y yo Tu criatura.  Pero el amor es la única explicación de nuestra unión, fuera de él todo es inconcebible; sólo con el amor se comprende la inconcebible familiaridad con la que me tratas.  Oh Jesús, Tu grandeza me espanta y permanecería en un continuo asombro y temor si no me tranquilizaras Tu Mismo; Tú me haces capaz de tratar Contigo siempre antes de acercarte.

 

886            15 I 1937.  La tristeza no vendrá a un corazón que ama la voluntad de Dios.  Mi corazón, lleno de nostalgia por Dios, experimenta toda la miseria del destierro.  Avanzo con arrojo, a mi patria, aunque se hieran los pies y en este camino me alimento de la voluntad de Dios, ella es mi alimento.  Sostenedme, oh felices habitantes de la patria celestial, para que vuestra hermana no pare en el camino.  Aunque hay un terrible desierto, camino con la frente alta y miro hacia el sol, es decir al misericordioso Corazón de Jesús.

 

887            (256) 19 I 1937.  En el momento actual mi vida pasa en un silencioso conocimiento [de la presencia] de Dios.  De Él vive mi alma silenciosa, y esta consciente vida de Dios en mi alma es para mí una fuente de felicidad y de fortaleza.  No busco la felicidad fuera de lo profundo de mi alma, donde mora Dios, estoy consciente de ello.  Siento como una necesidad de darme a los demás, he descubierto en el alma la fuente de felicidad, es decir, a Dios.  Oh Dios mío, veo que todo lo que rodea está colmado de Dios y sobre todo mi alma adornada de la gracia de Dios.  Comienzo ya a vivir de aquello de lo que viviré en la eternidad.

 

888            El silencio es un lenguaje tan poderoso que alcanza el trono del Dios viviente.  El silencio es su lenguaje, aunque misterioso, pero poderoso y vivo.

 

889            Oh Jesús, me das a conocer y entender en qué consiste la grandeza del alma:  no en grandes acciones, sino en un gran amor.  Es el amor que tiene el valor y él confiere la grandeza a nuestras acciones; aunque nuestras acciones sean pequeñas y comunes de por si, a consecuencia del amor se harán grandes y poderosas delante de Dios gracias (257) al amor.

 

890            El amor es un misterio que transforma todo lo que toca en cosas bellas y agradables a Dios.  El amor de Dios hace al alma libre; es como una reina que no conoce el constreñimiento del esclavo, emprende todo con gran libertad del alma, ya que el amor que vive en ella es el estimulo para obrar.  Todo lo que la rodea, le da a conocer que solamente Dios es digno de su amor.  El alma enamorada de Dios y en Él sumergida, va a sus deberes con la misma disposición con que va a la Santa Comunión y cumple también las acciones mas simples con gran esmero, bajo la mirada amorosa de Dios; no se turba si con el tiempo alguna cosa resulta menos lograda, ella está tranquila porque en el momento de obrar hizo lo que estaba en su poder.  Cuando sucede que la abandona la viva presencia de Dios, de la que goza casi continuamente, entonces procura vivir de la fe viva; su alma comprende que hay momentos de descanso y momentos de lucha.  Con la voluntad está siempre con Dios.  Su alma es como un oficial adiestrado en la lucha, desde lejos ve dónde se esconde el enemigo y está preparada para (258) el combate, ella sabe que no está sola; Dios es su fortaleza.

 

891            21 I [1937].  Hoy, desde la primera hora estoy admirablemente unido al Señor.  Por la noche ha venido a visitarme el sacerdote del hospital; después de un momento de conversar, he sentido que mi alma ha comenzado a sumergirse mas en dios y he empezado a perder la sensibilidad de lo que pasaba alrededor de mi.  He rogado ardientemente a Jesús:  Dame la posibilidad de conversar, y el Señor ha hecho que pudiera conversar libremente con Él, pero ha habido un momento en que no entendía lo que decía; oía su voz, pero no estaba en mí poder comprender y me disculpaba de no comprender lo que decía a pesar de oír su voz.  Este es el momento de la gracia de unión con Dios, pero imperfecta, porque por fuera los sentidos funcionan de modo también imperfecto; no hay una inmersión plena en Dios, es decir, la suspensión de los sentidos, como sucede frecuentemente que por fuera no se oye ni se ve nada, el alma entera está sumergida libremente en Dios.  Cuando esta gracia me visita deseo estar sola, le pido a Jesús que (259) me proteja de las miradas de las criaturas.  De verdad, me daba mucha vergüenza ante ese sacerdote, pero me he tranquilizado, porque había conocido un poco mi alma durante la confesión.

 

892            Hoy, el Señor me ha dado a conocer en espíritu el convento de la Vidita Misericordia; he visto en él un profundo espíritu, pero todo pobre y muy modesto.  Oh Jesús mío, me haces tratar espiritualmente con aquellas almas y quizás nunca ponga allí mi pie, pero sea bendito Tu nombre y se haga lo que tu has establecido.

 

893            22 I [1937].  Hoy es viernes.  Mi alma está en un mar de sufrimientos.  Los pecadores me han quitado todo; pero está bien así, he dado todo por ellos para que conozcan que Tu eres bueno e infinitamente misericordioso.  Yo en todo caso Te seré fiel bajo el arco iris y bajo la tempestad.

 

894            Hoy el medico ha decidido que no debo ir a la Santa Misa, sino solamente a la Santa Comunión.  Deseaba ardientemente asistir a la Santa Misa, pero el confesor de acuerdo con el medico me ha dicho que sea obediente.  “Es la voluntad de Dios que usted sea (260) sana y no le está permitido hermana, mortificarse en nada; sea obediente y Dios le recompensará.”  Sentía que aquellas palabras del confesor eran palabras del Señor Jesús y aunque me dolía dejar la Santa Misa, ya que dios me concedía la gracia de ver al Niño Jesús, no obstante antepongo la obediencia a toda otra cosa.

 

Me sumergí en la plegaria e hice la penitencia; de súbito vi al Señor que me dijo:  Hija Mía, has de saber que con un acto de obediencia Me das mayor gloria que con largas plegarias y mortificaciones.  Oh, qué bueno es vivir en la obediencia, vivir en la conciencia de que todo lo que hago es agradable a Dios.

 

895            23 I [1937].  Hoy no he tenido ganas de escribir; de repente he oído en el alma una voz:  Hija Mía, no vives para ti, sino para las almas.  Escribe para el bien de ellas.  Conoces Mi voluntad en cuanto a escribir, te la han confirmado muchas (261) veces los confesores.  Tú sabes lo que mas Me agrada y si tienes alguna duda sobre Mis palabras, sabes a quién debes preguntar.  Le concedo luz para que juzgue Mi causa, Mi ojo lo protege.  Hija Mía, frente a él tienes que ser como una niña, llena de sencillez y sinceridad, antepón su opinión a todas Mis peticiones, él te guiará según Mi voluntad; si no te permite cumplir Mis solicitudes, quédate tranquila, no te juzgaré por ello; este asunto quedará entre Yo y él.  Tú debes obedecer.

 

896            25 I [1937].  Hoy mi alma está sumergida en amargura.  Oh Jesús, oh Jesús mío, hoy a cada uno le está permitido añadir a mi cáliz de amargura, no importa si es amigo e enemigo, cada uno puede hacerme sufrir, y Tú, oh Jesús, estás obligado a darme fortaleza y fuerza en estos difíciles momentos.  Oh Hostia Santa, sostenme y cierra mis labios a la murmuración y a las quejas.  Cuando guardo silencio, sé que venceré.

 

897            (262) 27 I [1937].  Advierto una notable mejoría de mi salud.  Jesús me lleva desde la puerta de la muerte a la vida; en realidad faltaba poco para morir, pero he aquí de nuevo el Señor me concede la plenitud de la vida, aunque debo quedarme todavía en el sanatorio, pero estoy casi completamente sana.  Veo que no se ha cumplido todavía en mí la voluntad de Dios, por lo tanto tengo que vivir, porque sé que cuando cumpla todo lo que dios ha establecido respecto a mí en la tierra, no me dejará más tiempo en el destierro, porque mi casa es el cielo.  Pero antes de ir a la patria, tenemos que cumplir la voluntad de Dios en la tierra, es decir, superar hasta lo ultimo nuestras pruebas y nuestras batallas.

 

898            Oh Jesús mío, me devuelves la salud y la vida, dame fortaleza para lucha, porque sin Ti no soy capaz de hacer nada, dame fortaleza, porque Tu lo puedes todo, ves que soy una niña débil y ¿Qué puedo [hacer]?

 

Conozco toda la omnipotencia de Tu misericordia y confío en que me darás todo lo que necesite Tu débil niña.

 

899            (263) ¡Cuánto he deseado la muerte!  No sé si alguna otra vez en la vida desearé tanto a Dios.  Hubo momentos en que me desmayaba por Él.  Oh, qué fea es la tierra cuando se conoce el cielo.  Debo violentarme para vivir.  Oh voluntad de Dios, tú eres mi alimento.

 

900            ¡Oh vida gris y llena de incomprensiones!  Se ejercita mi paciencia, y por lo tanto adquiero experiencia, conozco muchas cosas y aprendo cada día y veo que sé poco y continuamente descubro faltas en mi comportamiento, pero no me desanimo por eso, sino que agradezco a Dios que se digna concederme su luz para que me conozca a mí misma.

 

901            + Hay cierta persona que me ejercita en la paciencia, tengo que dedicarle mucho tiempo.  Cuando hablo con ella, siento que miente y eso de continuo, pero como me habla de cosas lejanas que no puedo verificar, pues sus mentiras quedan impunes; sin embargo, interiormente estoy convencida de que no es (264) verdad lo que me dice.  Una vez, cuando me vinieron dudas de que yo podía estar equivocada mientras ella decía, quizá, la verdad, pedí al Señor Jesús que me diera esa señal de que si ella verdaderamente mentía, confesara ella misma una de las cosas de las que yo estaba interiormente convencida que mentía; y si ella decía la verdad, que el Señor Jesús me quitara la convicción de que ella mentía.  Poco después volvió a venir y me dijo:  Hermana, le pido perdón, pero mentí en tal y tal cosa.  Y comprendí que la luz que tenía dentro de mí respecto a aquella persona, no me había engañado.

 

902            29 I 1937.  Hoy no me he despertado a tiempo, tengo apenas un breve momento para no llegar tarde a la Santa Comunión, porque la capilla dista un buen trecho de nuestro pabellón [280].  Cuando Salí afuera, la nieve llegaba a las rodillas, pero antes de pensar que el medico no me hubiera permitido ir con tanta nieve, ya estaba con (265 el Señor, en la capilla, recibí la Santa Comunión y en seguida estuve de vuelta.  Oí en el alma estas palabras:  Hija Mía, descansa junto a Mi Corazón, conozco tus esfuerzos.  Mi alma se regocija mas cuando estoy junto al Corazón de mi Dios

 

                                                  30 I 1937.  Retiro espiritual de un día.

 

903            Voy conociendo cada vez más la grandeza de Dios y me alegro por Él; trato con Él continuamente en lo profundo de mi corazón; es en mi propia alma dónde encuentro a Dios con la mayor facilidad.

 

904            Durante la meditación oí estas palabras:  Hija Mía, Me das la mayor gloria a través de la paciente sumisión a Mi voluntad, y te aseguras meritos tan grandes que no alcanzarías ni con ayunos ni con ningunas mortificaciones.  Has de saber, hija Mía, que si sometes tu voluntad a la Mía, atraes sobre ti Mi gran complacencia; este sacrificio Me es agradable y lleno de dulzura, en él tengo complacencia, él es poderoso.

 

905            (266) + Examen de conciencia:  continuar lo mismo, unirme con el cristo misericordioso.  Práctica:  el recogimiento interior, es decir, la rigurosa observancia del silencio.

 

906            + En los momentos difíciles, contemplaré el clavado y silencioso Corazón de Jesús en la cruz y de las llamas que brotan de su Corazón misericordioso fluirá sobre mí la fortaleza y la fuerza para luchar.

 

907            Cosa extraña que en invierno viene a mi ventana un canario y durante un momento canta de maravilla.  Quise averiguar si estaba, quizá, por aquí en alguna jaula, pero no, no estaba en ninguna parte, tampoco en otro pabellón; una de las pacientes también lo oyó, pero una sola vez y se sorprendió de ¿cómo un canario pudiera cantar en una estación tan helada?

 

908            + Oh Jesús, qué lástima me dan los pobres pecadores.  Oh Jesús, concédeles el arrepentimiento y la contrición.  Recuerda Tu dolorosa Pasión.  Conozco Tu misericordia infinita, no puedo soportar que perezca el alma que Te costó tanto.  Oh Jesús, dame las almas (267) de los pecadores.  Que Tu misericordia descanse en ellas, quítame todo, pero dame estas almas.  Deseo convertirme en la hostia expiatoria por los pecadores, que el cuerpo oculte mi sacrificio, ya que Tu también ocultas Tu Sacratísimo Corazón en la Hostia, a pesar de ser la inmolación viva.

 

Transfórmame en Ti, oh Jesús, para que sea una victima viva y agradable a Ti; deseo satisfacerte en cada momento por los pobres pecadores, el sacrificio de mi espíritu se oculta bajo la envoltura del cuerpo, el ojo humano no lo alcanza, por lo tanto es puro y agradable a Ti.  Oh Creador mío y Padre de gran Misericordia, confío en Ti, porque eres la Bondad Misma.  Oh almas, no tengan miedo de Dios, sino que tengan confianza en Él, porque es bueno y su misericordia dura por los siglos.

 

909            + Nos conocemos mutuamente con el Señor en la morada de mi corazón.  Sí, ahora yo Te hospedo en la casita de mi corazón, pero se acerca el tiempo cuando me llamarás a Tu morada que me habías preparado desde la creación del mundo.  Oh, ¿quién soy yo frente a Ti, oh Señor?

 

910            (268) El Señor me lleva al mundo desconocido para mi, me da a conocer su gran gloria, pero yo tengo miedo de ella, y no me dejaré influir por ella en lo que esté en mi poder hasta que me asegure, por el director espiritual, qué gracia es.

 

911            En cierto momento, la presencia de Dios penetró mi ser, mi mente fue singularmente iluminada en cuanto al conocimiento de su Esencia; [Dios] me permitió acercarme al conocimiento de su vida interior.  Vi en espíritu las Tres Personas Divinas, pero su Esencia es única.  Él es Solo, Uno, Único, pero en Tres Personas, cada una de las cuales no es ni más pequeña ni más grande; no hay diferencia ni en la belleza, ni en la santidad, porque son Uno.   Uno, absolutamente Uno.  Su Amor me ha llevado a este conocimiento y me ha unido a Él.  Cuando estaba unida con una [Persona Divina], estaba unida también con la segunda y con la tercera.  Así pues, cuando nos unimos con una, por eso mismo nos unimos con otras dos Personas al igual que con una.  Una es la voluntad, uno Dios, aunque en las Personas Trinitario.  Cuando al alma se entrega a una (269) de las Tres Personas, entonces, con el poder de esa voluntad se encuentra unida a las Tres Personas y está inundada de la felicidad que fluye de la Santísima Trinidad; de esta felicidad se alimentan los santos.  La felicidad que brota de la Santísima Trinidad, hace feliz a todo lo creado; brota la vida que vivifica y anima cada ser que de Él tiene principio.  En aquellos momentos mi alma probó las delicias divinas tan grandes, que me es difícil expresarlas.

 

912            Luego oí pronunciar unas palabras, y fueron éstas:  Quiero tomarte como esposa.  Sin embargo, el temor traspasó mi alma, pero sin aprensión reflexionaba sobre ¿qué desposorio seria?; no obstante cada vez mi alma se llena de temor, pero la paz es mantenida en el alma por una fuerza superior.

 

En realidad, tengo los votos perpetuos y los hice con la voluntad sincera y total.  Y reflexiono continuamente ¿qué puede significar esto?; siento e intuyo que es una gracia excepcional.  Cuando la contemplo, me desmayo por desear a Dios, pero en ese desmayo la mente está clara y penetrada por la luz.  Cuando estoy unida a Él (270, me desmayo del exceso de felicidad, pero mi mente está clara y limpia, sin confusiones.  Humillas Tu Majestad para tratar con una pobre criatura.  Te agradezco, oh Señor, por esta gran gracia que me hace capaz de tratar contigo.  Oh Jesús, Tu nombre es una delicia para mi; desde lejos percibo a mi Amado y mi alma llena de anhelo descansa en sus brazos, no sé vivir sin Él; prefiero estar con Él en los tormentos y en los sufrimientos que sin Él entre las mas grandes delicias del cielo.

 

913            2 II 1937.  Hoy, desde muy temprano, el recogimiento de Dios penetra mi alma; durante la Santa Misa pensaba ver al pequeño Jesús, como frecuentemente lo veo, sin embargo, hoy durante la Santa Misa vi a Jesús crucificado.  Jesús estaba clavado en la cruz y entre grandes tormentos.  Mi alma fue compenetrada de los sufrimientos de Jesús, en mi alma y en mi cuerpo, aunque de modo invisible, pero igualmente doloroso.  Oh, qué misterios tan asombrosos ocurren durante la Santa Misa.

 

914            Un gran misterio se hace durante la Santa Misa.  (271) Con qué devoción deberíamos escuchar y participar en esta muerte de Jesús.  Un día sabremos lo que Dios hace por nosotros en cada Santa Misa y qué don prepara para nosotros en ella.  Sólo su amor divino puede permitir que nos sea dado tal regalo.  Oh Jesús, oh Jesús mío, de qué dolor tan grande está penetrada mi alma, viendo una fuente de vida que brota con tanta dulzura y fuerza para cada alma.  Y sin embargo veo almas marchitas y áridas por su propia culpa.  Oh Jesús mío, haz que la fortaleza de Tu misericordia envuelva a estas almas.

 

915            + Oh Maria, hoy una espada terrible [281] ha traspasado Tu santa alma.  Nadie sabe de Tu sufrimiento, excepto Dios.  Tu alma no se quebranta, sino que es valiente porque está con Jesús.  Dulce Maria, une mi alma a Jesús, porque sólo entonces podré resistir todas las pruebas y tribulaciones, y sólo mediante la unión con Jesús, mis pequeños sacrificios complacerán a Dios.  Dulcísima Madre, continúa enseñándome sobre la vida interior.  Que la espada del sufrimiento no me abata jamás.  Oh Virgen pura, derrama valor en mi corazón y protégelo.

 

916            (272) + El día de hoy es para mi excepcional, a pesar de haber sufrido tanto, mi alma está inundada de un gran gozo.  En la habitación aislada contigua a la mía, había una judía gravemente enferma; hace tres días fui a visitarla, sentí un dolor en mi alma al pensar que moriría en poco tiempo y que la gracia del bautismo no lavaría su alma.  Hablé con la hermana que la cuidaba de administrarle el santo bautismo al acercarse el último momento.  Pero existía esa dificultad de que siempre había judíos a su lado.  Sin embargo, sentí en el alma la inspiración de rogar delante de la imagen que Jesús me había ordenado pintar.  Tengo un folleto en cuya cubierta figura la reproducción de la imagen de la Divina Misericordia.  Y le dije al Señor:  Jesús, Tu Mismo me has dicho que concederás muchas gracias a través de esta imagen, por eso Te pido la gracia del santo bautismo para esta judía; no importa quién la bautice con tal de que sea bautizada.  Después de estas palabras fui extrañamente tranquilizada y tenia la certeza absoluta de que el agua del santo bautismo fluiría sobre su alma a pesar de las dificultades.  Y durante la noche (273), cuando ella estaba muy débil, me levanté tres veces para estar con ella y esperar el momento oportuno para alcanzarle esta gracia.  Por la mañana daba la impresión de sentirse mejor.  Por la tarde empezó a acercarse el último momento; la hermana que la asistía dijo que seria difícil administrarle aquella gracia porque estaban junto a ella.  Y llegó el momento cuando la enferma empezó a perder el conocimiento, pues algunos comenzaron a correr para buscar al medico y los demás en otras direcciones para salvar a la enferma y sucedió que la enferma se quedó sola y la hermana que la cuidaba la bautizó.  Y antes de que todos volvieran, su alma se había vuelto bella, adornada de la gracia de Dios y expiró en seguida.  La agonía duró poco tiempo, fue como si se hubiera dormido.  De repente vi su alma de una belleza admirable entrando en el cielo.  Oh, qué bella es el alma en la gracia santificante; el gozo dominó mi alma por haber obtenido delante de la imagen una gracia tan grande para aquella alma.

 

917            Oh, qué grande es la Divina Misericordia.  Que la exalte toda criatura.  Oh Jesús mío, esta alma Te cantará el himno de la misericordia por toda la eternidad.  (274  No olvidaré la impresión que tuve en el alma aquel día.  Es ya la segunda gran gracia obtenida aquí para las almas delante de esta imagen.

 

Oh, qué bueno es el Señor y lleno de compasión.  Oh Jesús, Te agradezco tanto por estas gracias.

 

918      5 II 1937.  Oh Jesús mío, a pesar de todo, deseo ardientemente unirme a Ti.  Oh Jesús, si es posible, llévame a Ti, porque me parece que mi corazón estallará por desearte tanto.

 

            Oh, cuánto siento estar en este destierro.  ¿Cuándo estaré en la casa de nuestro Padre y me llenaré de la felicidad que fluye de la Santísima Trinidad?  Pero si es Tu voluntad que siga viviendo y sufriendo, entonces deseo lo que me has designado; tenme en esta tierra hasta cuando Te plazca, aun hasta el fin del mundo.  Oh, voluntad de mi Señor, sé mi deleite y el encanto de mi alma.  Aunque la tierra está tan poblada, yo me siento sola y la tierra es para mí un desierto espantoso, Oh Jesús, oh Jesús, Tú sabes y conoces el ardor de mi corazón, solamente Tú, oh Señor, puedes colmarme.

 

919      (275) + Hoy, cuando le llamé la atención a cierta señorita que no pasara horas enteras en el pasillo con los hombres, porque eso no convenía a una doncella decente, me pidió perdón y prometió corregirse; se puso a llorar al darse cuenta de su poco juicio.  Mientras le decía esas pocas palabras sobre la moral, los hombres de toda la sala se reunieron y escucharon mis advertencias.  Los judíos también escucharon en parte y por su cuenta.  Una persona me dijo después que acercaron los oídos a la pared y escucharon atentamente.  Yo sentía extrañamente que ellos estaban escuchando, pero dije lo que tenia que decir.  Aquí las paredes son tan delgadas que aunque se hable en voz baja, se oye.

 

920            + Hay aquí cierta persona que antes era nuestra alumna.  Naturalmente me ejercita en la paciencia, me visita varias veces al día; después de cada visita estoy cansada, pero veo que es el Señor Jesús que me ha mandado esta alma.  Que todo Te alabe, oh Señor.  La paciencia da gloria a Dios.  Oh, qué pobres son las almas.

 

921            (276) 6 II [1937].  Hoy el Señor me ha dicho:  Hija Mía, Me dicen que tienes mucha sencillez, entonces ¿por qué no Me hablas de todo lo que te concierne aun de los mas pequeños detalles?  Háblame de todo.  Has de saber que con esto Me procurarás mucho gozo.  Contesté:  Pero, Señor, Tú lo sabes todo.  Y Jesús me contestó:  Sí, Yo sé, pero tú no te justifiques diciendo que Yo sé, sino que con la sencillez de una niña, háblame de todo, porque tengo el oído y el corazón vuelto hacia ti y tus palabras Me son agradables.

 

922            + Al empezar esa gran novena por tres intenciones, vi en la tierra un pequeño gusano y pensé:  ¿De dónde ha salido en pleno invierno?  De repente oí en el alma estas palabras:  Ves, Yo pienso en él y lo mantengo y ¿qué es él en comparación contigo?  ¿Por qué se ha asustado tu alma un momento?  Pedí perdón al Señor por aquel momento; Jesús quiere que siempre sea una niña y ponga en Él toda preocupación y me someta ciegamente a su santa voluntad; Él se ha encargado de todo.

 

923            (277) 7 II [1937].  Hoy el Señor me dijo:  Exijo de ti un sacrificio perfecto y en holocausto, el sacrificio de la voluntad; ningún otro sacrificio es comparable a éste.  Yo Mismo dirijo tu vida y dispongo todo de manera que seas para Mí una ofrenda continua y hagas siempre Mi voluntad, y para completar esta ofrenda te unirás a Mí en la cruz.  Conozco tus posibilidades.  Yo Mismo te ordenaré directamente muchas cosas y la posibilidad de la ejecución la retrasaré y la haré depender de los demás; aquello que las Superioras no podrán alcanzar, lo completaré directamente Yo Mismo en tu alma y en el fondo mas secreto de tu alma habrá un sacrificio perfecto de holocausto, y esto no por algún tiempo, sino que debes saber, hija Mía, que este sacrificio durará hasta la muerte.  Pero vendrá el tiempo en que Yo, el Señor, cumpliré todos tus deseos; tengo en ti Mi complacencia como en una Hostia viva; no te espantes de nada, Yo estoy contigo.

 

924            Hoy he recibido un recado reservado [282] de la Superiora prohibiéndome estar junto a los moribundos; así que, en vez de mi persona, enviaré a los moribundos la obediencia y ella sostendrá las almas (278) agonizantes.  Esta es la voluntad de Dios, esto me basta; aquello que no entiendo ahora, lo comprenderé después.

 

925            7 II 1937.  Hoy, con más fervor que en cualquier otro momento, he rogado según la intención del Santo Padre y de tres sacerdotes [283], para que Dios les inspire lo que exige de mí, porque de ellos depende la realización de esta obra.  Oh, cuánto me he alegrado de que el Santo Padre esté mejor de salud.  Hoy escuché como estaba hablando al Congreso Eucarístico [284] y con el espíritu me he trasladado allí para recibir la bendición apostólica.

 

926            9 II 1937.  Últimos días de carnaval.  En estos dos últimos días de carnaval he conocido una enorme cantidad de penas y de pecados.  En un instante el Señor me hizo saber los pecados cometidos estos días en el mundo entero.  Me he desmayado de espanto, y a pesar de conocer todo el abismo de la Divina Misericordia, me he sorprendido de que Dios permita existir a la humanidad.  Y  el Señor me dijo quién sostiene la existencia de la humanidad: son las almas elegidas.  Cuando acabe el número de los elegidos, el mundo dejará de existir.

 

927            Durante estos dos días recibí la Santa Comunión (279) como un acto de reparación y dije al Señor Jesús:  Oh Jesús, hoy ofrezco todo por los pecadores.  Que los golpes de Tu justicia se abatan sobre mí, y el mar de la misericordia alcance a los pobres pecadores.  Y el Señor oyó mi plegaria.  Muchas almas volvieron al Señor mientras yo agonizaba bajo el peso de la justicia de Dios.  Sentía ser el blanco de la ira del Altísimo.  Por la noche mi sufrimiento alcanzó un estado de abandono interior tan grande que los gemidos salían de mi pecho sin querer.  Me encerré con llave en mi habitación aislada y comencé la adoración, es decir la Hora Santa.  El abandono interior y el experimentar la justicia de Dios eran mi petición; mientras que el gemido y el dolor que salían de mi alma ocuparon el lugar del dulce coloquio con el Señor.

 

928            De repente vi al Señor que me abrazó a su Corazón y me dijo:  Hija Mía, no llores, porque no puedo soportar tus lágrimas; les daré todo lo que pidas, pero deja de llorar.  Y me llenó una gran (280) alegría y mi espíritu, como siempre, se sumergió en Él como en su único tesoro.  Hoy hablé mas con Jesús, animada por su bondad.

 

929            Y cuando descansé junto a su dulcísimo Corazón, Le dije:  Jesús, tengo tantas cosas que decirte.  Y el Señor me dijo con gran dulzura:  Habla, hija Mía.  Y empecé a expresar los sufrimientos de mi corazón, a saber:  que me preocupa mucho toda la humanidad, que no todos Te conocen y los que Te conocen no Te aman como mereces ser amado.  Además veo que los pecadores Te ofenden terriblemente y veo también la gran opresión y persecución de los fieles, especialmente de tus siervos y mas aun veo muchas almas que se precipitan ciegamente en el terrible abismo infernal.  Ves, oh Jesús, éste es el dolor que penetra mi corazón y mis huesos, y aunque me haces el don de Tu amor singular, e inundas mi corazón con los torrentes de Tu alegría, esto no atenúa los sufrimientos que acabo de mencionarte, sino que mas bien penetran (281) mi pobre corazón de modo mas vivo.  Oh, qué ardiente es mi deseo de que toda la humanidad vuelva con confianza a Tu misericordia; entonces, tendrá alivio mi corazón viendo la gloria de Tu nombre.  Jesús escuchó este desahogo de mi corazón con atención e interés, como si no supiera nada y casi escondiendo ante mí el conocimiento de aquellas cosas, así yo me sentía mas libre en hablar.  Y el Señor me dijo:  Hija Mía, Me son agradables las palabras de tu corazón y por el rezo de esta coronilla acercas a Mi la humanidad.  Después de estas palabras me encontré sola, pero la presencia de Dios está siempre en mi alma.

 

930            + Oh Jesús mío, cuando vaya a Tu casa y me colmes de Ti mismo, y esto será para mi la plenitud de la felicidad, no olvidaré la humanidad; deseo levantar las cortinas del cielo para que la tierra no dude de la Divina Misericordia.  Mi descanso está en proclamar Tu misericordia.  El alma rinde la mayor gloria a su Creador cuando se dirige con confianza a la Divina Misericordia.

 

931            (282) 10 II [1937].  Hoy es el Miércoles de Ceniza.

 

Durante la Santa Misa, por un breve momento he experimentado la Pasión de Jesús en mi cuerpo.  La Cuaresma es el periodo particular para el trabajo de los sacerdotes, es necesario ayudarles en la salvación de las almas.

 

932            Hace algunos días escribí a mi director espiritual [285] pidiendo permiso para ciertas pequeñas prácticas por el tiempo de la Cuaresma.  Como no disponía del permiso del medico para ir a la ciudad, he tenido que hacerlo por carta.  Sin embargo, hoy es el Miércoles de Ceniza y no tengo aun la respuesta.  Por la mañana, después de la Santa Comunión he comenzado a rogarle a Jesús que le inspire con su luz para que me conteste y he conocido en el alma que el Padre no está en contra de aquellas prácticas que le pedí y me concede su permiso; y con tranquilidad he empezado a ejercitarme en esas practicas que pedí.  Ese mismo día, por la tarde, he recibido la carta del Padre diciendo que para las prácticas solicitadas me da su (283) permiso.  Me he alegrado muchísimo de que mi conocimiento interior haya estado conforme a la opinión del Padre espiritual.

 

933            Luego oí en el alma estas palabras:  Obtendrás una mayor recompensa por la obediencia y la dependencia al confesor que por las prácticas mismas en las que te ejercitarás.  Hija Mía, has de saber y comportarte según esto:  aunque se trata de la cosa más pequeña, pero con el sello de la obediencia a Mi sustituto será una cosa agradable y grande a Mis ojos.

 

934            Pequeñas prácticas para la Cuaresma.  No puedo ejercitarme en grandes mortificaciones, como antes, a pesar de mi ardiente anhelo y deseo, ya que estoy bajo un estricto control del medico, pero puedo ejercitarme en cosas mas pequeñas:  primero, dormir sin almohada, sentirme un poco hambrienta, rezar todos los días la coronilla que me ha ensenado el Señor, con los brazos en cruz, de vez en cuando rezar con los brazos en cruz durante un tiempo indeterminado (284) y rezando una plegaria espontánea.  La intención:  para impetrar la Divina Misericordia por los pobres pecadores y a los sacerdotes el poder de suscitar el arrepentimiento de los corazones pecadores.

 

935            Mi unión con las almas agonizantes sigue siendo como antes, estrecha.  A menudo acompaño al alma agonizante a gran distancia, pero experimento la mayor alegría al ver que sobre esas almas se realiza la promesa de la misericordia.  El Señor es fiel, lo que dice una vez, lo cumple.

 

936            + Cierta alma que estaba en nuestro pabellón, estaba muriendo, sufría tremendamente, estuvo agonizando tres días, recobrando el conocimiento de vez en cuando.  Todos en la sala rogaban por ella.  Yo también deseaba ir, pero la Madre Superiora me había prohibido visitar a los agonizantes, por eso rogaba por esa querida alma en mi habitación aislada.  Pero al saber que aun sufría y que no se sabía cuánto tiempo iba a durar todavía, repentinamente algo agitó mi alma y le dije al Señor:  Oh Jesús, si todo lo que hago Te es agradable, (285) Te ruego, como una prueba de esto, que esa alma no sufra mas, sino que pase en seguida a la felicidad eterna.  Pocos minutos después supe que aquella alma se había dormido tan serena y rápidamente que ni siquiera dio tiempo de encender la vela.

 

937            + Diré una palabra más sobre el director de mi alma.  Una cosa extraña es que sean tan pocos los sacerdotes que saben infundir al alma fortaleza, y ánimo, y valor de modo que el alma, sin cansarse, avanza siempre.  Bajo una dirección de esta clase, el alma, aunque disponiendo de poca fuerza, puede hacer mucho para la gloria de Dios.  Y he conocido con esto un secreto, a saber, que el confesor, es decir, el director espiritual no menosprecia las cosas pequeñas que el alma le expone.  Y el alma, al darse cuenta de que está controlada en esto, comienza a ejercitarse y no omite la mas pequeña ocasión de virtud y evita también las mas pequeñas faltas, y de esto, como de pequeñas piedras surge el magnifico templo (286) del alma.  Y al contrario:  si el alma se da cuenta de que el confesor menosprecia esas pequeñas cosas, también ella comienza a despreciarlas, dejará de dar cuenta de ellas al confesor, y aun peor, comenzará a descuidarse de las cosas pequeñas, y así, en vez de avanzar, retrocede poco a poco.  Y el alma se da cuenta de ello sólo al caer ya en las cosas mas graves.  Y ahora surge una pregunta seria ¿de quién es la culpa?  ¿De ella o del confesor, es decir, del director espiritual?  Aquí me refiero más bien al director espiritual.  Me parece que toda la culpa debe ser imputada al director espiritual imprudente; y al alma hay que atribuirle solamente este error de haber elegido al director espiritual por sí sola.  El director espiritual había podido guiar bien al alma por los caminos de la voluntad de Dios hacia la santidad.

 

938            El alma debería rogar ardientemente por el director espiritual durante un tiempo más largo, y pedir a Dios que se dignara elegirlo Él Mismo.  Lo que se comienza con Dios, será de Dios, y lo que se comienza con medios puramente humanos, será humano.  Dios es tan misericordioso que, para (287) ayudar al alma, Él Mismo le asigna un guía espiritual, y la ilumina de que es aquél delante del cual ella debe revelar los rincones más secretos de su alma, como delante del Señor Jesús.  Y cuando el alma reflexione y conozca que todo ha sido dirigido por Dios, pida ardientemente a Dios que le conceda mucha luz para conocer su alma, y que no cambie a tal director, a menos que haya una razón seria.  Como antes de elegir el director espiritual rogaba mucho y ardientemente para conocer la voluntad de Dios, así también cuando quiera cambiarlo, ruegue mucho y con fervor para saber si es verdaderamente la voluntad de Dios de que lo deje y elija ala otro.  Si no hay una evidente voluntad de Dios al respecto a esto, no lo cambie, porque el alma por sí sola no llegará muy lejos y Satanás quiere precisamente que el alma que tiende a la santidad se guíe sola, ya que entonces, ni hablar de que la alcance.

 

939            Constituye una excepción el alma que Dios Mismo guía directamente, pero en tal caso el director espiritual en seguida (288) se da cuenta de que tal alma es dirigida por dios Mismo.  Dios se lo da a conocer de modo claro y evidente; y tal alma, más que otra, debería estar bajo un control más estricto del director espiritual.  En tal caso el director espiritual no tiene tanto el deber de dirigir e indicar los caminos por los cuales el alma debe caminar, cuanto, mas bien, el de juzgar y confirmar que el alma sigue el camino justo y que está guiada por un buen espíritu.  En tal caso el director no solamente debe ser santo, sino también experimentado y prudente, y el alma debe anteponer su opinión a la de Dios Mismo, ya que entonces estará a salvo de las ilusiones y las desviaciones.  El alma que no sometiera tales inspiraciones al riguroso control de la Iglesia, es decir, del director espiritual, con eso mismo daría a conocer que la guía un espíritu malo.  En esto el director espiritual debe ser muy prudente y experimentar al alma en la obediencia.  Satanás puede ponerse el manto de la humildad, pero no es capaz de vestir el manto de la obediencia, (289) y es aquí dónde se revela toda su maldad.  Pero el confesor no puede tenerle miedo exagerado a tal alma, porque si Dios le confía un alma tan excepcional, también le da una gran luz divina respecto a ella, ya que de otro modo ¿cómo podría juzgar bien los misterios tan grandes que ocurren entre el alma y Dios?

 

940            Yo misma sufrí mucho y fui muy probada en esto.  Por lo tanto lo que escribo es solamente lo que he experimentado personalmente.  Hice muchas novenas y muchas plegarias y muchas penitencias antes de que Dios me enviara un sacerdote que comprendió mi alma.  Habría muchas más almas santas, si hubiera más directores espirituales con experiencia y santos.  Más de un alma que tiende sinceramente a la santidad no logra salir por sí sola cuando llegan los momentos de la prueba y abandona el camino de la perfección.  Oh Jesús, danos sacerdotes celosos y santos.

941            ¡Oh, cuán grande es la dignidad del sacerdote! Pero también, ¡oh, gran responsabilidad del sacerdote!  Oh sacerdote, te ha sido dado mucho, pero de ti se exigirá también mucho….

 

942            (290) 11 II [1937].  Hoy es viernes.  Durante la Santa Misa sufrí unos dolores en mi cuerpo:  en los pies, en las manos y en el costado.  Jesús Mismo permite estos sufrimientos como reparación por los pecadores.  El momento es breve, pero el sufrimiento grande; no sufro mas que un par de minutos, pero la impresión queda mucho tiempo y es muy viva.

 

943            + Hoy me siento tan abandonada en el alma que no sé explicármelo.  Me escondería de la gente y lloraría sin cesar; nadie comprenderá al corazón herido del amor, y cuando éste experimenta abandonos interiores, nadie lo consolará.  Oh almas de los pecadores, me han arrebatado al Señor, pero, bien, bien; conozcan lo dulce que es el Señor y todo el mar de amargura inunde mi corazón; les he dado todas las consolaciones divinas.

 

944            + Hay momentos en los cuales no me tengo confianza a mi misma, estoy profundamente convencida de mi debilidad y miseria, y comprendo que en tales momentos puedo perseverar solamente confiando en la infinita misericordia (291) de Dios.  La paciencia, la oración y el silencio refuerzan el alma.  Hay momentos en los cuales el alma debe callar y no conviene que hable con las criaturas; aquellos son los momentos de insatisfacción de sí misma, y el alma se siente débil como un niño; entonces se agarra con toda la fuerza a Dios.  En tales momentos vivo exclusivamente de la fe y cuando me siento fortalecida por la gracia de Dios, entonces estoy más valiente en la conversación y en las relaciones con el prójimo.

 

945            Por la noche el Señor me dijo:  Descansa, niña Mía, junto a Mi Corazón; veo que te has fatigado muchísimo en Mi viña, y mi alma fue inundada del gozo divino.

 

946            12 II [1937].  Hoy la presencia de Dios me penetra totalmente como un rayo de sol.  El anhelo de mi alma por Dios es tan grande que en cada momento me produce un desmayo.  Siento que el Amor eterno toca mi corazón, mi pequeñez no logra soportarlo, (292) sino que me produce un desmayo; no obstante la fuerza interior es muy grande.  El alma desea igualar el Amor que la ama.  En tales momentos el alma tiene un conocimiento muy profundo de Dios y cuanto mas lo conoce, tanto mas ardiente, más puro es su amor hacia Él.  Oh, inconcebibles son los misterios del alma con Dios.

 

947            A veces hay horas enteras cuando mi alma está sumergida en el asombro viendo la Majestad infinita que se humilla tanto hacia mi alma.  Es incesante mi asombro interior de que el Señor Altísimo tenga en mí su complacencia y Él Mismo me lo diga; y yo me hundo aun más en mi nada porque sé lo que soy por mi misma.  Sin embargo, debo decir que amo igualmente a mi Creador hasta la locura, con cada latido del corazón, con cada nervio; sin saberlo, mi alma se hunde, se hunde…. en Él.  Siento que nada me separará del Señor, ni el cielo, ni la tierra, ni la actualidad, ni el futuro, todo puede cambiar, pero el amor nunca, nunca, él permanece siempre el mismo. (293)  Él, el Soberano Inmortal, me da a conocer su voluntad para que lo ame de modo singular y Él Mismo infunde en mi alma la capacidad para tal amor con el cual desea que lo ame.  Me sumerjo en Él cada vez más y no tengo miedo de nada.  El amor ha ocupado todo mi corazón y aunque me hablaran de la justicia de Dios y de cómo tiemblan delante de Él hasta los espíritus puros y se cubren el rostro y sin cesar dicen:  Santo, y que de eso resulta que mis relaciones familiares con el Señor es una falta de respeto para su honor y su Majestad, ¡oh, no, no y una vez mas no!  El amor puro comprende todo.  El máximo horror y la mas profunda adoración, pero es en la mas profunda tranquilidad que el alma está sumergida en Él por el amor y todo lo que dicen exteriormente las criaturas no tiene influencia en ella.  Lo que le dicen de Dios, es una pálida sombra en comparación a lo que ella vive interiormente con Dios y a veces se extraña de que las almas admiren alguna afirmación referente a Dios:  porque para ella es el pan de todos los días, porque ella sabe que lo que se logra (294) expresar con palabras, no es al fin tan grande; acepta y escucha todo con respeto, pero ella tiene su vida particular en Dios.

 

948            13 II [1937].  Hoy, durante la Pasión [286], he visto a Jesús martirizado, coronado de espinas y con  un pedazo de caña en la mano.  Jesús callaba, mientras los soldadotes rivalizaban torturándolo.  Jesús no decía nada, solamente me miró; en aquella mirada sentí su tortura tan tremenda que nosotros no tenemos ni siquiera una idea de lo que Jesús sufrió por nosotros antes de la crucifixión.  Mi alma está llena de dolor y de nostalgia:  sentí en el alma un gran odio por el pecado, y la más pequeña infidelidad mía me parece una montana alta y la reparo con la mortificación y las penitencias.  Cuando veo a Jesús martirizado, el corazón se me hace pedazos; pienso en lo que será de los pecadores si no aprovechan la Pasión de Jesús.  En su Pasión veo todo el mar de la misericordia.

 

                        +

949      (295) JMJ                                                                                                                              12 II 1937

 

+ El Amor de Dios es la flor y la Misericordia es el fruto.

 

Que el alma que duda lea estas consideraciones sobre la Divina Misericordia y se haga confiada [287].

 

Misericordia Divina, que brota del seno del Padre, en Ti confío.

 

Misericordia Divina, supremo atributo de Dios, en Ti confío.

 

Misericordia Divina, misterio incomprensible, en Ti confío.

 

Misericordia Divina, fuente que brota del misterio de la Santísima Trinidad, en Ti confío.

 

Misericordia Divina, insondable para todo entendimiento humano o angélico, en Ti confío.

 

Misericordia Divina, de donde brotan toda vida y felicidad, en Ti confío.

 

Misericordia Divina, más sublime que los cielos.

 

Misericordia divina, fuente de milagros y maravillas.

 

Misericordia Divina, que abarca todo el universo.

 

Misericordia Divina, que baja al mundo en la Persona del Verbo Encarnado.

 

(296) Misericordia Divina, que manó de la herida abierta del Corazón de Jesús.

 

Misericordia Divina, encerrada en el Corazón de Jesús para nosotros y especialmente para los pecadores.

 

Misericordia Divina, impenetrable en la institución de la Sagrada Hostia.

 

Misericordia Divina, en la institución de la Santa Iglesia.

 

Misericordia Divina, en el sacramento del Santo Bautismo.

 

Misericordia Divina, en nuestra justificación por Jesucristo.

 

Misericordia Divina, que nos acompaña durante toda la vida.

 

Misericordia Divina, que nos abraza especialmente a la hora de la muerte.

 

Misericordia Divina, que nos otorga la vida inmortal.

 

Misericordia Divina, que nos acompaña en cada momento de nuestra vida.

 

Misericordia Divina, que nos protege del fuego infernal.

 

Misericordia Divina, en la conversión de los pecadores empedernidos.

 

Misericordia Divina, asombro para los ángeles, incomprensible para los Santos.

 

Misericordia Divina, insondable en todos los misterios de Dios.

 

Misericordia Divina, que nos rescata de toda miseria.

 

Misericordia Divina, fuente de nuestra felicidad y deleite.

 

Misericordia Divina, que de la nada nos llamó a la existencia.

 

Misericordia Divina, que abarca todas las obras de sus manos.

 

Misericordia Divina, corona de todas las obras de Dios.

 

(297) Misericordia Divina, en la que estamos todos sumergidos.

 

Misericordia Divina, dulce consuelo para los corazones angustiados.

 

Misericordia Divina, única esperanza de las almas desesperadas.

 

Misericordia Divina, remanso de corazones, paz ante el temor.

 

Misericordia Divina, gozo y éxtasis de las almas santas.

 

Misericordia Divina, que infunde esperanza, perdida ya toda esperanza.

 

950      + Oh Dios Eterno, en quien la misericordia es infinita y el tesoro de compasión inagotable, vuelve a nosotros Tu mirada bondadosa y aumenta Tu misericordia en nosotros, para que en momentos difíciles no nos desesperemos ni nos desalentemos, sino que, con gran confianza, nos sometamos a Tu santa voluntad, que es el Amor y la Misericordia Mismos.

 

951      + Oh, incomprensible e impenetrable misericordia de Dios,

¿Quién puede glorificarte y adorarte dignamente?

Oh, supremo atributo de Dios todopoderoso,

Tú eres la dulce esperanza del pecador.

 

Oh estrellas, tierra y mar, unidos en un solo himno y unánimemente y en señal de agradecimiento, canten la incomprensible misericordia de Dios.

 

952      (298) Oh Jesús mío, Tu ves que Tu santa voluntad es todo para mi.  Me es indiferente lo que hagas de mi:  me ordenas ponerme a la obra, lo hago con tranquilidad, a pesar de saber que no soy idónea para esto; me haces esperar por medio de Tus sustitutos, así pues, espero con paciencia; llenas mi alma de entusiasmo, y no me das la posibilidad de obrar; me atraes detrás de Ti a los cielos, y me dejas en la tierra; infundes en mi alma el anhelo de Ti, y Te escondes de mi.  Muero por el deseo de unirme Contigo por la eternidad, y no permites a la muerte acercarse a mí.  Oh voluntad de Dios, Tu eres mi alimento y el deleite de mi alma; cuando me someto a la santa voluntad de mi Dios, un abismo de paz inunda mi alma.   

 

            Oh Jesús mío, Tu no das la recompensa por el resultado de la obra, sino por la voluntad sincera y el esfuerzo emprendido; por lo tanto estoy completamente tranquila, aunque todas mis iniciativas y mis esfuerzos quedaran frustrados ni fueran realizados jamás.  Si hago (299) todo lo que está en mi poder, lo demás no es cosa mía y por eso las mas grandes tempestades no perturban la profundidad de mi paz.  En mi conciencia reside la voluntad de Dios.

 

953            + 15 II 1937.  Hoy mis sufrimientos han aumentado un poco, no solamente experimento mayores dolores en todos los pulmones, sino también unos extraños dolores en los intestinos.  Sufro tanto cuanto mi débil naturaleza logra soportar, todo por las almas inmortales para impetrar la Misericordia Divina para los pobres pecadores, para impetrar la fortaleza para los sacerdotes.  Oh, qué gran veneración tengo por los sacerdotes y le pido a Jesús, Sumo Sacerdote, muchas gracias para ellos.

 

954            Hoy, después de la Santa Comunión el Señor me dijo:  Hija Mía, es Mi deleite unirme a ti; Me rindes la mayor gloria cuando te sometes a Mi voluntad y con esto atraes sobre ti un mar de bendiciones.  No tendría en ti una complacencia particular si no vivieras de Mi voluntad.  Oh mi dulce Huésped, por Ti estoy dispuesta a todos los sacrificios, sin embargo Tu sabes que (300) soy una debilidad misma, pero Contigo lo puedo todo.  Oh Jesús mío, Te ruego quédate conmigo en cada momento.

 

955            15 II 1937.  Hoy escuché en el alma estas palabras:  ¡Oh hostia agradable a Mi Padre!  Has de saber, hija Mía, que toda la Santísima Trinidad tiene en ti su particular complacencia, porque vives exclusivamente de la voluntad de Dios.  Ningún sacrificio es comparable a éste.

 

956            + Después de estas palabras ha venido a mi alma el conocimiento de la voluntad de Dios, es decir, que miro todo desde un punto de vista superior, y todos los acontecimientos y todas las cosas desagradables o agradables, las acepto con amor, como demostración de la particular predilección del Padre Celestial.

 

957            En el altar del amor arderá la pura ofrenda de mi voluntad; para que mi ofrenda sea perfecta, me uno estrechamente al sacrificio de Jesús en la cruz.  Y cuando, bajo el peso de los grandes sufrimientos, mi naturaleza tiemble y las fuerzas físicas y espirituales disminuyan, entonces me esconderé profundamente en la herida abierta del Corazón (301) de Jesús, callando como una paloma, sin quejarme.  Que todas mis predilecciones, hasta las más santas y las más bellas y las más nobles, estén siempre en el último plano y en el primer lugar esté Tu santa voluntad.  El mas pequeño deseo Tuyo, oh Señor, me es mas querido que el cielo con todos Tus tesoros.  Sé bien que unas personas no me comprenden, por eso mi ofrenda será más pura a Tus ojos.

 

958            Hace algunos días vino a mi cierta persona pidiéndome que rogara mucho por su intención, porque tenía unos asuntos muy importantes y urgentes.  De repente sentí en el alma que eso no era agradable a Dios y le contesté que no rogaría por esa intención, pero que rogaría por ella en general.  Unos días después esa señora volvió a verme y me agradeció por no haber rogado según su intención sino por ella, ya que tenía un proyecto de venganza respecto a una persona a la cual debía honor y respeto en virtud (302) del cuarto mandamiento.  El Señor la cambió interiormente y ella misma reconoció su culpa, pero se extrañó de que yo hubiera descubierto su secreto.

 

959            + Hoy recibí la carta del Padre Sopocko con felicitaciones por motivo de mi santo [288].  Me he alegrado por las felicitaciones, pero me he entristecido mucho por su salud.  Lo sabía por el conocimiento interior, pero no me lo creía; pero como me ha contestado que es así, entonces también las demás cosas, de las cuales no me ha escrito, son verdaderas, y mi conocimiento interior no me engaña.  Y me recomienda subrayar todo de lo que sé que no procede de mí.  Es decir, todo lo que Jesús me dice, lo que oigo en el alma.  Me lo ha pedido ya mas de una vez, pero no he tenido tiempo, ni tampoco, a decir verdad, me he apresurado, pero al mismo tiempo ¿cómo sabe él que no lo he hecho?  Eso me ha sorprendido enormemente, pero ahora me pondré a este trabajo con todo el corazón.  Oh Jesús mío, la voluntad de Tus sustitutos es Tu santa voluntad evidente, sin sombra de duda.

 

960            (303) 16 II 1937.  Hoy, por equivocación entré en la habitación aislada vecina, así que hablé un momento con aquella persona.  Al volver a mi habitación, pensé en ella un momento, entonces el Señor Jesús se presentó junto a mi y me dijo:  Hija Mía, ¿en qué estás pensando en este momento?  Sin pensar, me estreché a su Corazón, porque comprendí que había pensado demasiado en la criatura.

 

961            + Esta mañana, después de haber hecho mis ejercicios espirituales, me puse en seguida a hacer labor de gancho.  Sentía el silencio en mi corazón y que Jesús descansaba en él.  Este profundo y dulce conocimiento de la presencia de Dios me impulsó a decir al Señor:  Oh Santísima Trinidad que vives en mi corazón, Te ruego, da la gracia de la conversión a tantas almas cuantos puntos haré hoy con este gancho.  De pronto oí en el alma estas palabras:  Hija Mía, tus peticiones son demasiado grandes.  Jesús, si para Ti es mas fácil dar mucho que poco.  Es verdad, Me es mas fácil dar mucho al alma que poco, pero cada conversión de un alma pecadora exige sacrificio.  Y por eso, Jesús, Te ofrezco (304) este sincero trabajo mío; este sacrificio no me parece demasiado pequeño por un numero tan grande de almas; pues, Tu, oh Jesús, durante treinta anos salvabas las almas con el trabajo manual y como la santa obediencia me prohíbe penitencias y grandes mortificaciones, por eso Te ruego, oh Señor, acepta esas pequeñeces con el sello de la obediencia como cosas grandes.  Entonces oí en el alma la voz:  Hija Mía, atiendo tu petición.

 

962            + Veo, a menudo, a cierta persona agradable a Dios.  El Señor tiene en ella una gran complacencia, no solamente porque se interesa por el culto de la Misericordia Divina, sino también por el amor que tiene a Dios, aunque no siempre siente este amor en su corazón de modo sensible, y permanece casi siempre en el Huerto de los Olivos.  Sin embargo, es siempre agradable a Dios y su gran paciencia vencerá todas las adversidades.

 

963            + Oh, si el alma que sufre supiera cuánto Dios la ama, moriría de gozo y de exceso de felicidad.  Un día, conoceremos el valor del sufrimiento, pero entonces ya no podremos sufrir.  El momento actual es nuestro.

 

964            (305) 17 II 1937.  Esta mañana, durante la Santa Misa vi a Jesús doliente.  Su Pasión se reflejó en mi cuerpo, aunque de modo invisible, pero no menos doloroso.  Jesús me miró y dijo:

 

965            Las almas mueren a pesar de Mi amarga Pasión.  Les ofrezco la última tabla de salvación, es decir, la Fiesta de Mi misericordia [288a].  Si no adoran Mi misericordia, morirán para siempre.  Secretaria de Mi misericordia, escribe, habla a las almas de esta gran misericordia Mía, porque está cercano el día terrible, el día de Mi justicia.

 

966            + Hoy oí en el alma estas palabras:  Hija Mía, debes ponerte a la obra, Yo estoy contigo.  Te esperan grandes persecuciones y sufrimientos, pero que te consuele la idea de que muchas almas se salvarán y se santificarán por medio de esta obra.

 

967            + Cuando me puse a la obra y subrayaba las palabras del Señor [289] y volví a mirar todo, al llegar a la pagina en la que tengo apuntados los consejos y las indicaciones del Padre Andrasz, no sabia qué hacer: subrayar o no; de repente oí en el alma estas palabras:  Subraya, porque estas palabras son Mías; he pedido prestada la boca (306) del amigo de Mi Corazón para hablarte por tu tranquilidad y tienes que atenerte a aquellas indicaciones hasta la muerte.  Me desagradaría mucho si te alejaras de estas indicaciones; has de saber que Yo Mismo lo puse entre Yo [y] tu alma, lo hago por tu tranquilidad y para que no cometas errores.

 

968            Desde que te confié a una particular asistencia de los sacerdotes, quedas dispensada de rendir cuenta de modo detallado a las Superioras de cómo Yo trato contigo.  Además de eso, debes ser como una niña frente a las Superioras, pero de lo que cumplo en el fondo de tu alma, habla sinceramente y de todo solamente a los sacerdotes.  Y observé que desde el momento en que Dios me dio el director espiritual, no exigía que hablara de todo como antes, a las Superioras, a excepción de lo que se refería a las cosas exteriores.  Por el resto, solamente el director espiritual conoce mi alma.  Tener el director espiritual es una gracia excepcional de Dios.  Oh, qué pocas son las almas que tienen esta gracia.  Entre las mas grandes dificultades, el alma vive continuamente en paz; todos los días, después de la Santa Comunión, agradezco al Señor Jesús por esta gracia y (307) cada día le pido al Espíritu Santo la luz para él.  En verdad, yo misma sentí en el alma qué gran poder tienen las palabras del director espiritual.  Que la misericordia de Dios sea adorada por esta gracia.

 

969            + Hoy fui a hacer la meditación delante del Santísimo Sacramento [290].  Cuando me acerqué al altar, la presencia de Dios penetró mi alma, fui sumergida en el océano de su divinidad y Jesús me dijo:  Hija Mía, todo lo que existe es tuyo.  Y le contesté al Señor:  Mi corazón no desea nada fuera de Ti solo, oh tesoro de mi corazón.  Te agradezco, Señor, por todos los dones que me ofreces, pero yo quiero solamente Tu Corazón.  Aunque los cielos son grandísimos, para mi son nada sin Ti; Tú sabes muy bien, oh Jesús, que me desmayo continuamente por desearte con vehemencia.  Has de saber, hija Mía, que lo que las demás almas alcanzarán en la eternidad, tu lo gozas ya ahora.  Y de repente mi alma fue inundada de la luz del conocimiento de Dios.

 

970            Oh, si pudiera expresar al menos un poco lo que mi alma vive junto al Corazón de la inconcebible  (308) Majestad.  No sé expresarlo.  Esta gracia la comprende solamente el alma que la ha vivido por lo menos una vez en la vida.  Al volver a mi habitación aislada, me pareció que volví de la verdadera vida a la muerte.  Cuando el medico vino para tomarme el pulso, quedó asombrado:  ¿Qué ha pasado, hermana?  Un pulso así usted no lo ha tenido nunca.  Quisiera saber, sin embargo, ¿qué le ha provocado tal aceleración del pulso?  ¿Qué le podía decir? Si yo misma no sabía que tenía el pulso tan acelerado.  Sé solamente que estoy muriendo por nostalgia de Dios, pero, naturalmente, no se lo dije ya que ¿cómo lo puede remediar la medicina?

 

971            19 II 1937.  La unión con los agonizantes.  Me piden oraciones; puedo rezar, el Señor me ha dado misteriosamente el espíritu de la plegaria, estoy continuamente unida a Él.  Siento plenamente que vivo por las almas, para conducirlas a Tu misericordia, oh Señor; para tal fin ningún sacrificio es demasiado pequeño.

 

972            (309) Hoy el doctor [291] ha decidido que debo quedarme todavía hasta abril; la voluntad de Dios, aunque deseaba volver ya con las hermanas.

 

973            Hoy me enteré de la muerte de una de nuestras hermanas [292] que falleció en Plock, pero vino a verme antes de que me anunciaran su muerte.

 

974            22 II 1937.  Hoy en la capilla del hospital han empezado los ejercicios espirituales para las mujeres de servicio, pero puede participar en ellos quien desee.  Hay una predica por día; el Padre Buenaventura, [293] religioso escolapio, habla durante una hora entera, habla directamente a las almas.  He tomado parte en estos ejercicios espirituales porque deseo mucho conocer a Dios más profundamente y amarlo con más ardor, porque he comprendido que cuanto mayor es el conocimiento, tanto mas fuerte es el amor.

 

975            Hoy escuché estas palabras:  Ruega por las almas para que no tengan miedo de acercarse al tribunal de Mi misericordia.  No dejes de rogar por los pecadores.  Tu sabes cuánto sus almas pesan sobre Mi corazón; alivia Mi tristeza mortal; prodiga Mi misericordia.

 

976            (310) 24 II 1937.  Hoy durante la Santa Misa vi a Jesús agonizante; los sufrimientos del Señor traspasan mi alma y mi cuerpo, aunque invisible, pero el dolor es grande, dura muy poco tiempo.

 

977            Durante el canto de la Pasión [294] me compenetro tan vivamente de sus tormentos que no logro retener las lágrimas.  Desearía esconderme en alguna parte para dar libre desahogo al dolor que me produce el reflexionar sobre su Pasión.

 

978            Cuando rogaba según la intención del Padre Andrasz, comprendí cuán amado es de Dios.  Desde aquel momento le tengo un respeto aun más grande, como para un santo.  Estoy muy contenta de eso, lo he agradecido fervorosamente a Dios.

 

979            Hoy, durante la bendición vi a Jesús que me dijo estas palabras:  Obedece en todo a tu director espiritual, su palabra es Mi voluntad; confírmate en lo profundo del alma en que Yo hablo por su boca y deseo que tu le reveles el estado de tu alma con la misma sencillez (311) y sinceridad como lo haces delante de Mi.  Te repito una vez mas, hija Mía, has de saber que su palabra es Mi voluntad para ti.

 

980            Hoy vi al Señor con una gran belleza y me dijo:  Oh Mi querida hostia, ruega por los sacerdotes, especialmente en este tiempo de cosecha [295].  Mi Corazón ha encontrado en ti su complacencia y por ti bendigo la tierra.

 

981            He comprendido que estos dos años de sufrimientos interiores que soporto sometiéndome a la voluntad de Dios, para conocer mejor esta voluntad de Dios, me han hecho progresar en la perfección más que los pasados diez años.  Desde hace dos años estoy en la cruz, entre el cielo y la tierra, es decir, que estoy sujeta al voto de la obediencia, debo escuchar a la Superiora como a Dios Mismo; por otra parte, Dios Mismo me da a conocer directamente su voluntad y por eso mi tormento interior es tan grande que nadie (312) puede imaginar ni comprender estos sufrimientos interiores.  Me parece más fácil dar la vida que vivir, a veces, una hora en tal tormento.  No voy a escribir mucho sobre eso, porque es imposible describir; conocer directamente la voluntad de Dios, y al mismo tiempo ser perfectamente obediente a la voluntad de Dios, conocida indirectamente por medio de las Superioras.  Agradezco al Señor por haberme dado el director espiritual, porque de otro modo no habría dado ni un solo paso hacia adelante.

 

982            + En estos días recibí una carta muy grata de mi hermanita de 17 años que me suplica encarecidamente de ayudarle a entrar en un convento [296].  Está dispuesta a todo sacrificio por Dios.  De su escrito se deriva que el Señor Mismo la guía.  Gozo de la gran misericordia de Dios.

 

983            + Hoy la Majestad de Dios ha abrazado y ha penetrado mi alma totalmente.  La grandeza de Dios me hunde y me inunda de modo que me sumerjo toda en su grandeza; me disuelvo y desaparezco del todo en Él, mi vida y vida perfecta.

 

984            (313) Oh Jesús mío, yo comprendo bien que mi perfección no consiste en que me recomiendas realizar estas grandes obras, oh no, la grandeza del alma no consiste en esto, sino en un gran amor hacia Ti.  Oh Jesús, entiendo en el fondo de mi alma que las más grandes obras no pueden compararse con un acto de amor puro hacia Ti.  Deseo ser fiel a Ti y cumplir Tus deseos y aplico las fuerzas y el intelecto en cumplir todo lo que me mandes, oh Señor, pero no tengo ni una sombra de apego.  Cumplo todo esto, porque ésta es Tu voluntad.  Todo mi amor está anegado completamente no en Tus obras sino en Ti Mismo, oh Creador mío y Señor.

 

985            25 II 1937.  Rogué ardientemente por una muerte feliz para cierta persona que sufría mucho.  Llevaba dos semanas entre la vida y la muerte.  Tenia lastima de esa persona, y le dije al Señor:  Oh dulce Jesús, si Te es agradable la causa que he iniciado para Tu gloria, Te ruego llévala a Tu casa, (314) que descanse en Tu misericordia.  Y estaba extrañamente tranquila.  Un momento después vinieron a decirme que esa persona que sufría tan terriblemente, ya había expirado.

 

986            Vi a cierto sacerdote en dificultades y rogué por él hasta que Jesús lo miró benignamente y le concedió su fuerza.

 

987            Hoy supe que una persona de mi familia ofende a Dios y que está en un grave peligro de muerte.  Este conocimiento ha traspasado mi alma con un sufrimiento tan grande que pensaba no poder soportar tal ofensa a Dios.  He pedido insistentemente perdón a Dios, pero veía su gran indignación.

 

988            Rogué según la intención de un sacerdote para que Dios le ayudara en ciertos asuntos.  De repente vi al Señor Jesús crucificado; Jesús tenía los ojos cerrados y estaba sumergido en los tormentos.  Hice una reverencia a sus cincollagas, a cada una por separado y pedí la bendición para él.  Jesús me hizo conocer dentro de mi cuánto le era querida (315) esa alma y sentí que de las llagas de Jesús fluyó la gracia para esa alma que estaba tendida en la cruz como Jesús.

 

989            Señor mío y Dios, Tu sabes que mi alma ha amado solamente a Ti.  Mi alma entera se ha sumergido en Ti, oh Señor.  Aunque no cumpliera nada de lo que me has dado a conocer, oh Señor, estaría completamente tranquila, porque he hecho lo que estaba en mi poder.  Yo sé bien que Tu, oh Señor, no necesitas nuestras obras, Tú exiges el amor.

 

990            Amor, amor y una vez mas amor de Dios, no hay nada mas grande que él ni en el cielo ni en la tierra.  La mayor grandeza es amar a Dios, la verdadera grandeza está en el amor de Dios, la verdadera sabiduría es amar a Dios.  Todo lo que es grande y bello está en Dios; fuera de Dios no hay ni belleza ni grandeza.

 

Oh sabios del mundo y grandes intelectos reconozcan que la verdadera grandeza está en amar a Dios.  Oh, cuánto me sorprendo que algunos hombres se engañen a si mismos diciendo:  no hay eternidad.

 

991            (316) 26 II 1937.  Hoy vi que los sagrados misterios eran celebrados sin vestiduras litúrgicas y en casas particulares, por una tormenta pasajera, y miré el sol que ha salido del Santísimo Sacramento y se han apagado, es decir, han quedado ofuscadas otras luces y todos tenían los ojos vueltos hacia aquella luz; pero en este momento no comprendo el significado.

 

992            + Camino por la vida entre arcos iris y tempestades, pero con la frente orgullosamente alta, porque soy hija real, porque siento que la sangre de Jesús circula en mis venas y he puesto mi confianza en la gran misericordia del Señor.

 

993            + He rogado al Señor que cierta persona venga hoy a verme, que pueda verla una vez más y esto será para mí una señal de que ella es llamada a entrar en el convento que Jesús me manda fundar.  Y una cosa extraña, aquella persona ha venido y he tratado de formarla un poco interiormente.  He comenzado a indicarle el camino de negarse a si misma y de sacrificio que ha aceptado de buena gana.  Pero he puesto todo este asunto en las manos del Señor para que guié todo según le agrade.

 

994            (317) Hoy, al oír por el radio la canción:  “Buenas noches, oh Sagrada Cabeza de mi Jesús”, súbitamente mi espíritu se sumergió en Dios y el amor de Dios inundó mi alma; durante un momento traté íntimamente con el Padre Celestial.

 

995            + Aunque no es fácil vivir en una continua agonía,

Estar clavada en una cruz de variados sufrimientos,

Sin embargo, amando ardo de amor,

Y como un serafín amo a Dios, aunque soy débil.

 

Oh, es grande el alma que en medida de los sufrimientos

Permanece fiel junto a Dios y cumple su voluntad,

Y entre los mas grandes arcos iris y tempestades está sin

consuelo,

Porque el puro amor de Dios endulza su suerte.

 

No es gran merito amar a Dios en la prosperidad

Y agradecerle cuando todo nos va bien,

Sino adorarlo entre las más grandes adversidades,

Y amarlo por Él Mismo y poner la confianza en Él.

 

Cuando el alma permanece en las sombras del Huerto de

los Olivos,

Solitaria entre la amargura y el dolor,

(318) Se eleva a la altura de Jesús,

Y aunque beba continuamente la amargura, no está triste.

 

Cuando el alma cumple la voluntad del Altísimo,

Así sea entre continuos dolores y torturas,

Acercando los labios al cáliz que le entregan,

Se vuelve firme y nada la intimida.

 

Aunque esté atormentada, repite:  hágase Tu voluntad,

Espera con paciencia el momento en que será transformada,

Ya que, aunque en las tinieblas más oscuras, oye la voz de Jesús:  Tú eres mía,

Y lo conocerá en toda la plenitud cuando caiga el velo.

 

996            28 II 1937.  Hoy, durante un momento mas largo he experimentado la Pasión del Señor Jesús y he conocido que son muchas las almas que necesitan oraciones.  Siento que me transformo toda en plegaria para impetrar la Divina Misericordia para cada alma.  Oh Jesús mío, Te recibo en mi corazón como prenda de misericordia para las almas.

 

997            Esta noche, al oír por el radio la canción:  “Buenas noches, oh Sagrada Cabeza de mi Jesús:, de repente mi espíritu fue raptado en el seno misterioso de Dios y comprendí en (319) qué consiste la grandeza del alma y lo que tiene importancia ante Dios:  amor, amor y una vez mas amor.  Y conocí que lo que existe está saturado de Dios y me inundó un amor tan grande de Dios que es imposible describirlo.  Feliz el alma que sabe amar sin reservas ya que en esto está su grandeza.

 

998            Hoy hice un día de retiro espiritual.  Cuando estaba en la última predicación [297], el sacerdote habló de cuánto el mundo necesita la Misericordia de Dios: [que] estos tiempos parecen excepcionales, que la humanidad necesita mucho la Misericordia de Dios y de la oración.  Luego oí en el alma una voz:  He aquí las palabras para ti, haz todo lo que está en tu poder en la obra de Mi misericordia.  Deseo que Mi misericordia sea venerada; le doy a la humanidad la ultima tabla de salvación, es decir, el refugio en Mi misericordia.  Mi corazón se regocija de esta Fiesta.  Después de estas palabras comprendí que nada puede liberarme de este deber que el Señor exige de mí.

 

999            Esta noche he sufrido tanto que pensaba que se acercaba ya el fin de mi vida.  Los médicos no lograron definir qué enfermedad era.  (320) Sentía como si tuviera arrancadas todas las entrañas, sin embargo tras unas horas de tales sufrimientos estoy sana.  Todo esto por los pecadores.  Que Tu misericordia, oh Señor, descienda sobre ellos.

 

1000        En el terrible desierto de la vida,

Oh mi dulcísimo Jesús,

Protege a las almas del desastre,

Ya que eres el manantial de la misericordia.

 

Que el resplandor de Tus rayos,

Oh dulce Guía de nuestras almas,

Con la misericordia cambie el mundo,

Y al recibir esta gracia, sirva a Jesús.

 

Debo recorrer un largo camino escarpado

Pero no tengo miedo de nada,

Porque para mi brota la fuente pura de misericordia,

Y con ella fluye la fuerza para los humildes.

 

Estoy agotada y rendida,

Pero la conciencia me da testimonio,

De que hago todo para la mayor gloria de Dios,

El Señor es mi descanso y mi herencia.

 

 

Fin del segundo cuaderno del manuscrito del Diario]

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

TERCER CUADERNO

 

Cantaré la misericordia del Señor

 

Sor Faustina del Santísimo Sacramento

 

Congregación de las Hermanas

 

De la Madre de Dios de la Misericordia

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

              

 

 

 

 

 

 

 

 

           

                   +

 

(1) JMJ [298

 

 

1001       Te doy gracias, oh Señor, Maestro mío,

            Por haberme transformado toda en Ti

      Y porque me acompañas a través de las adversidades de la vida

               No temo nada cuando estás en mi corazón.

 

                    +

            JMJ

 

1002       La cena del Señor está servida,

               Jesús se sienta a la mesa con los Apóstoles,

               Todo su Ser está transformado en amor,

               Porque tal fue el consejo de la Santísima Trinidad.

 

               Deseo ardientemente cenar con ustedes,

               Antes de sufrir mortalmente,

               Me voy el amor me retiene con ustedes.

               Derrama su sangre, da la vida porque ama inmensamente.

 

               El amor se oculta bajo la apariencia del pan,

               Se va, para quedarse con nosotros.

               No fue necesario tal anonadamiento,

               Pero el amor ardiente lo ocultó bajo esta especie.

 

               Sobre el pan y el vino dice estas palabras:

               Esto es Mi Sangre, esto es Mi Cuerpo.

               A pesar de ser misteriosas, son palabras de amor.

               Y pasó el cáliz a sus discípulos.

 

               Se estremeció Jesús dentro de Si Mismo

               Y dijo:  uno de ustedes traicionará a su Maestro.

               Callaron, un silencio de tumba,

               Y Juan inclinó la cabeza sobre su pecho.

 

               La cena terminada,

               Vamos al Getsemaní,

               El amor saciado,

               Y allí ya está esperando el traidor.

 

                      +

(2)    JMJ

 

1003        Oh, voluntad de Dios, tú eres mi alimento, tú eres mi deleite.  Anticipa, oh Señor, la Fiesta de la Misericordia para que las almas conozcan el manantial de Tu bondad.

                                           Dios y las almas

 

                                                                                                                                        Sor Faustina

                                                                                                                  Del Santísimo Sacramento

 

1004        Cracovia, 1 III 1937

 

Oh voluntad de Dios omnipotente,

Tú eres mi deleite, tú eres mi gozo,

Cualquier cosa que me dé la mano de mi Señor

La aceptaré con alegría, sumisión y amor.

 

Tu santa voluntad, es mi quietud,

En ella se encierra toda mi santidad,

Y toda mi salvación eterna,

Ya que cumplir la voluntad de Dios es la mayor gloria.

 

La voluntad de Dios son sus distintos deseos,

Mi alma los cumple sin reserva,

Porque éstas son sus divinas aspiraciones

En los momentos en que Dios concede sus confidencias.

 

Señor, haz de mi lo que Te agrade,

No Te pongo ningún impedimento ni restricción,

Porque tú eres todo mi deleite y el amor de mi alma,

Y yo, igualmente, derramo ante Ti el torrente de mis confidencias.

 

                     +

                   (3) JMJ                                                                                Cracovia 1 III 1937

 

                                             + Tercer Cuaderno

 

1005                                                  Dios y las almas

 

Gloria y adoración a la Divina Misericordia fluya de cada criatura por todos los siglos de los siglos.

 

1006        + Oh Señor y Dios mío, me haces escribir de las gracias que me concedes.  Oh Jesús mío, si no fuera por una orden clara de los confesores [299] de describir todo lo que sucede en mi alma, yo por mi misma no escribiría ni una sola palabra.  Y si escribo sobre mi, es por una orden clara de la santa obediencia.

 

1007        + Sea gloria y honor a Ti, oh Santísima Trinidad, Dios eterno; que la misericordia que brota de Tus entrañas nos proteja de Tu justa ira.  Que resuene la alabanza a la inconcebible misericordia Tuya; en todas Tus obras está el sello de Tu insondable misericordia, oh Dios.

 

1008        1 III 1937.  El Señor me ha hecho saber cuánto le desagrada un alma que habla mucho.  En tal alma no encuentro descanso.  El ruido continuo Me cansa y en ese ruido el alma no distingue Mi voz.

 

1009        Hoy pedí al Señor Jesús que pueda ver a cierta persona y esto seria para mí una señal de que el Señor la llama a este convento [que ha de fundarse].  Y estuve con ella y comprendí que aquella querida alma tiene la vocación y pedí al Señor que Él Mismo se digne formar su alma.  He hablado con ella de la vocación muchas veces y lo demás lo hará el Señor.

 

1010        (4) + 5 III 1937.  Hoy he sentido en mi cuerpo la Pasión del Señor durante bastante tiempo; es un gran dolor, pero todo por las almas inmortales.

 

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