Jesús amaba de modo especial a los niños y los abrazaba y los bendecía. También amaba de modo especial a los pobres, a los enfermos y a los pecadores. En el Evangelio vemos el comportamiento de Jesús, acogiendo con amor a los enfermos y sanándolos; y buscando como un padre a sus hijos descarriados, porque quería devolverles la paz y la felicidad perdidas.
Pensemos en Jesús. Tiene los ojos llenos de luz de tanto mirar las estrellas y tiene la mirada limpia como la de un niño inocente. Su voz es firme y dulce. Tiene el rostro curtido por el sol y los aires de los caminos. Cubre su cabeza con un turbante para protegerse del sol. Calza sus pies con unas ligeras sandalias. El polvo del camino es su compañero inseparable. No lleva alforja ni bolsa de dinero. Le gusta orar en el silencio de la noche y estar a solas con su Padre celestial. Pero le encanta la compañía de sus apóstoles y de la gente sencilla y humilde. Es un hombre maravilloso que hace milagros para hacer feliz a la gente. Aunque también es implacable con los malos, que hacen daño a los demás como los fariseos.
Jesús es el amigo de todos los sencillos. Un día, le presentan a una mujer cogida en flagrante adulterio y quieren lapidarla de acuerdo a la Ley de Moisés. Jesús la defiende. Jesús la ama tal como es. Jesús ama a los pequeños
El padre Alberto Linero en su mensaje matutino en el que primero hace una hermosa oración de entrega a Dios. Luego le contesta a una mujer quien, en un mensaje, le dice al sacerdote que no puede estar alegre, ni celebrar porque su vida está llena de tristezas, de problemas y dolores. Veamos el mensaje.
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Me escribieron un texto donde alguien me decía, “Padre, no tengo motivos para agradecer a Dios”. Esta persona me decía “Padre, mi situación de vida, mi situación diaria es tan difícil, es tan complicada que yo quisiera decir lo que usted dice, yo quisiera levantarme contenta como usted se levanta contento, yo quisiera celebrar como usted celebra, pero no puedo porque mi vida está llena de dolores, mi vida está llena de tristezas, mi vida está llena de problemas” decía la señora. Y me escribía con fuerza diciéndome “no tengo nada porque agradeceré”. Porque agradecer a Dios cuando hay problemas – Padre Alberto Linero
Biografía: Virgen y mártir. Año 1902. Santa María Goretti nació en Corinaldo, Italia el 16 de octubre de 1890 hija de Luis Goretti y Assunta Carlini, ambos campesinos. María fue la segunda de seis hijo.
Vivió en el seno de una familia humilde y perdió a su padre a los diez años por causa del paludismo. Como consecuencia de la muerte de su padre, la madre de María Goretti tuvo que trabajar dejando la casa y los hermanos menores a cargo de ésta quien realizaba sus obligaciones con alegría y cada semana asistía a clases de catecismo.
A los once años hizo su primera comunión haciéndose, desde entonces, el firme propósito de morir antes que cometer un pecado. En la misma finca donde vivía María trabajaba Alejandro Serenelli, quien se enamoró de María que en ese entonces contaba con doce años. Serenelli, a causa de lecturas impuras, se dedicó a buscar a María haciéndole propuestas que la santa rechazaba haciendo que Serenelli se sintiera despreciado. Película y biografía de Santa María Goretti
Iniciamos con este una pequeña serie de lecturas bíblicas, acompañadas de citas de la historia del cristianismo y del catecismo católico. La idea es mostrar de forma sencilla, pero amplia los fundamentos de nuestra Fe Católica.
Pero antes nos encomendamos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, pedimos el perdón de nuestros pecados y luego el entendimiento para hacer fructificar este momento de estudio y oración. Pedimos a nuestra Madre del Cielo y a nuestro Ángel guardián la protección debida. Finalmente nos persignamos: en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Lo digo de esta forma para que cada uno haga la oración como de su corazón y entendimiento nazca.
Capítulo 6 del Evangelio de San Juan
Empezaremos con la base bíblica de la Eucaristía, se trata uno de los pasajes de la Sagrada Escritura que más me apasiona, en el Evangelio de San Juan, capítulo 6, donde Jesús enfáticamente nos dice: “Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo. El que coma de este pan vivirá para siempre.”
Después de hacer un par de milagros que demostraban claramente el poder y gracia de Jesús (multiplicar los peces y panes y caminar sobre el agua) Jesús es alcanzado en la sinagoga de Cafarnaún.
Biografía: Apóstol de Jesucristo y primer jefe de su Iglesia (Betsaida, Galilea, ? – Roma ?, h. 64/67). Era un pescador del mar de Galilea, hasta que dejó su casa de Cafarnaum para unirse a los discípulos de Jesús en los primeros momentos de su predicación; junto con él se unieron a Jesús otros pescadores de la localidad, como su propio hermano Andrés y los dos hijos de Zebedeo, Santiago y Juan, todos los cuales formaron parte del núcleo originario de los doce apóstoles.
San Pedro carecía de estudios, pero pronto se distinguió entre los discípulos por su fuerte personalidad y su cercanía al maestro, erigiéndose frecuentemente en portavoz del grupo. El sobrenombre de Pedro se lo puso Jesús al señalarle como la «piedra» (petra en latín) sobre la que habría de edificar su Iglesia.
Según el relato evangélico, San Pedro negó hasta tres veces conocer a Jesús la noche en que éste fue arrestado, cumpliendo una profecía que le había hecho el maestro; pero arrepentido de aquella negación, su fe no volvió a flaquear y, después de la crucifixión de Jesús, se dedicó a propagar sus enseñanzas.
Desaparecido Jesús (hacia el año 30 d. C.), San Pedro se convirtió en el líder indiscutido de la diminuta comunidad de los primeros creyentes cristianos de Palestina por espacio de quince años: dirigía las oraciones, respondía a las acusaciones de herejía lanzadas por los rabinos ortodoxos y admitía a los nuevos adeptos (incluidos los primeros no judíos). Película y Biografía de San Pedro Apóstol