¡Dios te salve María!
 



 

 

 

Rita de Cascia, la santa de lo imposible

Autor: www.corazones.org

 

Al morir santa Rita la celda se ilumina y las campanas tañen solas

 

Fue una hija obediente, esposa fiel, esposa maltratada, madre, viuda, religiosa,

estigmatizada y santa incorrupta. Santa Rita lo experimentó todo pero llegó a la

santidad porque en su corazón reinaba Jesucristo.

 

Nació en Mayo del año 1381, un año después de la muerte de Santa Catalina

de Siena. La casa natal de Santa Rita está cerca del pueblito de Cascia, entre

las montañas, a unas 40 millas de Asís, en la Umbría, región del centro de Italia

que  quizás  más  santos  ha  dado  a  la  Iglesia  (San  Benito,  Santa  Escolástica,

San  Francisco,  Santa  Clara,  Santa  Angela,  San  Gabriel,  Santa  Clara  de

Montefalco, San Valentín y muchísimos más).

 

Su  vida  comenzó  en  tiempo  de  guerras,  terremotos,  conquistas  y  rebeliones.

Países invadían a países, ciudades atacaban a ciudades cercanas, vecinos se

peleaban con los vecinos, hermano contra hermano. Los problemas del mundo

parecían mas grandes que lo que la política y los gobiernos pudieran resolver.

 

Nacida de devotos padres, Antonio Mancini y Amata Ferri a los que se conocía

como  los  "Pacificadores  de  Jesucristo",  pues  los  llamaban  para  apaciguar

peleas entre vecinos. Ellos no necesitaban discursos poderosos ni discusiones

diplomáticas, solo necesitaban el Santo Nombre de Jesús, su perdón hacia los

que  lo  crucificaron  y  la  paz  que  trajo  al  corazón  del  hombre.  Sabían  que  solo

así se pueden apaciguar las almas.

 

 

Las abejas

 

Parecía  que  desde  el  primer  momento  de  su  nacimiento  Dios  tenía  designios

especiales  para  Rita.  Según  una  tradición,  desde  que  era  bebé,  mientras

dormía en una cesta, abejas blancas se agrupaban sobre su boca, depositando

en ella la dulce miel sin hacerle daño y sin que la niña llorara para alertar a sus

padres.  Uno  de  los  campesinos,  viendo  lo  que  ocurría  trató  de  dispersar  las

abejas con su brazo herido. Su brazo se sanó inmediatamente.

 

Después  de  200  años  de  la  muerte  de  Santa  Rita,  algo  extraño  ocurrió  en  el

monasterio  de  Cascia.  Las  abejas  blancas  surgían  de  las  paredes  del

monasterio durante Semana Santa de cada año y permanecían hasta la fiesta

de  Santa  Rita,  el  22  de  Mayo,  cuando  retornaban  a  la  inactividad  hasta  la

Semana  Santa  del  próximo  año.  El  Papa  Urbano  VIII,  sabiendo  lo  de  las

misteriosas abejas pidió que una de ellas le fuera llevada a Roma. Después de

un cuidadoso examen, le ató un hilo de seda y la dejó libre. Esta se descubrió

mas  tarde  en  su  nido  en  el  monasterio  de  Cascia,  a  138  kilómetros  de

distancia.  Los  huecos  en  la  pared,  donde  las  abejas  tradicionalmente

permanecen  hasta  el  siguiente  año,  pueden  ser  vistos  claramente  por  los

peregrinos que llegan hoy al Monasterio.


 

 

 

 

 

Matrimonio

 

Sus padres, sin haber aprendido a leer o escribir, enseñaron a Rita desde niña

todo acerca de Jesús, la Virgen María y los más conocidos santos. Rita, al igual

que Santa Catalina de Siena nunca fue a la escuela a aprender a escribir o a

leer.  Santa  Catalina le  fue  dada  la  gracia  de  leer  milagrosamente  por  nuestro

Señor Jesucristo, para santa Rita su único libro era el Crucifijo.

 

Ella  quería  ser  religiosa  toda  su  vida,  pero  sus  padres,  Antonio  y  Amata,

avanzados  ya en  edad,  escogieron  para  ella  un  esposo,  Paolo Ferdinando,  lo

cual no fue una decisión muy sabia. Pero Rita obedeció. Quiso Dios así darnos

en  ella  el  ejemplo  de  una  admirable  esposa,  llena  de  virtud,  aun  en  las  mas

difíciles circunstancias.

 

Después  del  matrimonio,  su  esposo  demostró  ser  bebedor,  mujeriego  y

abusador. Rita le fue fiel durante toda su vida de casada. Encontró su fortaleza

en  Jesucristo,  en  una  vida  de  oración,  sufrimiento  y  silencio.  Tuvieron  dos

gemelos,  los  cuales  sacaron  el  temperamento  del  padre.  Rita  se  preocupó  y

oró por ellos.

 

Después de veinte años de matrimonio y oración por parte de Rita, el esposo

se  convirtió,  le  pidió  perdón  y  le  prometió  cambiar  su  forma  de  ser.  Rita

perdona y el deja su antigua vida de pecado y pasaba el tiempo con Rita en los

caminos  de  Dios.  Esto  no  duró  mucho,  porque  mientras  su  esposo  se  había

reformado, no fue así con sus antiguos amigos y enemigos. Una noche Paolo

no fue a la casa. Antes de su conversión esto no hubiera sido extraño, pero en

el Paolo reformado esto no era normal. Rita sabía que algo había ocurrido. Al

día siguiente, lo encontraron asesinado.

 

Su  pena  fue  aumentada  cuando  sus  dos  hijos,  que  ya  eran  mayores,  juraron

vengar  la  muerte  de  su  padre.  Las  súplicas  no  lograban  disuadirlos.  Fue

entonces que Santa Rita, comprendiendo que mas vale salvar el alma que vivir

mucho  tiempo,  rogó  al  Señor  que  salvara  las  almas  de  sus  dos  hijos  y  que

tomara sus vidas antes de que se perdieran para la eternidad por cometer un

pecado  mortal.  El  Señor  respondió  a  sus  oraciones.  Los  dos  padecieron  una

enfermedad  fatal.  Durante  el  tiempo  de  enfermedad,  la  madre  les  habló

dulcemente  del  amor  y  el  perdón.  Antes  de  morir  lograron  perdonar  a  los

asesinos  de  su  padre.  Rita  estuvo  convencida  de  que  ellos  estaban  con  su

padre en el cielo.

 

 

 

 

Entra en la Vida Religiosa

 

Al  quedar  sola  no  se  deja  vencer  por  la  tristeza  y  el  sufrimiento.  Santa  Rita

quiso entrar con las hermanas Agustinas, pero no era fácil lograrlo. No querían

una mujer que había estado casada. La muerte violenta de su esposo dejó una

sombra de duda. Ella se volvió de nuevo a Jesús en oración. Ocurrió entonces

un  milagro.  Una  noche,  mientras  Rita  dormía  profundamente,  oyó  que  la


 

 

 

llamaban ¡Rita, Rita, Rita! esto ocurrió tres veces, a la tercera vez Rita abrió la

puerta  y  allí  estaban  San  Agustín,  San  Nicolás  de  Tolentino  y  San  Juan  el

Bautista del cual ella había sido devota desde  muy niña. Ellos le pidieron que

los siguieran. Después de correr por las calles de Roccaporena, en el pico del

Scoglio,  donde  Rita  siempre  iba  a  orar  sintió  que  la  subían  en  el  aire  y  la

empujaban  suavemente  hacia  Cascia.  Se  encontró  arriba  del  Monasterio  de

Santa María Magdalena en Cascia. Entonces cayo en éxtasis. Cuando salió del

éxtasis  se  encontró  dentro  del  Monasterio,  ante  aquel  milagro  las  monjas

Agustinas no pudieron ya negarle entrada. Es admitida y hace la profesión ese

mismo año de 1417, y allí pasa 40 años de consagración a Dios.

 

 

 

 

Más Pruebas

 

Durante  su  primer  año,  Rita  fue  puesta  a  prueba  no  solamente  por  sus

superioras, sino por el mismo Señor. Le fue dado el pasaje de la Escritura del

joven  rico  para  que  meditara.  Ella  sentía  en  su  corazón  las  palabras,  ¡Si

quieres ser perfecta!

 

Un  día  Rita  fue  puesta  a  prueba  por  su  Madre  Superiora.  Como  un  acto  de

obediencia, Rita fue ordenada a regar cada día una planta muerta. Rita lo hizo

obedientemente y de buena manera. Una mañana la planta se había convertido

en una vid floreciente y dio uvas que se usaron para el vino sacramental. Hasta

este día sigue dando uvas.

 

 

 

 

Amor a la Pasión de Cristo

 

Rita meditaba muchas horas en la Pasión de Cristo, meditaba en los insultos,

los rechazos, las ingratitudes que sufrió en su camino al Calvario.

 

Durante  la  Cuaresma  del  año  1443  fue  a  Cascia  un  predicador  llamado

Santiago de Monte Brandone, quién dio un sermón sobre la Pasión de Nuestro

Señor  que  tocó  tanto  a  Rita  que  a  su  retorno  al  monasterio  le  pidió

fervientemente  al  Señor  ser  participe  de  sus  sufrimientos  en  la  Cruz.  Recibió

las estigmas y las marcas de la Corona de Espinas en su cabeza. A la mayoría

de  los  santos  que  han  recibido  este  don  este  don  exuden  una  fragancia

celestial. Las llagas de Santa Rita, sin embargo exudían olor a podrido, por lo

que debía alejarse de la gente.

 

Por  15  años  vivió  sola,  lejos  de  sus  hermanas  monjas.  El  Señor  le  dio  una

tregua  cuando  quiso  ir  a  Roma  para  el  primer  Año  Santo.  Jesús  removió  la

estigma de su cabeza durante el tiempo que duró la peregrinación. Tan pronto

como  llegó  de  nuevo  a  casa  la  estigma  volvió  a  aparecer  y  teniéndose  que

aislar de nuevo.

 

En  su  vida  tuvo  muchas  llamadas  pero  ante  todo  fue  una  madre  tanto  física

como espiritualmente. Cuando estaba en el lecho de muerte, le pidió al Señor


 

 

 

que  le  diera  una  señal  para  saber  que  sus  hijos  estaban  en  el  cielo.  A

mediados  de  invierno  recibió  una  rosa  del  jardín  cerca  de  su  casa  en

Roccaporena. Pidió una segunda señal. Esta vez recibió un higo del jardín de

su casa en Roccaporena, al final del invierno.

 

Los  últimos  años  de  su  vida  fueron  de  expiación.  Una  enfermedad  grave  y

dolorosa  la  tuvo  inmóvil  sobre  su  humilde  cama  de  paja  durante  cuatro  años.

Ella observó como su cuerpo se consumía con paz y confianza en Dios.

 

 

 

 

Las Rosas de Santa Rita

 

Durante  la  enfermedad,  a  petición  suya,  le  presentaron  algunas  rosas  que

habían  brotado  de  manera  prodigiosa  en  el  frío  invierno  en  su  huertecito  de

Rocaporena. Ella las aceptó sonriente como don de Dios.

 

 

Muerte de la santa

 

Santa Rita recorrió el camino de la perfección, la vía purgativa, la iluminativa y

unitiva. Conoció el sufrimiento y en todo creció en caridad y confianza en Dios.

El  crucifijo  es  su  mejor  maestro.  Es  en  almas  puras  como  la  de  ella  que  Dios

puede  hacer  portentos  sin  que  por  ello  se  desenfrenen  y  caigan  en  el  orgullo

espiritual. Al morir la celda se ilumina y las campanas tañen solas por el gozo

de un alma que entra al cielo.

 

Su muerte, acaecida en 1457, fue su triunfo. La herida del estigma desapareció

y en lugar apareció una mancha roja como un rubí, la cual tenía una deliciosa

fragancia.  Debía  haber  sido  velada  en  el  convento,  pero  por  la  muchedumbre

tan  grande  se  necesitó  la  iglesia.  Permaneció  allí  y  la  fragancia  nunca

desapareció.  Por  eso,  nunca  la  enterraron.  El  ataúd  de  madera  que  tenía

originalmente  fue  reemplazado  por  uno  de  cristal  y  ha  estado  expuesta  para

veneración  de  los  fieles  desde  entonces.  Multitudes  todavía  acuden  en

peregrinación  a  honrar  a  la  santa  y  pedir  su  intercesión  ante  su  cuerpo  que

permanece incorrupto.

 

León XIII la canonizó en 1900. Celebramos su fiesta el día 22 de mayo.

 

 

Testimonio personal

 

En  una  peregrinación  a  Cascia,  rezaba  ante  el  cuerpo  incorrupto  de  la  santa.

La basílica estaba repleta, yo pensaba en el amor de Santa Rita a la Pasión de

Jesús.  Ese  amor  ha  dado  tanto  fruto  que,  mas  de  500  años  después  de  su

muerte,  es  capaz  de  atraer  a  multitudes  al  Señor.  Le  pedí  que  me  diera  la

gracia de ser un buen sacerdote, comprender el carisma y la misión que Dios

quería  para  mi  y  llevar  a  muchas  almas  al  cielo.  En  ese  momento,  la  Madre

Adela,  que  también  oraba  por  mí,  vio  que  en  el  suelo,  entre  mis  pies,


 

 

 

descansaba  un  fresco  pétalo  de  rosa.  Miré  a  mi  alrededor  y  no  pude  ver  de

donde pudiese provenir. El pétalo tenía una hermosa e intensa fragancia.

 

Para  comprender  el  significado  de  este  evento,  hay  que  saber  que  Sta.  Rita

está  asociada  a  las  rosas  por  el  don  que  Dios  le  concedió  a  su  rosal  de

producir  hermosas  rosas  en  pleno  invierno.  Sin  duda  Santa  Rita,  continúa

intercediendo por nosotros.

 

Santa Rita, ruega por nosotros.

 

 

http://www.santaritadacascia.org/



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