¡Dios te salve María!
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Términos más utilizados en el lenguaje de la Iglesia Católica
* Acciones eclesiales: Se denominan acciones eclesiales a las formas de actuar de la Iglesia. Tradicionalmente se derivan de las funciones mesiánicas de Jesús, es decir, la profética, sacerdotal y regia, o de los tres poderes de la Iglesia, a saber, los de la enseñanza, santificación y gobierno. Por eso, según la teología pastoral previa al Concilio y a la luz del mismo Vaticano II, se habla de tres ministerios o pastorales: pastoral profética o acción eclesial de la palabra, pastoral litúrgica o acción pastoral del culto y pastoral hodegética (de hodós, camino) o acción pastoral de la caridad. * Acción pastoral: Por acción pastoral entendemos la totalidad de la acción de la iglesia y de los cristianos, a partir de la praxis de Jesús, de cara a la implantación del Reino de Dios en la sociedad. El primer rasgo de la acción pastoral es el de ser acción, no mera práctica. De una parte, es acción ad intra de cara a la edificación de la comunidad cristiana como ekklesia; de otra, es acción ad extra con relación a la praxis de liberación de la sociedad, cuyo sujeto colectivo es el grupo humano a secas. No se trata de interpretar la sociedad, sino de transformar el mundo en reino de Dios. En segundo lugar, la acción pastoral es actualización de la praxis de Jesús, praxis de la solidaridad con los pobres, de cara a la justicia del reino de Dios y de obediencia al Dios del reino. La práctica mesiánica de Jesús entraña la proclamación del kerigma en el acto de evangelización del pueblo, y el desarrollo de la didajé en la catequesis con sus discípulos; el servicio o ministerio de la diakonia de cara a la liberación y libertad de pobres y oprimidos para edificar la nueva humanidad de los hijos de Dios; una koinonia de los discípulos, en comunión con la palabra apostólica, el afecto fraternal, los bienes y la eucaristía; y por último, la celebración de la liturgia como banquete, anticipo del banquete del reino. * Adviento: El año litúrgico comienza con el tiempo del adviento, término que significa advenimiento o hacia la venida; procede del verbo venir. En el lenguaje religioso pagano, adventus indicaba la venida periódica de Dios y su presencia teofánica en el templo. Es, pues, retorno o aniversario. Desde el punto de vista cristiano, adventus era la última venida del Señor, al final de los tiempos. Pero al parecer las fiestas de la navidad y epifanía, significó también la venida de Jesús en la humildad de la carne. Estas dos venidas (la de Belén y la última) se consideran como una única venida, desdoblada en dos etapas. Esta doble dimensión de espera caracteriza todo el adviento. Adviento es el tiempo litúrgico que precede, como preparación, a la fiesta de navidad. Nació en el siglo IV con tres semanas de duración, a imitación de la cuaresma, o de las tres semanas de preparación pascual, exigidas por el catecumenado. La duración del adviento variaba, según las iglesias, entre tres y seis semanas. Se caracterizó en unos sitios por la penitencia (las Galias) y en otros por la alegría (Roma). En todo caso, el aspecto de la espera prevaleció sobre el de la preparación. * Aggiornamento: El término aggiornamento fue utilizado por Juan XXIII para determinar el "carácter fundamentalmente pastoral" del Vaticano II. No significa una mera adaptación, sino la penetración profunda del evangelio en la historia y de la realidad social en la iglesia. Pablo VI, en la sesión pública celebrada para promulgar la constitución sobre la revelación y el decreto sobre el apostolado seglar (18.11.1965), precisó que aggiornamento equivale a la "sabia penetración del espíritu del Concilio" y a la "adaptación fiel de sus normas". Con todo, aggiornamento significó, al comienzo del Concilio, y durante su desarrollo, abrir las ventanas de la iglesia al mundo para reconciliarse con él y servirle, o traducir el mensaje cristiano a la cultura de esta época. La palabra aggiornamento se traduce en los textos conciliares con los términos latinos accommodatio (acomodación), adaptio (adaptación), renovatio (renovación) o reformatio (reforma). Nunca se traduce por restauratio (restauración). Esto quiere decir que el Concilio no fue una vuelta hacia atrás. Aggiornamento es, pues, reforma e innovación mediante el seguimiento de Cristo. * Agnosticismo: el término agnosticismo fue empleado por Th. H. Huxley (1825- 1895) para poner de relieve su posición frente a la metafísica, frente a los gnósticos. El concepto tiene una cierta vaguedad. Indica una "falta de conocimiento" o una "imposibilidad de conocer", al menos con cierto tipo de conocimiento, por ejemplo, científico o racional o natural. Puede referirse a los suprasensible, o a lo metaempírico, pero también a la materia cuando yo no la estoy percibiendo; es el idealismo religioso de Berkeley (1685-1753). El agnosticismo suele entenderse en relación con el problema de la existencia de Dios, del trascendente infinito; así cuando se habla de "creyentes" versus "agnósticos". Hay un agnosticismo que no niega todo conocimiento metaempírico, iluminador de la experiencia y condición de posibilidad de la ciencia, pero que no admite un conocimiento racional, objetivamente válido e intercomunicable de Dios. * Alianza: Los pueblos del antiguo oriente tenían muy desarrollados los valores comunitarios. Tanto que para salvaguardarlos prodigaban los pactos o contratos (berith) que creaban vínculos muy estrechos entre sus miembros. Israelitas, una vez fijadas por Moisés su experiencia religiosa (=yahvismo), decidieron ratificarla con un pacto solemne entre el pueblo y la divinidad. El escenario fue el Sinaí, donde los hijos delos patriarcas juraron fidelidad a Yahvé a cambio de su protección y ayuda. Sólo entonces tuvo el pueblo fuerza para iniciar la conquista de un territorio presuntamente prometido por la divinidad a su primer ancestro, Abrahán. Una vez conquistado el país cananeo, la alianza sinaítica se reafirmó en Siquén. A partir de entonces, toda la experiencia religiosa de Israel se cimentaría sobre esa alianza con la divinidad dándose con ello origen a una auténtica teocracia, que la instauración de la monarquía puso en peligro más de una vez. Por ello los profetas no cesan de recurrir a ella siempre que el pueblo olvida sus compromisos religiosos. * Anticlericalismo: el anticlericalismo es la actitud de animadversión hacia el clero y su influjo social, que se juzga excesivo. La misma dificultad de precisar la naturaleza, génesis y medición de las actitudes explica la dificultad en precisar en precisar el concepto de anticlericalismo y trazar los rasgos más salientes de su tipología. Anticlericalismo es antónimo de clericalismo. Por clericalismo se puede entender la traducción y el encauzamiento de la religión en instrumento de poder. En el clericalismo, religión y política se entrecruzan. La iglesia se vale del poder político para reafirmar un sistema de poder eclesiástico, y el poder político utiliza a la Iglesia para afianzar el sistema de gobierno o las situaciones político-sociales. * Año litúrgico: Año litúrgico, año del Señor o año cristiano es la celebración cíclica del misterio de Cristo por la asamblea de creyentes a lo largo del día, semana y año. Tiene, pues, tres referencias: la comunidad cristiana (iglesia), el tiempo con sus acontecimientos (historia) y el misterio central de la salvación (Cristo). "Durante el curso del año, afirman las normas oficiales sobre el año litúrgico, la iglesia conmemora todo el misterio de Cristo, desde la encarnación hasta el día de Pentecostés y la expectación de la venida del Señor". * Apócrifos: Los apócrifos son un conjunto de escritos judíos o cristianos que, a pesar de su contenido religioso, nunca fueron aceptados como fuente de revelación divina, pues no se les supone inspirados por Dios. Durante los primeros siglos del cristianismo circularon casi siempre de forma subrepticia (apokriphos= escondido, secreto), siendo utilizados por grupos minoritarios que con frecuencia incurrieron en portes heréticos. Siendo tal el flujo de la literatura apócrifa, se tiende a clasificarla de acuerdo con sus temáticas. * Apologética: el término apologética proviene de la palabra griega apología, que significa respuesta, justificación, rendir cuenta de algo. Al pasar al lenguaje neotestamentario, vino a significar dar razón de la fe, mostrar la legitimidad y coherencia de la fe cristiana. Las dos características fundamentales de la apología en el contexto neotestamentario son: a) la necesidad de justificar prácticamente la esperanza; de ahí su afinidad con el seguimiento; b) el horizonte escatológico-apocalíptico en que aparece. Se trata, entonces, de un concepto de la razón práctica, pues la defensa o justificación de la fe no tiene lugar en el terreno puramente teórico o intelectual sino en el de la praxis y del testimonio. Este fue el sentido que prevaleció en los llamados Padres Apologetas, por ejemplo en san Justino, quien escribió apologías del cristianismo, destinados a dar razón de la fe ante los paganos ilustrados de su tiempo y las selló con el martirio. * Apóstol: Este concepto (apostolos= enviado) es muy común en los escritores griegos, quienes los aplican a los emisarios, embajadores o simples representantes. La tradición neotestamentaria sugiere que Jesús en un principio reservó tal título a los "doce". Quizá pretendiera presentarlos como retoños de las doce tribus de Israel. Después de la resurrección, se pone un gran interés por conservar el número "doce" en el apostolado. Pero muy pronto se comienza a emplear en un sentido más amplio, siendo Pablo quien posiblemente rompe el módulo primigenio. No sólo se presenta a sí mismo como apóstol, aun cuando no forme parte de los "doce", sino que asocia en el ministerio a sus más íntimos colaboradores e incluso personajes secundarios dentro de la promulgación del kerigma primitivo. * Apostolado: el término apostolado se deriva del griego apostolos (apóstol), que equivale etimológicamente a enviado. Probablemente, este término fue empleado en las comunidades de Antioquia para traducir el seliah judío o enviado en nombre de otro, con una misión basada en el principio de que el mandatario está en el lugar del mandante. El nombre del apóstol se da en el Nuevo Testamento a los doce y a otros misioneros y evangelizadores de la iglesia. En resumen, apóstol es el investido de poder para una misión, como sinónimo de embajador. Al principio, la palabra apostolado equivalía a la misión de los doce apóstoles. Con la ampliación del concepto de apóstol, hecha por san Pablo para designar a los evangelistas y a quienes evangelizaban y plantaban iglesias, apostolado era sinónimo de ministerio eclesial destinado a convertir a los de fuera. Equivalía a misión o evangelización. Se distinguía del ministerio ejercido en el interior de las comunidades. Estas dos formas de ministerio cristiano derivan de la misma naturaleza de la iglesia, dirigida a los de afuera para convertirlos (apostolado) y a los de dentro para apacentarlos (solicitud pastoral). En resumen, apostolado es misión recibida de Cristo por el enviado para fundar y hacer crecer a la iglesia. Es, pues, tarea de todos los creyentes. * Apostolicidad: En la enseñanza de la teología católica actual, se entiende por apostolicidad la propiedad, merced a la cual la iglesia conserva, a través de los tiempos, su identidad fundamental con la iglesia de los apóstoles. Esta apostolicidad consta de dos componentes esenciales: la apostolicidad de ministerio y la apostolicidad de vida y doctrina. La primera consiste en el hecho de la sucesión ininterrumpida de ministros al frente de las comunidades, mientras que la segunda está constituida por la conservación de la forma de vida y doctrina transmitida desde los apóstoles. Por tanto, para que haya apostolicidad, y más en concreto para que una iglesia se considere apostólica, no basta que la frente de tal iglesia haya un obispo; se requiere además que ese obispo conserve la forma de vida y doctrina que nos legaron los apóstoles. Y es importante destacar que estas dos formas o componentes de la apostolicidad se han de mantener siempre unidas en la teología de la apostolicidad y de la sucesión apostólica, como nos consta sobradamente por la más antigua y la más rica tradición de la iglesia. * Asamblea: Asamblea litúrgica es la comunidad cristiana concreta que se reúne para celebrar el culto. El término asamblea ha sido recuperado después del Vaticano II; hasta hace poco, hablábamos más de "asistencia" a los oficios. La asamblea es el principal signo de la iglesia, a la que se agregan los creyentes por el bautismo y forman una unidad por el eucaristía. La finalidad de la asamblea cristiana se deriva de la actitud convocadora de Jesús con objeto de reunir a los hijos dispersos, dar su vida en aras de la unidad y hacerles participar en el banquete del reino. En la asamblea se reúnen los cristianos para celebrar. Esto exige acogida mutua como personas y como creyentes, preparación del acto y del lugar, reparto de funciones, adecuación de palabras y símbolos, y plegaria común. * Ateísmo: Es la concepción del mundo que niega la existencia de Dios, sea de un ser personal, sea, más en general, de una realidad distinta de la cósmica, trascendente. K. Rahner define el ateísmo como negación de la existencia de Dios o de toda posibilidad, no sólo racional, de conocerlo. La diferencia entre ateísmo y agnosticismo no siempre resulta clara; el lenguaje no siempre es preciso. * Ayuno: Es la práctica ascética que consiste en la abstinencia de alimento o bebida, total o parcialmente, durante cierto tiempo. Desde el punto de vista litúrgico, hay que distinguir dos clases de ayuno: el penitencial y el cuasisacramental. El primero tiene la finalidad principal de mortificar el cuerpo como expiación por los pecados cometidos: es el que la iglesia practicaba antiguamente durante la cuaresma y que en la actualidad ha quedado reducido al miércoles de ceniza y al viernes santo: consiste en hacer sólo una comida fuerte al día y, según el canon 1252 del actual CIC, están obligados a él los fieles mayores de edad hasta los cincuenta y nueve años cumplidos. El ayuno cuasisacramental es el que se practica más como preparación y paso a la celebración de un sacramento o de una fiesta litúrgica importante, que como expresión de penitencia. B * Bautismo: El bautismo es el primer sacramento de la iniciación cristiana, que consiste esencialmente en un rito de inmersión o ablución con agua, acompañado por unas palabras que, de un modo u otro, constituyen una profesión de fe en el Dios trinitario revelado por Jesucristo. Por el bautismo, se expresa y realiza el renacimiento espiritual a la vida de hijos de Dios y la incorporación a la iglesia como comunidad de creyentes. El rito bautismal cristiano está emparentado con las diversas y numerosas abluciones practicadas en todas las religiones como signo de purificación interior, y sobre todo lo está con los usos rituales judíos del agua, que tenían diversas significaciones: purificación legal, acción introductoria de un prosélito gentil al pueblo de Israel, penitencia. Pero el gran precedente del bautismo cristiano es el de Juan Bautista, al que el mismo Jesús se sometió. C * Carisma: El término griego carisma significa "don", "regalo"; equivale a "gracia"; a "dádiva"; y a "llamamiento", "vocación". Prácticamente es sinónimo de "funciones" y "actividades". Los carismas son, por consiguiente, los efectos del Espíritu de Dios en el creyente singular, que nunca pueden ser exigidos por el hombre, ni pueden alcanzarse por la recepción de los sacramentos. En su sentido más propio, el carisma se puede definir como la continua vocación concreta (abraza tiempo y eternidad) que se actúa en la comunidad cristiana, la constituye y edifica de manera permanente y está al servicio del prójimo en el amor * Cáritas: Los cristianos deben testimoniar la caridad de la Iglesia, derivada de la caridad de Cristo, como comunidad de amor. Y esto no lo hacen los creyentes porque sólo hay necesidades, sino por mandato del Señor. A lo largo del tiempo, la iglesia ha ejercido su función pastoral caritativa de muy diferentes maneras. La primera ayuda caritativa cristiana nació junto a la eucaristía. Los apóstoles instituyeron pronto a los diáconos como ayudantes del servicio del altar y de los pobres, a saber, de una doble mesa. Pero no se circunscribió la caridad a la propia comunidad, sino que trascendió, por medio de las colectas, a otras iglesias o comunidades pobres. En el mundo actual, la caridad se ha socializado; no son suficientes los esfuerzos individuales. Las ayudas se realizan por instituciones permanentes, organizadas, con subvenciones diversas. Incluso el servicio social se ha convertido en una profesión. Se pretende el bienestar social del prójimo con amor. En el caso de los cristianos, con amor de Dios y el prójimo, con caridad. En el nivel estructural y organizativo es necesario que se restablezca para todos un sistema de previsión social. Fundamentalmente, esto es misión de la autoridad pública. Al mismo tiempo hay un servicio social. La necesidad afecta a la persona entera. Por esta razón depende este servicio de la imagen del hombre que se tiene. Este es el sentido que intenta desarrollar Cáritas como organización católica destinada a fomentar el amor de Dios a través del amor fraterno. * Catecismo: El cambio sufrido por la sociedad europea a finales de la Edad Media, la ignorancia religiosa de la inmensa mayoría de los cristianos y los problemas planteados por la Reforma Protestante, obligan a la Iglesia católica a replantearse su actuación en el campo de la educación de la fe. En estos momentos y como fruto de esa situación hay que situar el nacimiento del catecismo como libro que asegure el aprendizaje de las "verdades que debemos creer, los mandamientos que debemos cumplir y los medios que debemos emplear, los sacramentos, para salvarnos". Estos catecismos son "compendios breves y concisos de la doctrina cristiana, redactados para los simples fieles y para la juventud". Catecismo como institución, lugar donde las personas ignorantes y sencillas (sobre todo niños) son instruidas de forma sistemática en los "rudimentos de la fe y en la obediencia que deben a sus padres". El catecismo, texto e institución, será una de las principales armas del catolicismo para la apremiante renovación eclesial emprendida por el concilio de Trento. Al sentirse la cristiandad católica amenazada en su fe, todos los esfuerzos serán pocos para defender la pureza doctrinal y la ortodoxia más estricta. Una catequesis sistemática y doctrinal necesita un texto donde se encuentren los "saberes necesarios para conseguir la salvación", y un texto necesita un ámbito que asegure unas estructuras y unos métodos para su transmisión. * Catecumenado: Puntos de interés acerca del catecumenado son los siguientes: 1) identidad del mismo; 2) a qué debe iniciar propiamente; 3) aspectos de pedagogía catecumenal; 4) fases o etapas del proceso de iniciación. En su momento de origen, el catecumenado constituyó una actividad pastoral de marcado carácter catequético, por la que se ayudaba a los recién convertidos a pasar de una fe inicial a una fe adulta. Esa intención evangelizadora, y no las derivaciones ritualistas que luego le acompañaron, aparecen hoy como lo más originario de la institución catecumenal. De modo que el catecumenado se entiende actualmente como un proceso de asimilación del mensaje cristiano, orientado a transformar la vida del creyente y marcado por unas etapas que estimulan el crecimiento hacia la madurez cristiana y predisponen poco a poco a una vivencia comunitaria de la fe. Catecúmeno en nuestros días puede ser el que se encuentra en búsqueda, el que decide revisar su manera pasiva de creer y se muestra dispuesto a asumir lo cristiano de una forma mucho más consciente y personal, el que no se cierra en el propio egoísmo o aislamiento, sino que busca el modo de incorporarse a una comunidad cristiana que le impulse a vivir los valores radicales del evangelio de Jesús. * Catedral: La catedral es la iglesia principal de una diócesis, donde tiene su sede o cátedra el obispo. La importancia litúrgica y pastoral de la iglesia catedral fue puesta de relieve por el concilio Vaticano II al insistir en la función del obispo como jefe de todas las comunidades cristianas que forman la iglesia local o particular: "El obispo debe ser considerado como gran sacerdote de su grey, de quien deriva y depende en cierto modo la vida en Cristo de sus fieles. Por eso conviene que todos tengan en gran aprecio la vida litúrgica de la diócesis en torno al obispo, sobre todo en la iglesia catedral, persuadidos de que la principal manifestación de la iglesia se realiza en la participación plena y activa de todo el pueblo santo de Dios en las mismas celebraciones litúrgicas, particularmente en la misma eucaristía, en una misma oración, junto al único altar donde reside el obispo, rodeado de su presbiterio y ministros". Según la legislación vigente, la iglesia catedral debe ser dedicada con rito solemne y el aniversario de dicha dedicación se conmemora festivamente en todas las demás iglesias de la diócesis. * Catequesis: El sustantivo catequesis no aparece en el Nuevo Testamento. Es un término elaborado posteriormente (probablemente en el siglo II) a partir del verbo katechein, que figura en el NT con el significado de informar, instruir... Dicho verbo es utilizado dentro de un contexto significativo en el cual comparecen otros, como enseñar (didaskein), transmitir (paradidomi), conversar (homileim)... La alternancia de katechein con estos verbos nos da una primera orientación sobre el significado cristiano de catequesis. En efecto, todos esos verbos están relacionados con personas que se han adherido al mensaje cristiano. No se trata de personas que por primera vez entran en contacto con la palabra viva de Dios, que es Jesucristo. Cuando se trata de estos destinatarios, el NT echa mano de otros verbos como evangelizar, anunciar, proclamar, dar testimonio... * Catolicidad: La catolicidad es una propiedad esencial y característica de la única y verdadera iglesia de Cristo. Y significa dos cosas: en primer lugar, que la iglesia está abierta, y tiene que seguir estándolo, a todos los hombres sin límite alguno espacial o temporal hasta el final de la historia, de tal manera que pueda decirse obligatoria para todos; en segundo lugar, significa también que la iglesia de Cristo está en posesión de la plenitud de la revelación de Dios a los hombres. * Catolicismo: Los términos católico y catolicismo proceden del adverbio griego kaz´olou, cuyo significado es, en general, universal, lo referido al todo. Con la palabra kaz-olon, Aristóteles se refiere a las proposiciones universales. Para Zenón, son católicos (kazoliká) los principios universales. El sentido de católica va ampliándose hasta significar extendida por toda la tierra (catolicidad geográfica) y la más numerosa (catolicidad numérica). Es católico, afirmará Vicente de Lérins, "lo que ha sido creído en todas partes, siempre y por todos". * Celebración: Celebrar procede de célebre o notable. Equivale a destacar, poner de relieve o festejar algo de la vida ordinaria. La celebración es una acción global y simbólica que se lleva a cabo por medio de actitudes, gestos y palabras para poner de manifiesto una realidad invisible e importante: un año nuevo, un aniversario, un acontecimiento nacional, un evento familiar, un hecho religioso. En la celebración se condensa el sentido de la fiesta, al romper con lo cotidiano y dar vida a lo fundamental. Al consagrar el tiempo a lo que es importante (la familia, la amistad, la vida personal, la fe, la patria, etc.), el hombre no se contenta con contemplar esas realidades, sino que toma conciencia de las mismas. En la celebración es importante el pasado, pero siempre de cara a un futuro. Precisamente la celebración hace existir lo que se celebra: una realidad invisible, el sentido profundo de la vida, un determinado modo de vivir, si no fuesen celebradas, ciertas realidades terminarían por no existir. * Clérigo: El término kléros, de donde provienen clero y clérigo, significa suerte o parte que se obtiene por suerte. Orígenes emplea el término para referirse a los servidores eclesiásticos a diferencia de los laicos, siendo éste el significado que se impondrá al final. La palabra latina clerus es utilizada por Tertuliano con ese mismo significado, si bien conserva también el sentido original de suerte. * Código: El término derecho, tomado en sentido objetivo, significa aquello que es debido a otro como suyo y, por tanto, que es objeto de la justicia entendido como virtud ("orden del amor") al otro en cuanto otro, es decir, en cuanto distinto, pero relacionado interpersonalmente con el primero. En sentido subjetivo, derecho es la relación misma intersubjetiva recíproca y justa en la que se da la inviolable autonomía de la persona entre personas, siendo, por tanto, la facultad ética de obrar de cada persona frente a otras personas con las que se está en una relación intersubjetiva. Por una clara metonimia, el derecho objetivo pasó a significar también la regla o norma del derecho, la ley o conjunto de leyes, que cuando forma un cuerpo sistemáticamente ordenado y promulgado por la suprema autoridad pública recibe el nombre de código. Esta reunión orgánica de leyes, si se trata de leyes eclesiásticas, recibe el nombre de canónico. * Colegio episcopal: La teología de la colegialidad de los obispos ha sido una de las grandes aportaciones del Vaticano II. El término mismo es poco frecuente en la tradición, pero no lo es su contenido. Refleja el carácter corporativo de los apóstoles, así como el de todos los obispos que forman un colegio episcopal cuyo presidente es el obispo de Roma. El concilio ecuménico ha sido en la tradición la forma más plena la colegialidad episcopal, pero ésta tiene una amplia base en el marco de una eclesiología de comunión: la consagración de los obispos por los de las iglesias vecinas, el intercambio de cartas y de medidas disciplinares o de excomunión, los sínodos provinciales o regionales, la preocupación misionera universal de cada obispo, la estructura misma de los patriarcados y de las agrupaciones nacionales son el reflejo de la comunión de la iglesia en la que se basa la colegialidad episcopal. * Comisión diocesana de pastoral: Las comisiones diocesanas de pastoral son organismos ejecutivos, de naturaleza permanente en cuanto a su institución, personas y actividad, que llevan a cabo la acción pastoral de la iglesia local, bajo la dirección del obispo y de los consejos diocesanos. El "motu proprio" Ecclesiae sanctae afirma que "con objeto de conseguir realmente el fin del consejo pastoral, es conveniente que un estudio previo preceda a los trabajos en común, con la ayuda, si el caso lo requiere, de las instituciones u oficinas que trabajen para ese fin". Esta coordinación quedará garantizada si los directores de secretariados y comisiones de pastoral, a quienes puede suponerse, con razón, técnicos o especialistas en sus respectivos campos de la acción pastoral, son designados miembros del consejo de pastoral, para que este organismo tenga suficiente asesoramiento cualificado. Las comisiones de pastoral puedes ser coordinadas por una secretaría técnica o centro diocesano, que, a su vez, recoge las consultas del consejo de pastoral. Este centro diocesano es en realidad un "centro de acción pastoral", como lugar en donde se establece el contacto entre la línea horizontal de las comisiones y la vertical del obispo, vicario y consejo presbiteral. * Comunidades de base: Las expresiones comunidad (eclesial) de base, comunidades cristianas populares, iglesia popular y otras similares remiten a unos de los fenómenos eclesiales recientes más significativos, que nace, se desarrolla y se expande cualitativa y cuantitativamente en toda la iglesia como una concreción creativa de la eclesiología comunitaria, participativa e igualitaria del Vaticano II y como una realización práctica de la revolución eclesiológica promovida y alentada por los obispos de todo el mundo durante el concilio. Dentro de la heterogeneidad que presentan las comunidades de base en el conjunto de la iglesia, debido sobre todo a sus diferentes contextos culturales y a sus planteamientos teológicos, podemos destacar los siguientes rasgos generales que las identifican: son grupos eclesiales formados por creyentes pertenecientes a las capas populares o medias de la sociedad o que han hecho una opción incondicional por los pobres; con un número reducido de miembros (por lo general, no más de cuarenta) al objeto de posibilitar unas relaciones interpersonales estrechas, como base para la vivencia de la hermandad en plenitud; relativamente homogéneos en su interpretación del evangelio (lectura liberadora y subversiva) y en sus opciones socio-políticas (de izquierda); siguen un proceso comunitario de educación en la fe en tres etapas: a) etapa precatecumenal o de iniciación, tendente a suscitar una fe adulta y personalizada y a provocar una primera conversión a los valores del reino; b) etapa catecumenal, orientada a la profundización en la fe, tanto en el plano teórico como en el de la praxis; c) etapa propiamente comunitaria, caracterizada por la solidaridad, el compartir y la vivencia en común del ser cristiano en todas sus dimensiones. * Comunión: En el documento final del II Sínodo extraordinario de los obispos de 1985 se afirma que "la eclesiología de comunión es una idea central y fundamental en los documentos del Concilio", idea que se deriva de la noción de la iglesia como pueblo de Dios y sacramento de salvación para el mundo. El término comunión traduce la palabra griega koinonia, que equivale asimismo a solidaridad. Procede del verbo "poner en común". Es comunión fraterna de bienes y de afectos; en definitiva, es un modo comunitario de participar y de compartir la unión y la caridad de Cristo. Lo que caracteriza a la comunión cristiana es el "tomar parte activamente". De un lado, se da una comunión por medios de la fe y los sacramentos de la fe. De otro, se manifiesta un "vínculo de unión" entre todos los miembros de la comunidad cristiana. La koinonía es, pues, comunión con Dios y comunión de la iglesia y de las iglesias particulares, que se realiza mediante la comunión en el testimonio del evangelio (martyria), en el servicio al mundo (diakonia), en la doxología dada Dios (leitourgia) y en el ser y el vivir juntos (koinonia). * Concilio: Con el Vaticano II ha cobrado nueva conciencia en la iglesia la importancia del concilio como expresión de una eclesiología de comunión. La sinodalidad de la iglesia y la larga tradición de concilios particulares, nacionales y ecuménicos parecía haber llegado a su fin tras la promulgación de la infalibilidad papal. Pero los concilios no son sólo reuniones de obispos en lo que se definen dogmas, sino que representan la colegialidad y corresponsabilidad de todos los obispos en la iglesia universal, así como la interrelación de todas las iglesias. El concilio ecuménico congrega a toda la iglesia y usualmente es convocado por el Papa, aunque basta con que éste lo asuma y acepte sus decisiones con toda la iglesia universal para que sea ecuménico. Para la tradición de la iglesia ortodoxa sólo hay siete grandes concilios ecuménicos, que son los del primer milenio antes de la división. Los otros concilios que los católicos llamamos ecuménicos (incluido el Vaticano II) serían sólo sínodos generales de la iglesia latina o de occidente, que expresan una iglesia dividida. Actualmente entre los católicos crece el deseo de un concilio ecuménico que reúna a todas las iglesias cristianas. * Conferencia episcopal: La conferencia episcopal, nueva figura creada por el Código, es una institución permanente formada por la asamblea de todos los obispos de una nación o territorio determinado, los cuales ejercen unidos algunas funciones pastorales, para promover el mayor bien que la iglesia ofrece a los hombres, principalmente mediante formas de apostolado, convenientemente acomodadas a las diversas circunstancias de tiempo y lugar. La conferencia episcopal es, generalmente, de ámbito nacional, aunque la Santa Sede, oídos los obispos diocesanos interesados, puede erigir una conferencia de ámbito mayor o menor. * Confirmación: La confirmación es el segundo sacramento de la iniciación cristiana, que se confiere por la unción del crisma en la frente hecha por la imposición de la mano, acompañada de las palabras prescritas en los libros litúrgicos, las cuales, en el rito romano, después de la reforma del concilio Vaticano II, son: "Recibe por esta señal el don del Espíritu Santo". La confirmación imprime carácter, no es reiterable y sus efectos principales consisten en un enriquecimiento del don del Espíritu Santo y una vinculación más perfecta con la iglesia, de modo que el bautizado-confirmado queda destinado a ser testigo de Cristo y a difundir y defender la fe. * Congregación: Ateniéndose con rigor a la nueva terminología del Código, el término congregación queda exclusivamente reservado a las "congregaciones monásticas ", tanto masculinas como femeninas. Se explica, en parte, esta exclusividad significativa, porque, ya desde hacía mucho tiempo, los monjes insistían en no quedar sometidos al derecho común del Código. Este deseo contribuyó eficazmente a la nueva concepción tipológica del mismo, en la que el criterio principal de distinción, y como la diferencia específica de los institutos, es el carisma peculiar de cada uno, favoreciéndose así el derecho particular y una enriquecedora autonomía. La congregación monástica es un verdadero instituto religioso, en sentido genérico, cuyos miembros, según las tradiciones propias de cada instituto, mediante la conversión de las costumbres, llevan una vida cenobítica, en la obra de Dios y en el trabajo, consagrados a la búsqueda de sólo Dios y de su reino, por medio de la contemplación de las cosas divinas y la caridad fraterna. * Consagración: En su acepción litúrgica, consagración es la destinación exclusiva de personas, lugares o cosas al culto divino, con lo que tales personas, lugares o cosas se convierten en sagradas. El acto de consagración puede adoptar diversas modalidades, pero siempre contiene un elemento de separación del uso profano y otro de dedicación a la esfera de lo sagrado. * Consejo diocesano de pastoral: El consejo diocesano de pastoral surgió de las decisiones contenidas en el decreto conciliar Christus Dominus y en el "motu proprio" Ecclesiae sanctae. El episcopado español dio unas "normas orientadoras" en 1966. se sitúa este consejo en el interior de la curia diocesana, con la finalidad de "estudiar todo lo referente al trabajo pastoral, sopesarlo y sacar las conclusiones prácticas, con objeto de promover la conformidad de la vida y actos del pueblo de Dios con el evangelio. A diferencia del consejo presbiteral, que es "preceptivo" o imperado, el de pastoral es "recomendado", aunque con todo encarecimiento. También se diferencian estos dos consejos en su "justificación teológica", ya que el de pastoral se fundamenta en la unidad del pueblo de Dios en virtud del bautismo, mientras que el presbiteral se basa en la unidad de ordenación de los presbíteros por el sacramento de orden. Asimismo, es distinto el "fin" de estos consejos. El consejo presbiteral ayuda al obispo, mediante sus consejos, en el gobierno de la diócesis; el consejo pastoral es un organismo técnico-consultivo, cuya actividad se limita al trabajo pastoral, con exclusión de su participación en el gobierno de la diócesis. Finalmente, tienen una "estructura", diferente, al ser más unitario el presbiteral y más variado en su organización el de pastoral * Consejo parroquial: El consejo parroquial es un grupo de feligreses, elegidos en representación de la comunidad parroquial para ayudar al párroco, como corresponsables, en el ministerio pastoral. De ordinario son militantes (entre 10 y 25) que se reúnen periódicamente para analizar los asuntos de la parroquia, fomentar la participación de todos los feligreses y llevar a cabo, en la práctica, el proyecto pastoral. Es un órgano permanente, representativo, consultivo, de estudio y de ayuda al párroco y a la comunidad. Sus funciones principales residen en conocer la realidad a evangelizar, programar la acción pastoral y revisar lo programado y realizado. * Consejo presbiteral: La constitución y funcionalidad del consejo presbiteral aparece en los decretos conciliares Christus Dominus, Presbyterorum ordinis y en el motu proprio Ecclesiae sanctae. El Concilio decide que "se constituya, de manera acomodada a las circunstancias y necesidades actuales, en la forma y norma que determine el derecho, una junta o senado de sacerdotes que representen al colegio presbiteral, cuyo fin sea ayudar eficazmente con sus consejos al obispo en el gobierno de la diócesis". Con esta decisión, el Concilio restauró una institución de la iglesia primitiva, en la cual los presbíteros formaban un colegio, a modo de senado, para ayudar al obispo, primer responsable del ministerio diocesano. La necesidad del consejo presbiteral es obvia en nuestra situación actual, ya que en toda diócesis es necesario un grupo restringido de presbíteros, en representación de todo el clero, que colabore con el obispo en el "régimen de la diócesis", mediante un coloquio y diálogo en común. Así se evitan excesivos personalismos, del obispo o del vicario. * Conversión: He aquí una palabra que pertenece al vocabulario cristiano y que es difícil encontrar en otro contexto diverso. El lenguaje cristiano tendrá que estudiar hasta qué punto es positivo mantener estas peculiaridades lingüísticas. Porque la conversión, en cuanto realidad, es también realidad humana. La referencia más universal para indicar la conversión es el cambio. Convertirse es cambiar, ser distinto y actuar de manera diversa. La tonalidad de este cambio depende del adjetivo que se le ponga. La conversión implica siempre como primer paso el conocimiento de la realidad a convertir. Podemos decir que implica el conocimiento personal. Y el conocimiento personal comprende el dominio del entramado complejísimo de los mecanismos de la persona. Hay muy pocos que se conozcan a sí mismos, con lo que la conversión queda ya imposibilitada. * Credo: El Credo es un texto que permite a los cristianos agruparse como comunidad creyente. Expresa una experiencia de fe, singular y a la vez individual, en una fórmula común cuyo efecto es la confesión eclesial en el misterio de Dios, revelado por Jesucristo en el Espíritu Santo. El Credo es un texto escrito en primera persona del singular. Pero esta primera persona del singular presupone una comunidad o, mejor, tiene siempre una dimensión social, como lo atestiguan las expresiones "nuestro Señor", "Santa iglesia católica", "comunión de los santos". Este contexto supone el paso de un sujeto singular a un sujeto creyente. Pero este sujeto no vive independientemente de la sociedad en la cual aprende a recitar el Credo. Así, en nuestro texto lo individual y lo social están inseparablemente vinculados. * Cristiandad: La palabra cristiandad designa el conjunto de una sociedad civil cuando ésta se identifica jurídica y sociológicamente con la iglesia cristiana y sus cuadros. El inicio de la cristiandad puede fecharse a partir del año 313, cuando el emperador Constantino I, con el Edicto de Milán, ordenó el cese a las persecuciones a la iglesia, a la cual le concedió el rango de religión lícita. Posteriormente, el emperador Teodosio hizo del cristianismo la religión del Estado. Desde entonces, para ser ciudadano de primera clase en el imperio romano había que profesar la fe cristiana. * Cristianismo: Cristianismo es la doctrina profesada por los cristianos. Ahora bien, este nombre tuvo su origen en Antioquia de Siria, donde por primera vez los discípulos de Jesús de Nazareth fueron llamados "cristianos". Y hemos de suponer que el adjetivo les provino más bien desde fuera, quizá de la misma administración romana que se vio en la necesidad de delimitar a aquel grupo de judíos que se diferenciaban notablemente del resto de sus connacionales. Por eso, el cristianismo no es más que la postura de lo que siguen a Jesús de Nazareth. * Cristología: Parece que la palabra cristología apareció por primera vez en Alemania en el segundo decenio del siglo XIX y su uso fue generalizándose progresivamente a partir de la segunda mitad del mismo siglo, tanto en la teología católica como en la protestante, para designar la doctrina sobre la persona y obra de Jesús. La cristología es la respuesta de los creyentes a la pregunta "quién es Jesús". La profesión de fe "Jesús es el Cristo", constituye, como observa Kasper, la síntesis de la fe cristiana, y la cristología no es otra cosa que la exposición o reflexión sistemática y metódicamente articulada sobre esa profesión, sobre el significado de Jesús y de la fe en Él. * Cruz: La cruz constituye, junto con la resurrección, el núcleo central del misterio pascual y, por ende, del cristianismo. Este posee una carácter estaurocéntrico (staurós = cruz) que no puede minusvalorarse. Pero la cruz resulta, al mismo tiempo, una de las realidades más paradójicas de nuestra fe. Como ya recordara Pablo a los cristianos de Corinto, predicar a un Mesías crucificado venía a ser escándalo para los judíos y locura para los griegos, ya que la cruz representaba el fracaso más estruendoso y definitivo de quien, a sus ojos, tenía la pretensión de liberar al pueblo de las cadenas de la opresión. Precisamente para eliminar o al menos atenuar lo que es escandaloso, trágico y brutal tenía la cruz de Cristo surgen desde muy pronto, y se suceden a lo largo de la historia del cristianismo, explicaciones teológicas que se esfuerzan por hacer coherente y racional el hecho de la cruz. Citemos, entre ellas: la teología del rescate, del sacrificio, de la satisfacción vicaria, de la inmolación y de la sustitución penal, que tanto arraigo han tenido en la reflexión teológica, en la vida cristiana y en la espiritualidad. En este esfuerzo por hacer comprensible racionalmente el misterio de la cruz apenas mostró interés por el acontecimiento histórico, salvo en su detalles más anecdóticos. Su principal preocupación era demostrar la necesidad de la muerte de Cristo como paso obligado para llegar a la reconciliación de la humanidad pecadora con Dios. Difícilmente encontramos en esas teologías referencias a la liberación. Por ello, se ha llegado a afirmar, y no sin razón, que "muchas de las teologías de la cruz han desempeñado el papel de una ideología". * Cuaresma: La fiesta de la pascua es la cima o momento crucial del año litúrgico, que exige una preparación (la cuaresma) y una prolongación (la cincuentena pascual). La cuaresma, como preparación de la pascua cristiana, se desarrolló poco a poco, resultado de un proceso en el que intervinieron tres componentes: la preparación de los catecúmenos al bautismo en la vigilia pascual, la reconciliación de los penitentes públicos para vivir con la comunidad el triduo pascual y la preparación de toda la comunidad a la gran fiesta de la pascua. * Cuerpo de Cristo: La gran afirmación de san Pablo sobre la iglesia es que ésta constituye y es el cuerpo de Cristo. De tal manera que, a partir de esta metáfora del cuerpo, es como Pablo entiende a la iglesia y la vida de los creyentes en el cuerpo eclesial. En la carta a los Romanos, cuando Pablo exhorta a los cristianos para que se mantengan en la unidad, les recuerda esta idea: de la misma manera que los miembros del cuerpo, siendo muchos, permanecen unidos, así también debe ocurrir con los creyentes en la comunidad eclesial. Todo esto quiere decir que los textos que se refieren a la teología del cuerpo de Cristo son textos de exhortación, en los que se recuerda a los cristianos sus deberes y obligaciones, para que permanezcan en la fe, en la unidad, en el compromiso cristiano. Por tanto, no se trata de textos puramente doctrinales, en los que se expone una teoría abstracta sobre la iglesia. Por otra parte, parece bastante claro que Pablo tomó la metáfora del cuerpo de la literatura de su tiempo, tanto latina como griega. Ahora bien, en aquella literatura, se quería expresar, mediante la metáfora del cuerpo, la unidad, el orden y la armonía que debían reinar entre todos los ciudadanos. Por tanto, la metáfora del cuerpo quiere expresar algo muy concreto. Se refiere a las relaciones de unos creyentes para con otros. Y quiere decir que en la iglesia cada miembro tiene su papel y su carisma, pero de tal manera que todos tienen que mirar por el bien de los demás. * Culto: Las palabras de Jesús a la samaritana: "Se acerca la hora, ya está aquí, en que los que quieran dar culto verdadero adorarán al Padre en espíritu y en verdad" muestran el culto cristiano como algo radicalmente nuevo, en relación no sólo con el culto religioso natural, sino también con el culto judío. Si el culto religioso es el conjunto de actos por los cuales los hombres, individual y colectivamente, intentan expresar sus relaciones con la divinidad, y si el culto del pueblo judío estaba destinado sobre todo a conmemorar ritualmente los acontecimientos salvadores de su historia, el culto cristiano se centra en la actitud, penetrada del Espíritu de verdad, con la que Jesús se dirigía a su Padre, actitud de la que participan cuantos creen en Él. * Cura de almas: La expresión cura de almas, traducción del latín cura animarum, equivale a acción pastoral, con la particularidad de estar gravada por un espiritualismo platónico, en el sentido de tratarse de un cuidado de las almas (no de las personas) de cara al pecado y a la gracia, en la perspectiva de las postrimerías: muerte, juicio, infierno y gloria, para la salvación. Por otra parte, el primer término de aquella expresión, a saber, la palabra cura, ha llegado a designar al sacerdote, encargado como guía o guardián de las almas. Los medios salvadores de esta concepción pastoral han sido entendidos únicamente como medios espirituales, dentro del campo de lo litúrgico, devocional o sacramental. Así se explica la obsesión de los sacerdotes por bautizar cuanto antes a infantes sin uso de razón y por administrar la extremaunción a moribundos que han perdido la razón. * Cura: Bajo este título tratamos de la Curia romana y de la Curia diocesana. En cuanto a la Curia romana, el nuevo Código apenas la trata. Es, sin embargo, uno de los organismos más importantes y complejos, que constituye la lunga manus del Romano Pontífice. Siempre intentando reformarse, de hecho sigue rigiéndose por la carta apostólica Regimini Ecclesiae Universae de Pablo VI. Fue siempre una especie de rompecabezas el saber cuántos y cuáles eran los organismos de la Curia Romana. Según el canon 360, la Curia consta de la Secretaría de Estado o papal, del Consejo para los asuntos públicos de la iglesia, de las congregaciones, tribunales "y de otras instituciones..."La Curia diocesana consta de aquellos organismos y personas que colaboran con el obispo en el gobierno de toda la diócesis, principalmente en la dirección de la actividad pastoral, en la administración de la diócesis, así como en el ejercicio de la potestad judicial. D * Desacralización: El término desacralización significa etimológicamente, pérdida por parte de algo de su carácter sagrado. En sociología de la cultura, el término "desacralización del mundo" alude al creciente proceso de racionalización de las sociedades modernas, que invade todas las esferas de la existencia. Conduce a la diferenciación de distintas áreas sociales (económicas, política, estética), cada una de ellas dotada de su específica racionalidad. El resultado final sería la pérdida del carácter numinoso (o sacro) que a ciertas realidades mundanas se les atribuía en sociedades tradicionales: el mundo queda desmitificado, como mero objeto de manipulación técnica en las manos del hombre. * Descristianización: el término descristianización, frecuentemente usado en el lenguaje religioso para caracterizar fenómenos sociales, encierra considerables ambigüedades. Su significado inmediato alude a tendencias en una sociedad o en una cultura, que implicarían una disminución de sus previos contenidos cristianos. Va ligado a otros procesos como los de desacralización, secularización y laicización, que acompañan las sociedades modernas; pero no se identifica con ellos. De ahí provienen, en parte, sus ambigüedades. * Devoción: Devoción, palabra derivada de devovere (ofrecer, consagrar), significa en primer lugar la disposición y diligencia en servir a Dios en la alabanza, el culto y la oración, y su sentido coincide casi con el de piedad: en definitiva, es el amor de caridad con que el hombre se adhiere a Dios, manifestado de un modo especial en la dedicación constante y sincera a los actos de culto. En este sentido teológico y profundo, la devoción es una actitud espiritual necesaria para todo cristiano, ya que el último fin de la vida cristiana es la glorificación de Dios. Otra cosa hay que decir de las devociones (en plural). Consisten en las diversas prácticas religiosas de tipo particular, orientadas a honrar un objeto religiosamente determinado, de acuerdo con las preferencias del individuo devoto. Así se puede hablar de devoción al Señor, al sagrado Corazón de Jesús, a la eucaristía, a María, a un santo determinado, al rosario, a la cruz, etc. Muchas de estas devociones son recomendadas e incluso alentadas por la iglesia, pero nunca se imponen de un modo obligatorio, como si fueran imprescindibles para la vida cristiana. * Diaconado: El término diácono significa el que sirve a la mesa o servidor. En san Pablo equivale al servidor de Dios o de la comunidad. Finalmente, se llamará diácono al que ejerce un determinado ministerio en la comunidad, es decir, a quien desarrolla un servicio en pro de los hermanos y de los hombres o de la solidaridad. El diaconado fue desde el comienzo de la iglesia un servicio especial caracterizado por la ayuda en el culto, la asistencia a los pobres y la dirección de la comunidad. Dicho de otro modo, el cristianismo evangélico puso el acento en la diaconía y en la liturgia, al utilizar tanto el verbo diakoneo como leitourgeo, pero sin oponerlos, ya que lo decisivo es el servicio a los hermanos a partir del altar, y la liturgia es una diaconía. Muy pronto el sacramento del orden se dividió en tres ministerios ordenados: episcopado, presbiterado y diaconado. El diaconado fue importante mientras consistió en un servicio personal a los hermanos desde la eucaristía. Los diáconos primitivos suplían a los presbíteros en la celebración de algunos sacramentos, enseñaban al pueblo y administraban los bienes de la iglesia. * Diócesis: Las diócesis son los territorios que están confiados al gobierno de cada obispo. De hecho, es un término utilizado en el Derecho Canónico para designar la jurisdicción de un obispo. Actualmente, el nuevo código define a la diócesis como iglesias particulares, renovando la vieja terminología de la iglesia antigua que identificaba el concepto de iglesia local o particular con el de diócesis. Sin embargo, en el nuevo código también se habla de la diócesis como de "una porción del pueblo de Dios" confiada a un obispo, con lo que se distancia de la eclesiología universal de comunión y se mantiene una visión jurídico-administrativa desde una perspectiva de monarquía papal. * Directorios de pastoral: El Vaticano II decretó la elaboración de "directorios generales sobre la cura de almas, para uso de los obispos y párrocos, de forma que se les propongan métodos determinados para el más fácil y adecuado ejercicio de su cargo pastoral". Señaló asimismo, la importancia de dos directorios pastorales: el dirigido "grupos especiales de fieles" y el destinado a la "instrucción catequética del pueblo". Los directorios de pastoral son documentos redactados por alguna congregación o comisión de pastoral (continental, nacional o diocesana) y autorizados por los obispos, que regulan, coordinan y estimulan una actividad concreta pastoral en toda la iglesia, en un país, en una región o en una diócesis. * Doctor: Se denomina doctor a quien tiene aptitud para enseñar y le es reconocida oficialmente (del latín docere). En la antigüedad judía se encuentra el "doctor de la ley", que tenía una triple función: establecimiento y conservación del derecho; enseñanza y formación de escuelas de juristas; interpretación y aplicación de la ley en el ámbito judicial. El título de doctor de la iglesia es dado oficialmente a los escritores eclesiásticos que han sobresalido por la santidad de vida, la pureza en la ortodoxia y la calidad de su ciencia. Los doctores se distinguen de los padres de la iglesia, aunque los dos títulos coinciden en muchos de los personajes que vivieron en los primeros siglos. Los doctores constituyen con los padres dos variedades, similares pero diferentes, de testigos de la doctrina. Sus escritos son documentos de la tradición. Pero debe observarse que a la expresión de la creencia común se mezcla una parte de pensamiento personal: no toda palabra de un doctor de la iglesia es palabra de la iglesia. Compete al historiador del dogma y de la teología discernir lo que es una opinión personal o una infiltración de corrientes ideológicas no tradicionales. * Dogma: La palabra dogma procede del verbo griego dokein, cuyo significado es doble: a) creer, opinar; b) decidir. Ello dio lugar a los dos sentidos que tenía en la antigüedad: en el plano filosófico, opinión doctrinal de una escuela filosófica o de un filósofo; en el plano político, orden, decreto, disposición dictada por la autoridad legítima. Los Padres Apostólicos aplican el término dogma a la enseñanza de Jesús y de los apóstoles y a la doctrina revelada del evangelio. El dogma vendría a designar la obligatoriedad de las palabras de Jesús en la praxis de los cristianos. * Domingo: A pesar de que la unidad fundamental del tiempo, el día, es de origen solar, la ordenación primitiva del tiempo procede de la luna. Los antiguos advirtieron que del novilunio o luna llena hasta su oscurecimiento o desaparición transcurren 28 ó 29 días con cuatro fases. Cada fase de siete días o una semana es de origen antiquísimo, indo-iranio o sumerio-babilónico. Probablemente en Ur de Caldea, patria de Abrahán, había una religión lunar. La semana judía de siete días y el sábado, como día de descanso y de culto, son antiguos. Para fundamentar teológicamente el sábado, que ya existía, se afirma en el Génesis que Dios creó el mundo en seis días, y que el séptimo descansó. El descanso sabático fue estipulado para que los trabajadores (y los esclavos, si los había) tuvieran un día libre, de reposo y de liberación. El culto significaba dedicar ese mismo día a Yahvé. Por otra parte en la antigüedad griega y romana se conocían los nombres de los siete planetas o satélites de la tierra, considerada centro del universo. Estos siete nombres eran de dioses y se aplicaron a los días de la semana a comienzos del s. III a. C. Saturno, día de descanso, fue llamado sábat por los rabinos judíos. Fuente: "Diccionario abreviado de pastoral" (extractos), Casiano Floristán y Juan José Tamayo. Edit. Verbo Divino |
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