La ruta ignaciana
1.-La Cueva. Es el lugar donde, según la tradición, Ignacio escribió los Ejercicios Espirituales. Preside el espacio el retablo de Joan Grau (siglo XVII), uno de los más destacados escultores barrocos manresanos. Contiene también una serie de medallones, obra de Josep Sunyer. El espacio que cruzaremos para llegar a la Cueva es uno de los más ricos en decoración: mosaicos, estucos, vitrales... y una escultura de bronce de Josep Llimona. El museo contiene una serie de objetos relacionados con la vida del santo: pinturas, relieves y objetos de devoción. Merecen una especial atención varias pinturas anónimas del siglo XVIII. También se proyecta un audiovisual que sitúa a San Ignacio en su época y explica su vida, obra e influencia. La iglesia se edificó a partir de 1759 siguiendo el estilo barroco, propio de la arquitectura jesuítica. De la decoración interior (1864) destaca el altar mayor con la Santísima Trinidad, con la curiosidad que el Espíritu Santo aparece representado por una paloma negra posada encima de la esfera del mundo. Debajo se encuentra la Virgen de la Inmaculada y, a los lados, las imágenes de San Ignacio y San Francisco Javier. En las columnas laterales se encuentran imágenes de santos de la Compañía de Jesús, obra del escultor Flotats. El coro y las tribunas son molduras doradas. En el exterior de la fachada principal aparece el escudo es España sobre la cruz de Santiago y la estatua de san Ignacio peregrino. La lateral se halla decorada con 26 ángeles y 24 personajes históricos.
2.-Antiguo Hospital de Santa Lucía (Capilla del Rapto). Del siglo XIII, es el primer lugar donde se alojó Ignacio en Manresa. En este lugar tuvo un rapto místico durante el cual estuvo ocho días como muerto. La repercusión de este hecho fue tal que muy pronto -el 1564-, el vestíbulo del hospital se convirtió en centro de culto y capilla. En 1625, la habitación se transformó en la Capilla del Rapto, anexa a la iglesia de Santa Lucía, reconstruida el 1948.
3.-El Pont Vell es un puente medieval que ha sufrido varias reconstrucciones. Paso obligado para llegar a Montserrat y, por tanto, uno de los primeros monumento que pisó el santo y por el cual debía pasar en sus idas y venidas hacia la Ermita de la Guía.
4.-El Pou de la Gallina, situado en la calle Sobrerroca, este pozo recuerda un milagro obrado por intercesión de San Ignacio en 1602. Las crónicas hablan de una niña, de nombre Inés, de 14 años, a quien su madrastra le había encargado que no dejara de vigilar a una gallina que, por los motivos que fueran, cayó en el pozo, donde se habría ahogado. La niña se salvó del genio de su madrastra cuando, por iniciativa de los presentes, acudieron en plegaria a San Ignacio y se rescató viva a la gallina. Al lado de este pozo, se erigió (s. XVIII) una capilla presidida por un cuadro sobre este hecho.
5.-La Casa Amigant y Capilla de San Ignacio enfermo. San Ignacio enfermó en Manresa dos veces. En ambas ocasiones fue acogido por la familia Amigant que tenía una casa apta para atender enfermos. Para recordar la habitación que ocupó este ilustre enfermo, la familia construyó una capilla inaugurada en 1703. Cerrada al público, el escudo nobiliario de la familia aparece en la fachada principal.